♦ Prólogo (Mercurio) ♦
-(Este Au esta combinado con el au de "STMCaBC" solo algunas cosas.)
Mercurio observaba la nueva estrella desde su posición, siempre tan cerca, siempre tan distante. Antes había sido su amigo, el Sol cálido y protector que había llenado de vida el sistema. Ahora solo era un eco de lo que una vez fue. La estructura que lo envolvía era brillante, funcional, pero fría, un recordatorio constante de lo que los terrícolas habían hecho.
Mercurio no podía apartar la vista de su "amigo", aunque cada vez que lo miraba sentía una punzada de amargura. Él había sido testigo de todo, desde el principio. Había visto cómo aquellos pequeños seres evolucionaban, cómo aprendían a manipular su entorno, y cómo, finalmente, decidieron que incluso una estrella podía ser moldeada a su antojo.
El Sol no había resistido. No podía resistirse. Ellos lo rodearon con su tecnología, bloqueando su luz y confinándolo dentro de esa prisión dorada que llamaban "El Núcleo". Era irónico, pensó Mercurio, que lo llamaran así, como si aún fuera el centro de todo, cuando en realidad no era más que una batería glorificada para sus experimentos.
Mercurio se estremeció al recordar los días finales de su amigo. Los gritos sordos que solo él podía sentir, como ondas de calor que llegaban directamente a su superficie. Los terrícolas nunca los escucharon, o quizás los ignoraron. Para ellos, el Sol no era un ser vivo, no tenía sentimientos, no tenía voz. Era solo una herramienta, un medio para un fin.
"Estúpidos terrícolas", murmuró Mercurio, su voz apenas un susurro que se perdió en el vacío del espacio.
Él había querido intervenir, había querido detenerlos, pero ¿qué podía hacer? ¿Qué podía hacer un pequeño planeta rocoso contra una especie que ya controlaba Marte y estaba en camino de terraformar Venus? Lo único que podía hacer era mirar. Y recordar.
Con el paso del tiempo, el sistema solar había cambiado. Júpiter, el gigante que alguna vez fue el protector del sistema, había desaparecido. Su sacrificio había sido necesario para construir la nueva estrella, o al menos eso decían los terrícolas. Mercurio no estaba seguro de qué creer. Lo único que sabía era que, con Júpiter fuera del camino, el equilibrio había cambiado.
Y Tierra... ¿como no hablar de el?.
Mercurio frunció el ceño al pensar en él. El planeta azul había cambiado más que cualquiera. Ya no era el protector de la vida que alguna vez fue. Ahora.....no quería pensar mucho en el, un manipulador con una sonrisa que escondía su verdadero rostro. Mercurio podía verlo, podía sentirlo en la forma en que los otros planetas lo miraban. Algunos con miedo, otros con respeto.
Luna, por otro lado, era diferente. Era territorial, ferozmente leal a Tierra, y no dejaba que nadie se acercara demasiado. Mercurio siempre había sentido una especie de lástima por el. No era más que un satélite atrapado en la órbita de un planeta que no podía amar de verdad. Pero, al mismo tiempo, admiraba su lealtad.
"¿Qué pasó con nosotros?" se preguntó Mercurio en voz alta. El sistema solar solía ser un lugar de equilibrio, de armonía. Ahora solo un lugar donde la desesperación, angustia, sufrimiento y miedo reinaban.
Mientras observaba, algo llamó su atención. Un movimiento en la superficie de la nueva estrella. No era común que algo se moviera allí, pero Mercurio sabía que los terrícolas siempre estaban trabajando, siempre construyendo algo nuevo.
"¿Qué estarán tramando ahora?"
Era una pregunta que no podía responder, pero que lo llenaba de inquietud. Porque cada vez que los terrícolas construían algo nuevo, el sistema cambiaba, y no siempre para mejor.
Mientras Mercurio miraba, su mente regresó a un recuerdo lejano. Un momento en el que el Sol brillaba y le contaba uno de sus chistes malos, aunque fueran realmente malos, no le importaba, en ese tiempo no aprovechó la compañía de su amigo lo que se arrepiente y quisiera cambiar hasta día de hoy...
"Te extraño", susurró, y por un instante, juró que el Sol le respondió con un leve destello desde su prisión dorada.
Mercurio apartó la vista. Sabía que era solo su imaginación. El Sol ya no podía responder. Pero aún así, una pequeña parte de él quería creer que no todo estaba perdido, y podría volver a aquellos tiempos donde se quejaba de su amigo por sus malos chistes
Si tan solo hubiera valorado esa compañía.....
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Hola gente ♥, díganme ¿quien quieren que siga?
Besitos y tomen agua
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