VI
❛❛Incluso si ocultarlo y disimularlo, no se puede borrar.❜❜
El tiempo pasó y Taehyung mejoró bastante además de volverse más cercano a quien se supone era su jefe.
Se sentía a gusto, Hoseok parecía no tener ni la más remota idea de su pasado, tal vez esa era la razón de su amable y cercano comportamiento.
―Tae~ ―Hoseok canturreó entrando a la vacía heladería―. Tu turno de trabajo acaba ya.
―¿Que? ―preguntó Taehyung observando a Hoseok bailar mientras graciosos sonidos salían de su boca.
―Aprovechando la falta de clientes, tengamos una cita ―hizo una reverencia imitando los movimientos de un príncipe que pedía la mano de su pareja de baile.
― ¿Cita?
―Cita.
«¿Qué intentas Hoseok?» se preguntó y mantuvo su mirada sobre el alegre chico, por momento la duda se instaló en su corazón.
En un silencio característico de su persona, Taehyung fue hasta la parte tracera y cambió su uniforme por ropa casual, holgada y oscura para salir junto a Hoseok, no sin antes cerrar el local.
―Iremos a mi lugar favorito en este pequeño pueblo ―mencionó el mayor mientras caminaba con Taehyung a su lado.
Juntos recorrieron lo que parecía un largo camino. Hoseok parecía ser muy conocido y querido en el pueblo, mientras que Taehyung era todo lo contrario, aquello parecía parar desapercibido para Hoseok aunque era obvia la reacción de la gente al ver quien estaba a su lado.
―Hoseok, ¿Como llegaste aquí? ―preguntó una vez se alejaron del centro, cada vez habían menos personas.
―Hace unos cinco años, era mi cumpleaños número 21, mis padres me regalaron un auto pero lo estrellé mientras lo probaba ―se rascó la nuca avergonzado―. Quedó incrustado en una esquina. Trabajé muy duro para pagar los daños y arreglar mi auto, trabajé en cada local en este lugar, por eso todos me conocen. Con el tiempo decidí quedarme y adquirí el lugar donde ahora se encuentra mi heladería.
Taehyung asintió haciéndole saber que estaba escuchando a pesar de su silencio.
―Llegamos ―anunció.
El lugar favorito de Hoseok era una piscina vacía y abandonada, cientos de graffitis decoraban el interior y en una de las esquinas un deteriorado sofa acababa de componer el ambiente.
Taehyung conocía aquel lugar, varias veces fue su refugio y lienzo. Si se esforzaba, podía reconocer los graffitis que había hecho en el pasado.
―Ahora cuentame de ti ―Hoseok rompió el silencio como, ya era costumbre―. ¿Por qué la gente murmura sobre ti?
―Nadie murmura sobre mi ―Taehyung se movió nervioso, la pregunta lo tomó por sorpresa.
Hoseok solo lo observó con una expresión que podía ser traducida como un "No soy tonto" así que al final termino contándole todo.
A medida que Taehyung hablaba, Hoseok observaba con detalles las expresiones y muecas que hacía en chico, como sus ojos se volvían tristes a medida que la historia avanzaba.
―La gente del pueblo cuenta una historia muy distinta, suena más a leyenda ―trató de aliviar el ambiente con su comentario. Si había escuchado algunas referencias a un accidente en uno de los edificios recidenciales del pueblo, pero nunca pensó que hablaban de Taehyung.
―No deberías haberme contratado ―Taehyung se agachó y tomó una pequeña piedra para luego lanzarla―. De seguro antes tenias muchos clientes, desde que empecé a trabajar pocas personas entran.
―En realidad siempre hay pocos clientes ―levantó sus hombros―. No le va muy bien a la heladería, es más como un hobby, trato de no desesperarme.
Taehyung por un momento pensó que solo mentía, pero la sincera sonrisa que le dedicaba su jefe lo hacía arrepentirse de dudar de él.
―Tienes una linda sonrisa ―le hizo un cumplido al mayor.
―Tu también, espero poder verla más seguido.
Thighs~
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