(2da Parte)
(Pov—Harry)

Llegué al parque con el ansía contenida, desde el día que concertamos la cita estoy inquieto, mil ideas han pasado por mi mente en estos días.

Siempre tuve suerte con los chicos, nunca me ha faltado un amor en mi corta vida pero sé, que esto será diferente, él es diferente.

Ayer hasta lo soñé, de verdad fue increíble, ojala y los sueños se hicieran
realidad, nunca he estado con un hombre en la intimidad, y eso me abruma,
porque sé que Riddle tiene experiencia y no quiero que se decepcione de mi.

No se porqué traigo estos pensamientos, ni siquiera sé si vendrá... O si viene, ¿ En que plan vendrá ?.

Solo querrá platicar o... ¿ Habrá algo más ?

! Pues sea lo que sea !,  aunque sea solo a platicar, para mi es una delicia porque él es muy especial, y tan comprensivo, no se como se me ocurrió robarle el beso, ¡ Y como respondió !, yo presumía que sabía besar pero ese beso fue en realidad algo increíble, ninguno de los chicos que me han besado sabe besar así, hasta sentí como si fuera mi primera vez.

Con los chicos que salgo, pues no paso de un beso, abrazos apretados, con algunos más aventados me dejo acariciar un poco, pero cuando quieren avanzar más, los detengo en seco, y luego esta desazón en la boca del estomago, y el malestar allá abajo y tengo que llegar a bañarme con agua fría, sólo espero que esta sea mi primera vez
con todo.

¿ Como será acariciar todo el cuerpo de un hombre ?.

¿ Que se sentirá frotarse piel con piel ?.

El que estén dentro de ti, - dicen mis amigos donceles con experiencia en el tema - es lo máximo, que no hay otra cosa más deliciosa que eso, pero creo que casi todos mienten, no lo saben, solo hablan por presumir pero
estoy seguro que pocos han tenido una relación.

Tan ensimismado estaba que no noté cuando llegó, me abrazo por detrás y me cubrió los ojos diciéndome con su ronca voz —:

— ¿ Adivina quien soy ?.

Si, la textura de sus manos la tenia grabada en mi memoria.

Si, su perfume lo traigo desde el día que estuvimos bailando.

Y su voz que es como un
canto de ángeles, ¿! Como no voy a adivinar quien es !?.

Si, lo traigo tatuado en mi memoria, sin embargo solo acerté a decir con voz insegura —:

— ¿ Eres Riddle ?.

— Si, ¿ Como adivinaste ?.

Me suelta y volteo a verlo al tiempo que noto su sonrisa, esa sonrisa que me tenia desvelado, y su porte recto y altivo como el de un Rey, no le importaba que lo estuvieran viendo, o lo que
ocurría al rededor, parecía como si solo existiéramos los dos.

Riddle me abrazó y me besó la mejilla, en forma tan natural que hizo que me
relajara un poco, ya más controlado le pregunto que si quería ir a tomarse un café, o solo caminar y ver aparadores, o ir al cine.

Él me dice —:

— A donde tu quieras.

Me le quedé viendo y ya con cierta malicia le digo —:

— Eso no lo debes de decir, porque que tal si quiero
ir a un lugar especial donde estemos solos tu y yo.

Ladeó la cabeza curioso.
Esperando su respuesta.

Riddle solo se me queda viendo sin dejar de sonreír, y me repite —:

— ! Adonde tu quieras !.

Waw... Eso...

Todavía incrédulo le pregunto —:

— ! D-De verdad !.

Y él, con cierta coquetería y su maldita sonrisa me
repite, por tercera vez —:

— ! A donde tu quieras !.

! Me volví loco !.

Hay mariposas en el estomago, las manos me empezaron a sudar, y la sensación en la parte baja algo desconocida, me sentía extasiado y excitado, por lo que pudiera pasar, pero trate de aclarar la voz y le dije —:

— B-Bueno, q-quiero
estar contigo. ! Sabes !, d-desde el día que te conocí no dejo de pensar en ti, pienso en todas las formas y te deseo, no veo la hora de estar contigo y.... Y...

Me sonroje, no sabía que más decir.

En eso Riddle me abrazó, atrayendome a su cuerpo, donde su duró miembro - hasta ahora desconocido para mí - se presionó contra mi abdomen y me dijo despacio en el oído —:

— No te preocupes pequeño, hoy vamos a estar juntos el tiempo que quieras.

Me agarró del brazo y caminamos rápidamente rumbo a donde había
dejado su carro, un Volkswagen Azulito.
Y partimos a buscar donde
estar cómodos los dos.

Condujo rumbo a la salida de la ciudad, y me llevo
rumbo a los suburbios, hasta que vimos un Motel, y se enfiló hacia él.
Llegamos, donde desgraciadamente tenía el letrero de lleno, me dice —:

— Vamos a otro.

Y salimos, solo para encontrar que también estaba lleno.

Yo por dentro maldecía mi mala suerte, pero Riddle con su sonrisa de siempre
me dijo —:

— No te preocupes cariño, vamos a encontrar uno vacío, y no te escaparás de mi.

Sonreí y le di un beso en la mejilla.

Ya ibamos como por el tercer motel, y el mismo resultado.

— ¡ Nunca creí que hubiera tanta gente haciéndolo ! — le comente y él soltó la carcajada.

— ! Hay pequeño !, acuérdate que es viernes y los viernes toca — dijo Riddle con una sonrisa y yo me sonroje.

Y así, para no alargar el relato fuimos como a diez moteles y todos estaban
llenos, por lo que Riddle se paró a un lado de la carretera, y me dijo —:

— ¿ Sabes que ?, Platiquemos un rato a ver si se desocupa alguno.

Y lo hicimos, empezamos a platicar un poco, él me besó, yo lo besé, me abrazó, lo acepte, y fuimos subiendo de tono con las caricias, sus grandes manos recorrían mi espalda, bajaban por mís piernas sin dejar de besarme y mientas él me acariciaba me decía cosas tan lindas que en su voz,  que eran como fuegos artificiales.

Podía sentir como subía sus manos poco a poco por mís piernas hasta llegar al interior de mis muslos, pero antes de que llegara a mis partes íntimas, mis manos le impidieron llegar, no quería que mi primera vez fuera en un auto, así que le dije —:

— Mejor esperemos a que
podamos estar juntos y cómodos en un lugar. ¿ Si ?.

Noté como Riddle se ponía un poco serio, a lo que sentí por dentro un malestar que no pude disimular, y lo abrace diciéndole con un terrible sonrojo —:

— ! Si quieres te ayudo a terminar !, para que no estés con ese malestar, ¿ Si ?.

Ya que al abrazarlo un gran y caliente bulto chico contra mi pierna.

Lo mire preocupado, pensando que lo había echado todo a perder.
Pero él solo me respondió con un —:

— No te preocupes, esperaré a que podamos hacerlo de forma cómoda.

— "Maldita sea mi suerte" — pensé en mis adentros.