Canción: Infinity - The Spacies.

| Eres mío. |

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"Después del final de nuestro último día, todo va a estar bien."

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Su relación con Peter, por así decirlo, estaba yendo mejor que nunca.

Aún podía ver la inseguridad y culpabilidad en los ojos de Peter cada vez que lo observaba atentamente. El miedo de que él en algún momento decidiera alejarse estaba ahí, cada vez que se miraban fijamente, de igual manera el temor por hacerle daño y la culpabilidad que el menor sentía por haberle pedido que se quedara.

No iba a negar que tenía miedo, por supuesto que lo tenía, a fin de cuentas, era humano y todos los humanos temían a algo, pero la necesidad de quedarse con él y hacerle sentir bien era mayor que todo.

Estaba enamorado, eso ya era un hecho. Había pasado tan rápido que ni siquiera había podido -ni querido- evitarlo. Peter una vez le dijo que se iba a terminar arrepintiendo, pero él sabía que no era así. Pero incluso, por más que le asegurara a Peter que iba a estar bien, la duda siempre persistía en los ojos del menor.

Reprimió el impulso de quitarle el cigarrillo que estaba fumando Peter al llegar al departamento.
Últimamente fumaba casi todos los días con la excusa de que estaba demasiado estresado, pero ninguna vez le había dicho qué le causaba estrés. Tenía una pequeña idea en mente, pero no se atrevía a decirla en voz alta.

—Hola —Peter le sonrió como bienvenida, no se resistió al inclinarse hacia adelante y hacer contacto con los labios de el menor, que sabían al jodido cigarrillo—. Veo que vienes de buen humor.

—Así es —decidió quitarse la chaqueta y dejarla en el sofá, Peter solo le observó atentamente. —¿Estás estresado de nuevo?

El chico asintió, dándole otra calada al cigarrillo.
Se acercó a Peter y se lo quitó con gentileza para darle una calada y luego volver a besar al menor.

—Eso es trampa —Peter dijo entre besos al darse cuenta de que él había apagado el cigarrillo.

Ignoró lo dicho y le succionó el labio inferior, antes de invadir la cavidad bucal mezclando sus lenguas. Peter gimió, antes de separarse por la falta de oxígeno, recostando el rostro en su hombro.

—¿Por qué estás tan estresado? —interrogó con un poco de temor, pero Peter solo suspiró.

—Steve se está metiendo conmigo cada que puede en las clases —apretó los labios, porque era lo que había imaginado—. Es bastante pesado y me frustra porque ahora tengo que lidiar con él aparte de los demás problemas.

Tomó aire tratando de calmarse, pero no funcionó. Entonces, decidió pensar en lo tranquilo que se veía Peter la noche anterior durmiendo, expresión relajada y respiración lenta.

Se relajó instantáneamente.

—No quería hablar con él porque pensé que iba a ser suficiente con lo que le habías dicho, pero creo que tendré que poner cartas en el asunto.

Por una fracción de segundos, notó un poco de miedo en los ojos de Peter y entendió por qué no le había dicho antes lo de Steve.

Es normal que tenga miedo, pero se dio cuenta de que no tiene miedo de que hable con Rogers, no, Peter tiene miedo de que él se de cuenta que aún tiene sentimientos por Rogers, cosa que es simplemente absurda. Quiere decirle que lo ama con toda su alma y que probablemente lo va a hacer después de que se muera, pero sabe que eso solo sería ponerle más presión, por lo que no dice nada.

—No tienes por qué hablar con él.

—Si es necesario. Estoy arto de que se siga metiendo en mi vida cuando fue él quién terminó con la relación que teníamos por su mejor amigo. No es justo, hizo lo mismo con Pepper y no voy a permitir que haga lo mismo contigo, ¿bien? Es momento de que entienda que ya no siento nada por él.

Peter se relajó notablemente, luego lo besó de nuevo.

Estaba seguro de que jamás se iba a cansar de los suaves y cálidos labios del castaño.

—Creo que he encontrado una mejor manera de relajarme —la voz de Peter es un susurro, pero él lo escucha a la perfección.

—¿Sí? —interrogó sonriendo, Peter solo asintió antes de volver a besarle con más determinación.

Estaba seguro de que alguno de estos días Peter iba terminar con la poca cordura que poseía.

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Ese día se despertó en su departamento, con un problema en sus pantalones.

Al principio se resistió a hacerse cargo, pero luego, cuando se da cuenta de que no va a bajar, decidió ya no hacerlo, por lo que en algún momento simplemente desliza su pantalón y ropa interior hacía abajo, lo suficiente como para poder tocarse.

Sus dedos se envuelven en su erección y se da cuenta de que está más duro de lo que ha estado en un par de meses. Cierra los ojos y baja suavemente su mano, luego la vuelve a subir, gimiendo involuntariamente cuando sus dedos tocan la punta de su pene.

El contacto se siente increíble, pero no es suficiente. De un momento a otro, se encuentra imaginando que es Peter quién esta rodeando su pene con sus pálidos y delgados dedos. Se sintió caliente por el simple hecho de estar imaginando eso. Su mano se apretó más a su erección, haciéndolo gemir y darse cuenta de que esta más duro y sensible.

Siguió bajando su mano con lentitud, dándose el tiempo de que sus dedos puedan acariciar con obscenidad la punta de su erección. Su mente siguió haciéndole pensar que es Peter quién lo esta masturbando, por lo que se dedica a hacerlo con más delicadeza. Está seguro de que Peter lo haría suave también, dándose el tiempo de acariciar sus testículos y luego de volver a subir tortuosamente viéndole directamente a los ojos.

—Ah, Peter...joder...—sus labios invocan el nombre del chico sin registrarlo.

La imagen de Peter con los ojos dilatados y las mejillas rojas, mientras acaricia su pene le hacen arquearse, tiras blancas de semen salen de su pene, corriéndose inesperadamente. Su mente colapsa al sentir la corriente del orgasmo golpearle con fuerza.

Su respiración agitada volvió a ser lenta minutos después, su cuerpo se sentía más relajado que nunca y no estava seguro si iba a poder ver a Peter a la cara sin sonrojarse. Una parte de su mente le dice que obviamente lo va a poder hacer, pero él la ignoró en ese momento.

Decidió ducharse y deshacerse de lo pegajoso en sus manos y en su abdomen.

Aún pensaba ir a charlar con Rogers ese día, por lo que no tenía tiempo de sobra como para darse una larga ducha, así que salió rápidamente y luego se vistió de manera informal.

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Había tenido suerte al llegar, ya que algunos aún estaban en clases y Rogers ya había acabado las suyas en ese momento.

Saludó a Odinson antes de dirigirse a la oficina de Peter.

No creía que esa discusión fuese a terminar rápido, por lo que se dio el tiempo de acomodarse un poco ya que Rogers no estaba, seguramente iba a llegar en algunos minutos, ya que varios chicos le habían visto y ahora media Universidad sabría que estaba ahí.

Se mordió el labio inferior esperando que Peter no se fuera a enojar por no decirle que iría ese día, cuando tomó su móvil para enviarle un mensaje Steve entró a la habitación.

—Stark, cuánto tiempo de no verte.

La sonrisa amable de Steve le hizo sentirse enfermo, por lo que desvió la vista cuando el ojiazul se sentó frente a él.

—Hubiese deseado que fuera más.

Rogers alzó una ceja. 

—¿Debo asumir que quieres hablar de algún tema personal conmigo entonces?

Asintió, intentando mantenerse lo más relajado y tranquilo posible.

Por supuesto que era personal, es más, dos años atrás jamás hubiese imaginado que aborrecería estar en una misma habitación que Rogers, pero ahora lo hacía.

Su relación con Pepper había sido influyente, todo el mundo se había dado enterado cuando comenzaron a salir. En cambio, con Steve había sido una relación oculta, que había salido a la luz después de terminar con Pepper.

—Así es.

—Bien, entonces resolvamos esto.

Steve se acomodó mejor en la silla y de pronto le entraron  ganas de dejarle un bonito moretón en su estúpida cara.

Pero se obligó a relajarse.

—Me enteré de que tuviste un...una charla con Peter.

Rogers sonrió divertido.

—Ah, es por eso, pensé que vendrías más rápido a defender a tu niño.

Si no supiera que Steve lo podría demandar por golpearle, ya lo hubiese hecho.

—No es mi niño, para que lo sepas. Él es capaz de defenderse solo, pero no voy a permitir que lo metas a él en problemas que son solo entre tú y yo.

—Bien —dijo Rogers —. Pensé que iba a ser lo suficientemente discreto como para no ir corriendo como niño hacia ti y decirte que había tratado de hablar con él.

—Realmente —respondió—, él no quería decírmelo, pero supongo que las parejas no tienen secretos, ¿verdad?

Rogers lo miró sorprendido. Claramente no se lo esperaba.

—¿Pareja? —se recuperó—. Vaya, ahora sales con niños.

Sonrió burlón.

—No realmente, tiene veintiún años, es mayor de edad. Y créeme, a su edad es la persona más madura con la que he salido.

Steve hace una mueca y luego trató de sonreír.

—Claro que sí, es alguien que no sabe nada de la vida.

—Te vuelves a equivocar en ello. —fingió decepción—. Sabe lo suficiente como para saber decir lo que quiere y no jugar con las personas.

—Vamos, ¿tan enamorado estabas que no has superado eso? —de burló Rogers, pero él puede ver lo mucho que le afectó el comentario anterior.

—No de hecho —Steve alzó una ceja—. No estaba enamorado de ti, te amaba, lo admito, pero yo sabía desde el principio lo que tenías con Barnes, por lo que no me permití enamorarme de ti. Fue difícil descubrir la clases de persona que eres, ¿sabes? Siempre hablando de moral cuando eres el más inmoral de todos. No teníamos futuro.

—¿Crees que tienes futuro con Parker?

No, no lo tenía, pero no por los motivos que Rogers deseaba. Además, nunca se lo diría.

—Sí —mintió con serenidad—. Así que creo que es momento de que lo superes y me dejes ser feliz con Peter. Algo que no tú no pudiste hacerme.

No esperó una respuesta de Steve, por lo que cuando salió de la oficina y caminó por los pasillos se dio cuenta de que la mayoría de las clases han terminado. Buscó a Peter por los pasillos ignorando a el resto de estudiantes.

Su estómago se retorció cuando lo encontró hablando con Osborn y una chica rubia, a simple vista, incómodo.

—Tony.

Peter sonrió, pero la chica y Harry solo se botaron desagradados.

—Hola —dijo—. ¿Podemos hablar?

—Por supuesto. —Peter se giró hacia Harry y la chica—. Nos vemos luego.

El chico ni siquiera esperó una respuesta antes de tomarlo de la mano y de comenzar a arrastrarlo por los pasillos, buscando la salida.

—¿Estás bien?

Peter solo le sonrió.

—Por supuesto. Sólo es incómodo hablar con Harry y Gwen luego de que me relacionaran contigo, ¿sabes? No es por ti, ellos parecen en contra de que te hable —confesó—. ¿Cómo estás tú?

—Maravilloso ahora que te veo.

Peter rodó los ojos, pero aún así se sonrojó de todos modos. 

—Cursi.

—Tú me haces así, pero me declaro culpable, ¿me vas a demandar? —Preguntó juguetón, el menor le sonrió dulcemente.

—No —susurró, antes de besarlo.

Su pecho quema y se imaginó que haría sin Peter.

No, él no podía imaginar eso en ese momento. Simplemente...se sentía perdido y vacío al hacerlo. Algún día tendría que pensar en ello, pero no sería en ese momento.

Iba a cumplir con lo prometido, se iba a quedar con Peter y le iba a hacer pasar los mejores últimos meses de su vida.

Sólo esperaba que al final todo estuviera bien.

—Eres mío —Peter dijo entre un beso, haciéndolo sonreír. 

—Lo soy —respondió, una de las manos de Peter tiró de su cabello, provocando una oleada de placer y un gemido en él. Estaban en público—. Te amo.

Sintió miedo al darse cuenta de lo que había dicho, sobretodo porque Peter no respondió, pero cuando observó sus orbes chocolates y vio amor en ellos, el miedo se desvaneció como si fuera ceniza.

Se sintió seguro.