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ᴘᴀʀᴛᴇ ᴜɴᴏ

Por fin era viernes, un día que Hyunjin jamás olvidaría, porque conoció a dos chicas que jamás se sacaría de la cabeza.

"Star Boy" era la canción que resonaba por todo el estadio, e incluso fuera de el, esta era interpretada por "The Weekend", el cual disfrutaba cantar y pasar tiempo con sus fans, aun que... Hyunjin no era una de ellas. Admite que no odia su música, solo no la escucha con frecuencia, por lo que le ve innecesario ir a un concierto de una persona que canta, pero que no escucha su cantar.

Pero, ¿Que otra opción tenía? Prefería se arrastrada por Yerim a dicho concierto, que quedarse en casa, aburrida, haciendo absolutamente nada. Pues Yerim, era más versátil si se trata sobre géneros musicales. Y bueno, también iba por otra razón: Restregarse contra los cuerpos de otras personas, o simplemente, llegar al sexo.

─ ¡¿Crees que encuentre chicas lindas?!─cuestionó la pelirroja en un tono alto, debido a la ruidos música.

─ ¡Tal vez, ve a buscar, si no te encuentro luego, llamaré a la policía y digo que te secuestraron unos mafiosos! ─exclamó Yerim con una sonrisa, Hyunjin rió y salió en busca de mujeres.

Esta miró por todos lados, tuvo que ponerse un poco puntitas debido a su altura, para buscar a chicas lindas. Habían mujeres bellas, pero bellamente plásticas y operadas, algo que le desagradaba a Hyunjin. Por otro lado, también habían chicas verdaderamente lindas, pero no convencía a la pelirroja, cosa que le frustraba.

─ ¿Trío, dices? ─cuestionó la rubia, en un tono burlón, la mayor asintió y bebió otro trago de su cerveza.

─ ¿Porqué no? Pasado mañana nos vamos para Japón otra vez, hemos hecho muchas cosas, menos un trío. ─aclaró la pelinegra, tomando la cintura de su novia para atraerla hacia ella. ─ Sooyoung y Heejin ya lo hicieron con Jiwoo, ¿Porqué nosotras no? ─dijo Jinsoul, a la vez que mordía su labio de forma coqueta, lo que le sacó una sonrisa a la rubia.

Jungeun acortó la distancia entre sus labios, fundiéndose las dos, en un apasionado beso efímero.

─ Mmm... Esta bien ─canturreó la rubia guiñándole el ojo a la mayor, la cual le devolvió la sonrisa. ─ Pero, ¿Aquí y ahora?

─ Aquí y ahora.

─ Bien... Pero quiero escoger yo ─reclamó la menor con un pequeño puchero en los labios, la mayor asintió con una sonrisa en el rostro.

Dicho esto, la rubia comenzó a buscar con la mirada a alguna chica que le interesase, aún con su mirada perdida, Jinsoul le fue hablando a Jungeun sobre como hacer, pues ya tenía una idea de ello, además, Heejin ya le había contado de varias cosas que pasaron en su trío.

Sabía que podía hablar de esto con su novia sin vergüenza ni pudor alguno, pues ninguna de las dos es celosa.

Minutos después, al no encontrar una chica que le agradase, la rubia se alejó de la pelinegra, para indagar en aquel gran estadio, y buscar a la mujer que le daría placer, junto a su novia, claro.

●●●

─ Uff, ya la encontré... ─musitó Hyunjin con una sonrisa ladina, ya que su mirada se había posado en una encantadora chica de cabellos negros, alta y delgada, era perfecta.

Disimuladamente, la pelirroja se fue acercando a dicha chica, la cual la miraba de reojo, "Nada mal" pensó la pelinegra. Las amplias caderas de la menor, se movían al compás de la música, esta iba acortando la distancia entre la zona pélvica de la pelinegra con su culo, le fascinaba hacer eso, puesto que también se había vuelto una adicción.

La rubia sonrió al ver como una chica de cabellos rojoz restregaba sus posaderas contra el ya caliente cuerpo de su novia. Jungeun se fue acercando más a las chicas, hasta quedar frente a Hyunjin. Esta tomó su rostro y la estampó contra sus labios, la pelirroja correspondió sin reproches. Las dos cortaron el beso y se miraron mutuamente, Hyunjin seguía restregándose contra el cuerpo de la mayor, mientras que esta última, sonrió ladinamente apegando más su cuerpo al de la contraria.

Gritos y aplausos se escucharon por todo el estadio, pues el cantante había dado por terminado su penúltima canción, solo quedaba una. Absolutamente todas las personas presentes se quedaron en un breve silencio, pues estaban acomodando el escenario para su último acto.

La rubia volvió a juntar sus labios con los de la coreana menor, mientras tanto, la pelinegra abrazó con fuerza la pequeña cintura de esta, atrayéndola más, la pelirroja movía absurdamente bien su culo de arriba a abajo, sin dejar de besar los deliciosos labios de la rubia.

─ Venimos juntas, muñeca... ─musitó Jungeun con una media sonrisa, la cual Hyunjin correspondió con otra.

─ ¿Qué dices linda, vamos a los baños, y nos divertimos un rato? ─suspiró la pelinegra en el cuello de la menor, la cual soltó un jadeo, ya que sentía algo crecer atrás suyo, con una sonrisa maliciosa solo respondió un:

─ Me encantan los tríos.

Dicho esto, las tres jóvenes, se encaminaron a los baños. Era una cabina grande y espaciosa, algo sucia, pero ¿A quién le importaba eso ahora? Claramente a las tres chicas no les interesaba eso, solo querían follar en ese preciso momento.

Al llegar, Jungeun se posicionó detrás de la pelirroja, y su escurridiza mano, fue bajando hasta el pequeño botón del short de Hyunjin. Lo desabotonó y sumergió su mano en la intimidad contraria, por su parte, la menor suspiró. Por encima de la delgada tela de sus bragas, la rubia con dos de sus dedos comenzó a hacer movimientos circulares, el calor en sus cuerpos aumentaba cada ves más, ya ropa se hacía más incomoda.

Por otro lado, Jinsoul ya se había desvestido, solo traía puesta su ropa interior. Se recargó contra una superficie de la cabina, y admiró la excitante escena que protagonizaba su novia y la seductora chica de cabellos rojizos.

Claramente ella tampoco se iba a quedar viendo. Ella también quería acción.

Bajó sus bóxers rápidamente, y su falo salió "disparado", Jungeun rió por ello.

La pelinegra mordió su labio, para luego escupir en su propia mano, y con la misma, comenzó a masturbarse. Movía su mano de forma rápida, estaba más que desesperada por sentir a alguna de las dos chicas que tenía al frente, lo necesitaba.

Segundos después, más gritos de escuchaban allá afuera. "The Hills", estaba por comenzar.

La rubia bajó el short, junto a las bragas de la más menor, y la volteó. No pudo evitar mirarla con deseo, y desesperada, unió sus labios nuevamente, a la vez que la guiaba a pasos rápidos hasta quedar al lado de Jinsoul, quien jadeante seguía buscando su liberación.

─ Tu nombre. ─murmuró la pelinegra con descaro, aún masturbándose.

─ H-Hyunjin... ─logró decir con dificultad la menor de las tres, jadeando por las fuertes mordidas que dejaba la rubia en su cuello.

─ Jinsoul.

─ Jungeun... ─musitó con una risita en su cuello.

Subió el top de Hyunjin, junto a su sostén, y comenzó a lamer su seno izquierdo, mientras estrujaba a su gusto el otro. La pelirroja no pudo evitar gemir al sentir los duros dientes de Jungeun encontrar uno de sus pezones y morderlo con suavidad, las bragas de la mayor de las Kim se habían mojado por completo.

"The Hills" había comenzado.
Las tres chicas ya estaban desnudas, calientes, y desalineadas. Hyunjin comenzó a sentir esa sensación, mierda, quería hacerlo ya mismo. Aún jadeante, separó a Jungeun y la besó prontamente, inciando un beso fogoso. Al terminar aquél candente beso, la pelirroja rápidamente se acercó a Jinsoul, esta sonrió.

Se colocó de espaldas, y tomó la mano que masturbaba anteriormente el gran falo de Jung, y la posó en sus caderas. La pelirroja juntó sus glúteos y los estampó con las caderas de la chica, haciendo movimientos circulares, y de arriba abajo, Hyunjin gemía como nunca. Jungeun suspiró al ver cómo la menor se refregaba contra el cuerpo de su novia, estaba más que excitada.

La menor lo disfrutaba, amaba con su vida, frotarse de esa forma contra alguien.

La rubia quedó frente a frente con Hyunjin, quien aún tenía su culo moviéndolo sin parar, y comenzó a masturbarse. Se escuchaban gemidos, suspiros, y chapoteos en esa cabina, claramente nadie los escucharía, o eso querían ellas.

Jinsoul no aguantó más el solo ver a pelirroja frotarse contra ella, así que la detuvo bruscamente, y con su diestra, alineó su venoso miembro, apunto de entrar en la resbaladiza intimidad de Hyunjin.

Un grito repentino y fuerte salió de los labios de la menor, Jinsoul había entrando en ella de manera abrupta, pero fue una de las mejores sensaciones que Hyunjin había sentido. Jungeun sonrió, e incluso pensó que hasta afuera se había escuchado ese agudo grito.

La pelinegra ni siquiera se molestó en esperar unos segundos a que la coreana se adaptara al grosor de su falo, pues ya había comenzado una serie de salvajes embestidas mientras sostenía la diminuta cintura de su amante.

1 cm, 19 cm, 1 cm, 19 cm.

Y así sucesivamente.

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