Yoongi estaba afuera de la casa de Jimin, esperaba poder verlo, ignoraba si ya se encontraba en su casa o si aún seguía con Jeon, pero no sé rendiría así tuviera que hacer guardia afuera de la casa, de ahí no se movería hasta conseguir hablar con él.

Seguía lamentando cómo habían sucedido las cosas, si él no hubiera sido tan imbécil en esos momentos estuviera junto a él con rumbo a París para comenzar su luna de miel. Sabía que no había más culpable que él, y no pararía hasta conseguir su perdón.

Estaba pensando en su bajarse y tocar a la puerta cuando vio llegar el mismo carro deportivo de meses atrás cuando peleó con Jimin, y ahí comprendió que el dueño de ese carro no era otro sino Jeon Jungkook.

Vio bajar a Jeon y rodear el carro para abrir la puerta del copiloto y extender su mano para ayudar a Jimin a bajar, cuando vio a su dulce Omega, su corazón y su lobo se agitaron de emoción, y nuevamente la llama de los celos se encendió.

Jeon acarició la mejilla de Jimin y dijo algunas palabras que hicieron que Jimin sonriera tímidamente y su rostro adquiriera un lindo tono rosado en sus mejillas.

No quiso esperar más, bajo del auto.

—¡Jimin! —grito haciendo que la pareja volteara a verlo con sorpresa.

Yoongi caminó hacia ellos, sin despegar la vista del Omega, que había pasado de estar sonriendo a mirarlo con odio y desprecio.

—¿Que haces aquí? —le preguntó Jimin en cuanto estuvo frente a ellos.

—Necesito hablar contigo mi amor, por favor.

—No me digas así, y yo no tengo nada que hablar contigo, vete y déjame en paz.

—Mimi por favor —suplicó, mientras estiraba su mano para tocarlo, pero Jungkook fue más rápido y pasó a Jimin atrás de él.

—Él no quiere hablar contigo Min, déjalo en paz.

—Tú no te metas Jeon, esto es entre mi Omega y yo.

—Jimin no es tu Omega, dejó de serlo en el momento en que lo engañaste, deja de lastimarlo.

Jimin no sabía qué hacer, podía sentir la tensión entre ambos alfas, los dos se retaban con la mirada, y podía escuchar los gruñidos de furia de Jungkook, sino hacia algo los dos terminarían peleando.

—Kook, tranquilo —habló poniendo su mano sobre uno de los fuertes brazos del alfa.

—Jimin por favor déjame explicarte, te lo suplico, por el amor que se que me tienes.

Las palabras del alfa, hicieron que el lobo de Jimin grupera de coraje, cómo se atrevía a hablar de su amor. Se puso frente a Jungkook y encaró a Yoongi.

—¿El amor que te tengo? ¿Ahora me pides que te escuche en nombre de mi amor? Eres un maldito cínico, sin vergüenza, ahora sí piensas en mi amor, y ¿por qué no lo hiciste mientras te revolcabas con ese omega? No quiero oírte, no quiero saber nada más de ti, lárgate y vete a buscar a Taehyung, vete a seguir acostándote con él y a mi déjame en paz, no quiero volver a saber nada de ti, eres lo peor que me ha pasado en mi vida, el amor que te tenía se esfumó en el instante en que te vi revolcándose con otro, ahora solo siento odio y asco por ti.

Dicho eso, tomó a Jungkook del brazo y se giró para entrar a su casa.

—¡Si piensas que Jeon es mejor que yo, te equivocas! —gritó con furia al verlos alejarse.

Jungkook se detuvo y volvió a ver a Min.

—Yo no soy perfecto Min, pero de algo estoy seguro; y es de que yo sí puedo hacerlo feliz, tú perdiste tu oportunidad, cambiaste oro por cobre. Ahora no te lamentes, y resignate.

—No lo voy a permitir Jeon, tú no te vas a quedar con Jimin.

—Ya lo veremos.

Después de eso, tanto Jimin cómo Jungkook ignoraron los gritos de Yoongi y entraron a la casa, dónde la familia del Omega los esperaba.

—Jimin cariño —soltó su madre en cuanto entraron y corrió a abrazar a su hijo — ¿Cómo estás mi niño?

—Que pregunta es esa mujer, es obvio que no está bien —respondió el señor Park, que veía a Jungkook.

—Estoy bien mamá, me duele en el alma, pero no me voy a derrumbar por esto, fue mejor que me enterara antes de la boda y no después cuando hubiera sido peor.

—Tienes razón hijo — la beta soltó el abrazo a su hijo y como si lo viera por primera vez se fijó en Jungkook.

—Gracias, por cuidar de mi hijo señor Jeon. Ya mi sobrino nos dijo quién era.

—No tiene nada de que agradecer señora. Jimin —dijo fijando su mirada en el Omega —creo que será mejor que me vaya, tú tienes que descansar y hablar con tu familia y yo aunque no quisiera tengo cosas que arreglar.

—Está bien, gracias por todo.

—No hay de que, ya te dije porque lo hice, descansa ¿si? Te llamo después.

—Si.

Se despidió con un beso en su mejilla.

—Compermiso señores, y una disculpa por lo que pasó afuera.

—No tienes de qué disculparte, al contrario gracias por defender a mi hijo muchacho.

El señor Park le estrechó la mano a Jungkook y después de hacer una reverencia hacia la mamá de Jimin se fue, era hora de enfrentar a Taehyung y sus mentiras.



El camino a su departamento nunca le había pesado tanto, ahora que ya no tenía que fingir, que ya todo se había terminado no quería volver, simplemente quería dejar a Taehyung atrás y tratar de comenzar de cero, y si se podía a lado de Jimin.

Sabía que el Omega estaría ahí, lo conocía y sabía que estaría esperándolo. Cuando llegó a la puerta, pudo sentir ese aroma a limón y naranja que siempre le había gustado y que ahora repudiaba. Taehyung corrió al escuchar la puerta abrirse y se abalanzó sobre él.

—Kookie mi amor.

—Suéltame Taehyung —le contesto safandose de su abrazo —te dije que no te quería ver cuándo llegará.

—Kook por favor tenemos que hablar, escúchame, todo fue un error, yo te amo.

—Déjate de mentiras, si me amarás nunca me hubieras engañado, yo te di todo de mí y tú lo tiraste a la basura, preferiste una aventura a todo lo que yo te daba.

—No es así Kook, solo fue una vez yo…

—¡No fue una vez Taehyung! ¡Deja de querer verme la cara de imbécil! ¡Fueron meses! ¡Te estuviste revolcando con Min Yoongi durante meses!

El Omega comenzó a llorar ante el grito de furia del alfa, Jungkook nunca le había gritado y mucho menos había utilizado su voz de mando sobre él.

—Jungkook te juro que estoy arrepentido, perdóname por favor. Yo te amo y se que tú me amas a mi, podemos solucionar esto, por favor dame la oportunidad de demostrarte que tú eres el único hombre que amo.

—No Taehyung, esto se acabó, ya no te quiero, no quiero estar cerca de ti, mi lobo tampoco te quiere cerca. Esto se acabó y si tú no te quieres ir, pues me voy yo.

Jungkook caminó decidido a la habitación, y comenzó a sacar su ropa del armario, Taehyung lloraba y trataba de detenerlo.

—No, no te vayas por favor, yo te amo, arreglemos esto.

—Esto ya no tiene arregló, ya no quiero nada contigo.

Jungkook metió lo que pudo en una maleta, la cerró y salió del cuarto con Taehyung a su espalda, tratando de evitar que se marchara.

—No, no te voy a dejar ir, tú eres mi alfa, no me puedes hacer esto, yo te necesito, no me puedes dejar.

—Deje de ser tu alfa desde que descubrí como me engañabas, y claro que me puedo ir, no sabes cómo te agradezco que nunca quisieras que te marcará, así hubiera sido más difícil, aunque no imposible, me das asco Kim Taehyung no soporto estar cerca de ti, tu aroma de náuseas, te aborrezco, no te imaginas cómo odié cada momento que tuve que pasar a tu lado desde que me enteré, y sobre todo tener que tocarte cuando llegó tu celo.

A pesar de las duras palabras y del dolor que le causaban, Taehyung aún tuvo el coraje para amenazarlo.

—Si tú me dejas te vas a arrepentir, jamás te dejaré ser feliz, tú eres mío, me oyes, mío.

—Eres patético, ¿cómo es que no me di cuenta antes?

Se dió la vuelta y no pensó más, salió de ese lugar que compartió durante tres años con el que pensó era el amor de su vida.

Era hora de empezar de nuevo.