12
Se sentía nervioso, pero, ¿como no estarlo?. Iba en un auto que Clint había llevado al hospital para recogerlo hacía la cabaña. Aunque ese no era el problema, el problema era que había un silencio que él había catalogado como incómodo.
—¿Como esta tu familia?. — se animó a romper el silencio, aunque el tema con el que lo había cortado no fuese el mejor. Vio a Clint parpadear, y luego lo volteo a ver.
—Bien...— contestó. — Mi hijo está muy bien, gracias por preguntar.
—De nada. — Pietro sonrió, agradecido de que el mayor no hubiese hablado de Laura.
—Y...ahora que hablamos de mi familia. Tengo que contarte algo. — Pietro asintió, tragando grueso, y temiendo que Clint fuera a hablar de su esposa. — El segundo nombre de mi hijo, es en honor a ti. Se llama Pietro. — confesó, Pietro parpadeó, incrédulo.
—¿En...serio?. — preguntó. Clint lo miró de reojo, y vio como una sonrisa dulce se creaba en la comisura de sus labios.
—Sí, me salvaste la vida. Y mi hijo merecía llevar el nombre de lo salvador. — Pietro notó lo sinceras que eran las palabras de Clint.
—Gracias, supongo. — notó la timidez en su voz, pero no quiso fingir que no la sentía. Había algo en Clint que lo incitaba a mostrar todos los sentimientos como los sentía.
—De nada. — Clint paro en un semáforo. Y él se dio cuenta de que estaban a punto de abandonar las calles más transitadas de New York. No conocía la ciudad demasiado. Pero eso se podía notar a simple vista. —Oye, a todo esto, me dijiste todo lo que sabías sobre tu regeneración y más. Pero no como llegaste a New York.
—Umm, se me olvido. Por un Quinjet, supongo. Matt me comentó que tenía uno, y que él había estado en Sokovia también durante la pelea. — Clint asintió, evitando hacer una mueca por la mención del pelinegro.
—Ya veo. — fue todo lo que contestó. Pietro recargo su cabeza en la ventana de el auto. Observando por la ventanilla.
Ya habían dejado las calles más transitadas, y se habían introducido en una carretera bastante sola.
—Oye, ¿es seguro viajar por tierra?. — preguntó dudoso. Aún no había tomado una decisión, y no quería que alguien lo reconociera y regaran el rumor de que estaba vivo. Aparte de que estaba con Clint, y S.H.I.E.L.D. lo podía descubrir rápido.
«Sí es que no lo han hecho ya, después de todo. Me pareció que Matt sabía más de lo que demostró» pensó.
—Es seguro. — Clint aseguró. — Tranquilo, no nos descubrirán. — prometió el castaño, como leyendo sus pensamientos. — Me encargué personalmente de quedarme completamente fuera de el control de S.H.I.E.L.D., creeme, ni siquiera Tony nos encontraría aún con toda la tecnología que tiene. — aseguro, Pietro asintió. Más tranquilo.
Se sentía cansado, y no quería pensar demasiado las cosas en ese momento. Aunque u mente lo obligaba a no dejar de pensar en Clint.
Bostezo, dando a conocer el cansancio que sentía.
»Duerme un poco. Falta bastante, y yo te avisaré cuando lleguemos.— Vio como Clint sonreía luego de decir lo último, y él sólo asintió.
En realidad se sentía cansado.
***
Despertó cuando sintió una mano sobre su hombro. Y se dio cuenta de que había sido Clint, y que ya habían llegado.
Se frotó los ojos con las manos. Ya se sentía mucho mejor, y creía firmemente que con un poco de entrenamiento podría volver a usar su súper velocidad.
—Siento mucho despertarte, pero ya hemos llegado. — Clint confirmó lo que Pietro había pensado, el platinado asintió.
Clint bajo del auto, y Pietro hizo lo mismo.
Quedo asombrado cuando vio la cantidad de árboles que había, era muchísimos. Y también era un lugar bastante sólo. Era un bosque.
»Ven, tenemos que caminar un poco en medio del bosque para llegar a la cabaña. — informó, Pietro asintió, y ambos comenzaron a caminar.
Tenía unas cuantas dudas, y no dudaría en preguntarle al rubio.
—Si quiero salir, ¿cómo me movilizaré? No es por nada, pero me dormí, y ni siquiera se exactamente donde estamos. — dio a conocer su primera duda. Clint se encogió de hombros.
—Pues, puedes hablarme a mi cuando quieras, y te conseguiré un auto, y te puedo mostrar el camino. — ofreció.
—¿Cuando quiera?...y no, no necesitó un auto. Sólo conocer el camino. Puedo trasladarme sin necesidad de un auto. — recordó, Clint asintió.
—Sí...cuando quieras. — Pietro sintió una corriente por su espina dorsal. Había tratado de no pensar en lo que sentía por Clint. — Y, se me había olvidado que eres más rápido que un auto. — bromeo.
Pietro sonrió.
—No bromees, sabes que lo soy. — reconoció. — Aunque ahora no puedo usar mi velocidad. — Clint notó como el semblante del menor decaía. — Pero, mientras me quede sólo, creó que puedo entrenar y recuperar mis habilidades.
—Hablando de eso, no que te parecé, pero yo podría venir unos cuantos días a la semana, si quieres, claro. — Pietro observó a Clint, le había parecido notar un poco de nerviosismo en la voz, pero no creía realmente que hubiese sido así.
—Claro que me parece bien. — contestó rápido. — Es decir, pasaré mucho tiempo sólo, y que mejor que contigo. — se mordió el interior de la mejilla por lo que había dicho. Vio como iban a salir del bosque, y se quedo asombrado cuando vio la cabaña. Clint sonrió cuando vio lo asombrado que se había puesto. — Woow, me dijiste que ibas a buscar algo privado y sólo, pero no me imagine que tanto. — confesó, caminando hasta la cabaña.
Toda era de madera fina, pintada de color caoba, tenía un jardín amplio, con muchas especies de flores y rosas, y algunos árboles en el mismo. No había ninguna otra cabaña cerca.
—No es para tanto. — Clint dijo, y sacó las llaves de sus jeans negros. — Ten. — lanzó las llaves en el aire, y Pietro las atrapó. Sonriéndole de una forma que jamás había visto.
—Tal vez tengas razón, y no sea mucho. Pero yo jamás había estado en una, así que...— Clint le sonrió. Tranquilizándole. Pietro caminó hasta la entrada, observando los alrededores. Se dio cuenta de que había bastante espacio, y que estaba rodeada en forma de círculo por el bosque. Literalmente.
—Creó que hay un arroyo cerca. — comentó, pasando al interior cuando Pietro se lo indicó.
—Es muy hermosa. — Pietro dijo después de haberla revisado. — Gracias, en serio. Esperaba algo más sencillo. — confesó, avergonzado. Clint le alzó una ceja.
—¿Te sorprendí entonces?. — Pietro notó la burla en la voz del mayor. Le sonrió divertido.
—Muchísimo. — respondió con burla. — Eres toda una caja de sorpresas. — bromeó.
—Te sorprendería ver la cantidad de sorpresas que tengo. — Pietro desvío la vista, sentía las mejillas calientes.
Clint sonrió divertido.
—¿Te quedarás? — preguntó Pietro, cambiando conversación.
—Por supuesto. — contestó. — Ayer arreglé algunos pendientes. Y me quedaré tres días contigo. — confesó.
—Genial.
***
Sí, otra vez yo, esperó no aburrir los. Aunque, volveré a mi forma habitual de capítulo por semana (ni yo misma me creó, pero bueno) porqué tengo muchas cosas que hacer esta semana.
Y ahora sí. Se vienen momentos muy Hawksilver.
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