•20•
Final...
Había pasado tres años de aquel momento en que marcó la vida de ambos.
Massiel seguía en Argentina, y no quiso jamás volver a Corea, evitaba todas las noticias provenientes de allá. Aquel guardaespaldas se volvió su mano derecha, y solo el daba noticias de ella a su padre o Nam, y que mejor no se enterase de ello o lo habría echado como a algunos otros por solo decir el nombre de Jungkook o BTS.
En una fecha, ellos fueron ahí para hacer conciertos, ella hizo un viaje a España y paseo por las playas calidas, fue un descanso que se dio de todo, y además de recordar el deseo de una cita en ese lugar, para ella, era algo que nunca pudo superar, dolía como la primera vez y sus recuerdos seguían tan vividos como si habría pasado el día anterior
Cuando los chicos viajaron a otro país para seguir con su gira ella volvió a Buenos Aires para seguir con su trabajo, no se encendía ni televisión ni radio para que ella no supiera de ellos. De ninguno en realidad.
Por otra parte, Jungkook seguía con los recuerdos de ella, pero ya no dolía tanto, no como hace unos años, se dijo que jamás amaría a nadie con tanta intensidad, ella sería la única y última.
Aún así, hace unos meses comenzó a salir con una chica del Staff, habían cualidades de ella que le recordaban a M, pero no se le comparaba.
- Oppa -dijo ella tierna, Kook giró en su silla y la miró sonriente- ¿Estas seguro de esto?
- Tan seguro como que te amo, Lara -la estrecho en sus brazos- ¿No quieres?
- Claro que quiero, es lo que desearía cualquier chica, pero no te niego que me aterra.
- ¿Por qué?
- la gente es mala, y si dicen cosas de mi?
- no leas, no oigas, conformate con lo que yo te diga ¿Si? -ella sonrió viendo su rostro, en ese momento vio a Massiel, acarició su cabeza y beso su mejilla. - Ve... Debes prepararte.
Luego que la chica se fue, el abrió su cajón con seguro, y tomo el teléfono de Massy, aún lo conservaba, aún miraba las fotografías, aún, lloraba de vez en cuando.
Los tacones se oían retumbar en el aeropuerto de Incheon, personas que la veían desplazarse con seriedad y frialdad le sacaban fotografías, aquella sonrisa que la caracterizaba ya no existía, tampoco el brillo en sus ojos, apenas salió de las puertas de vidrio subió a un auto color negro con ventanas polarizadas.
- ¿Como está? -pregunto al chófer.
- Delicado, no le queda mucho tiempo. -acelero el auto- lamentamos interrumpir su agenda señorita.
- esto es más importante, apresurarte, quiero llegar a tener tiempo con el. -acelero un poco más.
Su padre llevaba un tiempo enfermo, y pidió que no le dijesen por qué ni él se perdonaba lo que le hizo hace unos años atrás, la vio apagarse, aislarse de todos, la vio incomunicada y aún así, no le dijo la verdad.
En su lecho de muerte, la envío a llamar para al fin confesarle el terrible pecado que cometió contra ella.
Apenas el auto se estacionó frente a la puerta ella descendió con rapidez caminado directo al cuarto de su padre, noto los rostros llorosos de sus empleados, era un hombre respetable y muy caritativo con los suyos, tocó dos veces y abrió con lentitud.
Un fuerte dolor se fijó en su pecho al verlo tan indefenso, se pregunto porque no volvió antes para acompañarle, el sonrió y golpeó su cama para que ella se acercarse a su lado.
Massiel se tumbó a su lado y acarició su cabeza.
- debiste llamar antes, papá.
- Creí que no sería grave como otras veces -tocio llevando la mascarilla con oxígeno a su rostro.
- Aún así, debieron avisarme. -lo apretó a ella- no alcanzamos a conocernos mucho.
- Cariño, debo decirte algo - ella hizo sonidos con su garganta.
El hombre termino por contar toda la verdad, aquellas palabras desgarraban el corazón de la chica. Por años culpo a aquel muchachito de su traición, lo odio por ello, y el solo era una víctima más...
Su padre tenía buenas razones, solo lo hizo para protegerla, pero eso no quitaba que ella sintiera molestia por las decisiones que tomaron sin haberle consultado a ella.
Aún así, no era el momento de reproches, y apenas el término de pedir disculpas ella lo miro sonriente y beso su mejilla, diciéndole que no importaba.
Paso todo el día con el, parte de la tarde y al llegar la noche se fue a su cuarto para descansar, indecisa tomo su computadora y quiso buscar noticias de Jungkook, apenas miro el encabezado suspiro y cerró la pantalla, volviendo a su cama y deseando soñar una vez más con el, eso, era todo lo que le quedaba.
Jungkook estaba en el restaurant con todos los chicos, celebrando la noticia que el maknae hacia publica su relación con la jovencita del Staff, el la abrazaba y reían ante las bromas de los demás, una notificación llegó al teléfono de Namjoon, su padre le avisaba que Massiel se encontraba en tierras Asiáticas, este se levantó de inmediato y camino a la lejanía llamando al guardaespaldas, quien, le confirmo aquella noticia.
Miro atrás a su hermano menor, y lento corto la llamada, una guerra de decisiones se alojó en su interior...
Si le decía, quizás a él no le importe, o quizás deje a la señorita y salga corriendo tras aquel amor que aún no olvida completamente.
Si no le decía, todo seguiría normal, pero cuando JK se enterará que él sabía se lo reprocharia y la relación entre ellos volvería a quebrarse.
Respiro profundo y camino a la mesa, todos lo quedaron viendo, las risas silenciaron y la preocupación se alojó en el rostro de todos.
- El padre de Massiel está muriendo -mas de uno se enderezó en la silla- ella está en Corea -las miradas fueron con el maknae, quien fijo su vista en el mantel blanco y el brillo en sus ojos lo abandonaba
- ¿Quien es Massiel? -Kook alzó una ceja.
- Es... Una hermana adoptiva de Hyung -le sonrió tiernamente- una amiga.
Tanto Namjoon como Hoseok y Jimin bajaron su rostro ante la decepción, vieron en primera fila todo el sufrimiento que JK tuvo ante lo sucedido hace años. Solo se dieron la explicación a ellos mismos, que el niño, superó aquel quiebre.
No paso mucho cuando todos, y cabizbajos por las noticias, decidieron retirarse a sus hogares, más de uno se desvió a la casa del Sr Lee, encontrándose en la puerta los unos a los otros.
- Creí que te irías, Hoseok.
- La niña nos necesita, aunque no la conocí lo suficiente, siento que le debo algo.
- Gracias por estar aquí -vieron el auto entrar dejándolos enceguecidos por las luces.
- Ya la llamaron -cerro poniendo el seguro con su llave.
- Aún no, jamás quiso hablar conmigo, y si no nos quiere recibir?
- No perdemos nada con intentarlo, Namjoon.
- Creen que Jungkook venga?
- No alusines ,Jimin, ya lo escuchaste, es mi hermana adoptiva y una simple amiga.
El trio se acercó a la puerta y tocó despacio, un hombre alto y de negro abrió con lágrimas en sus ojos, se notaba que estaba realmente afectado.
- Sr Kim -murmuro uno detrás de él, el portero dejo el paso libre y entraron acercándose- es bueno tenerlo aquí -reverencio- ella los necesitará.
- Su padre? -el hombre asintió respirando profundo para esconder las lágrimas.
- ella está en su cuarto, le avisaré que están aquí - se alejo subiendo la escalera.
- le avisamos a los demás?
- envía un mensaje al grupo, el que quiere, que venga -Park tomo el teléfono y escribió rápidamente.
Massiel bajaba la escalera, Nam se quedó viendo lo hermosa que ella estaba, fue hace tanto tiempo y aún provocaba un cosquilleo ligero en su estómago, este se adelantó y antes de ella hablar la estrujó entre sus brazos.
- Lo lamento, lamento no estar ahí para ti, lamento no buscarte, lamento...
- Nam... -ella se separo, miro en otra dirección y limpio sus mejillas- deberían irse -volvio a verlo- no hace falta que estén aqui, no quiero que la prensa los vea conmigo y especulen relaciones.
- Massiel ... -musito.
- mañana será el velorio, pueden ir si quieren, dejen los respetos y pueden retirarse, pero yo no quiero tener a ninguno cerca -reverencio a ellos- muchas gracias por venir a ver a mi padre.
Volvió a subir las escaleras, Namjoon salió molesto de la casa. ¿Como podía ser tan egoísta? ¿Tan mal agradecida? ¿Tan... Tan... Tan?. No... El fue el canalla que apoyo una decisión que la daño, que la cambio, que le pudrió su vida y ahora, tenía las consecuencias.
Los chicos se fueron también, sabían que eso pasaría, sabían que ella no quería saber de ellos, si no esperaba noticias de Nam, mucho menos de ellos.
Al día siguiente, ella espero por los chicos en el funeral, sus ojos estaban hinchados, miraba solo un punto fijo, y se convencía mentalmente de no derrumbarse cuando viera a los chicos, mucho menos a Jungkook, le rogaba a su corazón que se calmara, que guardara la compostura y que por favor no demostrará que ella aún sentía por el, de todas formas, el maknae ya había anunciado a su novia, y ella debía seguir con su vida.
Pocos minutos después ellos llegaron, todos perfectamente de negro, no miro a ninguno, ellos reverenciaron a su padre y luego a ella, su vista no la apartó del frente, una mancha casi invisible en el muro y de ahí no la movió, reverencio cuando ellos lo hicieron y espero en esa pocisión a que ellos salieran, pues no quería mostrar las lágrimas que en ese momento tenían más de una razón.
-Señorita... Ya se fueron -ella levantó lentamente su cuerpo, el secretario, como ella le decía, le dio un pañuelo para que se limpiace el rostro, ella tomo - debería ir a descansar, lleva horas sin dormir, sin comer ni beber y solo ha llorado.
- Gracias, Yejun... -movio su cuerpo unos pasos y cayó a sus brazos desplomada.
No hizo falta gritar ni llamar a nadie, sus empleados estaban tan pendiente de ella que todos llegaron a socorrer a la chica, justamente en ese momento, entraron los Kim, apurados por la reciente noticia, apenas la vieron llegaron a socorrer, Yejun la tomo en sus brazos y llevo a una alcoba recostando de ella gentilmente.
El señor Kim se hizo cargo de las personas que entraban a despedirse del honrado Sr Lee... Trabajadores de todas sus empresas, personas que este ayudo, amigos, e incluso sus enemigos fueron hasta donde el.
La señora Kim, cuido de Massiel mientras el agotado cuerpo de ella descansaba, lentamente abrió sus ojos, un par de horas más tarde y con la misma lentitud, se sentó en la cama con un fuerte dolor de cabeza.
- ¿Como estás, Cariño?
- Bien -murmuro sin ganas.
- Ten, bebe este té, que así te sentirás mejor -ella bebio despacio- Namu a venido un par de veces a saber de ti, esta muy preocupado.
- Gracias -tocaron la puerta y abrieron un poco.
- Señorita, es hora -ella se levantó y camino a la delantera, era el momento en que las personas dieran la última reverencia al difundo, y los encargados del cementerio, entregaban la urna con sus cenizas.
Por lo menos esto al fin acabaría y volvería a Argentina por su trabajo, dejar ese país era lo único que quería en ese momento.
Así lo hizo.... Apenas dejaron los papeles listos de la herencia, ella tomo una maleta y volvió a Argentina.
Jungkook intento verla muchas veces, pero ella no se lo permitió, sabía que si estaba frente a él, no contendría las ganas de besarlo y, aunque no conocía a la chica, no podría hacerle eso, a ella se lo hicieron y para nada se sentía bonito.
A la distancia se despidieron, Kook miraba su edificio que no era muy alto, y ella lo miraba desde el ventanal, ella lloro, mientras el simplemente le sonrió, Massiel fue hasta su escritorio en donde uso de almohadas sus brazos deseando volver el tiempo atrás y sentirlo de nuevo.
Kook, volvió a su auto esperando que algún día hablarán y pedir las disculpas pertinentes ante su dolor, queriendo que
encuentre a alguien tan maravilloso como ella.
Fin
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