—¿Estas seguro de hacer eso? —todos le veían con asombro

— Completamente, se los digo no para que me apoyen, en realidad, me da igual si lo hacen, se los digo para que no les tome por sorpresa lo que haré.

— ¿Y si se niega? —pregunto Min— deberías tener un plan B

— Lo tengo, aceptará, de eso estoy seguro.

— Bien, espero te vaya bien, Jungkook. — Nam tomo su hombro dándole apoyo.

— Suerte — Dijo Min volviendo a las teclas— ahora, grabemos.

El plan en su cabeza estaba a la perfección, se la jugaría el todo por el todo, y esperaba no tener que usar el plan B, nervioso pidió a unos de los guardias hablar con el Sr Lee, el hombre llamo por el teléfono y le hicieron pasar a la enorme mansión.

Reverencio consecutivamente, mostrando el respeto que sentía, aquel imponente Señor, le enseño uno de los sofás y el maknae tomo asiento.

— ¿Que trae a uno de los Bangtan a mi casa?

— Sr Lee... Mi nombre es Jeon Jungkook, tengo una carrera —partió diciendo— una profesión, tengo mucho dinero y muchas seguidoras, soy un hombre fiel, y mi propósito en este momento, es pedirle la mano de su hija —JungJi lo miro con asombro— Me enamoré de su hija en la escuela sin saber quién era, y no estoy dispuesto a que ella salga con otro mientras nos amamos con locura.

— ¿Por qué ella no me ha dicho nada?

— Por qué no habíamos dado el siguiente paso hasta que supe que ud la quiere casar.... La verdad es que, ambos sabíamos de nuestro amor, tuvimos citas y yo iba cada día a verla después de mi trabajo, luego ella se fue, y el sentimiento sigue aún más vivo que antes.

— ¿Y si me niego?... Como has dicho, tienes muchas seguidoras, podrían dañarla.

— no más de lo que ud lo haría con su decisión, además, me encargaré de que nadie le haga ni diga nada, la defenderé con dientes y garras incluyendo de mis admiradoras.

— Aún no me contestas, Niño.... ¿Que pasa si me niego? — Kook saco un sobre de su bolsillo.

— tiempo después que se diera a conocer quién era su hija, me llegaron esas fotografías, somos nosotros, en una de las citas, no lo vea como un chantaje, vea como ella es feliz conmigo, me he encargado de que la persona no las saque a la luz, pero, si se niega, solo tendré que dejar de depositar el dinero en su cuenta para que sea un escándalo, y la familia a la que ofreció su hija, se niegue al matrimonio por conveniencia. —el reviso cada una de las imágenes, suspiro y las dejo sobre la mesita— Señor, yo amo a su hija, tanto, que le escondí que vendría aquí a hablar con ud, para evitar todo esto de las citas.

— Eres valiente — se levantó y camino a la puerta — ¿Vienes en auto?

—Si, Señor.

— llévame a la empresa, —miro a su chofer— síguenos.

Subió al copiloto del auto de Kook, este manejo con sigilo, así como siempre lo hace, con nervios pero seguro.

— Cuales son tus planes...

— Bueno, seguir saliendo, en unos meses y si quiere antes, dar a conocer nuestro noviazgo, en unos meses renovaremos contrato con nuestra empresa, pediré que me dejen casar, debido al contrato eso no está en regla, pero lo arreglaré, lo prometo.

— ¿Y si no te dejan?

— Tendrán que hacer si quieren que firme el contrato, Señor, no es una opción es un requerimiento de mi parte —el hombre sonrió mínimamente— seguiré con sus condiciones, siempre y cuando Massiel este de acuerdo, ella es principal en mi vida y haré lo que me pida.

— ¿Y si te pide renunciar a tu fama?

— Se que no lo hará, pero si fuera el caso, —guardo silencio— obraré  para que ella sea feliz, conmigo.

La charla se volvió densa, el hombre ponía a prueba los sentimientos de Kook, solo quería que erara en una respuesta, pero en ningún momento titubeó, respondió con claridad y siempre, siempre puso a Massy en primera instancia, se notó que ella era su mundo, y él, se conformo que había alguien que la amara con intensidad, además, recordó las palabras de la chica, "me casare por amor", solo, faltaba confirmar si ella sentía lo mismo por aquel jovencito que se la jugaba el todo por el todo.

Apenas entraron miro a la recepcionista tomar el teléfono, con una voz grave y varonil exigió que no le avisarán, subieron al elevador y esperaron los números cambiar a medida que esté subía.

— Señor, —miro a Jungkook— Gracias por poner a esa chica en mi vida —las puertas se abrieron— ella es mejor que mi fama.

— No quiero saber cuánto te excita muchacho —bajo y el le siguió—

— me mal interpreta, Massiel, me conquisto de la manera más hermosa que una chica pudo llegar a mi corazón, fue persistente, y yo, fue la primera que me dio la seguridad de que puedo hacer lo que me proponga, y con solo verla me siento como si estuviera en un concierto, feliz, y completo, lleno de euforia y luces a mi al rededor, me siento excitado con ella pero no de la excitación del sexo.

— Deja de hablar, niño, lo estás echando a perder

— Si, Señor —bajo su vista nervioso, creyó que dio mucha información.

— ¿Esta dentro? — Se dirigió a la secretaria.

— Si —reverencio ante ellos. El Sr Lee abrió espontáneamente la puerta.

— Pedí que no me interrumpiera —reclamo sumida entre papeles— Debo entregar este informe a los idiotas del consejo, creen que por ser mujer no se hacer mi trabajo... Hijos de su...

— Massiel —ella alzó la vista, viendo a su padre.

— Padre—reverencio al levantarse de la silla, al enderezar su cuerpo noto a Jungkook a su lado.

La sonrisa que salió de sus labios, la forma en que murmuró "Jungkook" y sus ojos como brillaban ante él, fue lo que ocasiono en su padre aceptara la propuesta del muchachito, miro atrás donde el cantante estaba, misma mirada que erizo su piel, la química que explayaba era única, jamás la había visto, pero si la sintió con la madre de Massiel.

— ¿Quien te está ocasionando problemas? — pregunto mirando a la chica.

— El concejo me pidió que rindiera cuenta de las nuevas muestras que saque hace unas semanas.

— Eso es absurdo, deben esperar por lo menos unos meses.

— Es lo que les dije, pero insistieron porque según ellos no están rindiendo como deberían —tomo los papeles— aunque aún así, estamos alcanzando la meta en estos pocos días, en comparación con la competencia —mostro los documento—

— Bien hecho —miro al chico, asintió levemente y fue hasta la salida— Yo me encargo de esto, Esos idiotas me escucharán —cerro la puerta.

— ¿Qué hacías con mi padre? —camino a el, Jeon sonrió agradablemente.

— Desde hoy —tomo sus manos y las llevo a su cintura—  Ud, Señorita Lee — abrazo de ella— me pertenece —Massy frunció su ceño—

— ¿De que hablas, Jungkook?

— ahora, deberás tener citas solo conmigo —beso su mejilla— tomar de mi mano y hacerme feliz —beso su cuello— Eres Mia y no dejaré que nadie mas esté contigo, que no sea yo. —la miro a sus ojos— Hablé con tu padre, cancelara el compromiso con ese imbécil y me dejó cortejar a la hermosa mujer que tengo en frente.

— ¿Hablas en serio? —asintió con una enorme sonrisa en sus labios, ella se lanzó a ellos, segundos más tarde se apartó intrigada— ¿Y la agencia?

— Yo me encargo de eso... Ahora, lo que me preocupa es... ¿Como esa boca tan maravillosa puede maldecir de esa manera? —se torno serio, ella explotó en risas.

— Se lo merecen esos imbéciles, desde que llegué me han criticado por mi trabajo, Cuando papá estaba jamás lo cuestionaron y ahora hacen reuniones sorpresas cada mes solo para ver si falló en algo —el frunció el ceño.

— ¡Mm!... Deberíamos callar esas bocas... Ya pensaré en algo, hermosa. — bajo hasta su rostro y beso de el—

— No puedo creer que hayas hecho algo así.

— ¿Por qué no?... Te dije que te amo, y no permitiría que mi mejor adquisición este en los brazos de otro.

— ¿Adquisición? —miro con recelo

— Me perteneces mujer, en cuerpo, alma, amor, espíritu y ahora tu padre acepto mi propuesta.

— Pues, le diré a mi padre que con mucho gusto tendré las citas que mi futuro prometido quiera, sin chitar ni alegar.

— ¿No pelearás con este novio? —ella aspiro entre dientes

— Depende de lo que él quiera —apoyo sus manos en los pectorales y lentamente bajo, rozando sus pezones que comenzaban a erguirse.

Jungkook se acercó a ella intentado besarla, entre juegos ella no se dejó, con sus enormes manos tomo de su trasero y apretó en sus palmas, levantando levemente, su cuerpo fue subido delicado y brutal a la vez sobre el escritorio, desatando las hormonas que enloquecen con razón al tenerse al otro.

— Tu padre puede entrar —murmuro cortando la química y las ganas de entregarse, ella se quejó lamentando pues tenía toda la razón.

— Te espero en mi casa.

— Vendré por ti —se alejo un poco— a las 6...

— Aquí estaré —volvieron a dejar un beso casto en los labios del otro, Jungkook, a medida que daba pasos arreglaba su pantalón para que no fuera tan notorio ese momento que subió su calor y algo más, ella río de el cuando lo vio salir definitivamente de su despacho, suspirando y más enamorada que nunca.