<ᴄᴜᴇɴᴛᴀ ʀᴇɢʀᴇsɪᴠᴀ: 12 ᴅɪᴀS Para ʟᴀ sᴜʙᴀsᴛᴀ>

Dos días habían pasado desde la llamada y el plazo que les dieron para llegar al día de la subasta y tener todo preparado para el ataque.

Todo marchaba bien en lo que concernía al experimento, cumpliendo con retrasar lo más posible la creación de la fórmula para despertar la parte dormida de la jerarquía normal. Aker engañaba a los Wood como fuera posible para retrasar la creación, inventando errores a propósito pero sin dañar la fórmula original, de modo que pareciera que había avances en cada uno de los experimentos.

Aker había ganado más respeto dentro del lugar, siendo el nuevo científico a cargo de ese experimento tan importante. Esto le permitía acceder a áreas restringidas. En una de sus inspecciones en busca de algo útil, encontró los expedientes de las especies Aquatálidas que habían estado allí.

En ellos se detallaban los datos personales de cada uno, su lugar de origen, el nombre de sus familias y a qué raza pertenecían. Aker buscaba incansablemente el expediente de su Omega, deseaba saber más sobre él y su origen.

En su cuarto se acumulaban pilas de expedientes y registros de todos los que habían pasado por ese lugar. Con la ayuda de sus compañeros, revisaba minuciosamente cada uno, esperando encontrar el de su Omega.

Sin embargo, no lograba dar con él. Quería saber de dónde provenía y sus orígenes, porque una vez fuera de ese lugar, lo llevaría de vuelta a su hogar, de donde nunca debió haber sido alejado para vivir esa horrible pesadilla.

Pero no encontró nada relacionado con él. En cambio, halló cosas que nunca imaginó encontrar, y menos en ese lugar. Entre los datos que revisó, encontró un archivo con información sobre todas las personas que participaban y realizaban compras durante las subastas anuales, además de las mafias relacionadas con el laboratorio que pedían convertir a los omegas normales en especiales. Ellos solo habían descubierto uno de los tantos carteles que participaban y patrocinaban el laboratorio, pero eran muchos más los participantes.

Lo que sorprendió a todos en ese momento fue un expediente de un comprador en particular que llamó su atención. Este expediente contenía documentación y facturas de años consecutivos en los que participaba, comprando por una ridícula suma de dinero a la especie Aqua subastada ese día.

—Maldito hijo de puta —bramó, Aker furioso.

Los agentes que revisaban los papeles esparcidos por el suelo lo miraron, confundidos, al verlo cerrar los ojos con fuerza y apretar el papel entre sus manos. Roger le arrebató el papel a Aker y entendió de inmediato el motivo de su actitud.

Se trataba nada más y nada menos que de su superior y jefe de la ORO. Aunque usaba un seudónimo, su fotografía era inconfundible para quienes lo conocían tan bien.

—Ese maldito, fingiendo rescatar y cuidar omegas, cuando él es uno más de esos asquerosos monstruos —comentó Roger con rabia—. Mi pregunta ahora es, ¿por qué está haciendo todo esto? ¿Qué intenta lograr si él también está involucrado?

Estaban confundidos con todo lo que estaba pasando. Cada vez que se inmiscuían en la investigación, se encontraban con sorpresas que los dejaban anonadados, y ahora ya no sabían cómo debían reaccionar.

Aker soltó una risa sarcástica; ahora todo le quedaba más claro. Al inicio de esta misión, le sugirió al jefe de la ORO investigar más y estar al tanto de a qué se enfrentaban al infiltrarse en ese lugar.

Le había parecido extraño que, de un día para otro, llamaran a él y a su escuadrón para darles esta misión sin información y sin profundizar en la investigación. Solo sabían que se trataba de un laboratorio que experimentaba con una especie que se creía extinta, y les ordenaron destruir el laboratorio y rescatar a las especies.

Ahora entendía la amenaza discreta que le hizo el jefe cuando quiso comenzar una investigación; no quería que descubrieran su sucio secreto.

El honorable jefe de la ORO parecía haber olvidado el tipo de personas que eran él y su equipo, y prácticamente los amenazó con destituirlos y despedirlos. Tal vez olvidó que, aunque provenían de la misma organización, ellos eran independientes en la Organización Rescate Omega.

Ahora Aker estaba seguro de que entregar a las especies Aquatálidas a la ORO no sería lo conveniente, sabiendo que ese jefe era uno de esos despreciables seres.

—Lo hizo para lavarse las manos y salir limpio de toda culpa. Ese viejo alfa me odiaba desde hace tiempo por crear mi propia organización encubierta y por decirle las verdades a la cara. Ahora entiendo por qué le pidió al comisario líder que nos encargáramos de la misión. Aunque seamos los mejores en estas misiones encubiertas, no es nuestro ámbito de trabajo.

—Todo es tan confuso, Aker. Ese hombre no quiere rescatar a los omegas y Aquatálidos, y solo pensar que los omegas que hemos rescatado han caído en sus manos me da coraje —bramó Rhea, enfurecida—. Me siento culpable al pensar que los entregamos a alguien peor.

—¡No sientas culpa, Rhea! Nosotros no tenemos nada que ver con ese alfa de mierda. Así que no te sientas culpable porque no tenemos nada que ver con las atrocidades que ha cometido —Calix, le hizo saber a Rhea que no era culpa de ellos no saber qué tipo de persona decía ser el jefe de la ORO.

—Calix tiene razón, Rhea. No tenemos la culpa de lo que ese hombre ha hecho. Haremos que pague por su engaño y no precisamente de la forma en que ellos se encargan. Les mostraremos cómo trabaja la UOE —los ojos de Roger se oscurecieron al decir lo último; harían pagar a ese hombre y a sus secuaces con muerte y tortura por todo el daño que han hecho.

—Lo que trama es deshacerse de nosotros, especialmente de mí. Sabe que nuestro escuadrón se especializa en casos que requieren aniquilar al oponente sin remordimiento y sin dejar huellas. Porque, aparte de ser una organización de rescate Omega entrenada por la ORO, somos nuestra propia mafia que se encarga del trabajo sucio —Él y su escuadrón eran su propia mafia, encargados de aniquilar a los altos mandos en los bajos mundos. Sus misiones eran sanguinarias y habían logrado acabar con mafias poderosas que trataban omegas en diferentes partes del mundo. Por eso les pareció extraño que los llamaran para infiltrarse en un laboratorio. Pero en ese momento no lo vieron mal, ya que involucraba rescatar omegas de manos explotadoras. Y aunque lo que más disfrutaban era aniquilar a esas personas, también disfrutaban rescatar a la casta más débil de la jerarquía. La ORO tenía varias secciones de equipos encargados de cualquier cosa relacionada con el cuidado de los omegas, y ellos eran los más temidos y respetados de su sección. El equipo UOE (Unidad de Operaciones Especiales), también conocido como Escuadrón Encubierto, era el más temido por las mafias.

—Sabe que la UOE se encarga de aniquilar a las mafias que tratan omegas. Al mandarme aquí, está planeando de alguna manera aniquilarnos, ya que no sería conveniente para él que siguiéramos en la ORO. Al enviarnos a esta misión, sabe que yo investigaría por mi cuenta. Es tan obvio su propósito al enviarnos aquí. Sin nosotros, no tendría testigos de sus porquerías, que tarde o temprano saldrían a la luz. Ese tipo sabe que no nos íbamos a quedar sin hacer nada dentro del laboratorio.

Aker presentía que el jefe planeaba eliminarlos el día de la subasta y hacer pasar sus muertes como un accidente durante la misión, borrando así todo rastro de sus atrocidades.

—Ahora no será sorpresa que mande “refuerzos” el día de la subasta, y no precisamente para ayudar al rescate —dijo, con certeza de que los refuerzos no serían para ayudarlos.

—¿Qué harás, Aker? El día de la subasta se acerca y ya no podemos dejar las especies en manos de la ORO. No podemos dejar que ese hombre se salga con la suya.

—Por ahora, guarden bien estos documentos y no los pierdan. Ya pensaré en qué hacer. Sigamos con el plan inicial. Roger, quiero que me ayudes a encontrar las grabaciones de seguridad de años anteriores. Tengo una misión especial para ti.

—Aquí está lo que me pediste. Encontré las grabaciones antiguas de hace dos años en este lugar.

—Bien, gracias, Roger.

—No es nada, sabes que lo hago con gusto. Me retiro; es mi turno de cuidar a tu Omega.

—Cualquier cosa, llámame.

Asintiendo, Roger se despidió y se dirigió a la habitación de Aker para vigilar a Kye.

Aker suspiró, cansado, con un dolor punzante en la cabeza. Todo esto estaba siendo estresante, y para empeorar las cosas su Omega no daba señales de despertar. Quería terminar rápido esa misión y llevar a su Omega lejos de ese lugar.

∆ 10 ᴅɪᴀS. Para ʟᴀ sᴜʙᴀsᴛᴀ…∆

El experimento, que llevaba años en planeación, tenía como objetivo despertar el lado animal de la nueva jerarquía evolucionada, haciéndolos igual o más fuertes que los Aquatálidos.

Sin embargo, no habían encontrado la manera de lograrlo. Creyendo que la ayuda de los Aquatálidos les permitiría tener éxito, atraparon a una gran variedad de ellos para estudiarlos y descubrir el fallo que les impedía desarrollar esas características tan distintivas.

Aker entendió muy bien desde el principio lo que querían hacer, y no le fue difícil encontrar el problema y una solución para realizar con éxito el experimento. Solo necesitaba una pizca de la “sangre Génesis”, como ellos la llamaban, de cualquier especie Aqua.

Con ella, podría crear un gen portador que despertaría la parte dormida de la jerarquía normal. Aker utilizó su propia sangre para el experimento; una pizca era suficiente para crear una cantidad enorme de inyecciones y dosis.

Caleb había estado llevando a cabo un procedimiento similar al suyo, en el cual administraba ADN directamente al sujeto de prueba, pero lo hacía de manera incorrecta. Esta metodología resultaba en un rechazo por parte del organismo receptor y provocaba diversas fallas en el sujeto.

El nuevo ADN introducido atacaba los glóbulos rojos del sujeto de prueba, infectándolos con genes potentes que inducían un estado de shock severo, eventualmente conduciendo al fallecimiento del sujeto de prueba.

La función de este nuevo gen, que le llamaron SG-6x, era que, ya administrado ya sea por vía oral o intravenosa, este interactuara con el ADN del portador sin causarle daño y reactivara las características dormidas, y así despertar el lado animal de los alfas, omegas y betas normales.

Así lograrían despertarla y hacer que desarrollaran súper sentidos, al igual que los Aquatálidos, quizás incluso llegar a superarlos.

Aunque existía un riesgo de fallo del 5%, se anticipaba que futuros avances en ciencia y tecnología podrían mejorar la seguridad del procedimiento hasta alcanzar un 100% de eficacia.

En caso de que Aker terminara el experimento antes de la subasta, la SG-6x sería enviada al mercado negro y rápidamente caería en manos equivocadas, utilizándose para desencadenar guerras y muertes a nivel mundial.

Por esta razón, Aker estaba impidiendo su salida del laboratorio y planeaba destruirla el día de la subasta junto con todos los participantes. De esta manera, se aseguraría de que algo tan peligroso no cayera en manos equivocadas y no provocara destrucción.

—La elaboración va bien hasta ahora, solo necesita unos ajustes para garantizar la seguridad del experimento —informó Aker.

Estaba en la sala de conferencias, donde se llevaba a cabo una reunión previa para planear los detalles de la subasta. Caleb, siendo un Wood, estaba presente, aunque como científico de nivel inferior, había sido trasladado a otra área del laboratorio.

Convenció a su hermano mayor de que sería más útil allí que fuera de la familia, y siendo el único conocedor de experimentos en la familia, le permitieron quedarse.

Aker rió sutilmente al verlo allí, sabiendo que tendría la oportunidad de eliminarlo discretamente, tal como había hecho con otros científicos que habían dañado a su Omega. Los involucró en el experimento no como asistentes, sino como participantes activos, asegurándose de que olvidaran incluso sus propios nombres.

Los recuerdos de lo que les había hecho vinieron a él, recordando cómo había torturado a cada uno antes de someterlos a la primera fase del experimento, eliminando sus memorias para administrarles el gen. Antes de eso, se había tomado el tiempo de torturarlos, explicándoles el motivo de sus actos.

Disfrutó viendo el miedo y el vacío en sus ojos mientras torturaba cada fibra de sus seres. Aker esperaba con ansias el día en que pudiera enfrentarse al principal verdugo, aquel alfa que tanto daño le había causado a su Omega.

Encontró una gran cantidad de grabaciones donde torturaban y experimentaban con su Omega, cosas que no pudo soportar ver hasta el final.

Él era insensible a la hora de matar y torturar, pero al ver que alguien cercano, inocente y relacionado con él estaba sufriendo de esa manera, no pudo continuar viendo. A pesar de todo lo que le habían hecho, su Omega demostraba una fortaleza impresionante al seguir de pie.

En ese momento, en la soledad de su cuarto, con su Omega presente y dormido en su forma de lobo como protección contra el mal, no pudo contener más su dolor y estalló en un llanto desgarrador.

Abrazó con fuerza a su Omega, sosteniendo su cálido cuerpo con delicadeza, con temor a causarle más daño del que ya había sufrido. El dolor en su corazón era casi insoportable y sus latidos no se calmaban, incluso mientras lo tenía entre sus brazos. Necesitaba asegurarse de que su Omega estaba realmente allí con él y no solo era parte de su imaginación.

No lo había perdido en ninguno de esos experimentos; su Omega estaba allí, aunque dormido, sabía que volvería a ver esos hermosos ojos azules una vez más.

Se sentía un inútil y un mal alfa¡al no poder evitar el sufrimiento de su Omega. La rabia y la impotencia lo abrumaban, haciendo que su pecho doliera intensamente y un nudo en la garganta se negara a desaparecer.

Su lobo interior rugía de furia, ansioso por poner fin a todo y comenzar a reconstruir poco a poco las piezas rotas de su Omega.

Cada noche descansaba junto a un cuerpo inmóvil, luchando contra las lágrimas y alimentando su odio hacia todos en ese lugar, especialmente hacia aquellos que eran responsables de todo el sufrimiento.

—¿Estás tan seguro de ti mismo como para asegurar el éxito? —preguntó Caleb con malicia, observándolo con odio y envidia.

—He logrado avances que tú no has conseguido en años, y todo en cuestión de días. Pronto verás lo exitoso que soy —respondió Aker, clavando su mirada en Caleb de manera penetrante, lo que provocó un fugaz destello dorado en sus ojos. Luego, parpadeó y rió con superioridad, apartando la mirada para centrarse en los demás presentes en la sala—. Ahora vamos a ver la primera prueba. Con solo tres pruebas más, tendré la creación final lista para la subasta. Les explicaré todo en la sala de pruebas.

Dicho esto, se dirigieron a la sala donde presenciarían la primera prueba dirigida por Aker.

—¿Crees que esto te llevará lejos? No te creas importante por el poder que has obtenido. Eres solo una herramienta para hacernos más ricos y poderosos. Ten cuidado, porque estaré vigilándote y juro que te destruiré.

—El que mucho habla, poco actúa —murmuró Aker en voz baja y profunda.

A Aker no le importaba mantenerse en el puesto que tanto envidiaba Caleb. No estaba ahí por gusto ni le interesaba ser importante en ese lugar, mucho menos ser del agrado de esa asquerosa familia.

Pero cometieron un grave error al tocar a su Luna, al atreverse a hacerle daño a su Omega. Por eso, sus acciones justificarán sus métodos.

∆ 8 ᴅɪᴀS. Para ʟᴀ sᴜʙᴀsᴛᴀ…∆

—¿Lo encontraste?

—No, todos los collares son controlados desde esta sala. Pero no he encontrado el de tu Omega; parece que el suyo es especial.

—Maldita sea, sigue buscando, Calix. Cualquier control que sea diferente a los demás, tráemelo.

—Está bien. ¿Roger ya salió del laboratorio?

—Sí, ya debería ir en camino. Tuve que inventar que necesitaba algunas cosas del laboratorio de donde venimos para que le autorizaran salir. Solo espero que esté aqui antes de la subasta —había encomendado a Roger una misión especial. Resulta que en las grabaciones encontró al responsible de las desapariciones de las especies.

Al principio, las grabaciones le parecieron inútiles y a veces le causaban coraje, ya que solo mostraban experimentos en los que su Omega era el protagonista. Estuvo a punto de dejar de verlas, pero algo captó su atención en las partes nocturnas.

La situación era tan impredecible que para cualquier guardia sería invisible, pero para un experto en investigación era fascinante. Se trataba de una pequeña figura escurridiza y traviesa que apenas era captada por la cámara.

Su Omega demostraba ser hábil al no ser descubierto mientras sacaba a los Aquatálidos de ese lugar. Las pistas siempre conducían al mismo sitio: la parte trasera del laboratorio. Así que con esa pista investigó hacia dónde se dirigían todos y por qué su Omega los guiaba hasta allí.

Resultó ser un pasadizo oculto detrás de las cámaras, perfecto para escapar, que conducía directamente a un frondoso y espeso bosque.

El bosque parecía aterrador y no invitaba a aventurarse en él, pero aún así Roger tomó sus cosas de supervivencia y se adentró en el bosque para averiguar hacia dónde se dirigían las especies liberadas por Kye.

—Eso esperamos. Ojalá regrese bien. Ese bosque parece aterrador. Te dejo intentando abrir el collar mientras yo sigo buscando —dijo Calix antes de cortar la comunicación en su comunicador y concentrarse en encontrar algún control que pudiera liberar el collar que rodeaba el cuello del omega de su comandante.

Mientras tanto, Aker se quebraba la cabeza intentando descifrar cómo quitar el collar de su Omega sin causarle ningún daño. Sabía que estos collares emitían descargas poderosas que dejaban inconsciente al portador, por lo que no quería cometer ningún error al intentar liberar a su Omega.

Le sorprendía lo resistentes que eran, ya que incluso durante la transformación no se rompió, sino que se ajustó a la nueva forma del portador. Sin embargo, el collar de su Omega era especial y muy diferente a los que llevaban los demás.

Necesitaba encontrar urgentemente el control para asegurarse de que no tuvieran poder sobre él en caso de que algo le ocurriera.

—Eres el Omega más fuerte que he conocido. Soy el Alfa más afortunado por haber sido emparejado con un ser tan hermoso y valiente como tú —susurró suavemente Aker a su Omega, mientras intentaba descifrar cómo abrir el collar sin lastimarlo.

∆ 6 ᴅɪᴀS. Para ʟᴀ sᴜʙᴀsᴛᴀ…∆

Aker entró en su cuarto después de un largo día en el laboratorio. Le costaba trabajo soportar a esos viejos entrometidos que no dejaban de hablar ni un momento. Estaba harto de escucharlos parloteando todo el día sobre lo que harían y lo poderoso que serían una vez que el experimento estuviera terminado.

Sentía los ojos pesados y solo ansiaba acostarse y abrazar el cálido cuerpo de su Omega en la cama, para dejar que todo el cansancio y el estrés abandonaran su cuerpo.

La habitación estaba impregnada con sus feromonas protectoras, mezcladas con un sutil dulzor a caramelo que apenas percibía pero que persistía en su nariz. Esto ayudaba a que todo cansancio se disipara.

Aventó unos papeles sobre la mesa de noche y comenzó a quitarse la bata junto con las demás prendas antes de meterse en la ducha.

Estaba tan absorto en sus acciones que no se dio cuenta de que unos ojos azulados lo observaban atentamente desde la cama, siguiendo cada uno de sus movimientos con suma concentración.

No lo hizo hasta que sus ojos chocaron con unos azules electrizantes que lo dejaron embobado, incapaz de apartar la mirada. Y como la primera vez, quedó perdido en su oceánica calma, calma que acallaba todos sus demonios y los dominaba con su poderoso dominio. Sus ojos brillaron en dorado; su lobo mostrándose sumiso como nunca antes.

Es más, si ese pequeño lobo le atacara en ese momento para acabar con su vida, él mismo le mostraría su cuello y dejaría que esos pequeños caninos se clavaran deliciosamente en su piel.

Porque no sería una derrota morir tan fácilmente, sino un placer hacerlo a merced de tan preciosa creación. Porque él y su lobo ya no eran dueños de su vida desde el momento en que sus ojos conectaron, y ese pequeño Omega, que más parecía un copo de nieve, los había reclamado como suyo.

∆ 4 ᴅɪᴀS. Para ʟᴀ sᴜʙᴀsᴛᴀ…∆

—¿Por qué tengo que encargarme de eso yo?! —exclamó indignado Calix.

—Porque eres un chismoso y un hablador —comentó Rhea con burla.

—Deja de quejarte y esparce la noticia. Asegúrate de revisar los alrededores para no ser escuchado por algún científico del lugar. Diles que estén listos para el día de la subasta y a los que quieran ayudar, explícales el plan —ordenó Aker.

Calix tenía como misión correr la voz entre la Especie Aqua para que estuvieran listos el día de la subasta y así sacarlos de ese lugar.

Sabía que sería difícil que le creyeran, ya que los Aqua los veían simplemente como otros científicos del laboratorio, pero haría de todo para convencerlos.

—Ayúdale tu también Rhea.

—¡¿Qué?!

—Así que los dejo, debo ir a tranquilizar a un lobito Omega que se entristece por mi ausencia —comentó, felizmente Aker.

Su Omega había despertado hace dos días y estaba más energético que nunca. Aunque no se quejaba, sabía que debía salir y presentarse en los laboratorios, ya que sería muy sospechoso pasar tanto tiempo encerrado en su habitación.

—Ay, míralo tan feliz con una marca mortal en su cuello —se burló Rhea al observar la risa tonta de su amigo.

—Cuando salga de aquí, quiero que un Omega me muerda así de fuerte y me domine —canturreó Calix, con los ojos dilatados de excitación.

—Sigue soñando, estúpido. A ti ni las moscas te buscan porque eres una porquería en la cama.

Aker ignoró la pelea de sus amigos y se alejó de ellos para dirigirse a su habitación. Acarició la herida de colmillos que se encontraba en su cuello.

Aunque podía haber sido mortal, estaba feliz de llevar una marca así de su Omega. Sabía que tendría tiempo para cambiarla por una marca de apareamiento, pues estaba seguro de llevar también la marca de su Omega en sí mismo.

El día en que su Omega despertó, este se comportó muy agresivo al salir de su aturdimiento prolongado por días de sueño. Al recordar dónde se encontraba, fue un instinto para él reconocer el peligro del lugar.

Al percibir a alguien como una amenaza, no dudó en atacar y buscar provocar la muerte de esa amenaza. No fue sino hasta que el olor a petricor nubló su olfato que se dio cuenta de quién era la persona bajo él.

Sus colmillos ya habían roto la piel canela del cuello, pero pudo detenerse a tiempo para evitar el asesinato de su propio alfa. Estaba tan arrepentido que cayó en una profunda depresión durante los siguientes dos días. Aker estuvo ahí para consolarlo y mimarlo, haciéndole ver que no tenía la culpa y que todo estaría bien.

La cosa esponjosa que llevaba escondida entre su bata se removió incómoda, y Aker sonrió con ternura al imaginar la reacción de su Omega al ver a ese precioso animalito. Estaba seguro de que nunca antes había visto algo tan bonito como un conejo, y uno del mismo color que él, tan blanco como un copo de nieve.

No se equivocó en su suposición de que su Omega nunca había visto un conejo antes, pero en lugar de la reacción esperada, el lobito Omega activó su instinto cazador y estuvo a punto de devorar al pobre conejito.

Aker consideró dejar que se lo comiera, pero sabía que la carne no era algo a lo que su Omega estuviera acostumbrado y podría causarle malestar estomacal u otras reacciones negativas en su cuerpo. Así que le explicó pacientemente que el conejito no era para comer, sino para que lo cuidara y se entretuviera mientras él no estuviera en la habitación.

Los omegas eran protectores por instinto, especialmente cuando sabían que algo era un regalo de su alfa, y así  el Omega lobo adoptó al conejito como su propio cachorro.

Aker quedó fascinado por su Omega. No pedía más a la vida que salir pronto de ese lugar.

∆ 2 ᴅɪᴀS. Para ʟᴀ sᴜʙᴀsᴛᴀ…∆

Aker contemplaba silenciosamente a su Omega jugar con el conejo. Su mano se movía inconscientemente por el suave pelaje mientras sus pensamientos volaban hacia lo que ocurriría en dos días.

No sabía si lo que habían planeado saldría bien o si alguno de ellos no saldría nunca más de ese laboratorio. Pero de algo estaba seguro: debía sacar a su Omega de ese lugar. Nada más le importaba que el pequeño Omega en sus brazos.

—Copito bebé, ¿por qué no cambias a tu forma humana? —sugirió Aker suavemente, mientras acariciaba las sensibles orejas del lobo.

Al escucharlo hablar, dejó de lamer el pelaje del conejo entre sus patas y se concentró en lo que su alfa le decía. ¿Su parte humana? No sabía cómo hacerlo, ni entendía cómo se había transformado en primer lugar.

—¿No puedes?

El lobo Omega negó, observándolo con ojos triste.

—A ver yo te enseño —Aker se acomodo sobre la cama frente a su Omega—. Empezaremos buscando ese vínculo que nos une a nuestra parte interna. Cierra tus ojos, busca a tu parte humana, relájate y desconectaste de lo que te rodea —Aker le explicó pacientemente usando un tono de voz suave y relajante.

El lobo Omega hizo lo que su alfa le explicó. Cerró los ojos y se concentró en buscar esa parte humana que se había ocultado en lo más profundo de su ser. Aunque una conexión débil aún los unía, no era suficiente para ayudarle a cambiar.

Al intentar cambiar por la fuerza, su cuerpo comenzó a doler por todas partes. Sus huesos crujían al acomodarse forzosamente y dolorosamente al nuevo cambio. Esto solo aumentó el sufrimiento del pequeño lobo, que no podía hacer más que gimotear y temblar de dolor, sintiendo impotencia al no lograr transformarse.

—¡Hey, detente! Ya no sigas, está bien si no puedes —exclamó Aker, asustado al ver a su Omega intentando cambiar y lastimándose en el proceso. No quería confirmar sus sospechas, pero ahora estaba seguro de que su Omega había perdido su presencia humana—. Prometo sacarte de aquí y encontrar la forma de hacer que tu parte humana vuelva a ti.

∆ 1 ᴅɪᴀ. Para ʟᴀ sᴜʙᴀsᴛᴀ…∆

—No sé si todos saldremos de aquí mañana. Quiero agradecerles por acompañarme hasta este punto. Sé que en el pasado he sido duro con ustedes, pero lo he hecho porque somos un equipo, más que eso, les considero parte de mi familia, parte de mi manada. Si por alguna razón no logro salir con vida de aquí, les pido que cuiden muy bien de mi Omega. He arriesgado todo para asegurar que todo salga perfecto y para darle la vida que merece. Si alguno decide irse y no seguir acompañándome hasta el final, aún es tiempo para regresar a la base principal. No estaré decepcionado por su decisión; estoy muy orgulloso de formar equipo con cada uno de ustedes. Son y siempre serán mis hermanos, y si es mucho pedir, espero encontrarlos en cada reencarnación posible. Esta vida no será suficiente para agradecerles lo que están haciendo por mí y mi Omega.

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