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III


| Preocupación. |

Ese día era de los que él se despertaba y sentía que nada a su alrededor estaba bien. La necesidad de tranquilizarse hacía que sólo se pusiera peor.

Sentía dolor en su pecho, sinceramente la pasaba mal ese tipo de días. Sentía cómo si su corazón llorara o quizás algo peor.

-¿Te sientes bien? -Michelle preguntó, en uno de los recesos cuando se encontraron en un pasillo.

Él negó, sin agregar nada. No había necesidad de que lo hiciera tampoco. Michelle era de las amigas que comprendía sin necesidad de palabras y eso era algo que Peter apreciaba inmensamente.

Ese día ella no insistió en ningún tema en especial cuando se volvieron a encontrar después de cada clase, incluso fumó un poco con él, sin decirle absolutamente nada.

Cuando llegó a su departamento, estaba cansado mental y físicamente. No había comido nada en todo el día, el apetito se había esfumado completamente de él y estaba teniendo algunas dificultades para respirar.

Entonces supo que ese día no sólo iba a lidiar con problemas psicológicos, si no también de salud.
Se recostó en la cama y cerró los ojos. Se transportó al pasado, dónde todo estaba bien y él no tenía que lidiar con una gran cantidad de problemas de todo tipo.

Su mente recordó a sus padres. La vida había sido tan injusta que había decidido quitárselos cuando él apenas era un niño. Cuando entró a la etapa adolescente se dio cuenta de que su atracción no era hacía las mujeres, no había sufrido problemas de aceptación. A Ben y a May no les había importado que él saliera con un chico, porque decían que las personas no se medían por los gustos o apariencias, decían que la pureza y los sentimientos estaban en el corazón. Lastimosamente, no todas las personas pensaban igual, eso le había cobrado factura a Simón, su novio en la secundaria. Simón se había unido a la lista de personas cercanas que habían muerto. Los típicos matones lo habían atormentado demasiado por el simple hecho de ser un "marica", como ellos les llamaban. Había sido una pérdida dolorosa para él, porque había sido su primer amor. Cuando fue al funeral y vio a los chicos que habían causado la muerte de Simón mirando con lastima a la familia había decidido que iba a estudiar Derecho y se iba a encargar de castigar a todas las personas que hacían cosas similares y no iba a tener piedad. Por Simón.

Cuando se había mudado a New York dejando atrás a sus tíos se dio cuenta de que no se había equivocado. Inmediatamente se había sentido atraído como imán a Tony Stark sin siquiera conocerlo. Pasó unos años investigando un poco sobre la vida personal de él.

Se había cortado cuando se dio cuenta de que ya no era sólo admiración lo que comenzaba a sentir, cuando se lo había encontrado en la biblioteca, se había acordado de Simón, porque cuando el chico no estaba siendo atormentado por sus compañeros, tenía un carácter y una forma de manejarse parecida a la de Tony. Claramente no había sido tan fuerte a las horas de las horas, pero él ni siquiera estaba seguro como era que había sobrevivido al infierno que le habían hecho pasar.

Después de Simón, una parte de él se había perdido y por más que trataba de recuperar esa parte, simplemente no había podido.

Sintió las lágrimas bajar por sus mejillas y las limpió rápidamente. Se sentía tan solo, sus tíos estaban lejos y sólo tenía a Michelle, pero ella también lidiaba con sus propios problemas. Peter no quería ser una caega para ella.

La soledad era todo lo que podía sentir y saborear en ese tiempo.

Limpió nuevamente las lágrimas cuando escuchó que tocaron su puerta, había perdido la noción del tiempo y no tenía ni idea de quién estaba tocando, aún así, caminó hacia la puerta arrastrando sus pasos.

-Peter...-la voz de Tony suena suave, él se sintió un poco abrumado de verlo parado frente a su puerta.

-¿Pasó algo? -trató de sonar lo más amable posible, Tony lo estaba viendo fijamente. Peter esperaba ver lástima en los ojos de él, pero lo cierto era que se mostraba inexpresivo.

-Vine porque no fuiste hoy a la biblioteca y...-Tony se detuvo, pero Peter no necesitaba que terminara la frase para saber que iba a decir.

-Estaba preocupado...-completó, incrédulo, Tony asintió. Le tardó unos segundos recuperarse-. Pues...estoy bien, si no le molesta, me gustaría estar solo.

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando Tony puso una mano en su muñeca.

-Espera...-Tony se pausó a sí mismo, luego negó con la cabeza-. No creo que deberías estar solo... yo- quiero decir. A veces nos hace bien un poco de compañía cuando estamos mal y si tú quieres... yo podría...

La oración quedó a medias, pero sabía que era lo que Tony había querido decir.

Eso provocó que sus ojos se llenaran de lágrimas nuevamente, cuando el recuerdo de Simón volvió nuevamente a él, porque Simón hubiese hecho lo mismo, pero él sabía que Tony y Simón no eran exactamente iguales, por lo que se obligó a no seguirlos comparando.

Tony se adentró en su casa, cerrando la puerta atrás de él y lo envolvió entre sus brazos. Se preguntó internamente si Tony podría sostenerlo siempre, porque realmente se siente bien estar entre sus brazos.

-No estoy bien -murmuró suavemente, no sabía si sentirse avergonzado por ser con Tony con quién se vaya a sincerar y desahogar, sinceramente, no lo quería pensar demasiado. Tony estaba a punto de soltarlo-. No me sueltes. Sólo envuélveme en tus brazos.

«No quiero estar en otro lugar ahora mismo.» Pensó. Pero no se atrevió a decirlo. Temía que Tony se fuera en el momento en el que las palabras abandonaran sus labios.

Tony los guió hacia uno de los sofás de la sala, mientras comenzaba a acariciarle la espalda. Se dio cuenta de que realmente estaba jodido si Tony decidía alejarse de él en algún momento.

-Dime que te pasa -Tony pidió. Él ocultó su rostro en el cuello del mayor, se sentía tan íntimo, que le encantaba, pero también lo hacía sentirse avergonzado.

-Me siento solo -la sinceridad en su voz era palpable y no sólo porque sonaba rota-. Siento que no soy el mismo de antes, he cambiado tanto este año que no te imaginas todo lo que eso ha ocasionado en mi. -Hizo una pausa-. Es tan jodidamente difícil tener tantas cosas en mi mente, me abruma. Suelo tener ataques de pánico muy seguido por ello pero los manejo, realmente el...

-¿Qué pasa? -Tony interrogó, ansioso.

No sabía si decirle o no, no sabía que iba a pasar después de que lo hiciera y tenía miedo. Su vida nunca había sido fácil, y tenía miedo de que contarle al mayor su secreto la hiciera aún más complicada.

Una parte de él sentía que iba a meter a Tony en cosas que no correspondían, pero la necesidad de que le ayudara era peor.

-Tengo cáncer de pulmón -las manos de Tony se paralizaron en su espalda, donde antes habían estado acariciando con suavidad. Cerró los ojos fuertemente, luchando contra el impulso de llorar de nuevo-. Eso lo hace todo más difícil, porque cada vez que me siento mal tengo miedo de que sea mi último día en esta vida, y no es fácil lidiar con eso.

Tony lo acunó más fuerte en sus brazos.

-No sé que decir... -por lo rota que suena la voz de Tony, se da cuenta de que esta llorando, lo confirma cuando siente las lágrimas calientes penetrar su playera.

-No digas nada... -pidió-. Solo quédate conmigo y no me dejes. Solo abrázame.

Supo que no lo iba a abandonar cuando las caricias del mayor se reanudaron sobre su espalda, transmitiendole una calma y una paz que hace tiempo no sentía. El rostro del mayor se enterró en su cuello, cosa que lo hizo estremecerse.

La sonrisa de Tony contra su cuello le dijo que lo había sentido.

Cuando se despertó, se dio cuenta de que estaba acostado en la cama, Tony estaba con él.

Tony estaba ahí.

Tony realmente no se había ido

Se sorprendió un poco al ver la hora, generalmente no solía dormir demasiado en el día e incluso a veces en la noche.

-¿Cómo te sientes? -Tony preguntó, con voz ronca.

Lo miró.

-Ligero -contestó, con sinceridad-. Gracias por quedarte, sé...

-No -Tony lo cortó, poniendo un dedo sobre sus labios, luego delineándolos suavemente-. No te disculpes ni agradezcas. Me quedé porque realmente quería estar contigo. Sé que es algo que no estoy obligado a hacer, pero yo quería. Así que por favor no lo menciones.

-Está bien.

-¿Has..?

-Sí... -suspiró, sabiendo que era lo que Tony había querido decir-. La última vez que tuve una consulta con el doctor que está encargado de mi, estaba entrando a la última etapa.

Por supuesto que Tony sabía qué significaba eso.

Se preguntó, interinamente, qué pensaba Tony de él en ese momento.

Es decir, lo conoció hace uno o dos meses, había convivido con él un poco, pero esto era totalmente diferente. No tenía ni idea de si el mayor en realidad se quedaría a pasar los últimos días o meses de su vida, o si se iba a marchar y lo iba a dejar solo.

Algo le decía que no, algo le decía que Tony sabía lo que era que lo abandonaran en el peor momento y que por eso no lo dejaría.

-No me voy a alejar de ti si eso es lo que piensas.

Tony lo sacó de sus pensamientos.

-Sabes, mi novio de la secundaria me dijo eso una vez.

Se cortó a sí mismo cuando se dió cuenta de lo que había dicho. Ni siquiera podía pensar con claridad en ese momento.

Simón le había prometido que siempre iba a estar con él, que en ningún momento le iba a dejar, y al final si lo había hecho. Lo había dejado solo.

-¿Qué paso? -Tony preguntó con cautela.

Cerró los ojos, le había contado muchas cosas a Tony en un mismo día, y a pesar de que no lo conocía mucho, sentía la confianza para seguirle contando su vida.

De alguna manera rara, ellos se complementaban bien.

-Se suicidó -dijo en un hilo de voz, volviendo a abrir los ojos. Tony apretó los labios-. No fue su culpa realmente, la presión de ocultar constantemente sus gustos en su casa y el hecho de que los estúpidos de mis compañeros no nos dejaran en paz ni un solo día de la semana influyó mucho.

-Nuevamente, no sé que decir. Pudiera decir que lo siento, pero realmente sólo tú pasaste por todo ese dolor, yo no lo hice -murmuró Tony en voz baja-. No te voy a dejar. Buscaremos una solución, lo prometo, haré todo lo que este en mis manos para ver si encontramos algún tipo de alternativa.

Sabía que no debía hacerse ningún tipo de ilusión. El Doctor le había dicho claramente que estaba en un punto de no-retorno. Aún así, los brazos de Tony alrededor de su cintura por el resto de la noche se sintieron más que bien.

• ✿ •

Pueden dejar sus insultos aquí. :D

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