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ᴘᴀʀᴛᴇ ᴅᴏs

─ ¡Mierda, j-justo ahí! ─las jóvenes habían cambiado de posiciones.

La rubia se encontraba gimiendo fuertemente por los toques en su punto dulce que le propinaba su novia, y por otro lado, la pelirroja se encontraba con las piernas abiertas, tocándose, en el piso de aquella cabina, el rostro de Jungeun estaba a centímetros de su intimidad.

Jinsoul gruñía y jadeaba, con solo escuchar la palabra trío, ella excitaba como nunca.

Ahora por fin está cumpliendo su fantasía.

Jungeun dió un pequeño manotazo a Hyunjin, para que dejara de masturbarse, y en ese momento, hundió su cara justo en su entrepierna, la menor gimió a lo alto...

¿Era es esto estar en el paraíso? se preguntaba Hyunjin.

─ Oh... ¡Joder, sí! ─a la menor se le formó una amplía sonrisa en el rostro, Jungeun hacía muy bien su trabajo, moviendo su lengua de un lado al otro, y metiendo uno que otro dígito en su interior.

Pasaron unos cuantos segundos así, hasta que Hyunjin se levantó, y separó con lentitud a la pareja. Jinsoul por impulso, besó a la pelirroja, y esta correspondió gustosa, la rubia solo observaba con una sonrisa ladina.

Al separarse las dos, la rubia le susurró algo a la menor, algo que claramente no escuchó la pelinegra, Hyunjin asintió con entusiasmo, y con delicadeza, posaron a Jinsoul en el suelo, recostada, y con las piernas levemente abiertas, esta estaba un poco confundida, ¿Que harían ese par ahora?

La menor se posicionó en el regazo de la que estaba tumbada en el piso, y se removió en el con rapidez, las dos gimieron ante el tacto. Por otro lado, Jungeun, se puso de rodillas, pero dejando su intimidad, expuesta a su novia, básicamente, en su cara.

Jinsoul por fin entendió, y sin reproches ni dudas, le dió una gran lamida a aquél pedazo de carne que se encontraba en su rostro, cosa que hizo chillar de placer, a la rubia. La pelirroja, sin poder aguantar ni un segundo más, hundió el enorme miembro felizmente alzado en su interior, suspiró al tenerlo muy dentro.

Tanto Hyunjin, como Jungeun, comenzaron a gemir de forma desesperada, la pelirroja saltaba con fuerza sobre el falo de la mayor, quién gruñía por aquella brusquedad. Mientras que la rubia, se apoyó de los hombros de su amante, y se movió de adelante a atrás, dejándole el trabajo más fácil a Jinsoul.

La menor al ver la excitante imágen de Jungeun gimiendo, mordió su labio inferior, lastimándolo en el intento. Con su diestra, tomó de la nuca a la chica, y juntó sus frentes, sus cuerpos se encontraban calientes y sudados, sus respiraciones agitadas, y sus miradas desbordaban lujuria y deseo. Las jóvenes que disfrutaban del placer que les brindaba la pelinegra, juntaron sus labios fugazmente, dándose así cortos pero apasionados besos.

─ M-Me corro ─musitó Hyunjin en los labios de la rubia, quien jadeante sonrió, y la besó, y al separarse, las dos mayores murmuraron un "Házlo".

Y claro, la menor obedeció.

Sus fluidos recorrieron toda la longitud de la pelinegra, la cuál gruñó al sentir como la entrada de la pelirroja se contraía con cierta fuerza. Jungeun estaba más que extasiada, deleitándose con la comprometedora imágen de la cara de orgasmo de Hyunjin, la cuál seguía sin poder articular palabra alguna, con una capa de sudor cubriendo su frente, provocando que sus suaves hebras se pegaran a esta.

¡Otra por favor!

¡Sí, por favor !

¿Quieren otra?

¡SI!

Bien...─el hombre se dirigió al staff con una sonrisa, y les susurró algo inaudible. ─ ¿Recuerdan está canción, eh? ─ uno o dos minutos fueron los que el estadio estaba completamente en silencio, hasta que apenas las fans escucharon la melodía de Earned It, gritaron como nunca. Y comenzó a cantar, complaciendo a sus queridos y queridas fans.

La rubia mordió su belfo con fuerza, y llegó al clímax en la cara de su novia, la cuál gustosa, lamió cada parte de su orgasmo con desespero. Las tres se separaron, Jinsoul y Jungeun en una esquina, y Hyunjin en la otra, está última seguía analizando la situación, con la mirada perdida, pero a pesar de ello, su cuerpo seguía caliente y necesitado.

Las mayores se sonrieron cómplices, y gateando, se acercaron a la coreana menor peligrosamente, esta las miró con el ceño fruncido.

"Mierda, tan tierna y sexy" pensó Jungeun.

Jinsoul le dió un corto beso, para así bajar hasta su cuello, dejando lamidas, la rubia solo se limitó a imitar su acción, al final, las dos dejaron unas notorias marcas, indicando que la adorable muchacha, ya era suya.
La mayor se las tres, guió su boca hasta uno se los senos de la pelirroja, la cuál gimió nuevamente.

─ N-No... ─logró susurrar con suerte, Hyunjin.

─ ¿No qué, cariño? ─dijo Jungeun burlona ante la sensibilidad de la chica, sus labios se posaron en la suave y pálida piel de sus muslos, los cuales besó delicadamente. En este momento, Hyunjin era una princesa, recibiendo todo placer y cariño.

─ dénme unos segundos, p..por fav- ¡Ah! ─su muslito había quedado rojo, Jungeun lo había abofeteado, claro, sin mucha fuerza, pues no quería lastimarla.

─ ¿Porque? Solo queremos complacerte, amor... ─esta vez habló Jinsoul, con la voz ronca, cosa que hizo que a la menor tuviera un cosquilleo en su parte baja.

─ P-Pero, yo- ─recibió otra bofetada en su muslo interno.

─ Recibirás más, si no te dejas hacer, cariño. ─la menor no podía sentirse más sumisa y pequeña al lado de esas dos. Está asintió con lentitud, a lo que Jungeun besó nuevamente su muslo. ─ Muy bien.

Ni siquiera la rubia se dió cuenta cuando su novia introdujo su hábil y escurridiza lengua en la intimidad de Hyunjin, la cuál dió un saltillo, claramente no se lo venía venir. La mayor succionaba su clítoris con suavidad, de una manera que la hacía delirar, pidiendo por más. Por otro lado, la más alta, por fin atendió con sus manos, los erectos pezones de la pelirroja, los cuales apretó y sacudió.

Los gemidos, y jadeos suaves de Hyunjin, pasaron a ser gritos y suspiros fuertes y con más ganas que antes, se la estaba pasando realmente bien con las dos mayores, se sentía tan cómoda y excitada. El sentimiento era mutuo para las tres jóvenes.

─ b-bésame—Hyunjin recibió una pequeña palmada en su intimidad. ─ ¡Joder, Jungeun bésame, lo deseo! ─suplicó con los ojos entrecerrados.

La pelirroja iba a volver a suplicar, pero la rubia se lo impidió, ya que había acatado, y había besado a Hyunjin. Sus lenguas jugaban pícaramente, la menor gemía aún en aquél beso, por las sabrosas lamidas que le brindaba Jinsoul, algo que calentó a Jungeun de inmediato. Esta última, con descaro, se dispuso a chupar la lengua de la menor, la cuál solo se dejó.

Sus piernas temblaban, sin duda llegaría otra vez al orgasmo, y temía el no poder anunciarlo, pues con suerte podía gemir y balbucear. La rubia amasó los redonditos y ligeramente abultados pechos de Hyunjin, se separó de los carnosos labios de esta, y bajó los suyos hasta su pecho izquierdo, el cuál lamió y chupó como una bebé.

─ y-yo...

─ ¿Tu qué? ─habló Jinsoul, sobando con su mano la mojada zona de Hyunjin.

─ c-casi llego, ah~ ─cerró sus ojos al recibir palmaditas suaves en su entrada.

─ Tan sensible... ─murmuró la rubia mirando los orbes cafecinos de la peliazul. ─ Vamos, correte, estamos ansiosas de verte, pequeña.

Jungeun abandonó su lugar, y se posicionó su cara junto a Jinsoul, esperando poder tener todo el líquido en su boca. Hyunjin se masturbó un poco, hasta por fin llegar hasta su esperado, segundo orgasmo, algo que las mayores saborearon y disfrutaron sin duda alguna.

El concierto había acabado.

Muchas gracias a todos por venir, ¡Los quiero!

¡Nosotros también! gritaron un poco más, hasta que se cansaron. Finalmente, comenzaron a abandonar el estadio.

Las tres jóvenes ya se habían vestido, y arreglado de forma correcta. Salieron del lugar que se encontraban y fingieron que no había pasado nada, a pesar de que nadie les hacía caso.

─ ¿Y? ¿Nos volveremos a ver, verdad? ─cuestionó Hyunjin, algo decaída, ni ella sabía el porque quería tener a esas dos cerca.

─ Nos iremos a Japón en unos días... ─musitó Jinsoul. ─ Pero tal vez ─miró a Jungeun por un momento, y devolvió su mirada a la menor. ─ Puedas venir con nosotras.

La rubia saltó de felicidad y aplaudió, tomó las dos manos de la coreana menor, y las besó, cosa que hizo que se sonrojara.

─ Dí que sí, por favor ─hizo un puchero, Hyunjin y Jinsoul rieron por ello.

─ Claro, ¿Porque no? ─respondió rápidamente y sin pensar, algo que alegró a las mayores.

Las tres se dieron un beso de despedida, intercambiaron números para así estar en contacto, y al pendiente de la menor.

─ ¡Unnie, Unnie! ─gritó la castaña, saltando, para que su mayor la viera. Hyunjin rió, corrió hasta la chica y la abrazó. ─ ¿Dime qué pasó? ¿Todo bien? ─cuestionó sonriente.

─ Ah, Yerim... ─suspiró la mayor. ─ La mejor noche de mi vida, hasta ahora, y todo por mi maldita adicción. 


Gracias por leer, y también gracias a nayeluv por dejarme adaptar su obra

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