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VENGANZA

Dasha se acercó  hasta llegar a frente al moreno y vio como la postura relajada del hombre cambio, supuso que era él conteniendo su deseo por ella, y sonrió, dió un paso más e inclinó su cuerpo con la intención de que él cortará la distancia y sellará el compromiso con un beso, pero para su sorpresa y la de los demás, Namjoon la tomó por los hombros deteniendola.

—Nikolai, padre, ya que yo soy el involucrado y como para lo demás no tuve elección, por lo menos me gustaría ser yo quien decida con quién me caso y… —bajó su mirada para ver a la belleza de rojo que tenía entre sus brazos, antes de volver a mirar hacia al frente —. Dasha es muy bella y estoy seguro de que será una maravillosa esposa, pero si me he de casar con una de tus hijas será con ella.

Samara abrió los ojos con sorpresa al verse así misma siendo señalada por la mano tatuada de Namjoon, Dasha descompuso su máscara de dulzura, dejando ver su odio hacia su hermana.

—No puedes hacer eso, mi padre me escogió a mí para ser tu esposa —dijo Dasha no queriendo permitir que su hermana le ganará una vez más.

—Ya dije, sino es con Samara, no hay boda —la voz del moreno era firme y no daba lugar a objeciones y dudas.

Alexei dió un paso al frente, si bien él había concertado el matrimonio, si su hijo prefería a una hermana por sobre la otra, no podía obligarlo a nada, así que debía respaldar su decisión. Dimitri estaba que sudaba de los nervios y el terror, y es que él había sido testigo de la brutalidad de Namjoon, lo había visto matar con sus propias manos a un hombre el doble de su tamaño, y sin sudar una gota, lo había visto gritar y perder el control cuando se enojaba y su pequeña Samara no podría con eso, ella era dulce y frágil, y aunque también le preocupaba Dasha, sabía que ella tenía más carácter y no se dejaría amedrentar por él.

—Nam… —comenzó a decir pero el Pakhan lo interrumpió.

—No veo porque deba de ser un problema esto, después de todo no había relación de por medio y es lo mismo si se casa con una que con la otra, así que mi hijo es quien decide, y si tú no aceptas Dimitri, pues le ofreceré el trato a alguien más.

Las palabras de Alexei era firmes y el hombre supo que no mentía, si él rechazaba el cambio de novia, se quedaría sin nada y terminaría peor de como estaba en ese momento. Después de meditarlo un momento suspiro y asintió antes de levantar la vista y enfrentar al hijo del Pakhan.

—No entiendo tus motivos si ambas son idénticas, pero lo aceptó, te doy a mi hija Samara en matrimonio —las palabras del viejo complacieron a Namjoon.

—¡No, no lo aceptó! —grito Dasha y se giró para enfrentarse a Namjoon que la veía sin inmutarse—. No puedes hacerme esto, yo seré una buena esposa para ti, además yo… yo te amo, me enamoré de tí desde que éramos niñas, por favor no me rechaces —suplicó con lágrimas llenando sus ojos y la duda se instaló en el pecho del moreno por un segundo.

Pero solo le bastó ver cómo los ojos grises de Samara se nublaban por la tristeza, pero que esas dudas se despejaran, era ella, no podía equivocarse, como lo pensó antes, ellas podrían ser idénticas, pero sus ojos las diferenciaban y esa mirada era la misma que vio siendo un adolescente.

—No te rebajes ante mí, ni ante nadie Dasha, agradezco tu afecto pero mi decisión está tomada —dijo y dió un paso a su costado antes de acercarse hasta la chica que seguía muda de asombro.

Samara lo vio acercarse y su mundo se congeló, él era todo lo que siempre quiso, y no sabía que lo había hecho tomar esa decisión pero no pensaba objetarla, sabía que Dasha no se lo perdonaría, pero ahora que tenía la oportunidad de estar con él hombre que amaba no bajaría la cabeza, le demostraría a su padre que era digna de convertirse en la esposa del líder de la Bratva.

—Espero que me aceptes ángel, y sino lo siento pero ya no podrás escapar de las garras del diablo —le dijo Namjoon en un susurro antes de tomar su rostro entre sus fuertes manos e inclinarse para besarla.

Samara se sintió flotar al contacto de sus labios con los del moreno, y aunque jamás había besado a nadie, su cuerpo pareció entender que él era el indicado, aquel por el que siempre habían estado esperando y se entregó, abrió su boca y dejo que la tibia lengua de Namjoon entrará y explorará su cavidad, antes de que los filosos dientes mordieran su labio inferior y tierra de él hacia afuera, terminando el beso.

—Creo que un pequeño demonio se esconde debajo de tu dulzura ángel, y amaré descubrirlo.

—Y yo amaré cuando lo hagas —se atrevió a decir Samara, con los estragos de ese beso en su cuerpo.

Alexei y su mujer sonreían gustosos, habían visto la morada de su hijo, y sabían que no había habido errores, ambos se pertenecían el uno al otro, así como ellos. Dimitri rogaba porque el moreno fuera bueno con su hija y su mujer lloraba de alegría, ver a una de sus hija comprometida la llenaba de felicidad.

Mientras que Dasha ardía en rabia, mientras veía el intercambio y se juraba asi misma que esa boda no se realizaría mientras ella pudiera evitarlo. Se dió la vuelta y salió del salón, no pensaba quedarse un segundo más en ese lugar. Caminó hasta su cuarto y tomó su teléfono, dos tubos después la persona detrás de la línea atendió.

—Mi hermana se va a casar y no creo que quieras eso, ¿cierto?

La respuesta del otro lado fue la que esperaba y colgó, dejaría que alguien más se manchara las manos por ella. Sonreía mientras se desnudaba, sin pensar en cómo eso terminaría para ella.
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Samara había evitado por todos los medios cruzarse con Dasha, no tenía ánimos de seguir discutiendo con ella y mucho menos de tolerar sus insultos y palabras cargadas de veneno y odio. Desde la noche del compromiso, el rencor que le tenía se hizo más evidente.

Mientras ella y su madre se encargaban de los preparativos para la boda que se llevaría a cabo en un mes, ella solo se encargaba de tirar veneno, pero nada de eso podía opacar su felicidad, se iba a casar con Namjoon Sokolov, el único hombre que había amado y que por alguna obra del destino, parecía gustar de ella.

Eso se lo demostraba cada que se veían, que era casi a diario, cuando la tomaba entre sus brazos para besarla, cuando la llamaba ángel y acomodaba algún mechón de su cabello detrás de su oreja, o cuando sus manos se cerraban en torno a su cintura mientras dejaba besos y mordidas en su cuello, derritiendola en el acto, moría por entregarse a él y sabía que no había diferencia si lo hacía antes o después de la boda, pero él había querido esperar.

Namjoon podría ser brutal y despiadado con sus enemigos, ser el ejecutor de la Bratva no era algo que pudiera hacer si fuera débil y sin carácter, y eso la hacía admirarlo más, pero con ella… con ella era tierno y delicado, la trataba como si fuera de cristal y temiera romperla, se mostraba siempre atento y galante.

Para Samara no había nada que pudiera arruinar su felicidad, pero no contaba con que el odio y la sed de venganza de su hermana fuera de la misma medida, estaba bajando del coche que su prometido había asignado para ella, iba a la prueba de su vestido de novia cuando una mano la detuvo de tu camino, cuando se giró para ver quién era su sangre se fue a sus pies, trato de zafarse llamando la atención del chófer y guardaespaldas.

—Señor, le recomiendo que suelte a la señorita —la fuerte voz de su guardaespaldas, junto al sonido del arma amartillandose en la nuca del tipo, lo hizo girar.

Samara aún trataba de soltar su brazo del fiero agarré, pero su captor apretaba con más fuerza.

—Samara dile a este imbécil que baje su arma, sino lo quieres ver con el cuello partido —ordenó el hombre con voz siniestra haciendo temblar a la chica.

—Estefan baja eso, yo… yo estoy bien, no pasa nada —dijo pero el temblor en su voz la delataba.

El guardaespaldas distrajo su mirada un segundo hacia ella y eso fue suficiente para que el hombre lo desarmara y golpeara noqueandolo.

—Tu y yo vamos a dar un paseo Sami y me vas a explicar cómo es que te vas a casar —gruño el tipo antes de meterla a la fuerza en su auto.

—Suéltame… Iván suéltame —Samara forcejeó lo más que pudo, pero la fuerza de su primo era más que la suya.

A la distancia Dasha veía con una sonrisa en su rostro como su psicótico primo obsesionada con su hermana se la llevaba y esperaba que para siempre. El guardaespaldas recobro la conciencia y aunque sabía que terminaría muerto, marcó el número de su jefe.

—¿Qué pasa? —preguntó Namjoon al segundo tono.

—Señor, lo siento, un hombre se llevó a su prometida —Estefan se disculpó.

El grito de coraje del moreno resonó en su oído, al mismo tiempo que un arma se descargaba en dónde se encontraba.

—¡Te quiero aquí ahora! ¡Y más te vale que Samara no tenga ni un rasguño cuando la encuentre porque tú muerte será lenta y dolorosa! ¡¿Me escuchaste imbécil?!

Namjoon colgó el teléfono y después de pasar por encima del cuerpo del informante al que mató en descargue de su ira, busco en su teléfono y entró directamente a la aplicación de rastreo que había instalado en un collar que le había entregado a Samara, el idiota que se había atrevido a llevarse a su mujer, pagaría caro su osadía.







Aquí va a correr sangre.

Nos leemos bellezas...
        Besitos 😘😘😘

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