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Llevo aproximadamente un día y medio en compañía con ese "incubus" y sigo sin poder creérmelo, pero aún así no puedo quejarme, no hace desastres por todos lados ni tampoco contesta mal al hablar, lo único que puedo reprocharle es...
— ¿Te encuentras bien?
— Si, estoy bien, gracias
— No te ves bien. Tu rostro se ve mal
— Nací con este rostro, déjame en paz
...su maldita preocupación por mí. Se la pasa alrededor mío todo el tiempo y de verdad que es incómodo, ni siquiera tenía valor de ir al baño a sabiendas que él estaría ahí
Entiendo que sea "su trabajo" más debería entender que hay reglas y que si sigue así de verdad voy a llamar a un cura para que lo eché a patadas de aquí
Note lo desanimado que se encontraba ahora, se que solo intenta ayudarme, pero no soy tan paciente y estoy acostumbrado a ser así con los demás, haciéndolo sentirse mal y, por alguna extraña razón, verle así también me pone mal
— Oye-...
Estaba por decirle algo para levantarle un poco el ánimo, pero en eso tocaron el timbre, algo que me dejo extrañado pues ni amigos tengo para que me visiten de imprevisto, ni tampoco debo el arriendo de este mes. Suspire y me coloque mis pantuflas
— Quédate aquí, iré a ver quien es
Le dije para así ir hasta la puerta, en donde quien sea que esté del otro lado no paraba de tocar con insistencia, algo que sumamente odio y de seguir así le voy a reclamar un par de cosas. Abrí la puerta listo para encarar al payaso que tanto estaba arruinando mi de por sí arruinada mañana hasta que... no era un chico ni mucho menos un payaso, sino que era una chica
— ¿P-Puedo ayudarla?
— ¡Si! Mucho gusto, soy Yashiro Nene, me acabo de mudar al departamento de al lado y quería venir a saludarle
Me quede sin palabras, es chica, era muy bonita; su cabello era largo y sus ojos, eran grandes y expresivos, de color rojizo, y ese vestido largo que le cubre hasta los tobillos le da un aire de de nobleza impresionante
Nunca he tenido preferencias para mis relaciones, pues me gustan ambos géneros por igual, y además, es la primera vez que alguien me trata de forma tan dulce
— Traje también un regalo, espero te guste, eh...
— Amane. Me llamo Yugi Amane, y será un placer para mí recibir su regalo, Yashiro-san
Ella me sonrió, hasta para sonreír es linda, sin dudas ella es completamente mi tipo
— Espero nos llevemos bien, Yugi-kun~
— ¡Si!
Ambos nos despedidos y cerré la puerta, me sentía realmente feliz, era la primera vez que alguien me regalaba algo, esto cambiaba toda la asquerosa mañana que he tenido y nada ni nadie me puede quitar esta felicidad
— ¿"Yugi... Amane"?
Ni siquiera él
— Si, ese es mi nombre. Tu vistes mis iniciales ¿Lo recuerdas?
— S-Si, pero... jamás me dijiste tu nombre...
Oh, es verdad. Desde que llego no me presente correctamente con él y, bueno, fue más que todo un despiste mío ya que nos tratamos de «Tú o Usted» sin llegar a mencionar algún nombre o apellido, creo que por eso ni siquiera se me pasó por la mente decírselo. Suspire hondamente
— Ya veo, lo siento entonces, me llamo Yugi Amane... ¿Feliz?
No le dí tiempo a contestar ya que me fui a la cocina con el regalo que recién me dieron, quiero saber que es, aunque de una chica linda como ella no me sorprendería que se tratara de algo dulce. Y no me equivoque, bueno, más o menos
— ¡Oh, genial! Es harina para pasteles
Saque las bolsas, pues eran dos y no solo era eso, también traía azúcar fina y un pequeño bote de mermelada de fresa, sin dudas le daré un regalo a ella también. Justo ahora
Puedo prepararle un pastel casero con todo esto, de ese modo podremos volvernos amigos, ya que por ahora somos conocidos
— “¡Bien! Lo haré. Me falta solo la mantequilla, la leche y los huevos”
Fui a mi refrigerador, notando que solo tenía la mantequilla y los huevos
— “Me falta la leche”
Pensé frustrado, además me falta trabajo también, pero puedo correr hacia la tienda por un poco y-...
— Aquí... tienes...
Escuche susurrar a alguien. Era él, que me extendía un galón de leche de vaca, le mire con desconfianza
— ¿De dónde sacaste eso?
— ...¿No es lo que querías?
— Si, pero a lo que me refiero es que si pagaste por ella
— ¿Qué es... "pagar"?
Lo sabía. Volví a suspirar y con la misma la tomé en mis manos
— A la próxima te enseñaré a "comprar" las cosas como es debido ¿De acuerdo?
Él solo ascendió, de no ser porque realmente la ocupo le mandaría a dejarla de donde sea que la robó, pero dejando de lado eso, ahora si puedo empezar a preparar mi pastel
Saque los demás utensilios de cocina y me dispuse a trabajar. Lo que me sorprende es que él a estado mirándome todo este tiempo sin decir nada, algo raro pues desde que lo conocí, si no conoce algo pregunta así sin más
¿Por qué ahora no?
— ¿Te sucede algo?
— Eh... si... estoy bien
Si, sus palabras no me convencen para nada. Deje mi labor para así acercarme a él, quien se tenso por unos momentos, lo sé por su cola delatora
— Dime ¿Qué te sucede?
Volví a preguntar a lo que... solo volvió a bajar la mirada con pena, lo sabía, algo le pasa
— N-No es nada, es... solo que... no fuiste tan amable cuando me conociste...
...Debe estar bromeando ¿Por eso esta molesto? ¿Por qué fui amable con Yashiro-san? Para empezar ella SI se presento de una forma común y para nada aterradora como él y en segundo lugar, ya no debería importarle eso
Lo estoy dejando quedarse aquí ¿Qué más quiere?
De nuevo, no dijo nada y yo solo suspire para así obligarlo a que me de la cara por fin
— Oye... ¿Te gustaría ayudarme a cocinar?
— Muy bien, ahora mueve la cuchara de izquierda a derecha, con cuidado de no salpicar ni manchar
— ¡S-Si!
Cumplía con mis indicaciones sin fallas, resultó ser un gran estudiante al cual enseñar y además, aunque su rostro se ve serio por estar concentrado al batir la mezcla, su cola se mueve de un lado a otro demostrando lo feliz que esta en palabras silenciosas
— Listo~ ahora la pasaremos a un molde y nos la llevaremos al horno
— ¡Si!
Gritó con alegría y solo reí ante ese adorable tono que hizo. En todo el proceso de preparación se mantuvo haciendo preguntas de lo más "fastidiosas"
Ese si era el tonto con cuernitos que conocía
— ¡Ya esta listo!
Dije cuando lo saque del horno y, al esperar un poco para que se lograse enfriar, empecé a decorarlo un poco con glaseado y frutas variadas que tenía en mi refrigerador. Corte una rebanada, y se la entregué a él, quien solo me miró extrañado y se negó a comer
— ¿Qué te pasa? ¿No tienes hambre? ¿Los "incubus" no comen?
— N-No... ¡Es decir! Si comemos, pero, ese pastel no era para-...
— Entonces come un pedazo
Volví a insistir y él lo acepto finalmente, también tomé una porción para mi ya que yo no iba a dejar pasar la oportunidad
En ese agradable momento... me olvide por completo que el pastel era para alguien más...
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