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⟦05⟧

-Lastimosamente, en estos últimos años han estado falleciendo muchos pobladores, y los niños que no han sido adoptados aún, aunque son bastantes pocos, son, o recién nacidos, o muy pequeños-explicó la señora encargada del orfanato. Era notable su nerviosismo, puesto que tenía frente a sus ojos a ambos reyes de Skygall.

-¿Cuántos niños son los que quedan?-preguntó JungKook con una amable sonrisa.

-Un alrededor de quince de entre cuatro y seis años, y tres recién nacidos con apenas unos meses-informó la señora, sonriendo a la pareja, ya que la sonrisa que le regalaron ambos le transmitía una agradable confianza.

El pelinegro miró a su esposa y le sonrió.

-Tú decides-le extendió su mano.

-¿Podemos verlos?-inquirió SooRa, aceptando el gesto del pelinegro.

-¡Claro que sí, mi reina!-exclamó la señora-. Vengan, acompáñenme.

Siguiendo a la señora, tomados de la mano, lo jóvenes quedaban maravillados ante la ternura de todos y cada uno de los niños que veían desde cierta distancia.

-¡Miren! Son el rey y la reina-se escuchó decir a una niñita, la cual, en cuanto los ojos de JungKook y SooRa estuvieron sobre ella, hizo una improvisada reverencia.

SooRa se alejó con cuidado de JungKook y se acercó a la niña primero.

Aquel día, ni ella, mucho menos él, portaban las prendas establecidas por la ética real, y vestían como si fueran unos pueblerinos más, así que a SooRa no le resultó dificultoso llegar hasta la niña y arrodillarse ante ella; acto que fue imitado después por JungKook.

-Eres una niña muy linda ¿Cuál es tu nombre?-preguntó JungKook, acariciando el cabello de la pequeña.

-SunYeon-sonrió la susodicha.

-¡Yo soy YeonHwa!-un pequeño correteó hasta ellos y se posicionó a un lado de SunYeon.

La pareja rió ante el acto.

-Y yo, JunHwa-dijo otra niña.

Poco a poco, los quince niños mayores se fueron presentando y rodeando a la noble pareja.

-Entonces...SunYeon, YeonHwa, JunHwa, MinHee, NaHee, YongSun, JaeBum, TaeHyung, JiMin, SeulGi, SunHee, MinKi, HyeJin, Niwa y BeomGyu-dijo SooRa, señalando uno por uno a cada niño, mientras los iba mencionado.

-¡Sii!-chillaron todos al unísono.

-¿Cómo se ha aprendido nuestros nombres tan rápido, su majestad?-preguntó BeomGyu, el mayor del grupo, con casi siete años de edad.

-No me llamen así-negó la muchacha y miró a JungKook.

El pelinegro le sonrió y asintió.

-Pueden llamarla mamá-intervino JungKook.

-¿¡Todos!?

Tanto los niños como la señora que atendía el lugar se quedaron anonadados.

Y era lógico.

Que se adoptaran quince niños de una sola vez, no era algo común.

-Usted me dijo que es madre hace un año, y que aún conserva leche materna ¿cierto?-pregunta SooRa a la señora.

-Así es-acota la susodicha.

-¿No le gustaría quedarse con esos tres lindos bebés a los que usted misma alimenta?-inquirió.

-Pero...mi esposo y yo no tenemos condiciones-negó-. Apenas y podemos mantener el orfanato y nuestra familia.

-Eso no será problema-alegó JungKook, cargando a la menor del grupo: NaHee.

-Nosotros adoptamos a estos quince pequeños-lo interrumpió SooRa-, y usted a esos tres bebés. Por el dinero no se preocupe. Esos niños serán apadrinados por la corona.

-¡Oh, mi señores! No sé que decir-se avergonzó la mujer.

-Sólo acepte y será suficiente para nosotros-rogó SooRa.

La mujer suspiró profundamente y asintió.

-Está bien.

-¡Siii!-volvieron a celebrar los niños.

-¡Vamos a volver a tener familia!-celebró TaeHyung y JungKook rió por su extraña forma de expresarse.

-¿La podemos llamar mamá?-sonrió HyeJin, aferrándose a los pies de SooRa.

-Eso no se pregunta niños ¡Claro que sí!-sonrió la susodicha.

-¿Podemos llamarte papá?-ahora era NaHee quien le preguntaba a JungKook, posando sus manitas sobre las mejillaa ajenas.

El silencio reinó durante un par de segundos y JungKook volteó a ver a SooRa.

-Así como yo seré su madre, él será su padre también ¿No es así, JungKook?

Las palabras de SooRa le llegaron al corazón al pelinegro, cuyos orbes comenzaron a llenarse de lágrimas y su nariz comenzó a adoptar una ligera y roja coloración.

-¡Ay, no! Mami, dale un besito para que no llore-ordenó JiMin-. Eso hace BeomGyu cuando MinKi y SeulGi quieren llorar.

SooRa y JungKook se tensaron, y él hizo lo posible y lo imposible por ocultar sus lágrimas.

La jovencita suspiró hondo y se acercó a JungKook, posó su mano en la nuca ajena, y finalmente hizo chocar sus labios.

Los ojos del pelinegro se abrieron a tope, más luego los cerró y decidió aprovechar el momento, correspondiendo tal muestra de afecto.

-¡Yeiii!-los aplausos, silbidos, y gritos por parte de los pequeños no se hicieron esperar, y los obligaron a separarse.

JungKook sonrió tan ampliamente como sus comisuras se lo permitían, y SooRa sólo se retiró a hablar con la otra mujer sobre el tema de los trámites de la adopción.

Y mientras todo eso sucedía, los cristales de todo el reino de Skygall se tornaban ligeramente más claros, provocando cierta felicidad en los pobladores.

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