—Me has hecho tanta falta durante todos estos años. —dijo un hombre de edad avanzada mientras se sentaba en el pasto— Veo que tu espacio está limpio... Supongo que el muchacho hace bien su trabajo... Ya le daré su paga luego.
🐯🐯
Hoy en la mañana te vi, parecías estar perdido y desorientado ¿Cómo podría ser posible que te veas tan tierno con ese gesto en tu rostro? Me acerqué para poder ayudarte, te asustaste. Te juro que mi corazón empezó a latir desenfrenadamente, jamás pensé que sentiría esto por alguien más, luego de mi relación fallida con mi anterior pareja, pero no, ahí estaba yo, volviéndome a enamorar.
En el receso te sentaste junto a mí con la excusa de que no conocías a nadie y que yo era la única persona con la que hablaste. No me opuse, quería tenerte cerca siempre. Así pasaron los meses, nos volvimos más cercanos, te presenté ante mis amigos y te llevaste muy bien con ellos, sobre todo con Johnny y JaeHyun quienes hablaban tu idioma natal, no voy a mentirte me sentía algo celoso, pero comprendía a la perfección, pues cuando yo estaba con Shotaro o Adachi, también hablaba en japonés, entendía tu sentimiento.
Pasó un año, nuestros amigos y toda la universidad pensaban que estábamos saliendo, decían que las miradas y las sonrisas cómplices nos delataban, sin embargo, ni siquiera nos podíamos decir un "te quiero" sin avergonzarnos. Pero una mañana, esa mañana que tanto recuerdo y que sonrío cada vez que lo hago, me besaste.
Me sorprendí al principio y no correspondí, estabas por separarte, por suerte fui más hábil y coloqué mis manos en tu cintura, volviendo a mantener contacto con tus labios. Te podría jurar por cualquier dios y ante cualquier persona, que el cielo se volvía más azul, siendo este más vivaz, escuché el cantar de los pájaros.
—Yuta-san.—dijiste cuando nos separamos— Me gusta mucho. —sonreí al notar tus mejillas rojas, parecías un tomate, un tierno y lindo tomate— Espero que pueda corresponder mis sentimientos. —alzaste la cabeza y me miraste directamente a los ojos. Estaba contento, muy contento. No sólo era yo el contento, sino también el mundo, porque el arroyo del costado parecía cantar, porque me miraste tú y yo a ti, ninguno tenía ojos para alguien más que no fuera para nosotros.
—Por supuesto que sí, Makku. —respondí para luego abrazarte con tanta fuerza que soltaste un quejido— ¿Puedo ser tu novio, Makku? —asentiste sin pensarlo demasiado y volvimos a unir nuestros labios en un suave y dulce beso. Minutos después nuestros amigos comenzaron a gritar eufóricos, contentos por nuestra relación, nos reímos por eso.
Cinco meses después me presentaste ante tus padres, quien organizaron una cena y me recibieron con los brazos abiertos y cálidas sonrisas, para mi sorpresa invitaron a toda su familia y a algunos amigos, parecía como si nos estuviésemos comprometiendo, la idea no me desagradaba en lo absoluto. Comimos, bailamos y disfrutamos ese momento como nunca antes en nuestras vidas. Esa noche, decidí llevarte al río Han, caminamos juntos mientras nos tomábamos de la mano, nos detuvimos justo en el medio de todo y miramos el río, giramos nuestros rostros y nos sonreímos en cuanto notamos que prácticamente nos analizábamos con la mirada.
—Oppa~ —llamaste melosamente y giré mi rostro para poder verte— Te tengo una sorpresa también. —dijiste mientras buscabas algo en tu bolsillo.
— ¿Así? —pregunté juguetón— ¿Qué es? —sacaste una cajita rectangular algo larga, estaba envuelta con papel de regalo con diseños de corazones, por un momento pensé que sería collares o pulseras para parejas, pero cuando lo abrí, me encontré con una prueba de embarazo. Las luces iluminaban correctamente el lugar y vi que había dos rayitas... Abrí mis ojos sorprendido y te miré. Tú sonrías alegremente. Te abrecé mientras te levantaba un poco, alejando tus pies del piso, di un par de vueltas completamente feliz y te decía cuanto te amaba. Las personas nos miraban curiosos, pero cuando grité "Vamos a ser papás" comenzaron a felicitarnos y a sonreírnos cálidamente, nosotros agradecimos con grandes sonrisas impregnadas en nuestros rostros.
La verdad, estaba demasiado despreocupado. Tú eras un cerebrito en la secundaria por lo que te adelantaron a mi grado, te graduaste de la secundaria, el mismo año que yo. En aquel entonces cursábamos el último semestre de nuestra universidad, tú te graduabas en diseño y yo en pediatría. ¿El trabajo? Me podía unir al hospital de mi padre y tú a la empresa de tu tía, quien tanto te admiraba por tu hermosa creatividad, además de que contaríamos con el apoyo de nuestros padres, de eso estaba seguro.
Aunque pese al apoyo de nuestros padres, teníamos que vivir en una misma casa ambos y decidimos que lo mejor era que estemos en mi casa, era más espaciosa, estaba más cerca de la universidad y mi mamá paraba todo el tiempo en casa, por lo que no podías quedarte sólo durante las tardes. Estábamos completamente entusiasmados, por las noches ambos le hablábamos a la pequeña cosita que tenías en tu vientre, no sabíamos si nos entendía, sin embargo, no nos importaba, además nos dijeron que era bueno para el niño.
Antes de que tu vientre se vuelva más notorio decidimos casarnos, fue la boda más hermosa del mundo, yo lo sé. Nuestros amigos, familiares y conocidos nos felicitaban. Bailamos, nos divertimos, disfrutamos de una de las mejores noches de nuestras vidas, pero estaba seguro que no iba a ser la única, pues aún había tiempo, éramos jóvenes, tú 23 y yo 26.
Lanzaste el ramo de flores y quién lo atrapó fue DongHyuck, Taeil fingió escapar cuando lo vio, los presentes reímos, pero yo sólo te vi a ti y a tu hermosa sonrisa, sin contenerme, fui a abrazarte y besarte, llamando la atención de todos, quienes volvieron a reír y a grabar.
— ¡VIVAN LOS ESPOSOS! —gritó TaeYong mientras aplaudía, JaeHyun soltó una pequeña risa y aplaudió. Definitivamente todo era hermoso, todo era bello. Me di cuenta que lo único que le faltaba a mi vida era tu presencia.
Tu pancita comenzaba a crecer, ya era más notoria. Cuando nuestros compañeros y profesores se enteraron, no dudaron en felicitarnos, aunque por supuesto no debían de faltar los envidiosos, pero no nos importaba, nosotros éramos muy felices de nuestra nueva vida, quizás muy jóvenes, quizás muy rápido ¿A quién le importa? Ese era nuestro asunto y nosotros estábamos bien con eso, porque sabíamos que nos amábamos mucho y que nadie ni nada podía interponerse en eso.
Siempre te acompañaba a todas tus consultas, yo también quería ver como nuestro hijo crecía y sentirme orgulloso porque estaba sano y se estaba formando correctamente, pero para cuando tenías cinco meses, no pude porque tenía un compromiso de la universidad, me dijiste que no había problema alguno, que podías ir tú solo. Cuando regresé a casa, te encontré con mi madre conversando en la sala, ambos lloraban y eso me extrañó un poco.
— ¿Qué pasó? —ambos pegaron un salto, los había asustado. Sonrieron un poco, mientras se limpiaban el rostro.
—Va-vamos a tener a un niño. —hablaste mientras caminabas a abrazarme, te devolví el abrazo, pero quedaba con la duda aún.
— ¿Por eso lloran?
—Mark siempre quiso tener un niño, hijo. —comentó mi madre y tú asentiste de acuerdo y ¡Joder! Les creí, les creí absolutamente todo, nunca me di cuenta el vacío y temor que con el paso del tiempo iba creciendo en tu mirada. Durante las próximas visitas tampoco pude acompañarte porque ¡Oh sorpresa! Todas estaban programadas en días y horas que no podía acompañarte pues tenía deberes que cumplir.
Tu vientre ya era más notorio, si parecía ser uno de ya ocho meses. Todo era extraño, mi padre lucía preocupado, mi madre devastada, tú te comportabas distante y ahora me pedías ir dónde tus padres, pero no sólo a visitarlos como cualquier otro día, me pedías querer volver y quedarte allí durante las siguientes semanas.
—Yuta, hijo... —habló mi madre, aclaró su garganta antes de continuar— Mark quiere estar cerca de sus papás, así ti-tiene más confianza y menos temor a la hora del parto. —tomó un poco de aire y cerró los ojos con fuerza— Acompaña a tu bello esposo y convive con tus suegros... Cuando yo estaba embarazada de ti, también le pedí lo mismo a tu padre... ¿Verdad Miyavi?
—Así es, Melody. —su padre asintió, pero todo, absolutamente todo era tan extraño, sin embargo, decidí complacerte. Llegamos a la casa de tus padres, ellos ya tenían una habitación lista. Acomodamos nuestras cosas, bueno mayormente lo hice yo, tú ya comenzabas a sentirte agitado. Al día siguiente tu hermano llego, lo saludaste dificultosamente pues tu pancita no te lo permitía.
Las siguientes semanas pasaron rápido, tú ya tenías lista una bolsa con ropa y una pequeña colcha para cuando el momento del parto llegue.
— ¿Qué nombre le pondremos? —preguntaste mientras mirabas el techo.
— ¿Qué?
—Nuestro bebé... Tiene que tener un nombre Yuyu. —reíste un poco— ¿Tienes alguna idea?
—No... —susurré, giré mi cuerpo para poder ver tu perfil— ¿Tú tienes alguna idea, amor?
—Sip... Quiero que su nombre tenga un significado muy bonito. —sonreíste y giraste tu rostro para verme— Algo así como "que su voz resuene desde lo alto". —me miraste a los ojos— Quiero que nuestro hijo tenga su voz propia y brille mucho. —llevaste tu mano a tu pancita y la acariciaste con parsimonia, imité tu acción. Ambos lo sentimos moverse y sonreímos.
—Escuché hablar sobre un nombre con ese significado. —respondía mientras trataba de recordar cual era el nombre— Era algo como Yeo... Chan...
—YeoSang. —asentí entusiasmado.
—Me gusta... Nakamoto YeoSang.
—Bien... Ya sabes cómo lo vas a registrar.
—Lo vamos a registrar. —respondí entrelazando nuestros dedos.
—Yo estaré durmiendo... Por el cansancio, amor. —respondiste... No noté el quiebre en tu voz ¡Maldita sea! — Por lo que tendrás que hacerlo tú solito, no es tan difícil, por lo que mi mamá me contó, sólo te lo preguntan en el hospital y ellos lo anotan... Por favor te aseguras de que lo escriban correctamente.
—Bien... Buenas noches amor.
—Buenas noches Yuyu, te amo.
—Yo también te amo, mucho. —recalque lo último y nos quedamos dormidos.
La sensación de que todos estaban preocupados llegó a mi nuevamente, tu hermano pese a todo no te descuidaba ni por un segundo y si él no podía, lo hacía su pareja. Tu madre y tu padre trabajaban por lo que no podían hacerlo.
Finalmente, el día por el que todos estábamos ansiosos llegó. Me desperté cuando sentí las colchas mojadas, pero me alarmé o cuando te escuché gritar, tu mamá entró a la habitación.
—Rápido Daniel, prepara el coche. —medio gritó— Tranquilo hijo, respira... —obedeciste, pero no te calmabas, me vestí lo más rápido que pude, ayudé a que bajaras las escaleras, tu mamá venía detrás con el bolso mientras llamaba a mis padres. Nos tomó unos diez minutos llegar al hospital. Los asistentes de mi papá te esperaban con una camilla. Una enfermera le pidió la cartera a tu madre, ella se lo entregó sin problema e intercambiaron unas palabras más. Jihyo lloraba... Tu hermano también, tu padre igual.
Mi madre llegó, me vio preocupada, no entendía el porqué de sus reacciones, pero decidí no preguntar nada, estaba más preocupado por ti y por nuestro hijo, no me dejaron entrar, no sabía por qué. Luego de tres horas, el doctor salió junto a una enfermera, la misma que le pidió el bolso a mi suegra.
El doctor era amigo de mi padre, pues este último estaba en otra sala, operando a otro paciente.
—Familiares del señor Nakamoto Mark. —llamó y yo me acerqué a él. Jihyo se aferró a tu padre y derramó más lágrimas, tu hermano abrazó a su pareja y mi madre se acercó a mí y me tomó de la mano.
Definitivamente no entendía ni una mierda.
—Su hijo nació en excelentes condiciones, es un niño sano. Mide 55 centímetros y pesa 3 kilos con 400 gramos. —sonreí a medias, esas eran noticias de nuestro hijo, ahora sólo faltaba que me dejasen entrar para verte y que nos entreguen a nuestro pequeño.
— ¿Y mi esposo? —el doctor suspiró y me asusté, tu madre se aferró aún más a Daniel— ¿Doctor?
—Lo siento señor... Pero su esposo no pudo resistir al momento del parto... Hicimos todo lo posible. Era la vida de su esposo o la de su hijo. Él prefirió al niño —le costó decir eso.
¿Y cómo no? El doctor era muy cercano a mi familia, casi como mi segundo padre, él me vio crecer y sabía que esa noticia me afectaría
—Lo siento, hijo.
Y nadie aguantó más, tu hermano cayó de rodillas, tu madre soltó un grito desgarrador y yo salí corriendo del hospital. Las personas me miraban extrañados, no tenían ni idea del dolor y la opresión que sentía en mi pecho.
Por un momento, sentí que los colores desaparecían de mi vida, el pintar estaba de luto por que me estabas dejando. La noche era pálida y azul, la luna no brillaba, parecía morir.
Esa noche te fuiste tú.
🐯🐯
Me desperté, estaba en una camilla y algo conectado a mi brazo. Vi a mi madre sentada a un costado de la camilla, notó que desperté y se puso de pie.
— ¿Cómo estás?
— ¿Y Mark? ¿Dónde está? ¿Mi hijo? —no respondí a sus preguntas, en cambio le hice yo otras. Mamá me miró dolida.
—Mark... Mark falleció al momento del parto... Tu hijo está con los señores Lee... Ellos lo llevaron para que el niño se alimente correctamente. —mis ojos comenzaron a picar.
Esto no podía estar pasándonos, no a nosotros.
Horas después fui a tu casa. Tus familiares y los míos estaban ahí, nuestros amigos también. Tu mamá tenía los ojos demasiado hinchados, mi madre igual.
Tu hermano se acercó a mí y me dio un sobre.
—La enfermera me pidió que te lo diera... Mark la dejó para ti. —lo miré. El sobre era de color azul, la abrí y dentro había una carta.
🍁
Seúl, 06-23-01
Querido Yuyu...
De antemano quisiera pedirte perdón, por la decisión tan egoísta que estoy tomando, pero espero comprendas que no iba a poder vivir con la culpa de decidir salvar mi vida y no la de nuestro pequeño... Si mi amor, ya lo sabía, pero no te lo iba a decir, no quería preocuparte, no quería que me propongas abortar al bebé para luego tener otro... Esto no lo pidió nadie, sin embargo, es lo que tocó.
Quiero que sepas que te amo y que te he amado desde el primer día en que te vi, tus ojos me transmitieron paz, tu sonrisa me atrapo, tu actitud me enamoró y tus besos hicieron que te ame aún más, con tanta intensidad que temía perderte... Eh de admitir que al principio no te dije de mis sentimientos porque pensaba que aún tenías sentimientos por Winwin, pero cuando me dijiste que este estaba comprometido con alguien que resultó ser mi primo, me armé de valor y no sólo gracias a HaeChan o a TaeYong, también se lo debo mucho a SiCheng ^^.
Por favor cuida mucho de nuestro pequeño, él te va a necesitar de ahora en adelante, prométeme que, aunque tengas mucho trabajo, te harás un tiempo para él; pese a las reuniones que tengas, estarás en sus presentaciones y reuniones. Quiero que nuestro bebé tenga una vida feliz y que no sienta mi ausencia, al menos no tanto.
Sé que no va a ser para nada fácil, pero debes intentarlo... Lléname de orgullo y demuéstrame que no fue un error casarme contigo ( •̀ ω •́ )y
Y sí, sí te doy permiso de volver a amar a alguien nuevamente, prometo no molestar a esa persona... Al menos que tenga malas intenciones contigo y con nuestro hijo. Deberías advertirle eso a las personas con las que sales para que tengan muuuucho cuidado (︶^︶)
Te amo Yuyu... Que eso no se te olvide nunca... Ambos sabemos más que nadie que tenemos un hilo rojo que nos une, por lo que si en esta vida no logramos estar juntos mucho tiempo, en la siguiente si, te lo prometo... Prometo buscarte y si no te encuentro, volveré a buscarte en la siguiente.
Porque ya lo sabes mi amor, el hilo rojo puede estirarse, hacerse nudo pero jamás, nunca, se va a romper.
Con amor,
Tu baby lion ('▽'ʃ♡ƪ
🍁
Pese a las caritas que colocaste en la carta, en la hoja era notoria algunas manchas: Habías llorado mientras la escribías. Y lloré, lloré como niño pequeño en el baño, escuché los golpes, pero no atendí, no quería salir aún, sólo deseaba llorar como si no existiera un mañana. La carta... Tú ya lo sabías ¿Verdad?
Entonces los recuerdos inundaron mi mente.
Ese día que te encontré llorando junto a mi madre.
Ese día no te había acompañado a la consulta.
El que quisieras pasar las últimas semanas con tus padres era para despedirte, si todos te cuidaban demasiado era porque querían evitar tu muerte.
El llanto en el hospital siquiera antes de la noticia.
Todos lo sabían.
Todos lo sabían menos yo.
No pensé, abrí la puerta furioso y me fui a la sala.
— ¡Ustedes lo sabían! ¡Sabían que esto iba a pasar! ¡¿Por qué no me lo dijeron?! ¡¿POR QUÉ FUERON TAN EGOÍSTAS?! ¡¿LES GUSTA VERME SUFRIR?! —mi madre se puso de pie y me dio una cachetada, estaba dolida —En tu vida vuelvas a decir tremendas estupideces Nakamoto Yuta. —sus ojos estaban cristalizados, caí de rodillas.
— ¿Entonces por qué me hicieron esto? ¡¿POR QUÉ MAMÁ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡YO LO AMABA Y TODOS LO SABÍAN! ¿Por-por qué?
—Mark nos pidió a todos que respetáramos su decisión, tanto Jihyo como Melany se opusieron... Y con todo el dolor de su corazón pidieron a Mark que abortara. —explicó Miyavi tratando de mantener la calma— Nadie quería ninguno ni lo otro, pero Mark quería salvar la vida de su hijo. Sabía que tú también le ibas a pedir lo mismo y no se atrevió a decirlo.
—Y-yo lo amaba. —susurré.
—Y él a ti Yuta. —habló está vez Jihyo con la voz ronca de tanto llorar— Mi hijo te amaba tanto que me asustaba de que algún día saliese lastimado, pero cuando te conocí, no pude esperar más para mi pequeño, sus miradas estaban cargadas de tanto amor que me sorprendía verlos. Ni siquiera Daniel y yo nos mirábamos así cuando comenzamos a salir. —trató de hacerme reír, mi mamá me ayudó a ponerme de pie y me hizo sentar en un sillón— Por favor te pido que sólo recuerdes los lindos momentos Yuta... Sé que mi hijo no querría verte sufrir de esta manera. Yo, yo sé que es más fácil decirlo que hacerlo... Pero hazlo por tu hijo, para que no sienta la ausencia de ninguno, mucho menos la tuya que aún vives...
Es cierto, nuestro hijo me necesitaba, no podía dejarlo solo.
Con el tiempo aprendí a convivir con el dolor, me di cuenta que, nadie estaba listo para esto. Me di cuenta que nadie te enseñaba a cómo llevar este gran peso sobre tus hombros, sin embargo, pude salir adelante, muchas personas me apoyaban y eso era suficiente.
Hoy se cumplían veinte años de tu muerte, nuestro hijo ya era un joven recién graduado en diseño, salió igual de inteligente que tú. Hace unos días atrás me presentó a su pareja, su nombre es SeongHwa, es un buen chico, trabajador, estudioso, con buenos valores y, sobre todo, hace muy feliz a nuestra pequeña pero brillante estrella. Me hiciste prometer encontrar a alguien, sin embargo, hasta el día de hoy no encuentro a alguien a quien amar, siempre me eh topado con gente interesada y la verdad ya no quiero nada. Además, ya estoy algo mayor como para pensar en esas tonterías, sólo me toca esperar el día en que vengas por mí para poder encontrarnos en nuestra siguiente vida.
—Te amo Mark.
El hombre regresó a su casa, pues pronto comenzaría a llover. Se sacó sus zapatos y encontró un papel en la mesa, lo agarró y leyó:
"Papi, te dejo algo de comida. Seonggie me invitó a salir, regresaré a las 10 de la noche, por favor cena bien, te amo"
Atte: Yeossie (•̀ ω •́) ✧
El mayor sonrío, su hijo usaba las mismas caritas que su difunto esposo, prendió la tele y se sentó en su sillón mientras esperaba que la comida que puso a calentar estuviese lista. Se puso de pie en cuanto escuchó el "bip" del microondas. Comió tranquilo mientras veía una película romántica, una que le recordaba a su esposo, dejó el plato en la mesa de centro y recostó su cabeza hacia atrás, cerró sus ojos, pero los volvió a abrir en cuanto sintió un peso sobre sus muslos.
—Makku. —susurró y el contrario sonrió.
—Hiciste un buen trabajo con nuestro pequeño. —dijo sonriente— Y aunque no quiero que sufra ya es hora... Estoy seguro que SeongHwa lo cuidará muy bien. De todas formas, ya están en una relación estable, a pesar de que siga viviendo contigo. ¿Por qué no lo quieres soltar?
—Es un bebé.
—Tu hijo ya está grande Nakamoto. —río burlesco— Te estaré esperando en nuestra próxima vida... Y si no me buscas, yo lo haré. —dejó un beso en su frente y desapareció.
Esa noche, cuando YeoSang regresó de su cena con su esposo, encontró a su padre durmiendo con una sonrisa impregnada en su rostro. Oh bueno eso creía hasta que lo intentó despertar, pero el mayor jamás lo hizo.
Y como Yuta había pedido en algún punto de su vida a su hijo, fue enterrado junto a la tumba de Mark.
—Te amo Yuyu. —dijo Mark sosteniendo la mano de su esposo.
—Yo mucho más. —lo miró— ¿Estás listo?
—Siempre... Nos vemos en la siguiente vida.
Y así lo hicieron, se encontraron en esa, en la siguiente, en la otra y en la otra vida, porque ellos eran almas gemelas, porque ellos eran su otro extremo de su hilo rojo.
Soy pésima para los finales lo sé, pero espero que les haya gustado =3
Sé que la historia no tiene mucho (nada) que ver con la leyenda, pero no se me ocurrió otro título jajan't
Gracias por leer, comentar y votar, les amo manguitos 💚
Nos estaremos leyendo en otras historias.
Naranjita♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro