❝ ᴄᴇʟᴜʟᴀʀ ᴘᴀʀᴀ ᴅᴏꜱ ❞
Me llegaron ganas de hacer fluff, ¿Les parece?-
Luxent is love, Luxent is life
Un teléfono nuevo era lo que había recibido. Si, después de prácticamente 1 año que no usaba uno, y por supuesto, su esposo era el primer interesado en aquel dispositivo.
Rodó su orbe, guardando el móvil en uno de los amplios bolsillos de su sudadera. No le interesaba la verdad el tener uno o no, no lo veía realmente necesario, pero ya qué, ahora poseía nuevamente una de esas cosas.
El aparato vibró, un mensaje, ya imaginaba de quién podría ser. Con algo de desgano lo tomó, desbloqueando la pantalla y entrando a la aplicación la cual tenía una notificación.
—Luxan. —Suspiró para finalmente adentrarse en el chat con su pareja. —. . . —Corazones. 'Vale, lindo detalle, pero estoy literalmente en la misma casa, solo tienes que bajar unas cuantas gradas y decírmelo en la cara.' Pensó en aquel instante.
¿Qué hizo entonces? Simple, contestar los mismos 3 corazones rojos que le había enviado. Lo que no sabía, era que había desatado una guerra.
No tardaron en llegar más notificaciones, más corazones. Frunció levemente el ceño con un ligero sonrojo en sus mejillas. —¿Por qué haces esto? —Susurró inaudiblemente para, literalmente, copiar el mensaje.
Las ganas de café lo llamaron, dejando el dispositivo en el sofá. No debieron pasar ni 5 minutos cuando regresó, y para su sorpresa, su teléfono estaba convulsionando. Lo tomó tomando su café algo extrañado, dudaba que todos esos fueran de Luxan, ¿Verdad?
Casi se atraganta al ver los 14 mensajes seguidos conteniendo miles y miles de corazones que no podía ni ver cuantos eran en realidad. Su rostro se tiñó de morado mientras arqueaba una ceja, no entendía por completo que estaba sucediendo, pero tan pronto entró al chat, los mensajes se detuvieron.
—¿Qué estás jugando? —Musitó entre dientes pero sin estar enojado. Nuevamente, se tomó el trabajo de copiar uno de los extensos mensajes en el portapapeles de su celular y enviárselo de regreso, apagando la pantalla.
'27... 27 mensajes...' Se comentaba mentalmente con miedo de si quiera ingresar al menú. No sabía si lo estaba molestando o no, incluso comenzaba a dudar si es que él estaba escribiendo la monstruosa cantidad de corazones rojizos que le eran enviados.
Su expresión se afiló más, notablemente frunciendo sus cejas en una mezcla de halago, confusión y enojo. ¿Qué se supone que debía hacer ahora? ¡Y lo peor de todo es que los mensajes continuaban llegando! ¡Ni si quiera había visto los últimos!
En un bufido apartó el electrodoméstico al otro lado del sillón, poniéndose de pie, dejando su taza ya vacía en la pequeña mesita que tenía al frente. Subió los escalones, entrando a la sala en donde el de orbes bicolor se hallaba, y arrebatándole el objeto de sus manos. —Detente.— Sentenció sonrojado.
—No creo. —La sonrisa desafiante que le había dado simplemente hizo que sus pómulos ardieran más. —¿Por qué te molesta? —Preguntó simple. —Yyyy, podrías devolverme mi celular si no es molestia. —Rio en forma de burla, ¿Quién se hubiera imaginado todo el escándalo por unos cuántos (demasiados) corazones?
Lanzó el teléfono suavemente al colchón, el cual rebotó muy ligeramente por el impacto. —No quiero regresar para decírtelo de nuevo. —Chasqueó su lengua junto con un ceño levemente fruncido, abandonando la habitación.
No creerán que así acaba la historia, ¿O si? Claro que no, Luxan no es de esos que se rinden fácil, no señor.
Por el momento en el que Silent estaba de regreso en la comodidad del sofá en el que se había instalado, una avalancha le llegó de nuevo. Reprimió un insulto, saliendo un gruñido hablado y algo ahogado en su propia cavidad en reflejo. Su expresión se afiló, '¿Qué demonios acabo de decir?'
No. Por más tonto que sonase, no estaba enojado. Si, puede ser que su rostro y (probablemente) su lenguaje corporal dijera lo contrario, pero pronto eso fue desmentido gracias a un enorme sonrojo que lo iluminó hasta el cuello. '47 ESTÚPIDOS MENSAJES.' —NO PUEDE SER LUXAN.- —Exclamó sin darse cuenta. (Bueno, puede ser que esté algo enojado.) Desventajas de ser una persona que siempre está metida en sus pensamientos.
Unos segundos pasaron para que el cascarrabias ya se encontrara arriba de las escaleras otra vez. No pudo aguantar unas carcajadas. —No hice nada, lo juro. —Justificó para nada serio. No podía tomárselo enserio.
—Basta. —Parecía que acababa de decir una sentencia de muerte. —Deja de enviarme esos BENDITOS corazones de una buena vez. —Resaltó la palabra que originalmente era otra en su cabeza, una menos "suave". Gruñó sin poder mantener la mirada en la del bicolor, se encontraba demasiado avergonzado como para (si quiera) tratar de mantenerse firme.
Reía un poco más, pero de forma algo cautelosa para no enfadar a su pareja más de la cuenta. —No lo haré, me gusta verte así de bonito. —Arruinó su "cautela" con esa respuesta.
—. . . No. —Abrió un portal (Que nunca los usaba porque le drenaban energía de más, pero no le importó ni un pepino en esos momentos) y lanzó el dispositivo lo más lejos que pudo. Ajá, así como lo leyeron, un celular perfectamente en buen estado tirado a la basura (O al infinito para ser específicos).
Su cara lo decía todo. —Noooooo. Asesinoooooo. —Con un chasquido de dedos aquella ventana a un vacío negruzco se había cerrado.
—Eso te mantendrá calmado. —Sin más, se retiró, ignorando la mirada que se posaba ahora en su espalda. Y, (por si se lo preguntaban) no, no le dejaría su móvil, suficientes "problemas" tenía ya con que Luxan quisiera enviarle infinitos corazones, aunque la verdad, no era un gran problema que digamos.
Ocultó su rostro en la capucha peluda de su confiable y holgada chaqueta, perfecta para querer desaparecer de la existencia. Nah, era un blandito, si aquel tonto que se llamaba Luxan le seguía enviando corazones, se iba a morir de un ataque de diabetes, y la peor parte es que amaba/odiaba sentirse así con él.
'Es como sentir mariposas.' Dijo mentalmente con asco. Se sentía como si fuera un adolescente que se enamoró por primera vez (de nuevo). Decidió ya no pensar en eso (a pesar de que es el experto mundial en sobrepensar hasta la más mínima cosa) y no darle más vueltas al asunto, ya estaba solucionado de todas maneras.
Y, como si el universo lo escuchara, el teléfono guardado en su bolsillo vibró. Suspiró en alivio, se había deshecho de esa cosa que su pareja usaba para torturarlo psicológicamente, obviamente era otra persona quién le escribía (Esperaba que fuera su hermana o si quiera su mamá). El universo si que lo escuchó, pero para mal.
—. . . —Se quedó en silencio analizando la exorbitante cantidad de emoticonos recibidos.
Se tomó el esfuerzo de revisar la foto de perfil: La foto era una de su propia hermana (la androide April) posando de una manera linda y con un marco de corazones y dragoncitos rodeándola.
'Ruker.' Respondió sin dudar.
La pregunta era, ¿Qué demonios había hecho para que su cuñado le enviara corazones? Otra respuesta simple la verdad, la extorsión del bicolor hacia su hermano. No quería imaginarse como lo había torturado para que le entregue su celular, pero ahí estaba, había ganado para seguir molestándolo.
—"Devuélvele el celular a Ruker." —Escribió. No tenía las ganas de volver a subir las escaleras y arrebatarle otro dispositivo de las manos
—"Por fin te atreves a responder." —Un emoji molesto. —"No, no pararé hasta que te disculpes por mi celular y lo repongas."
Estaba indignado. 'Como te atreves.'
Una nueva ola de envíos recibió, ni se molestó en mirarlos. Todo esto era una estupidez, y estaba decidido a acabar con ella, incluso asesinarla si era necesario.
¿Cuántas veces había ascendido y descendido por aquellas gradas? Perdió la cuenta.
Con la peor (o mejor) cara de pocos amigos que tenía, casi patea la puerta abierta, creando un nuevo portal y lanzando el aparato lejos. —Que. Mierdas. Quieres. —Cerró la ventana interdimensional.
Se asemejaba a un lobo defendiendo su territorio. La nariz fruncida y mostrando parte de sus dientes (incluyendo sus colmillos) mientras pronunciaba las palabras de mala gana.
—Quiero un nuevo celular.
—JA. JA. Que gracioso. —Usó un sarcasmo ácido. —No haré eso.
—Eso es lo que quiero.
Masajeó las arrugas que inevitablemente se formaron al juntar sus cejas tan agresivamente. —Acabo de destruir esa cosa, incluso la mía, porque no dejas de joder con mandarme corazones.
Arqueando una ceja preguntó una vez más. —¿Por qué te molesta tanto? ¿No quieres que demuestre afecto? ¡Estamos casados! ¡Eso no tiene sentido! —Reclamó (Ciertamente teniendo un buen punto).
Gruñó pareciendo aún más encolerizado que antes. —¡No es eso! —Justificó su reacción.
—¿¡Qué es entonces?!
—¡¡Deja de hacerme sentir como si fuera un niño!! —Se sentó en el suelo de madera, apoyándose en la cama. —Deja de tratarme como si fuera lo mejor del mundo, no lo soy, nunca lo seré. —Suspiró más relajado de escupir lo que tenía aprisionado.
Abrazó sus piernas, solo ahora se daba cuenta de lo egoísta que había sonado. Una mueca rara se plantó en su rostro, abrió los labios para disculparse solamente para ser cortado por una risa (una risa estruendosa por cierto).
Si, iba a burlarse y nadie podía evitarlo. —¿Mis encantos son demasiado para ti? —Se fijó en la expresión algo indescifrable del contrario. —Mira, Sil, dejando de lado las bromas que seguramente luego haré, —Pronunció con una ancha sonrisa imaginándoselas. —Para mi si eres lo mejor del mundo, por algo nos casamos, y el matrimonio se supone que es para siempre. No eres solamente precioso físicamente, también eres alguien hermoso por dentro.
Incluso su consciencia se había quedado callada para atender lo que decía su esposo.
—No me importa que digas que no lo eres, para mi, no eres solo lo más lindo del mundo, eres mi mundo. —Una flecha le atravesó el corazón al escuchar aquella oración. —Ven aquí Emo sin autoestima.
Hizo caso, abalanzándose a los brazos que lo rodeaban mientras que él se limitaba a ocultar su rostro en el cuello ajeno (resaltando lo contento que estaba, aunque algo avergonzado también).
Por fin habló. —Te detesto por hacerme sentir tantas cosas a la vez. —Acarició sus mejillas, delineando las medias lunas rojizas que poseía con sus pulgares. —Deja de decir cosas tan cursis, terminarás matándome. —Le dedicó una linda sonrisa, una de esas que solo sacaba con Chrome cerca.
—Yo también te amo. —Besó sus mejillas. —Aunque debes admitir que mandar dos celulares prácticamente nuevos a la estratósfera fue pasarse unas rayitas, por más mariposas que te cause.
Asintió. —Pero sigo sin pensar que comprarte uno sea una buena idea, no quiero que me de diabetes por tu culpa. —Dio un beso en sus labios, una manera de pedir perdón sin decirlo en si.
—Debes compensármelo.
Rodó su orbe junto con una carcajada ligera. —¿Una salida esta noche te parece una buena idea? —Robó el dispositivo usurpado injustamente. —Pero primero, una disculpa al dragón de la casa, y hazme el favor de eliminar los mensajes, por nuestro bien.
Se hizo al pensativo, dejando en intriga al de chaqueta, le encantaba mirarlo de reojo y observar la curiosidad que reflejaba sin querer. —Acepto tu oferta. —Devolvió el robo del aparato con el robo de un roce de labios. —Ponte algo lindo, quiero presumirte un poco.
No sabía por cual de las dos cosas que acababan de suceder debía sonrojarse más. Solamente asintió algo embobado.
—Quiero verte más lindo que la luna misma, aunque eso no es difícil para ti.
'Qué-' Iba a tener un ataque de pánico. Los piropos no eran lo suyo.
—A las siete paso por ti. —Guiñó un ojo para dejarlo viendo la puerta que cerró tras su espalda.
Esas molestas mariposas regresaron.
No se sorprendió que en cuanto su cuerpo pudo responder y regresó para toparse con sus retoños, estos le hicieran miles de preguntas en porqué su papá parecía una mora andante y porqué su mamá estaba tan feliz de repente.
Contestó con un, "Saldré con Luxan, ¿Está bien si se quedan con su tía?" A lo que respondieron un si emocionados.
Nunca imaginó sentirse tan especial en un día ordinario con una rutina normal y con una pequeña sorpresa causada por (podemos considerarla) una discusión.
Psdt: Si, digamos que esta es su primera pelea de casados,
aunque fue una cosita miserable porque al final terminaron mejor que bien-
Si saben a lo que me refiero--
Psdt 2: Recalco que Lux no me pertenece (CK es su creadora)
y Der (mencionado implícitamente)
es una wawa compartida entre CelKari_ y yo ❤❤❤-
Psdt 3: Luxan flirteando con Sil es mi pasión JSJSJSJS-
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