2
Se dirigió a su habitación, y se acostó en su cama.
Dejó de pensar, se concentró en una sola persona. Su hermana. No había nadie mas importante que ella, para él. Después de todo lo que habían vivido. Era el momento de ellos. Siempre la había protegido, no quería que la dañaran mas de lo que ya estaba.
Él había superando la muerte de sus padres mas rápido que ella. Le dolía, pero aprendió a vivir con el dolor. Había usado todo ese dolor para su beneficio. Sabía que no cualquiera resistía los experimentos de Strucker, sin embargo ambos los habían resistido. Con mucho esfuerzo, pero lo habían hecho. En su momento, quizá él mas que Wanda. Pero eso había cambiado en el momento que habló con ella.
—Deja de pensar. —se sorprendió cuando vio a Wanda a la par de él. Pero no lo demostró. En cierto momento de su vida, ambos habían aprendido a fingir sus emociones, así también como a ocultarlas. — Necesito que te des una ducha y que te cambies de ropa. Nos reuniremos con alguien dentro de una hora.
—¿Y si no quiero?. — preguntó él, mientras enterraba su cara en la almohada.
—No te estoy preguntando, Pietro. Así que mientras mas rápido mejor. — dijo ella, se disponía a salir de la habitación cuando él hablo.
—Oye, soy 12 minutos mayor que tu, ¿recuerdas?. —preguntó él, ella sonrió.
—Jamás podría olvidarlo si me lo dices cada 12 minutos. — respondió ella. Él sólo sonrió.
Ella salió de la habitación.
Bien, sería mejor que le hiciera caso ahora, no quería que se lo recordará a los doce minutos...
***
—¿estás segura de esto?. — preguntó a Wanda, mientras caminaban por las calles hacía a donde los habían "citado".
—Que sí. Pietro por Dios. No me arrepentiré. Así que mejor deja de preguntármelo cada 5 minutos. — dijo ella seria, él solo levantó las manos en señal de rendimiento.
Las siguientes calles las siguieron caminando en silencio. Hasta que llegaron a la Iglesia.
—Habla. —comenzó Wanda y si nos haces perder el tiempo...
—¿Sabían que esta iglesia esta en el centro exacto de la ciudad? — preguntó él. —Los clérigos lo ordenaron para que todos estuvieran igual de cerca de su Dios. —se respondió él mismo la pregunta, Wanda avanzó tratando de entrar en su mente. — Eso me gusta. —agregó.— La geometría de la fe. Te preguntas porque no puedes entrar en mi mente.
—A veces me tardo. —respondió Wanda. Pietro sólo les observo a ambos. —Pero todo delatan sus pensamientos tarde o temprano.
—Seguramente. — respondió, mientras se dejaba ver por los gemelos. Ellos le miraron asombrados al ver que no era un hombre. —Pero necesitan algo mejor que un hombre. Y por eso dejaste que Stark se llevara el Cetro.
—Ese no era el Plan. —respondió ella, Pietro la observó. Había algo que ella no le había querido decir, probablemente en ese momento sabría que era. —Pero reconocí su miedo y vi que lo controlaría. Que lo haría auto-destruirse.
—Todo el mundo crea algo que le aterra. —respondió. Mientras se alejaba de ambos — La gente de paz crea máquinas de guerras. Los invasores crean Vengadores. Las personas crean... —dijo viéndolos a ambos. —¿personas mas pequeñas?. — se preguntó a él mismo. — ¡Niños! Así los llaman. Niños... Diseñados para suplantarlos. Para brindar un final...
—¿Entonces ese es tu plan? ¿Dar fin a los Vengadores?.
—Vine a salvar el mundo...Pero además... Sí. —respondió. Ella sonrió. Ya tenían un aliado para destruir a Stark...
O eso creían.
***
—Partiremos de inmediato. —Wanda y Pietro le seguían de cerca. Wanda observaba a su alrededor, mientras Pietro pensaba en las consecuencias. No dudaba de su hermana, dudaba de Ultrón. Su hermana jamás se equivocaba en las decisiones que tomaba.
»Esto es un inicio. Pero hay algo que necesito para empezar nuestra labor. —Pietro observó todo alrededor de él.
—¿Y todos ellos son...? —preguntó Wanda. Sus ojos no se despegaban de ninguna maquina robótica.
—Yo. — respondió Ultrón. — Tengo los que los Vengadores jamás tendrán; armonía. Son discordantes, están desunidos. Stark ya provocó que se enfrenten entre ellos y cuando tu te apoderes del resto de sus mentes...
—¿Y por qué el plan no es destruirlos de una vez? — preguntó Pietro. Hablando por primera vez en la noche. No entendía porque tantos detalles.
—¿Y convertirlos en mártires? Hay que ser pacientes. Ve el panorama completo. —dijo Ultrón, acercándose a ellos.
—No tengo un panorama. — contestó Pietro, cansado. — Solo tengo una imagen pequeña. Y la saco todos los días y la miro.
—Perdieron a sus padres en los bombardeos, he visto los registros.
—Los registros no son la foto...
—Pietro...—habló Wanda.
—No, sigue...—interrumpió Ultrón.
—Tenemos diez años. —volteó a ver a Wanda. El dolor recorre los ojos de ella, y los de él. —Estamos cenando en familia. —dejó de verla, no podía ver el dolor en los ojos de su hermana, mientras recordaba el día en que todo cambio. —El misil se estrella dos pisos abajo, y abre un hoyo grande en el suelo. Inmenso. Nuestros Padres caen y todo el edificio empieza a colapsar. La tomo a ella, nos escondemos y en eso cae el segundo. — Wanda volteó el rostro. —Pero ese no explota. — Wanda regresó su rostro mirando a la nada. — Solo se queda en los escombros. A unos cuantos pasos de nosotros. — Wanda le observó en el momento en el que él dijo eso. Ultrón les observo a ambos. —Y en el costado del misil, se lee una palabra...— dijo, recordando minuto a minutos el día en el que vivieron eso.
—Stark...— le interrumpió Wanda. Pietro sólo asintió y sonrió con dolor.
—Estuvimos atrapados por dos días...
—Con cada esfuerzo por salvarnos al mover los escombros yo decía; eso lo hará detonar. —dijo con dolor. — Esperamos dos días a que Tony Stark nos matara.
—Yo sé lo que son. —dijo, recordando a todos los Vengadores.
—Me preguntaba porque sólo ustedes dos sobrevivieron a los experimentos. Ahora lo sé. Corrigíremos las cosas. — dijo— Tú y yo les causaremos daño. — observó a Pietro, este se mantuvo inexpresivo.
En mis planes no está dañarlos a todos... Pensó.
»Pero tú... —continuó. —Los harás pedazos. — dijo viéndola. Ella no podía pensar claramente. — Desde adentro. —concluyó.
Ella sólo pudo asentir. Pietro los observó a ambos fijamente. Mientras salio de ahí, tan rápido que ninguno de ellos noto cuando se movió.
***
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