Nathaniel no estaba seguro de cómo Ania lo convenció de hacer aquel viaje. Ni siquiera estaba seguro de cómo es que Ania pensaba que irse de acampada era una buena idea, considerando lo poco amante que era de estar al aire libre.

Pero allí estaban, preparando los bolsos para salir en una pequeña caravana que la chica había alquilado por una semana.

—¿Llaves?

—Listo.

—¿Botiquín de primeros auxilios?

—Listo.

—¿Blanca?

La chica se giró hacia la parte de atrás, viendo en el canil a la pequeña mínima dormida plácidamente.

—En el quinto sueño.

***

El sol estaba en su punto más alto cuando llegaron al bosque. Se pararon cerca de un lago y comenzaron a bajar las cosas para preparar la carpa.

Entre los dos la levantaron en cuestión de segundos, y mientras Ania acomodaba el colchón inflable, las mantas y los bolsos; Nath juntaba leña para preparar una fogata.

Era la primera vez haciendo acampada juntos, la primera vez completamente solos en unas vacaciones.

Iba a ser toda una aventura.