❝ P ❞
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Gritos, reclamos, sollozos y poco a poco el escalofriante silencio seguido por risas de felicidad y lagrimas de alivio... Pero nunca hay que celebrar antes de tiempo.
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— Bakugou, salgamos ya de aquí, los demás se encargaran de eliminar este lugar — Habla Sigaraki después de un tiempo —
— Cierto, necesito regresar a la U.A, mañana será mi ultimo día — Comenta distraídamente, sintiendo como si la gigantesca roca en su corazón ya no estuviera — Nos veremos en otra ocasión, adiós — Dijo por ultimo para entrar al portal creado por Kurogiri —
Soltando un suspiro pesado, se preguntaba si lo perdonaría, despegando su vista de la ya no visible silueta, salió de la villa junto con los otros villanos, apilando los cadáveres y uno que otro aún con vida pero agonizando, hizo una señal y fuego azul empezaba a cremar aquella pila ahora irreconocible, después de un rato, su palma se posa en la gran casa para ser pulverizada en el acto, haciendo la misma acción con los huesos carbonizados sobrantes, para así regresar a la base en el portal de Kurogiri.
> Academia, al día siguiente <
La LOV ya se había encargado de todo, ahora solo quedaba el último paso: La memoria; la esfera implantada en el cerebro de Bakugou había recolectado todos y cada uno de sus recuerdos, una vez que la persona dé la señal, todos podrán ver y vivir aquellos dieciséis años de agonía del joven que dicen conocer bien.
El día en que se llevaría a cabo ya comenzaba, infiltrándose en la academia para presenciar la reacción de todos y luego llevarse a Katsuki mientras todavía estén aturdidos por la imagen.
...
El de cabellera alborotada se encontraba caminando en aquel gran pasillo rumbo a su aula, con las manos guardadas en los bolsillos de su pantalón y sin su ceño fruncido, todos a su alrededor podían ver que estaba feliz y relajado. Adentrándose al salón una vez llegar, se sentó en su lugar, sacando un liquido de procedencia desconocida e introduciéndolo en su boca, empezó a charlas con su Squad, del que decepciones ni contar se ha llevado, pero aun tenia que seguir con las apariencias y soportar las ganas de explotarles la boca a todos ellos.
Una vez Aizawa en el aula, Bakugou comienza a tener ligeros dolores en su cabeza, como si algo se estuviera moviendo dentro suyo, un mal presentimiento emergió de todo su ser, como veces anteriores en las que se presentaban aquellos dolores, parándose de su asiento con la idea de pedirle a su tutor permiso para la enfermería, pero sin dar más de dos pasos cuando su cuerpo se tambaleó y unos instantes después se desplomó.
Todos armaron un pequeño alboroto y se olvidaron de levantar al de ojos carmín, aunque Kirishima reaccionó rápidamente y fue a levantarlo, pero en ese instante la canica azul salió y emitiendo una luz, todos se desmayaron de igual manera; despertándose cinco minutos después, vieron que estaban en un lugar blanco, absolutamente blanco, y una vez tocado, podían sentir una textura suave pero un tanto dura, algo así como... La habitación de un hospital psiquiátrico.
— Aizawa-Sensei, esto es... ¿Otro ataque de villanos? — Iida expresó sus dudas —
— ¿Dónde estamos? — Midoriya preguntó a continuación —
Todos y cada uno hablaba sin parar, ignorando que su profesor había estado mirando un punto especifico desde que despertaron; en la parte mas profunda de aquella habitación blanca, donde las sombras teñían ese espacio, una delgada figura se podía ver vagamente, con una camisa de fuerza y la boca amordazada, era como la representación del día deportivo o como cuando lo secuestraron, donde le pusieron pesadas cadenas de metal y le cubrieron la boca, justo como ahora. La figura se levantaba lentamente y fue allí, en el tintineo de las esposas que sujetaban sus piernas para que no pudiera correr, donde toda la clase encontró la extrañeza del mayor y voltearon su mirada hacia el mismo lugar.
— ¿Por que no me creen? ¿No éramos amigos? ¿Por que me amarran? Yo solo quería demostrar mi fuerza, solo quería libertad... —
Lagrimas negras, parecidas al petróleo manchaban su rostro cada vez que caían, su voz sonaba distorsionada y baja y al caminar, el blanco piso se teñía de rojo vino y de algodón con telas color carne que de sus piernas se desprendía.
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Ya actualicé, ahora solo queda la letra "e" para el final + un extra, yeiiii~.
¿Qué les parece el capitulo? Lo iba a subir ayer, pero la luz llegó bien tarde.
Por si las moscas, las camisas de fuerza se utilizan para mantener tranquilas (o para que no hagan daño) a reos, personas violentas o dementes.
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