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MÍO


Jimin golpeó la cama con su puño con frustración, después del incidente con San pensó que su Zayka haría algo, pero no, ese hombre era un hueso duro de roer, pero ya había visto que verlo con otros lo alteraba y pensaba estirarla cuerda hasta que no pudiera más, y es que ya no se trataba solo de querer acostarse con él y una cuestión de ego, Jeon Jungkook realmente le gustaba, le encantaba cada cosa de él, y por primera vez realmente quería darse la oportunidad de conocer a alguien no sólo dentro de la cama.

Decidido a hacer caer a su conejito se levantó de la cama con una idea en mente, se vistió y tomó su teléfono para llamarle, dos tonos después su voz se escuchó del otro lado.

—Voy a salir, y como quitaste a San de mi servicio tendrás que llevarme espérame en cinco minutos en el coche —dijo y colgó, no le dió tiempo de quejarse, se dió una última vista en el espejo, se puso su perfume favorito y salió.

Si Jungkook no caía con eso entonces tendría que buscar otra manera, pero rendirse jamás.
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Jungkook estaba recargado en el coche fumando cuando Jimin salió y casi se ahoga con el humo al verlo, llevaba un pantalón blanco que parecía pintado a sus piernas de tan pegado que era, una playera de red del mismo tono que dejaba ver la piel de su abdomen y pecho, un abrigo a juego, parecía un ángel en el cuerpo de un demonio, cuando pasó a su lado el aroma de su perfume inundó sus fosas nasales y tuvo que cerrar los ojos.

—¿A dónde te llevo?

—Al Lux necesito distraerme y liberar tensiones —le respondió con una sonrisa y después volteo la vista hacia la ventana.

Sus puños se cerraron con fuerza sobre el volante, liberar tensiones solo significaba una cosa y eso era sexo. Varios minutos después llegaron al bar al cual Jimin entró como si fuera el dueño, nadie se atrevía siquiera a detenerlo.

Caminaron directo a una mesa, Jimin se sentó y él como su guardaespaldas se quedó de pie dos pasos atrás de él, no tardaron en servir una botella su mejor whisky, varios tipos intentaron acercarse pero no tuvieron éxito, el rubio los mandaba a volar casi de inmediato y eso lo complacía, quizá solo había querido distraerse un rato y nada más.

Pero todo cambió de pronto, un tipo que conocía bien se acercó a él y Jungkook tuvo que contenerse para no moverse.

Shownu era un casanova consumado y uno de los socios de Taehyung, vio sonreír a Jimin y saludarlo con un beso en la mejilla, se sentó a su lado y comenzaron a charlar, el pelinegro se tensaba cada que la mano del castaño se posaba sobre la espalda de su jefe. O cuando se acercaba a hablarle al oído y Jimin reía de lo que le dijera.

Los vio pararse a bailar y la furia comenzó a bullir dentro suyo cuando vio al rubio restregar su trasero contra la entrepierna de Shownu y a este acariciar su vientre por sobre la escasa ropa, sentía sus oídos tapados, sus ojos no se despegaba de la pareja.

Su punto de quiebre llegó en el momento en que el castaño levantó el cuello de Jimin y lo giró para besarlo desde atrás, ver esa boca siendo devorada por ese imbécil lo quebró, a sus oídos llegó el recuerdo del suave gemido de Jimin en su oficina con San y no pudo más, nadie que no fuera él tenían derecho a escucharlo.

No pensó en nada, solo actuó, camino a grandes zancadas hasta llegar a ellos tomó a Jimin del brazo y lo jaló, el rubio grito en protesta y Shownu trató de enfrentarlo, pero la expresión asesina en su rostro fue suficiente para detenerlo. Jimin se quejaba y gritaba que lo soltará, así que no le quedó de otra más que cargarlo sobre su hombro y sacarlo de ese maldito lugar, cuando llegaron al auto lo bajo y por fin lo enfrentó.

—¡¿Qué carajos te pasa Jeon?! ¿Por qué hiciste eso? Eres un maldito bru…

Interrumpió sus palabras estampando su boca con la suya, no había ternura ni delicadeza, eso era fuego, pasión, deseo y furia en un beso, Jimin se dejó envolver por los fuertes brazos de Jungkook, y jadeo entre el beso cuando sintió los dientes de pelinegro morder sus labios antes de separarse.

—Nunca más, me oyes, nunca más nadie que no sea yo va a volver a tocarte, ¿me escuchas? —exigió con la respiración agitada y sus ojos oscurecidos por el deseo y el enojo.

—¿Y quién te crees para pedir tal cosa? ¿Qué te da ese derecho? —preguntó Jimin, tratando de parecer enojado y no complacido.

—A partir de este momento soy tu dueño Park Jimin eso me da el derecho y yo no comparto lo que es mío.

—No lo soy, tú me despreciaste, dijiste que me buscará a otro y así lo hice, Shownu es el elegido, quién sabe quizá hasta me case, eso sería bueno para el negocio —dijo tensando un poco más la cuerda y trato de alejarse de la imponente figura, sin éxito.

Jungkook lo tomó por el brazo y lo empujó con fuerza contra el auto, le dolió un poco pero más le excito. Volvió a besarlo con fuerza y pido sentir el sabor metálico de su propia sangre mezclándose con la saliva, era un bruto, pero era suyo.

Después de separarse lo metió al carro y sin esperar a nada subió también él y arrancó, Jimin no paraba de quejarse y fingir molestia y desagrado, mientras mentalmente agradecía que su casa no estuviera tan lejos.

Nada más llegar Jungkook lo saco del carro y lo volvió a cargar hasta su habitación, era la primera vez que Jimin entraba en ese cuarto y le gustó lo que vio, todo ahí tenía la esencia de su dueño.

—Dejame ir Jeon, eres un animal.

—Sí, pero soy el animal que te gustaba.

—En el gustabas está la clave Zayka, es pasado ahora me gusta alguien más —se burló y casi podía jurar que escuchó gruñir al pelinegro.

—Si ya no te gusto entonces, ¿por qué respondiste a mis besos? ¿Por qué sentí tu cuerpo temblar bajo mi tacto? —preguntó mientras caminaba hacia Jimin acorralandólo.

La espalda del rubio choco con la puerta y los brazos de Jungkook le bloquearon el paso al colocarlos a su lado, mientras su rostro se inclinaba hasta que sus respiraciones chocaban.

—Sí ya no te gusto, ¿por qué justo ahora tus pupilas están dilatadas? ¿Porque tu respiración está agitada y todo tu cuerpo está esperando que lo toque? No me mientas y no te mientas Jimin, estás deseando que te toque, que vuelva a besarte, ¿no es así?

—No —logro articular y casi se desmaya al ver la sonrisa cínica que el pelinegro le regaló.

—Muy bien, entonces vete —dijo y lo giró dejándolo de frente a la puerta, pero no la abrió lo tomó por la cintura y lo pego a él, dejándole sentir su erección en la espalda, antes de hablarle directamente en el oído —si pones un paso fuera de aquí y sobretodo si te atreves siquiera a ir a buscar al imbécil ese o a cualquier otro daños por muertos, porque ya te dije que eres mío.

Un suspiro entrecortado escapó de los labios de Jimin.

—Sí lo soy, entonces deja de hablar y tómame —fue lo único que dijo.

Después de eso todo fue una sucesión de momentos fugaces, sintió su cuerpo ser apretado contra la pared mientras la boca de Jungkook devoraba su cuello y hombros, dejando marcas a su paso. Su ropa no tardó en caer al suelo dejándolo completamente expuesto a los deseos del pelinegro.

Sus ojos se abrieron con asombro y deseos al ver el cuerpo musculoso de Jungkook, sus brazos tatuados, sus abdomen marcado y con algunas cicatrices adornandolo, pero lo que le hizo jadear expectante fue su polla, larga, gruesa y dura apuntando hacia arriba, las venas marcadas lo hacían ver más apetecible, quería probarlo.

Se puso de rodillas frente a él, acarició sus piernas hasta llegar a su objetivo, Jungkook tenía su miembro entre sus manos sobándolo, invitándolo a devorarlo, abrió su boca y lamió la extensión gustoso, antes de succionar la roja cabeza y engullir lo más que pudo, el pelinegro lo tomó por el cabello y comenzó a controlar el ritmo de la mamada, haciéndolo ahogarse un par de veces al obligarlo a meter casi todo hasta su garganta, hilos de saliva escurrían por su boca, mientras el sonido de succión se mezclaba con sus gemidos ahogados y los jadeos de Jungkook.

—Esa boca tuya es un pecado, me encanta como te comes mi polla precioso, pero el plato fuerte eres tú —le dijo y lo levantó para dejarlo sobre la cama boca abajo.

Un grito de sorpresa escapó de los labios de Jimin cuando la lengua de Jungkook lamió su agujero, mientras sus caderas eran levantadas para darle más pasó, una de sus manos tomó su miembro y comenzó a masturbarlo sin dejar de devorar su culo.

Jimin era un desastre de gemidos y jadeos, se retorcía bajo las caricias de Jungkook, en sus ojos estallaron estrellas en el momento en que dos dedos se abrieron paso en su canal y tocaron su punto de placer, lanzándolo en un orgasmo devastador.

Todavía estaba bajo los estragos del climax cuando sintió la punta del miembro comenzar a abrirse paso.

—Lento por favor, hace mucho que no tengo sexo —pidio con la voz más suave de lo normal.

Jungkook se detuvo y lo miró confundido, ¿pensaba engañarlo?

—No me mires así Zayka, la última vez que estuve con alguien fue en Rusia, ¿Pensaste que soy una Suka? Solo te quería poner celoso, no me he acostado con nadie desde que te conocí.

Las palabras de Jimin golpearon directo en el orgullo del pelinegro que sonrió y se inclinó para besarlo con más delicadeza que antes.

—Eres un pequeño demonio, has estado jugando conmigo todo este tiempo.

—Siempre consigo lo que quiero y ese eres tú… ahhh —un gemido interrumpió sus palabras cuando Jungkook deslizó su polla en su interior.

Cómo lo pidió, lo hizo suave y lento, no quería hacerle daño, sintió como las estrechas paredes se cerraba alrededor de su miembro, cuando por fin estuvo completamente dentro espero un momento antes de comenzar a embestir.

Con movimientos rápidos y lentos golpeó una y otra vez directo en el punto dulce de Jimin que era un desastre de gemidos y súplicas. Sin salí de él lo giró para quedar de frente, sus piernas abiertas sostenidas por sus manos, bajo la vista y se deleitó viendo como su miembro se perdía en ese delicioso lugar, se inclinó y siguió penetrando mientras mordía los rosados pezones de Jimin antes de subir a sus boca y besarlo con pasión.

Varios embistes más y Jungkook sintió como su polla era estrangulada por las tibias paredes, mientras un grito de placer puro salía de la boca de Jimin al tiempo que hilos de semen manchaban su abdomen, aumento la velocidad hasta que alcanzó su propia liberación, derramando toda su semilla dentro suyo.

Con cuidado salió de él y se dejó caer a su lado, ambos estaban exhaustos pero satisfechos, Jimin sonría gustoso y se apretó contra su cuerpo, buscando cariños, Jungkook lo acarició suavemente mientras lo miraba embelesado.

—Estas hecho un desastre, pero sigues siendo jodidamente hermoso, Jimin.

—Estoy sucio y lleno de fluidos, ¿cómo puedes decir eso?

—Para mi lo eres, me gustas Jimin, me vuelves loco pero me encantas, y dudo mucho que pueda dejarte ir aunque me lo pidas. No mentía cuando te dije que ya eres mío.

—¿Y quién te dijo que yo no quiero serlo? ¿Crees que hizo todo lo que hice solo por un acostón? A partir de ahora tendrás que cargar con un niño mimado porque no pienso dejarte ir nunca.

El pelinegro sonrió y lo cargo poniendo sobre él antes de besarlo nuevamente. Una hora después, ambos salían del baño limpios y saciados, cayendo dormidos casi al instante.
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Un avión privado aterrizaba en las frías pistas de Moscú, un apuesto hombre vestido completamente de negro salió tomado de la mano de un muy feliz Jimin que estaba ansioso por ver a sus padres y a sus hermanos.

—¿Que se siente volver a Rusia después de seis meses fuera mi amor? —le pregunto Jungkook mientras le abría la puerta del auto y lo dejaba entrar.

—Estoy feliz, ya extrañaba mi casa, pero mejor dime tú, ¿cómo te sientes de conocer al Zar de la mafia rusa y tener que decirle que te robaste a su príncipe consentido?


FIN.







Llegamos al final de esta historia, espero que le haya gustado, las invito a leer Kotik que es la primera historia de esta mini serie y próximamente llegará el tercer relato de nuestra siguiente pareja, ahora que hermano conocerá el amor.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘

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