16
Respiró lentamente. Se sentía relajado, Wanda y Clint lograban que sintiera una paz inmensa, y una felicidad completa. Dudaba que alguien más fuera a lograr eso en él.
—¿Estás seguro que te quieres quedar aquí?. — Wanda preguntó por tercera vez, él sólo volvió a asentir.
—Sí...— se sentó a la par de Wanda quién estaba sentada en su cama viendo hacía la ventana como Clint estaba sentado en el jardín. — En realidad quiero quedarme. Siento que este es mi hogar. Quiero tener una vida normal, no quiero estar metido en asuntos de guerras que pueden acabar con el mundo. Me siento cómodo con Clint, sólo tú me habías hecho sentir así, pero él también lo hace, y de una manera diferente. — explicó. — Mira, que me quede aquí no quiere decir que no los vayamos a volver a ver, puedes venir, e incluso yo puedo ir hasta New York y reunirme contigo sin que nadie se enteré. Yo te amo, Wanda. Pero también sé que no toda la vida vamos a estar solteros, sé que quieres a Visión. Lo veo en ti, y lo sé porque eres mi hermana. Soy la única persona que te conoce perfectamente, e igual tu conmigo. Estoy seguro de que nunca nadie me comprenderá como tú, porque hemos pasado muchísimas cosas juntos, y eso no lo va a cambiar nadie. Puedes contar conmigo para lo que quieras y cuando quieras. No importa el momento, si tu me dices que me necesitas, yo estaré ahí para ti, ¿está bien?. — Wanda asintió, Pietro la atrajo hasta su pecho.
Estar separados sin verse todos los días iba a ser algo muy difícil para ambos. Siempre habían estado juntos, y siempre habían superado todo juntos. Habían estado en los peores y mejores momentos, apoyándose mutuamente sin importar nada más que las ganas de salir adelante.
—Tú también puedes contar conmigo siempre. Pero no digas nada más, siento que te estás despidiendo como si no nos fuéramos a volver a ver. — Pietro río, pero asintió.
Se quedaron en silencio durante unos minutos, pero se sentían bien. No necesitaban hablar constantemente para comunicarse o algo parecido. El lazo que tenían como hermanos era muy fuerte. Wanda creía que se había fortalecido después de que Strucker experimentará con ambos y lograran ser los únicos en soportar todo.
»Sabes...— ella comenzó. — Tengo un mal presentimiento. — contó, eran pocas veces las que no le decía o le ocultaba cosas a Pietro, las únicas veces que lo había hecho había sido durante la guerra con Ultron. Pero quería realmente dejar de recordar eso, y había algo en ella que quería compartir su presentimiento con la persona que más amaba en el mundo.
Su hermano.
—¿A sí?. — ella asintió. — ¿Tienes idea de porqué?. — interrogó. Ella no contestó, esa era una pregunta que se había hecho muchas veces a ella misma.
—No exactamente. — suspiró. — Sólo siento que algo malo va a ocurrir. Puede que sean ideas locas mías, pero Tony pasa demasiado estresado de reunión en reunión con el gobierno por lo de Sokovia, y nada en la torre esta relajado por así decirlo. Sé que son un equipo, yo formo parte de él. Pero todos guardan muchos secretos, sólo basta verlos u a vez para saberlo. Siento que eso traerá problemas, hay alguien que guarda un secretó importante pero no sé quién es.
—¿No has tratado de averiguar?.
—Al principió, luego decidí que no me iba a meter. Lo podría averiguar en un minuto quién es el que hará que algo suceda, pero no. Me prometí a mi misma que no iba a invadir la privacidad de nadie. Siento que es suficiente con qué todos estén pendientes de mí por saber que es a lo que más le temen. — Pietro le acarició el cabello, ella lo agradeció en su mente. Eso era algo que siempre la había tranquilizado. —Aparte, últimamente creó que las cosas pasan por algo. Algo me dice que por algo nos unimos con Ultron y luego nos arrepentimos, aunque no lo creas, también el pensar que estabas muerto. Me hizo darme cuenta de todos lo errores que cometidos, pero sobre todo reflexionar. Aprendí una lección que jamás olvidaré. Aparte, hay probabilidades de que sólo sean ideas mías.
—Hmm...— Pietro lo pensó, en realidad Wanda desde que había adquirido sus poderes, casi nunca se equivocaba. Incluso desde antes. Él recuerda el día que murieron sus padres, ella tenía un mal presentimiento. Pero él le había dicho que todo estaría bien. — Si algún día llegarán a pelear entre ustedes, y se formarán dos grupos, ¿de que lado estarías? Supongamos que es Tony contra Steve. — sintió a Wanda tensarse.
—¿Por qué preguntas eso?. — se encogió de hombros.
—No lo sé, sólo fue algo que paso por mi mente. Olvídalo, es una estupidez. — dijo, Wanda lo miró.
Ella lo pensó, pero luego lo desechó. No creía realmente que eso fuera a pasar. Aunque había algo en ella que le decía que no estuviera tan segura.
—Bueno. — contestó. — ¿Cómo vas con Clint?. — interrogó.
—Bueno, realmente, bien. Él es... es genial. Es muy tierno conmigo. No hemos formalizado nada porque quiere esperar hasta que se divorcie de Laura. Y realmente falta poco para eso. El hecho de que ambos estén de acuerdo, y que tengan todo resuelto sólo facilitó las cosas.
—Entiendo, es mejor así. No quiero que te haga daño, y si lo hace. Se arrepentirá. — aseguró. — Tengo que hablar con él. — agregó. Él sólo fruncio el ceño.
—No vayas a ser mur exagerada. — advirtió. — Lo vas hacer arrepentirte. — rodó los ojos cuando ella se rió.
—No seas tonto...— ella dijo mientras veía como Clint se levantaba del pastó. — Si él te ama, ni aunque lo amenacé con cumplirle su mayor miedo se arrepentirá. Aparte, él te quiere. Su mayor miedo es perderte. — confesó, luego entre cerro los ojos.
—¿En serio? ¿Cómo sabes eso?. — él preguntó, felicidad era lo que sentía. No sabía si era una broma, pero el solo imaginárselo lo hacía sentirse feliz.
Ella iba a contestar cuando tocaron la puerta, cuando él vio hacía la ventana, se dio cuenta de que Clint ya no estaba en el jardín.
—Adelante. — gritó, la puerta se abrió, y Clint entró con las manos en la espalda.
—Hola. — saludó el mayor. Él sonrió, y Wanda también. Mirándolo detenidamente.
—Hola. — contestó. — ¿Qué traes ahí?. — preguntó, Clint sonrió.
—Oh, es sólo que me encontré esto en el jardín y quería dártelo. — sacó una rosa azul, Pietro se sorprendió porque él había estado algunas veces en el jardín, y no había visto ninguna. Clint se acercó, y se la dio, dándole un casto beso en los labios. Él sonrió cuando la observo mejor, era de un azul casi morado. Parecía una mezcla de los dos colores.
—Gracias, amor. — Clint le sonrió.
—De nada. — contestó el mayor. — Quería ver si querían dar una vuelta por el bosque y tal vez ir al arroyó aprovechando que es el último día que tu hermana está aquí. — comentó.
—Por supuesto. — aceptó. Luego se giró hacía Wanda. Ella sonreía, con un brillo especial en los ojos. Le dio curiosidad, pero luego la olvido cuando ella asintió, y sonrió sinceramente.
—Claro.
—Genial, entonces, prepárense. Tal vez y podamos hacer alguna competencia de algo. — sugirió, ambos gemelos asintieron sonriendo.
Querían divertirse.
***
Cerró los ojos cuando estuvo a punto de caer al suelo y Pietro lo inmovilizó. Estaban viendo a ver que tanto había aprendido sobre el combate cuerpo a cuerpo. Y se sorprendió al ver que el menor si le había puesto atención y había aprendido bastante. Realmente no era tan distraído como se mostraba.
Vio a Wanda sonreír burlona sentada en una roca cerca del arroyó. Él sonrió.
—Ya me puedes soltar, amor. — Pietro pareció pensarlo, pero lo soltó luego de unos segundos, y luego se puso de pie con rapidez.
Se sentía súper bien ahora que ya podía usar su velocidad completamente. No iba a negar que de vez en cuando sentía una pequeña molestia. Pero eso era por obvias razones. En menos de cuatro meses se había recuperado de múltiples heridas con arma de fuego, algo que un humano normal no podía hacer obviamente. Lo más probable era que cualquier persona normal hubiese muerto horas después.
—¿Estás bien?. — preguntó por instinto, Clint asintió, y luego se sonrió dulcemente. Él le devolvió la sonrisa con una más boba.
—Veo que realmente has aprendido mucho. — pudo distinguir el orgullo en la voz de Clint mientras se acercaban hasta donde estaba Wanda. — Me siento muy orgulloso de ti. — confesó el mayor. Él sonrió, asintiendo. Lo sabía.
Si aproximadamente dos meses atrás había estado seguro de que aún no estaba enamorado de Clint. Era obvio que ahora era todo lo contrario, tiempo atrás había asegurado de que no veía a Clint como si fuese lo más importante del mundo. Ahora lo hacía, y no como lo más importante del mundo, si no del universo en sí. La única persona que podía competir con ello era Wanda. Y él sinceramente esperaba que ninguna vez estuviese en fuego cruzado y le tocara elegir entre alguno. No parecía que eso fuera a pasar por lo bien que se llevaba Wanda con Clint, pero las cosas nunca se sabían a ciencia cierta.
Hoy era una cosa, mañana otra.
—Has aprendido mucho. — Wanda reconoció. — Me preguntó si podrías competir contra mi, yo también he estudiado combate cuerpo a cuerpo. — comentó de manera rara. Pietro no le puso atención a su forma de hablar, si no a lo que estaba diciendo.
—Por supuesto que lo puedo hacer. — aseguró, siempre había tenido una pequeña pero sana competencia con Wanda. Ambos se divertían y no se tomaban las cosas personal.
Clint los miró divertido a ambos.
—¿Quieres probar? — interrogó ella, desafiante. Él asintió.
—Por supuesto. — contestó seguro, no le temía a ella. Sabía que lo se dañarían. — Pero creó que con algunas reglas. Restricciones de cosas que no puedes hacer, sabes que mi velocidad no compite completamente contra tu magia. Eres más poderosa, pero tengo confianza en que puedo vencerte. — su tono de voz era indiferente, la castaña rodó los ojos.
—Esta bien, sé que es lo que no debo hacer. Recuerda, hemos competido antes. Jamás me has ganado. — se burló ella, él sólo sonrió. Viendo de reojo a Clint, notó que lo había borrado la sonrisa burlona hacía ellos. Ella se puso de pie, y se dirigió volando a una parte del bosque que no tenía muchos árboles, y el suelo era parejo.
Él rodó los ojos, algo le decía que si podía ganar.
—Ten cuidado. Sé que ella no te haría daño, pero no quiero que luego te sientas mal. — se burló Clint, él rodó los ojos, y lo besó para callarlo. — Suerte.
—No la necesitó. — respondió un poco arrogante. El beso que Clint le había dado le dio la seguridad suficiente que necesitaba. Clint alzó una ceja, pero él sólo le sonrió coqueto antes de estar parada frente a Wanda en menos de cinco segundos.
Sólo necesitaron una mirada para comenzar. Él no supo como, pero estaba llevando la ventaja sobre Wanda. La bruja era muy buena, y su poder no se comparaba con el de nadie. Pietro lo sabía, ni siquiera con Visión, ya que la mayor parte de él androide era precisamente tecnología -no era algo que podía hacer cualquier persona, igual que con Wanda. Pero era distinto, a él lo podían vencer probablemente si la tecnología en su sistema era cortada, tenía la sensación de que también podía pasar algo malo con él si la gema que tenía en la frente era removida o algo por el estilo-. Y admitía que el resto eran muy buenos también, pero él, no creía, estaba seguro de que el poder de Wanda podía ser mejor si ella aprendía a manejarlo y no dejarse llevar por las emociones de los demás cada que veía en la mente de alguien. Obviamente era algo difícil, pero no imposible.
Wanda lo hizo caer en un descuido, y se acercaba a él cuando se levantó rápidamente, y se alejó de ella. Estaba cansado, pero lo daría su brazo a torcer. Era la vez que más había durado luchando contra Wanda, obvio no la había lastimado, y quizá, sólo quizá, si usara lo aprendido en combate podría vencerla. Pero contra ella jamás usaría fuerza, estaba seguro de ello.
Al final, cuando estaba a punto de rendirse, vio la oportunidad perfecta. Wanda no estaba distraída, pero si un poco pensativa. Él aprovechó para hacerla caer con delicadeza y luego inmovilizarla. Era obvio que ella también se podía levantar y seguir luchando. Pero no lo hizo, él notó que lucía cansada. Como ninguna vez había estado al enfrentarse a él.
—Lo hiciste muy...bien. — la voz de ella era entrecortada, pero el pudo escuchar el orgullo y la felicitación en ella. Él se puso de pie, y le ayudo a ella a levantarse. Cuando se dio cuenta, Clint estaba frente a ellos sonriendo orgulloso.
—Bien hecho. — felicitó el mayor. Él sólo le dio un casto beso. — Deberíamos volver a la cabaña, ya es tarde, se pueden caer en el bosque. — bromeó, Wanda sonrió, viéndolos a ambos.
Regresaron con un Pietro quejándose porque ambos no le habían permitido usar su velocidad para volver. No había querido burlarse de la castaña. Quizá en otra ocasión lo hubiese hecho. Lo cierto que la causa había sido estar bobeando con Clint mientras volvía.
Había sido un día genial para todos.
***
Como estoy en actividades, las actualizaciones serán cuando pueda. Aunque dudó que cambien mucho, siempre saco un tiempito para escribir.
Saludos.💖
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