Aquel pequeño peli negro regresaba con su madre de su paseo diario por aquel santuario al que ella le empezó a llevar, no sabe la razón exacta, pero aún así le gusta pasar tiempo con su mamá

— Mamá ¿Dónde está Amane?

— Él salió con... tu padre, Tsukasa

— ¿Volverá pronto?

— Si, creo que si

— ¡Oh~! ¡Entonces iré a esperar a Amane en la habitación!

Gritó con alegría aquel pequeño niño mientras subía las escaleras hacia su habitación, mientras la pobre mujer... solo podía verle con terror desde las escaleras, llorando en silencio por el mal que persigue a su hijo menor

Al llegar a su cuarto el pequeño niño jugaba con los juguetes que compartía con su hermano, pero al poco tiempo se aburrió de ello, no sabía que hacer ya que el leer no le gusta al no poder hacerlo tan bien como su hermano mayor y jugar no es divertido si Amane no estaba. En eso, en la mesita de noche miro algo que su llamo su atención, unas hojas de papel

Las tomó junto a sus crayones, empezando a dibujar ya que eso sí es divertido para él, más en eso... la borrosa imagen de una persona llegó a su mente; un chico joven, más grande de él, que parece preocupado, molesto, triste, amigable con él...

Ese chico... tomó su mano una sola vez y, con una leve sonrisa le dijo algo, pero... no puede recordar que fue lo que este le dijo... tal vez porque no es importante. Esas pequeñas imágenes, le hicieron sonreír en grande y así, dejando las páginas que ya primeramente mancho de lado, empezó a "escribir" en una hoja vacía, aunque su caligrafía es tan mala como su lectura no le importa, él está escribiendo

Escribe esa carta que prometió

Aquel pequeño niño, ya con 12 años de edad solo miraba en silencio como su hermano llegaba todos los días golpeados de la escuela, aunque tengan la misma edad, su madre no le permitió ir a estudiar con su hermano, pero cree que solo lo hace porque le quiere mucho, no piensa que se trate de algo malo

— ¡Amane, Amane~! ¡¿Quieres que juguemos?!

— No Tsukasa, no tengo ganas

— ¿Hummm...? ¿Y por qué?

— Porque simplemente no quiero, Tsukasa, iré a dormir

Noto como su hermano se fue a acostar, desde hace bastante que este llega muy cansado a casa. Al ya no tener nada que hacer, decidió buscar entre sus cosas algo con lo cual entrenarse él solo, notando así, como en su caja de juguetes había un sobre hasta el fondo de esta

— ¿Es de Amane?

Pregunto al aire mientras abría dicha carta ya que no la recordaba, claro, habían pasado 8 años desde entonces

Rió, una pequeña risa algo divertida salio de sus labios al leer tal abominable carta, una que sólo escribió, pero nunca envió

Pues en su cabeza, se volvería a encontrar con ese joven que solo aparece fugazmente en sus recuerdos cuyo rostro ya olvidó, pero ese sonreír amable junto a su nombre, es algo que permanecerán por la eternidad en su memoria