🍚彡 Existir.
|Hay veces donde la ficción y los pensamientos son el mejor escape de la realidad|
•––––––☆––––––•
Existen días donde me levanto y no sé ni por qué, no sé por qué vivo, a qué vine a este mundo, qué función tengo yo en este planeta de millones de personas, qué me hace especial o resaltar siquiera, si soy especial para alguien..., o si me recordarán cuando me vaya. Porque todos somos olvidados en algún momento, porque nuestra huella no quedará para siempre por más que nos aferremos, porque desapareceremos algún día, ¿no?
Todos tienen temores de algo, algunos tan simples como los payasos u otros tan profundos como ser olvidados. Se encuentra de muchas variedades.
La verdad es que yo no sé cual es mi mayor temor: no tengo miedo de morir, incluso me atrevo a decir que soy indiferente en el tema, pero... ¿la gente que me estima estaría triste? ¿Les importaría siquiera si algún día se da a conocer que fallecí? ¿Sufrirían? Quizás sí, quizás no, ¿quién soy yo para saber qué piensan de mí realmente?
Mas sin embargo, ¿si ellos fuesen los que murieran y yo quedara? ¿Si tuviera que presenciar cómo la gente que amo va desapareciendo? Prefiero mil veces desaparecer yo a que ellos, sin duda alguna.
Sé que muchas veces me jacto diciendo que odio a medio mundo, que odio a los de mi alrededor, que poco o nada mi importaría si la raza humana se extinguiese, pero muy en el fondo estoy consciente de que no es así, de que esas palabras muchas veces las digo con tal de..., la verdad es que ni yo sé; quizás sea por todo el odio que he acumulado a través del tiempo, quizás sea porque no me importa vivir o morir, quizás es porque no valoro las cosas. No puedo dar una respuesta concisa por el simple hecho de que ni yo sé quién soy, ¿cómo sabría siquiera qué pienso realmente? ¿Si lo que pienso o digo es con sinceridad u otro medio de autodefensas mía ante el mundo? Desgraciadamente, caí en aquella etapa que no sé por qué existo, no sé cuál es mi propósito o si estoy acá pagando cosas que hice en otra vida.
Si soy sincera, intento visualizarse dentro de unos años, y no puedo verme, todo se torna oscuro y no veo nada, ¡ni siquiera puedo verme dentro de un par de semanas para empezar! ¿Eso es una señal quizás? ¿O soy tan frívola con mi existencia que ni eso me interesa? Quizás me podría justificar diciendo que vivo el día al día sin ponerme a pensar en el futuro porque puede tocarme algo inesperado, pero simple y sencillamente no puedo imaginarme estando con 2 años más, o teniendo una profesión. No puedo, y es frustrante.
¿Qué deseo estudiar? ¿Quiero formar una familia? ¿Ser madre? ¿Tener pareja y casarnos? ¿Enamorarme? ¿Siquiera soy heterosexual? Si no sé ni quién soy, ¿cómo esperan mis padres o maestros que responda aquello? Tengo ya 17 y no sé ni para qué demonios respiro. Muchas veces pienso que soy una carga más, alguien que gasta oxígeno, alguien más del montón que nunca va a sobresalir, alguien más perdida aquí en este jodido mundo.
Suspiro con fatiga y termino recargándome contra mi silla, mirando aquella hoja que me dio la asesora y debo entregar mañana, aquel estúpido trozo de papel que definirá qué seré el día de mañana. Está todo en blanco, salvo mi nombre y salón de clases.
Vuelvo a mordisquear por mera costumbre mi bolígrafo, y termino cerrando mis ojos con ganas de echarme a llorar. ¿Qué se supone que debo contestar? Sé que les dije a mis padres que iba a estudiar Letras..., ¿pero eso quiero ser? ¿Realmente soy buena? ¿Realmente lograré sobresalir? Soy una estúpida, casi todos ya tienen definido a qué universidad irán y están esperando a que abran los cupos, muchos están echándole ganas al estudio para ganar un espacio, otros ya planean estudiar en otra ciudad o el extranjero, y otros están como yo: sin tener ni una jodida idea de qué hacer.
—Sigues aquí... —oigo una voz en la entrada del salón, y yo solo me limito a ignorarlo, siguiendo estando en mi posición—. ¿Aún no lo has entregado? Mañana es el plazo a dárselo a la profesora, _____.
—Si vienes a joder recalcando lo que ya sé, puedes largarte a darle el discurso a alguien más —exclamo con tranquilidad, intentando no querer insultarlo y gritarle más de la cuenta. Solo quiero estar sola, o desaparecer, lo que se de primero.
—¿Por qué tan agresiva hoy? No te he molestado y te he dado tu espacio —para cuando abro mis ojos y me siento correctamente, le veo en la butaca delantera, sentado de manera inversa para poder estar frente a mí. Solo sonrío con cansancio, sintiendo ligera culpabilidad por estar contestándole así siendo que él no tiene nada de culpa por mis estúpidos problemas de autoestima. Aunque, claro, no lo voy a demostrar o decir en voz alta.
—Nada, solo estoy molesta conmigo misma, nada de importancia —divago volviendo a enfocarme en el papel, intentando en vano contestar algo.
—No sé por qué dices que no tiene importancia cuando sí la tiene: se trata de ti —comenta y me sonríe. Si viniera de otro chico, pensaría que intenta coquetearme (cosa que en realidad nunca pasa), pero es Gohan y simplemente él no es así—. ¿No habías dicho que querías ser escritora y trabajar en una editorial de más grande? ¿Por qué no lo haz puesto?
—Porque no sé qué quiero ser, estoy dudando incluso de mi propia existencia, ¿cómo quieres que conteste algo así? —respondo con sinceridad, jugueteando con el bolígrafo y sonriendo con tristeza. Supongo que con él es la única persona con la que puedo ser sincera de alguna manera. Desde que lo conozco y le tomé cariño es así.
—_____...
—Por favor, no me vengas con el discurso que ya me sé de memoria, Gohan, en serio. Solo... estoy harta de todo —añado sin verlo, solo observando aquella hoja de papel—. Es irónico, ¿no? Según ya había superado mi depresión y ganas de suicidarme desde hace un año, pero aquí estoy otra vez, dudando de si soy lo suficiente siquiera para vivir —murmuro y las ganas de llorar regresan, por lo que termino tragando saliva para ahuyentar el estúpido nudo en mi garganta.
—Seguiré sin entender por qué. No entiendo por qué hay veces donde te menosprecias de esta manera, otras donde te sientes superior a todos y otras donde tu autoestima es alta y te quieres a ti misma. No creo que a eso se le llame estar del todo bien y haber superado tu depresión... —susurra mirando la pared, pensativo.
—¿Y tú qué vas a saber de esto? —Me intento defender, sin saber qué decir exactamente lo que me ha dicho: detesto que sea tan honesto en muchas ocasiones y que me de una cachetada de guante blanco. Sé que es por mi bien, pero...
—Lo mismo que tú, curiosamente —dice con cierto tono risueño, que me termina haciendo sonreír.
—¿Crees que esté bien ponerle que quiero estudiar Letras en la universidad local? —Cuestiono poniéndome seria y con cierto nerviosismo.
—Si es lo que tú quieres, adelante —concluye parándose, sinriéndome en forma de despedida—. Te dejo para que pienses en eso, y espero una respuesta positiva que me diga que decidiste algo y no que te volviste a acorbardar, por favor.
Y sin más, desaparece de mi campo de visión. Tomando aire, me decido a contestarlo ya y dejar de dudar; si me arrepiento de esto y me odio será después, no hoy.
▶▫▪♡▪▫◀
Gruño con enojo, tratando de tragarme y aguantar mis ganas de llorar, y azoto la puerta con más fuerza de la debida para tirarme contra la cama, mentalizándome de que debo dejar de ser tan chillona y cobarde. Aunque sé dentro mío que todo inició por mi culpa: soy tan estúpidamente sumisa desde niña, tanto que me cuesta horrores decir en voz alta sin tartamudear o trabarme lo que siento y pienso en realidad. He intentado muchas veces dejar aquella maldita timidez y ser reacia y firme, pero no puedo, joder, ¡no puedo!
Como viene de costumbre desde hace unos años atrás, lloro en silencio, aunque mi garganta quema por ello, tragándome mi enojo y frustración, regañándome por millonésima vez y poniéndome la meta de dejar de ser así, de dejar de fingir que mi vida va bien, de que no me duele. Estoy harta de todo, pero sobre todo de mí misma. Nuevamente discutí con mis padres; lo que parecía una corta charla de política en la cena terminó siendo reclamos y recalcarme lo que ya sé, lo que jodidamente tengo que vivir por mi propia culpa. Me lo busqué yo misma.
—¿Otra vez? —Oigo su voz y yo sigo con mi cabeza clavada en la almohada y tapada con las sábanas a tope, intentando parar mi llanto que ya me está haciendo punzar la cabeza—. Hey, todo va a estar bien —siento cómo comienza a acariciar mi cuero cabelludo, aumentando más el dolor en mi pecho y el revoltijo en mi estómago.
—Solo parece que sabes decir eso... —susurro con la voz rota, mordiendo mi labio inferior, tratando de calmar las ganas de dejarme llevar y comenzar a rasguñarme por mi propia frustración. Detesto esos malditos ataques de ira que me dan en momentos como este, y que muchas veces no logro sobrellevar.
—Y es porque lo va a estar: mañana van a hablar todo más tranquilamente, lo arreglarán, todo será ameno, olvidarás tus problemas cuando vayas a la escuela y luego regresarás y todo estará bien —exclama tranquilo.
—Como siempre —termino y tomo asiento en la cama, mirándolo de reojo y sonriendo con ironía—. Tengo que fingir una sonrisa aunque me sienta mal, tengo que fingir estar bien, tendré que desahogarme gritando en mi mente y reclamando allí, divagando horas porque no me atrevo hacerlo siquiera en una hoja de papel o diario, siempre es así.
—Y eso es porque tú misma quieres, _____. Sabes que ha habido gente que te estima y se da cuenta que algo no va bien, pero, como siempre, terminas apartándolos y luego jactándote de que nadie se da cuenta de esto que te pasa, que estás sola, que nadie te quiere, que tus amigos son falsos y que solo rozan lo superficial. Tú te lo buscas al final por ser tan orgullosa y callada, ¿sabes? —Comenta dejándose caer sentado a mi lado, suspirando.
Sé que es verdad lo que dice hasta cierto punto, pero él mismo lo ha dicho: soy jodidamente orgullosa y no lo voy a aceptar ahora, quizás mañana, pero no ahora.
—Si realmente les interesara siquiera insistirían... —replico con la ultima excusa que me queda: sé que él tiene la razón, pero soy necia—. En fin, tenemos que dormir —agrego ya para dar por finalizado todo. No tengo ganas de seguir discutiendo, ya suficiente tuve con mi papá.
—Solo medítalo, ¿sí? Sabes que tengo razón muy en el fondo, te conozco más que nadie —agrega con diversión y me hace sonreír—. Buenas noches, no te desveles con el celular hoy escribiendo, en serio, te estás haciendo más daño en la vista, y yo no quiero eso.
—Vale, buenas noches —río sacudiendo mi mano levemente, y lo veo desaparecer entre la oscuridad.
Sin él no sabría qué hacer, sinceramente.
▶▫▪♡▪▫◀
Termino despidiéndome de mis amigos para echarme a andar hacia mi casa, dispuesta a sacar mis audífonos y conectarlos al celular para oír música, pero su voz detrás mío me hace detener y olvidar mis planes pues sé que no me dejará en paz hasta hablar del tema y pasar página de estos días. Después de todo, él mismo lo ha dicho: soy bastante voluble; unos días odio a todos, otros días puedo ser indiferente, otros días disfruto algunas cosas y otros... son como hoy.
—¿Y? —Pregunta alcanzándome, yendo a la par mía.
—¿Qué? —Respondo en su lugar, mirando al piso.
—¿Ya te sientes mejor?—Cuestiona con aquella sonrisa amable tan suya, pateando una pequeña roca.
—Supongo que sí, ya sabes, mis rabietas no duran mucho —me encojo de hombros, restándole importancia: y no miento; desde niña nunca me he caracterizado por enojarme con alguien por más de dos días, y eso ya es mucho. Soy orgullosa, sí, pero me lo trago cuando de alguien importante en mi vida se trata. No soy mucho de mostrar interés extremo o cariño en mis amistades, pero... si realmente alguien me importa, lo demuestro con aquellos gestos que muchas veces no parecen percibirlos.
—Me alegra oír eso. Por cierto, felicidades, haz logrado por fin decidirte a estudiar Letras después de darle muchos rodeos. Ya era hora —me felicita y solo me rasco el brazo con nerviosismo.
—¿Crees que hice bien? —Indago con inseguridad.
—Te gusta escribir y es algo que realmente te apasiona, no le veo lo malo —sonríe a mi dirección, y le correspondo el gesto. Si lo dice y afirma él, todo bien, pues tiene razón: me conoce mejor que nadie.
Ambos seguimos caminando en silencio. Normalmente me siento incómoda a los minutos sin haber un tema de conversación y me pongo a hacer estupideces (que muchas veces, en vez de dar risa, solo logro verme como estúpida o hacer enojar alguien) para sacar plática, pero con él no es necesario. Nunca lo ha sido en verdad.
—Hated by life itself —dice de la nada y me desconcierta.
—¿Perdón?
—La canción que tanto te gusta, esa es la que ibas a oír antes de que apareciera, ¿no? O quizás Adventure of the life time de Coldplay, o Paradichlorobenzene. Son tus favoritas —agrega juguetón, sacándome otra sonrisa.
—Estaba tentada por Coldplay más que las otras, sinceramente —comento y miro al cielo—. Irónico, ¿no? Me encanta la canción a pesar de nunca haberme enamorado.
—Pero algún día lo harás..., de una persona de carne y hueso, claro, no hablando de personajes literarios o anime —finaliza y sacude mi cabello, sacándome un reproche.
—Sabes que ni definida tengo mi sexualidad y ya andas como mis padres diciendo esto, sabiendo que no planeo siquiera casarme o tener hijos —me quejo recalcando aquello por millonésima vez.
—No es como si controlaras tus sentimientos y les ordenaras nunca amar, ¿sabes? Solo es cuestión de tiempo.
—Sí, claro —le doy la viada para que deje el tema por la paz. Estoy harta de que no respeten mi decisión, ¿qué demonios tiene de malo no desee casarme y atarme a alguien? Soy feliz (en lo que cabe) así, sin nadie de por medio en mi vida, además, tengo 17 por favor, soy joven como para andar buscando un novio formal a esta edad o al "amor de mi vida" como denominan las chicas soñadoras.
—Sabes que no puedes vivir siempre así... —comenta observando al horizonte, deteniendo su caminar—. Algún día tendrás que crecer, dejarás muchas cosas atrás, te enamorarás, te romperán el corazón y volverás a levantarte, como todos.
Me detengo tras dar un par de pasos, dejándolo atrás. Lo sé, vaya que lo sé, pero... no quiero que sea pronto. Quiero quedarme así, no crecer, no enfrentarme a la realidad, a ser adulta, a madurar, dejar algunos pasatiempos atrás.
—Pero no será hoy, ni mañana —remarco y sonrío con cierta melancolía—. No quiero que desaparezcas de mi vida, haz sido de las pocas cosas buenas que me han pasado, quien siempre me hace darme cuenta de mis errores, quien ha estado en mis peores y mejores momentos..., n-no quiero crecer si eso significa olvidarme de ti.
—Sabes que siempre estaré contigo hasta donde me lo permitas, tonta —murmura con cariño. Mordisqueo el interior de mi mejilla para aguantar un sollozo y bajo la mirada, sintiendo su mano apretar la mía al mismo tiempo.
Si tan solo fueras real, si tan solo no fueras un personaje de anime, si tan solo no fueras un producto de mi propia imaginación en un intento mío de no caer en soledad..., quizás todo sería mucho mejor si existieras...
•––––––☆––––––•
–En dado caso de que alguien no haya entendido la temática, explico: la prota en realidad es como... una representación mía, por ello sus pensamientos y forma de ser en realidad son idénticas a las mías en la vida real, y quizás por ello haya cosas que no entiendan porque no quise extenderme tanto. Soy yo y es mi vida en otras palabras. Gohan viene en representación de la gente que ha estado apoyándome (de forma indirecta como sacándome sonrisas por mensajes aunque estuviera mi día de la patada, claro) desde que me dio la depresión, aunque sé que muchos acá no lo sepan porque casi nunca hablo de ello tan seriamente o diciendo más de la cuenta, a no ser que sea con alguien con el que me identifique. También debo decir que en realidad varias veces he divagado así, el arroz también hace alusión a mi consciencia(?
Ah, y por si las dudas, Gohan no existe, solo es un producto de la imaginación de _____ tal y como dice al final. Por ello es que aparece "mágicamente" cada vez que se siente mal o insegura, incluso cuando estaba en su habitación llorando, por eso no le da miedo ni nada cuando lo oye; cualquier persona le da tremendo susto si escucha una voz de alguien en su cuarto sin haber dejado entrar a nadie, supongo(?). Y no está loca, eh, ella sabe perfectamente que no existe.
En fin, esto no va de romance ni nada, solo quería desahogarme por cómo me siento varias veces, así que no le tomen mucha importancia. Soy realmente voluble e incluso frívola (fría y frívola son cosas distintas, eh) en muchos aspectos de mi vida, son cosas del día a día, así que relevancia esto no tiene.
Abdbja, espero y les haya gustado un poco siquiera. Ya con esto doy por sentado que estaré actualizando esta cosa más seguidamente y que ya terminé de resubir los one-shots de hace ya tiempo, ahora son los borradores que tenía y que hace mucho no tocaba xdxd.
¡Nos leemos!
-Lindassj1
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro