𝑪𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 33 Minihistoria A+K
La Organización Rescate Omega (ORO) se destacaba como una de las agencias más destacadas de esa época. Su misión principal era rescatar a los Omegas de las garras de aquellos individuos que los explotaban y comercializaban para fines sexuales o de esclavitud.
—Tenemos nueva información sobre un centro científico en el sur —informó el comisario líder, señalando el mapa que se proyectaba en la pantalla—. Este centro está ubicado en medio de la nada, lo que resultó altamente sospechoso para nosotros. Por ende, iniciamos una investigación sobre este lugar tan apartado de la civilización, descubriendo que se trata de un laboratorio fantasma del cual no hay registros en ningún lado.
Todos los agentes en la sala escuchaban atentamente a su líder mientras continuaba:
—Lo que encontramos nos dejó atónitos de una manera terrorífica. Nunca antes habíamos enfrentado un caso como este en nuestros años de rescate y cuidado Omega. Además de la brutalidad con la que tratan a innumerables Omegas, también encontramos especies que se creían extintas hace muchos años. Recopilar esta información fue complicado, pero no imposible para nuestro agente especializado secreto.
Por lo tanto, necesito a la UOE —continuó, refiriéndose a la Unidad de Operaciones Especiales, también conocida como Escuadrón Encubierto—, para que se infiltren en ese centro y nos informen sobre la situación allí adentro. Retiramos a nuestro informante para evitar levantar sospechas y arruinar el progreso que hemos logrado. Les aconsejo no involucrarse con los rehenes para no ponerlos en peligro y no entrometerse demasiado en la investigación. Nuestro objetivo es destruir al líder y rescatar a las especies y Omegas.
—Los agentes elegidos deben prepararse para su viaje, que será largo. No quiero errores, ya que si los cometen, no solo se perjudican ustedes mismos, sino también a todos los cautivos de ese lugar. Su objetivo principal es encontrar al causante y verdadero líder de ese laboratorio y mantener a los Omegas a salvo hasta que llegue el momento de atacar.
Los 4 agentes especiales seleccionados se apresuraron a preparar sus pertenencias para el viaje. Eran expertos entrenados para enfrentar una amplia gama de desafíos, habiendo presenciado innumerables injusticias a lo largo de sus carreras como rescatistas y protectores de esta casta. Sin embargo, lo que estaban a punto de enfrentar superaba con creces cualquier cosa que hubieran visto antes, era algo inhumano en su máxima expresión.
Entre ellos, destacaba un alfa en particular, uno de los mejores de la organización, quien lideraría la misión en el interior del laboratorio. Sentía una emoción que nunca antes había experimentado, atribuible a la adrenalina que estas misiones le causaban. Sabía que al final, como siempre, lograrían su objetivo y saldrían victoriosos.
Se infiltrarían en el laboratorio haciéndose pasar por médicos y científicos extranjeros. Todo había sido meticulosamente planeado durante meses. Crearon una empresa ficticia dedicada a la medicina e investigación, perfectamente diseñada para atraer a sus objetivos hacia la trampa. Cuando finalmente lo lograron, no pudieron evitar sentir una sensación de triunfo, aunque sabían que la verdadera batalla aún estaba por venir.
Los agentes seleccionados para la misión fueron cuidadosamente elegidos, todos con doctorados y pleno conocimiento de lo que enfrentarían. Estaban listos para enfrentarse a lo desconocido y hacer lo que fuera necesario para cumplir su misión.
—¿Tú qué crees que son esas criaturas extinguidas como dijo el General? —preguntó la única alfa mujer.
—Se dice que son los primeros seres que habitaron esta tierra. Están muy conectados con su animal interior, y algunos se extinguieron al no poder adaptarse a la nueva era. Otros se mezclaron con éxito, pero fueron vistos como errores por la Diosa Luna y fueron aborrecidos hasta su desaparición. Comandante, ¿qué opina usted de esto? -preguntó al alfa que estaba a su lado, revisando las hojas con la información recopilada.
—Como dijo el General, debemos estar alerta sobre lo que se lleva a cabo ahí y no interferir con las especies presentes, ya que supuestamente conocemos su existencia. Por eso confiaron en nosotros. Aún desconocemos sus actividades, pero debemos destruirlas desde la raíz —concluyó el comandante con determinación.
Iban en el helicóptero que los llevaría directo al lugar donde se encontraba el laboratorio fantasma. Al llegar, aterrizaron y fueron recibidos por un grupo de doctores vestidos con batas blancas impecables. Estos les dieron la bienvenida con cortesía y se presentaron entre ellos de manera atenta.
—Buenas tardes, señores. Es un honor para nosotros estar aquí. Mi equipo y yo estamos profundamente agradecidos por haber sido elegidos y por la confianza que depositan en nosotros para llevar a cabo esta importante investigación —saludó el comandante de manera formal.
—El honor es nuestro. Gracias por aceptar nuestra invitación. Les aseguro que no se arrepentirán de colaborar con nosotros —respondió un hombre beta mayor, con un bigote canoso.
Los agentes fueron alojados en habitaciones separadas dentro de la misma residencia. Debían ser extremadamente cuidadosos en sus movimientos para evitar ser descubiertos y poner fin lo antes posible a las actividades de esas personas avariciosas.
También se les prohibió mostrar cualquier tipo de emoción frente a quienes pudieran verlos allí dentro. Debían estar preparados para enfrentar cualquier situación una vez que ingresaran a ese infierno. El agente anterior casi comete el error de mostrar su furia y enfrentarlos, lo que habría sido perjudicial tanto para él como para sus compañeros, así como para los rehenes.
Durante la primera semana, solo se les permitió realizar un recorrido por el lugar y observar el trabajo en torno a muestras de una inyección que estaban desarrollando. Aún desconocían su propósito, pero era el tema principal de conversación en el lugar.
Supusieron que su principal objetivo sería investigar el propósito de esa inyección y para qué servía. Aprovechaban las noches para explorar el lugar y aprendieron los puntos ciegos donde las cámaras no los detectarían. Con la guía del agente anterior, todo resultó más fácil para ellos. Aunque mencionó que no había logrado encontrar a los rehenes, aseguró que estaban en algún lugar escondido lejos de miradas curiosas.
El comandante líder deambulaba por los solitarios pasillos sin ocultarse de las cámaras, simplemente dando un paseo nocturno. Desde la primera noche que se instaló allí, no había logrado dormir bien. Algo lo perturbaba en lo más profundo de su ser, algo que él conocía pero que no era el momento de lidiar con ello.
Sucumbir a ese sentimiento sería como ponerse una soga al cuello, ya que era un secreto que guardaba celosamente y que sus compañeros de la agencia desconocían. Sin embargo, algo lo llamaba desde lo más profundo, interrumpiendo su descanso. Así que caminaba para despejar su mente, sin saber a dónde iba, dejando que sus pies lo llevaran.
Cuando se detuvo frente a una enorme puerta de metal, se dio cuenta de dónde estaba. Era la zona prohibida que todos mencionaban. No sabía qué encontraría dentro, pero algo en su interior sabía que su otra mitad estaba allí. Quizás el ser que habitaba en lo más profundo de su ser era consciente de ello, y por eso sentía el impulso de dar paseos nocturnos. Sin pensar demasiado, su mano se posó en el picaporte de la puerta.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó una voz fuerte a su espalda. El comandante disimuló el repentino susto y se volteó, mostrando calma mientras enfrentaba al guardia que alumbraba su rostro con la linterna.
—Escuché ruidos extraños por este pasillo, así que vine a investigar —dijo tranquilamente—. Parecían provenir de este lugar y guiaban hacia esta puerta.
—No te preocupes, es normal. Eso ocurren cuando uno de los experimentos falla. Es como si los fenómenos de ahí dentro supieran cuando uno de ellos deja de existir —explicó el guardia con total serenidad.
—Ah, entiendo. Entonces, no hay de qué preocuparse. Me iré a dormir entonces —se despidió el comandante, alejándose del lugar. Sin embargo, cada paso que daba aumentaba la opresión en su pecho, dificultándole la respiración.
Apenas llegó a su habitación, se dejó caer agitado sobre la cama. Esa fue la primera noche en la que soñó con unos hermosos ojos azules que lo miraban con tristeza, clamando por ayuda.
Llegó el día en que finalmente les revelarían el propósito de su presencia y cuál sería su tarea en aquel lugar. Se encontraban algo nerviosos, pues hasta el momento no habían presenciado nada más sospechoso que la misteriosa inyección y el celoso resguardo del lugar.
Fueron conducidos a una enorme sala separada por una pared de vidrio que les permitía observar su interior. En el centro de la sala se encontraba una solitaria camilla.
Pronto, las puertas se abrieron y un hombre vestido de blanco entró, arrastrando consigo a otro individuo que luchaba por resistirse. El sujeto estaba atado de manos y pies, con la boca cubierta por un bozal que solo le permitía emitir sonidos ahogados y gruñidos.
Su mirada aterrada reflejaba su desesperación por escapar de aquel lugar que conocía tan bien. A pesar de su aspecto demacrado y desaliñado, su cuerpo robusto temblaba de angustia, pero no perdía la determinación de luchar contra su encarcelamiento.
Con brutalidad, el hombre vestido de blanco lo empujó hacia el interior de la sala y lo depositó con rudeza sobre la camilla, donde fue inmovilizado con firmeza, atando sus manos y pies.
—Bien, señores, les presento al sujeto de prueba para verificar si la inyección creada hasta ahora es efectiva —comenzó a explicar el encargado de la investigación, el mismo beta que los recibió. Los agentes notaron que había varios líderes, no solo uno—. La inyección tiene como objetivo transformar a este sujeto, que actualmente se encuentra débil y casi sin vida, en uno completamente opuesto.
—¿Pero de qué especie es el sujeto de prueba? —preguntó seriamente el comandante, apenas ocultando su rabia.
—Es un simple alfa, pero es un brujo. Es un error de la Diosa Luna concederles dones que no son bien vistos. Pero lo importante aquí es ¿cómo lograremos transformarlo? Es sencillo. El líquido que se le administrará está hecho a partir de una mezcla de varios ADN de especies fuertes.
—¿Especies fuertes? —preguntó la agente alfa.
—¿Han oído hablar de los Aquatálidos? —preguntó el beta, captando la atención del grupo.
—Me suena el nombre, pero no recuerdo su contexto —respondió uno de los agentes.
—Los Aquatálidos eran especies mixtas: hadas, duendes, dragones, sirenas, elfos, y cambiaformas, no solo lobos, sino cambiaformas de diferentes animales. Fueron los primeros en pisar esta tierra, seres que evolucionaron para sobrevivir a los cambios del mundo. Algunos adquirieron características humanas sin abandonar su parte animal. Eran fuertes, sí, pero demasiado estúpidos y manipulables. Creyeron en la nueva evolución de una nueva especie, haciéndoles creer que ellos eran el error. ¿Y quiénes creen que son la nueva especie? -preguntó el beta con una sonrisa torcida-. Exacto, nosotros. Alfas, Omegas y betas, simples y hasta considerados débiles. Aunque tengamos un animal interior, este solo duerme. Éramos mucho mejores que esa especie, teníamos algo que ellos no: inteligencia, que con el tiempo se volvió dañina hasta casi extinguir a la mitad de los Aquatálidos. Les encontramos un uso más útil y les hicimos creer que el verdadero error de la Diosa Luna eran ellos, para adueñarse de todo lo que habían creado. Acepto que sin los Aquatálidos no hubiéramos sobrevivido, pero somos tan cobardes y orgullosos que no lo admitimos. Así que aprovechemos a los pocos que quedan para hacer una nueva evolución en nuestra especie, despertar ese animal interior. ¿No creen que es una buena idea? ¡Ser indestructibles y gobernar naciones enteras! ¡Ahora, comencemos!
Entonces, el equipo del Escuadrón Especial dejó su humanidad atrás para concentrarse en lo que presenciaban frente a ellos. La impotencia y la rabia recorrían sus cuerpos, pero sabían que levantar sospechas en este momento sería desastroso, por lo que se esforzaban por mantener el control.
El sujeto de prueba alfa estaba atado a la camilla, con los brazos a los costados y la boca tapada, luchando en vano por liberarse. Pronto, otro individuo presente introdujo una jeringa con un líquido morado en su brazo.
—¡Pagarán por lo que están haciéndonos, todos y cada uno lo pagará! ¡La Diosa Luna está furiosa por su creación y no descansará hasta acabar con ustedes! —exclamó el alfa cuando su boca fue liberada—. ¡De la familia Wood solo quedarán cenizas y su descendencia será maldecida por el verdugo que destruirá a cada uno que lleve su sangre! ¡Pronto tendrán su fin! —gritaba con rabia mientras luchaba por liberarse. El individuo que le administró la inyección le tapó nuevamente la boca y salió de la sala, dejando al alfa solo.
—Este es un inhibidor transformador preparado con un ingrediente especial y algunos ADN de otras especies. Ese simple alfa que ven ahí se va a transformar en una especie nunca antes vista. Así que veamos la magia -explicó con emoción perversa.
Mientras el alfa de prueba comenzaba a experimentar horrores en su cuerpo, sentía una sensación abrasadora que lo consumía desde adentro. Era como si vidrios afilados se incrustaran en su piel, desgarrándola desde dentro. Se retorcía en la camilla, con los músculos tensos y las venas de los brazos y el cuello hinchadas.
La piel que antes era blanca comenzaba a adquirir un tono morado alarmante. Pronto, comenzó a sufrir espasmos incontrolables y su boca empezó a segregar espuma.
De repente, se quedó inmóvil en la camilla, su cuerpo colapsó y todo el dolor previo se desvaneció, llevándolo a un estado de limbo. Ya no sentía nada, ya no sufría; su cuerpo y alma encontraron descanso. El alfa de prueba había muerto por el líquido inyectado en su cuerpo.
—No funcionó —comentó el beta con burla—. Verifiquen qué salió mal —ordenó a sus ayudantes que estaban a su lado, tomando notas.
Si creían que eso era lo más cruel que habían presenciado, estaban muy equivocados. Eso no era todo lo que ocurría allí. Todos los días presenciaban actos inhumanos, habían escuchado sobre la inseminación de Omegas. Al principio, intentaron usar un inhibidor para adelantarles el celo, pero salía mal. Si no eran especies compatibles, podían haber graves consecuencias, como la muerte del Omega.
Cuando el alfa volvía a la consciencia, la culpa lo consumía, y terminaba con su propia vida. Para evitar tales pérdidas, decidieron realizar exámenes de compatibilidad para asegurar la cría y garantizar que los sujetos pudieran reproducirse sin dañar a los individuos involucrados.
Los bebés nacidos de este proceso eran entrenados para servir a propósitos específicos, dependiendo de su casta. Los Omegas eran especialmente solicitados en ese momento, más si eran exóticos, aumentando así el valor de su "producto"
Lo que no sabían era que esa compatibilidad se debía a que eran parejas destinadas, con la capacidad de procrear según su naturaleza y su animal interior. Si no lo eran y eran obligados a aparearse, el Omega sufría una crisis en su cuerpo que a menudo resultaba en la muerte. En casos donde lograban concebir, las consecuencias eran igualmente devastadoras: muchas veces morían durante el parto.
—¿Y el chucho ya tiene compatibilidad con algún fenómeno? —preguntó un beta que estaba analizando muestras de sangre con un microscopio, dirigiéndose a su compañero que estaba a su lado en la sala, donde solo estaban ellos y el comandante que también estaba examinando las muestras.
—Nada, ninguno es compatible con él, y el jefe no quiere arriesgar a su mina de oro por algo incierto, así que no lo está obligando a someterse a ese procedimiento.
—Ese fenómeno es lo mejor que le a pasado a este laboratorio, a pesar de ser un Omega. Te aseguro que si no fuera un fenómeno, lo tomaría como mío. Es tan precioso que te hipnotiza.
—¿Qué cosas dices? Si el señor Wood te escucha hablar así de esa criatura, te aniquila. Ese hombre está obsesionado con ese ser.
—Claro, con una mina de esas, ¿quién no estaría obsesionado?
Esa noche, el Escuadrón Encubierto se reunió para ordenar la información que habían recopilado durante las últimas dos semanas. Poseían suficiente información como para comenzar a planificar un ataque al laboratorio, pero aún no tenían detalles sobre el estado de los rehenes.
No querían ponerlos en peligro, así que decidieron primero investigar quiénes lideraban el lugar. Con el apellido que el alfa había mencionado, confiaban en poder identificar a los responsables rápidamente.
Por el momento, se centrarían en descubrir qué se escondía detrás de esas puertas. Aunque tenían sus sospechas, necesitaban confirmar la situación antes de tomar medidas.
—¿Comandante, no ha estado durmiendo bien? —preguntó uno de los agentes al observar el semblante cansado de su líder.
—La misión me tiene estresado, nada más. Quiero terminar lo antes posible y poner a salvo a los rehenes de estas malditas personas sin corazón —musitó con desprecio.
En realidad, se sentía realmente mal. El ahogo en su pecho no desaparecía, sino que aumentaba cada día. Ahora, no solo soñaba con esos hermosos ojos azules, sino que también escuchaba su voz: una voz hermosa y melodiosa llena de angustia y miedo.
En verdad, no lo entendía, pero estaba seguro de que la respuesta estaba detrás de esa pesada puerta. Sentía que al abrirla y descubrir su interior, el mundo ardería junto con ese lugar.
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𝚄𝚗 𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚖𝚊𝚜 !!! 𝙵𝚎𝚕𝚒𝚣 𝚍𝚒𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚢 𝚕𝚊 𝚊𝚖𝚒𝚜𝚝𝚊𝚍 𝚊𝚝𝚛𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘!!! 𝚓𝚎𝚓𝚎𝚓𝚎𝚓ᴇ
𝑺𝒊 𝒍𝒆𝒔 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒐 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒓𝒆𝒈𝒂𝒍𝒆𝒏𝒎𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒊𝒕𝒂 🥰⭐
¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒔𝒆𝒓𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝑪𝒐𝒎𝒂𝒏𝒅𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒎𝒊𝒔𝒕𝒆𝒓𝒊𝒐𝒔𝒐? 𝑯𝒂𝒈𝒂𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒕𝒆𝒐𝒓𝒊𝒂𝒔!!!
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