El teléfono de Alexei sonó despertadolo y frunció el ceño al ver de quién se trataba, se levantó con cuidado para no despertar a su mujer y salió a hablar.

—Te contesto por educación, pero son las tres de la mañana, algo importante tendrás que decirme que no puede esperar hasta una hora decente —dijo con voz serena.

—Sotnikov tu hijo se ha robado a mi mujer y si no me la devuelve más les vale que se preparen para la guerra —gritó Franco Vitale al teléfono.

Alexei cerró los ojos y soltó un pesado suspiro, tendría que hablar seriamente con sus cuatro hijos, ¿es que acaso no podía enamorarse de las formas comunes? ¿Tenían que armar siempre un espectáculo? Suficiente había tenido con el lío que había armado Namjoon con su próximo ascenso.

—Vitale, mi hijo es un hombre, no un niño para que vengas a acusarlo con su papá, y si te robó a tu mujer como dices, es porque ella quiso, eso te pasa cuando juegas a sentirte joven y te casas con alguien veinte años más chica que tú. Y si quieres guerra, pues guerra tendrás, nada más te recuerdo que el que tiene más que perder eres tú y ahora sí me disculpas, tengo que volver a dormir al lado de mi mujer —respondió tranquilo y colgó sin más.

Caminó hasta el ala Este de su mansión y tocó la puerta de la habitación de su hijo mayor, su nuera abrió la puerta, con mirada adormilada.

—Lo siento si te desperté tesoro, pero necesito con urgencia a tu marido.

—Estaba despierta, su futuro nieto no me deja dormir, ahora despierto a Nam y le digo que vaya a su despacho.

—Descansa —sonrió y salió a su despacho marcandole a Taehyung.

Alexei era un hombre temible y uno de los mafiosos más sanguinarios, pero su familia era lo más importante para él, y aunque siempre dejó que sus hijos resolvieran las cosas por sí mismos, jamás los dejaría solos, y si Hoseok había hecho eso, un motivo demasiado grande tendrían y él siempre lo respaldaría.
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Hoseok estaba tranquilo, sabía lo que se venía y estaba preparado, no pensaba volver a alejarse de Isabella, así el mundo ardiera,  de pronto el teléfono en su mejilla sonó y sonrió al ver el número.

—Aló.

—Ty durak, Khosok, Vitale ob"yavil nam voynu, chtoby eta zhenshchina byla budushchey mater'yu moikh vnukov, a ne prosto khobbi. (Eres un inconsciente Hoseok, Vitale nos declaró la guerra, así que más te vale que esa mujer sea la madre de mis nietos y no solo un pasatiempo) —gritó su padre al teléfono.

—Le es padre y no te preocupes, yo tengo todo en orden, no habrá guerra, digamos que ayude a retirar a ese viejo capo y ahora tendremos una alianza más fuerte con la Cosa Nostra —dijo con confianza.

Alexei sonrió tranquilo, ya sabía que ninguno de sus hijos haría las cosas sin pensar.

—V lyubom sluchaye, tuda poyedet Namdzhun, Tekhon i Chimin. Beregi sebya, synok, i kogda vse zakonchitsya, ty dolzhen priyti k ney navstrechu. (De todas maneras Namjoon va para allá al igual que Taehyung y Jimin. Cuídate hijo y cuando esto acabe deberás de venir para conocerla)

—Sí, pronto iré —colgó y volvió a abrazar a la mujer a su lado.

Franco Vitale era hombre muerto y todavía no lo sabía.
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Cinco días después de su huida Isabella estaba muerta de nervios, Franco le había declarado la guerra a Hoseok y para dejar claro el punto, le había mandado los cuerpos sin vida de tres de sus hombres de confianza. Si hermano mayor se había reído y dijo que eran cosas de niños, Hoseok había contraatacado haciendo volar dos almacenes con mercancía y uno de las capos había resultado herido.

Su padre la había buscado para exigirle que volviera al lado de Franco, y no por miedo a lo que le fuera hacer, no. Quería que volviera porque estaba por cerrar un gran negocio y la guerra entre mafias solo lo arruinaba.

Esa mañana estaban desayunando, cuando una fuerte explosión se escuchó a la distancia, uno de los guardias corrió a avisar, un coche bomba había volado la reja de entrada a la mansión.

—Sólnishko necesito que te vayas con Jimin no quiero que esté aquí en caso de que haya peligro —le pidió el mafioso, se veía tranquilo, pero sus ojos denotaban preocupación.

—Yo se pelear lo sabes, y no quiero dejarte solo mi amor.

—Si te quedas no me concéntrate Isa, por favor vete con mi hermano.

Isabella asintió, no le gustaba tener que separarse, pero si su presencia solo era una distracción para él y lo ponía en peligro, mejor se alejaría. Asintió y Jimin la tomó de la mano y la sacó por la puerta de la cocina y después abrió la puerta del sótano y bajaron, pensó que se quedarían ahí, pero su cuñado movió un miró falso que daba a un pequeño túnel, entraron y corrieron un par de metros, hasta que salieron bastante lejos de la propiedad.

—Nosotros iremos a una de las casa de seguridad, mientras ellos se encargan de tu maridito —le dijo Jimin con algo de molestia en la voz.

—Perdoname, no quería poner en peligro a Hobi, pero lo amo y…

—Hey tranquila, estoy enojado pero no contigo, solo no me gusta tener que irme, pero le prometí a mi hermano cuidarte y eso haré, además de que Jungkook me prohibió pensar siquiera en quedarme y yo siempre le obedezco.

—¿Entonces no estás molesto conmigo?

—No podría hacerlo, si tú haces feliz a mi hermano yo ya te quiero, nuestra familia es lo primero para nosotros Isa y tú ya eres parte de nosotros.

Después de su intercambio ambos subieron al coche que ya estaba listo y condujeron hasta la casa de seguridad de Hoseok, mientras que en la mansión, Franco Vitale entraba acompañado de su hijo a enfrentarlo.

Varios cuerpos sin vida estaban esparcidos alrededor de la propiedad, y el mafioso italiano se sentía confiado, pensaba que había tomado al ruso con la guardia baja y que lo mataría, poco sabía que en realidad había caído en su propia trampa, Hoseok y sus dos hermanos ya se habían encargado de eliminar a los hombres que habían entrado y esperaban su llegada, mientras que su mayor aliado, iba preparándose para darle el tiro de gracia a su padre.

Hoseok estaba en medio de la habitación, su arma firmemente sostenida entre sus brazos, y sonrió cuando lo vio entrar.

—Pensé que no tendrías el valor de venir tú mismo por mi Vitale —se burló del viejo capo.

—Te vine a matar a ti y a esa zorra, los dos se van a arrepentir —bufó furioso.

La sonrisa de Hoseok murió en sus labios y fue reemplazada por una mirada de enojo.

—No te atrevas a volver a insultarla, Isabella fue y es demasiada mujer para ti, además de que ella siempre ha sido mía, yo no robe nada, solo tome lo que me pertenece.

—Pues ahora te vas a morir y voy a disfrutar de ver cómo te llora en tú tumba antes de matarla también.

—Aquí el único que vas a morir eres tu Franco —dijo Hoseok al tiempo que levantaba la pistola y le apuntaba.

Namjoon y Taehyung salieron de detrás de las paredes que los ocultaban con las armas listas para disparar. Franco se giró y vio a su propio hijo apuntarle.

—¿Que… que haces imbécil? —gruño aterrado.

—El imbécil aquí eres tu padre, ¿cómo crees que Isabella logró escapar? ¿y por qué crees que te insistí en atacar directamente? No eres más que un viejo decrépito y sin ambiciones, tu error ha sido subestimarme, no sabes cómo voy a disfrutar verte morir.

Franco sintió el filo de un cuchillo en su garganta y escuchó la voz del ruso en su oído.

—Esto te pasa por intentar tomar lo que me pertenece, nos vemos en el infierno Vitale.

Las palabras de Hoseok fue lo último que escuchó antes de que la afilada hoja del cuchillo abriera en dos su carne y la sangre comenzará a llenar su garganta ahogándose. Seokjin apuntó a su frente y lo remató, el trato había sido sellado.
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Isabella estaba teniendo un ataque de ansiedad, no sabía nada de Hoseok y la espera la estaba matando. Cuando escuchó un carro llegar casi corrió a la puerta, ver al amor de su vida parado en el umbral le devolvió la serenidad.

—Tardaste demasiado —le dijo mientras se acercaba a él.

—Lo siento pero tenía un desastre que limpiar.

—¿Que sucedió?

—Nada grave, varios hombres muertos y algunos heridos, pero ya todo acabó —respondió Hoseok con tranquilidad y voz serena.

—¿Acabó?

—Sí, y ahora necesito que me respondas una pregunta. ¿Sería muy grosero de mi parte pedirte matrimonio el mismo día en que acabas de enviudar?

Isabella sonrió y se abrazó de su cuello, Hoseok la cargó y sus piernas se enredaron en su cintura, mientras sus labios se unían en un beso cargado de todo el amor que se profesaban.

—A quién le importa si es grosero  o no, yo soy tuya si  necesidad de un papel mi amor.

—Te amo Sólnishko.
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Tres meses después…

Isabella estaba encima de Hoseok, su cuerpo subía y bajaba empalandose en su polla, mientras el mafioso devoraba sus pechos, sus gemidos y el sonido de las olas eran lo únicos presentes en ese momento, cuando su cuerpo anunció su orgasmo, Hoseok la tomo por la cintura ayudándola a seguir, su labios se encargaron de chupar y morder la piel de su cuello, antes de susurrarle al oído cuanto la amaba, al tiempo que daba una estocada certera y la catapultó a su liberación, al mismo tiempo en que él la llenaba con su semilla.

Isabella se dejó caer exhausta sobre el cuerpo de su marido, apoyando la cabeza en su hombro. Desnudos y saciados ambos dejaron que los estragos de su encuentro remitieran antes de hablar.

—Solo a ti se te ocurre hacer el amor a plena luz del día y en la playa, ¿que hubiera pasado si alguien pasaba por aquí? —preguntó Isabella aún sin despegarse del fuerte pecho del mafioso.

—Es una playa privada mi amor nadie puede entrar si  autorización, jamás permitiría que alguien que no sea yo vea tu cuerpo desnudo.

—Tan posesivo.

—Solo contigo Sólnishko.

Volvieron a besarse y en poco tiempo la llama de la pasión volvió a encenderse.

—Una segunda ronda entonces —dijo Isabella entre jadeos cuando sintió la mano de su esposo abrirse paso entre sus pliegues húmedos y deseosos por él.

—La próxima será en la habitación lo prometo —le susurró al oído antes de volverla a llenar con su miembro completamente duro.

Estaban disfrutando de sus últimos días de luna de miel. Ambos eran felices, y aunque fueron años los que tuvieron que estar separados, habían valido la pena por el simple hecho de poder estar así en ese momento.

Hoseok le había cumplido su promesa de sacarla del infierno dónde se vio obligada a vivir y estaba cien por ciento segura de que también cumpliría la promesa de amarla para toda la vida.

El mafioso beso los labios de su mujer, saboreando del dulce sabor de sus labios, sabiendo que jamás se cansaría de hacerlo, la amaba con locura y por ella estaba dispuesto a todo con tal de verla feliz.

Después de todo ella era el sol que iluminaba sus días más oscuros.

Fin.  

Y llegamos al final de esta mini historia, ya solo nos falta un hermano y terminamos con esta mini serie, que espero les haya gustado.

Gracias por leerla y las invito a leer las dos primeras partes que son Kotik y Zayka.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘