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"Tenemos problemas y unos muy serios"

Seis simples palabras pero con un poder desestabilizador increíble por la carga pesada que suponía sobre sus hombros.

Estaban expectantes a lo que tenía que decir Namjoon que era tan preocupante.

Aquellas eran palabras mayores que cuando salían de los labios finos del jefe principal, era porque algo malo estaba ocurriendo o estaba por ocurrir.

—¿Qué clase de problemas?— preguntó el pelirojo sin ganas de saber la causa de la tención que el decaído ambiente cargaba.

Todos los pares de ojos caían sobre el moreno que no encontraba las palabras adecuadas para informarles.

—La inspección la realizamos desde la puerta. Era muy peligroso salir al exterior.

Tanta incertidumbre los estaba matando. Pero Namjoon tenía varias razones para no soltar todo de golpe y la principal era el bienestar de sus hermanos.

—¡Quieres hablar de una vez, nos estás asustando!— la voz exaltada de Jin sobresaltó a varios de los presentes.

—Estamos rodeados.

—¿¡Qué !?. ¿¡A qué te refieres con eso!?.

Taehyung no soportaba la presión de otras personas y el hecho de estar vigilado le suponía la más grande de las barbaridades no sobrellevadas por su carácter.

—Aparentemente todo está en calma; pero no es así— tomó una bocanada de aire y continuó— no se quienes son, cuantas personas hay o que quieren de nosotros pero tienen francotiradores. Los pude distinguir por las luces rojas del arma.

—Dentro de los túneles está todo en calma, no han logrado entrar. Aunque sospecho que ese no es su objetivo porque de lo contrario estuviéramos en medio de una emboscada. El alien y yo reforzamos más las cerraduras de todas las puertas— informó Jay H el resultado de su revisión.

Estaban preocupados, eso no se podía negar. Por todo, su seguridad y la de los demás. No querían perder su hogar, el único lugar en donde se habían sentido realmente como en casa.

La inquietud de Jungkook estaba en otro plano, la entrega de la mercancía. Para llevar el pedido era sumamente necesario salir al exterior. Su cabeza daba vueltas en busca de una solución que no encontraba mientras contaba los dedos de sus manos una y otra vez.

Hasta que decidió hablar. Siempre pensó que dos cabezas trabajan mejor que una— ¿qué haremos para entregar el pedido sin ningún percance?

Aquella pregunta los descontroló. Habían estado tan inmersos en las personas del exterior olvidando por completo su fuente de ingresos.

—¿Qué solución propones Nam?— Jimin que no había pronunciado palabra alguna, abrió su boca.

—La verdad no lo sé. La única puerta que tenemos disponible está rodeada— proporcionó un suave apretón a la mano de su pareja. Odiaba esos trances en los que su mente colapsaba y de los que le resultaba difícil salir.

—Yo tengo una idea.

El moreno frunció el seño y dirigió su mirada a Jungkook que lo observaba en señal de advertencia.

Namjoon sabía cuánto su hermano adoraba a Jimin y no le gustaba que pusiera en peligro su vida. Debido a eso el más bajo casi nunca participaba en las entregas o las negociaciones a no ser que tuvieran seguridad de que iba a estar bien.

—¿Qué idea?— demandó con preocupación Jungkook.

—Yo puedo distraerlos. Si voy por las rejillas de ventilación que están en el ala norte.

—Jimin, acabo de decir que no se cuantas personas están allí fuera. No serviría de nada que te arriesgues así cuando lo más probable es que hayan decenas.

—Puedo intentarlo, nada perdemos con probar.

—¿¡Te estás escuchando!? ¿Cómo que no perdemos nada? ¿¡Te parece poco tú vida!?— el miedo ligado con preocupación tintó la voz de Jungkook.

—¿¡Y a ti que te importa!?— se colocó desafiante frente a él. La diferencia de tamaño era notoria pero no le preocupó.

—Claro que me importa y mucho. Eres...— inhaló bruscamente y después soltó la bocanada de aire. Los momentos de tensión o enfado lo volvían loco y podía llegar a decir cosas para las que no estaba preparado— eres nuestro hermano. La vida de cada uno de nosotros vale igual y si tengo que evitar que te pongas en peligro lo haré.

Se colocó frente a él un tanto intimidante y con rostro serio.

Todos observaban el litigio*, porque sí, cuando iniciaba un encuentro desafortunado entre ellos dos, no terminaba tan bien como esperaban. Las palabras retadoras y amenazante no culminaban hasta que Namjoon les ponía un alto. Y así vivían, como el perro y el gato, el agua y el aceite, como Tom y Jerry, peleando y amando.

Y es que para el amor solo se necesita un pequeño giro para que todo lo malo se transforme en bueno, como dicen por ahí: del amor al odio, solo hay un paso.

—¿Pueden dejar esta discusión para otro momento?— solo el jefe podía detener aquello— tenemos un problema mucho más importante que sus insultos sin sentido— se levantó de su asiento y comenzó a caminar por toda la habitación.

—Vas a aceptar mi idea ¿verdad?— insistió Jimin. Sabía que el pelinegro lo miraba mal pero para nada le importaba, él solo quería ayudar. Hacía mucho se preguntaba porque era excluido de casi todas las operaciones, y aunque no era el momento adecuado para tachar su duda, quería averiguar, en silencio, el porqué de su suposición.

—Por supuesto que no, Jimin, jamás pondríamos la vida de alguno de ustedes en ese tipo de peligros. Debemos pensar en otra cosa, algo menos riesgoso.

El enfado del más bajo fue visible, y mucho más aún cuando divisó el rostro sonriente y tranquilo de Jungkook. Ver su cara de triunfo lo sacó de sus casillas. Salió corriendo y cerró la puerta de un tirón.

El entorno quedó en silencio por breves instantes. Todos veían al causante del problema con ojos de aguijón. Era cierto que la molestia de Jimin era por su causa pero más se lamentaría si permitía que se arriesgara.

—No me miren así— los acusó con un dedo— solo lo estoy protegiendo al igual que haría con ustedes.

—Me parece que tu manera de proteger se excede cuando se trata de Jimin— habló Jin mientras se levantaba de su sitio— solo espero que esto no se te valla de las manos— y dicho esto salió del lugar detrás del chico que hacía unos minutos había abandonado el salón.

—Siempre vas a salir perdiendo, es mejor que dejes de intentarlo— le susurró Namjoon al oído.

Jungkook se carcajeó suavemente— Me da risa lo que dices, precisamente tú insistencia fue la que me motivó a contarle todo.

—Cosa que aún no has hecho.

—Tienes razón, no tengo prisa porque para todo en esta vida hay tiempo.

—Hasta para la muerte, nunca lo olvides.

El humor en el rostro de Jeon se borró por completo cuando escuchó esa frase salir de los labios de Namjoon. La muerte tiene su día, hora y lugar reservado y oculto para los pensamientos de todos y aquel era uno de sus mayores miedos, no tanto por él, sino por sus amigos, no quería estar solo y que a ellos les pasara algo que sufriría toda su existencia.

—Bueno, vamos a lo que estábamos. ¿Alguno de ustedes tiene una idea que nos sirva al menos para hoy? No podemos retrasar esa entrega, la mercancía no aguantará hasta mañana.

—Y si utilizamos la puerta del fondo— sugirió Yoongi.

Aquella puerta había sido clausurada por Namjoon cuando se adueñaron del lugar. Pensaron que no tenía destino, que no llevaba a algún punto específico, pero no era así. Poco tiempo después descubrieron una cueva debajo del pequeño estanque con el que conectaba que salía hasta una laguna en medio del bosque, no la habían atravesado, pero rodeando e inspeccionando el sitio sabían que tenía salida. Solo que había un problema, toda esa agua estaba contaminada con ácido sulfúrico, en pequeñas cantidades, pero lo suficientemente dañino como para matar a una persona que estuviera solo cinco minutos en contacto directo con el líquido.

—¿Estás loco? Eso sería una muerte segura— profirió el pelinegro.

—El agua no está tan contaminada. Podemos aguantar hasta que salgamos a la superficie. Además, llevamos trages de buzo. Nuestros cuerpos resistirán mucho más tiempo si los llevamos puestos a si nos sumergimos con nuestra propia ropa.

—Creo que Suga tiene razón. Eso podría funcionar si tenemos cuidado y vamos de prisa.

Jungkook masajeó su entrecejo y respiró profundo. No le quedaba de otra que obedecer.

—¿Y qué estamos esperando? Vamos ya.

—No Taehyung, esta vez ni tú ni Jay H van a ir. Los necesito vigilando las entradas y custodiando los pasillos.

—¿Pero porqué?— el alien hizo puchero.

—Se quedan personas aquí a las que tenemos que proteger. No podemos ir todos y dejarlos desprotegidos. Es más conveniente que permanezcan aquí. Jungkook y yo realizaremos la operación— se giró de frente al mencionado— ¿estás de acuerdo?

—Totalmente— respondió con seguridad.

—Vamos a prepararnos, ya queda poco tiempo.

El grado de peligrosidad de aquella operación se elevó aún más con la sola participación de dos personas. Se encontraban luchando con los ojos vendados. Frente a un enemigo del que no tenían ni idea y sin las armas suficientes.

En momentos así los pensamientos giran y toman el camino de los malos acontecimientos aunque tratemos de evitarlo. Jungkook le daba vueltas al mismo tema que nunca salía de su cabeza, la confesión que tenía que hacerle a Jimin, sabía que si no superaba aquello y moría en el intento se arrepentiría una y mil veces de no haberle contado todo a la persona que más quería en su vida.

Se convenció de que ya no había marcha atrás, ya todo estaba hecho, solo tenía que poner todo su empeño y mantener sus sentidos alertas para evitar cometer errores.

Ajustó las trabillas del chaleco antibalas y comenzó a colocarse el traje de buceo.

Namjoon lo observaba desde la otra esquina de la habitación y notaba su preocupación. El moreno al igual que él tenía a alguien a quien perder, su chico salvaje lo era todo, pero sobre todo encabezaba la lista de los principales motivos por los que morir aquella noche no estaba en sus planes.

—¿Estás listo?— preguntó Namjoon en cuanto se acercó a su segundo al mando.

—Sabes que nunca estoy listo para este tipo de cosas, si tocan tocan, no puedo hacer nada— ajustó un pasamontañas de goma sobre su cabeza. Eso protegería la piel de su rostro de posibles daños.

—Claro que puedes— al decir eso captó la mirada inquisitiva de Jungkook— no tienes que ir si no quieres o no te sientes seguro.

—No puedo abandonar a todas esas personas que dependen de mi, a su suerte— señaló la puerta detrás del moreno— ellos me necesitan, nos necesitan— con su dedo índice tocó el pecho de su jefe— no puedo defraudarlos solo por mis inseguridades, no sería justo para ninguno— se inclinó hacia el sofá que había detrás de su espalda y tomó entre sus manos las gafas de buceo— es hora de irnos.

—De acuerdo— dijo resignado. Después de todo le daba la razón a lo que había dicho. A los que llamaba y consideraba hermanos ya habían confiado en él una vez, no sería justo romper todo lo que había construído en tanto tiempo.

Recorrieron los conductos abandonados sin hacer ruidos. Las goteras no dejaban de supurar y las paredes se resumían en cantidades insoportables de tolerar por cualquier sentido del olfato humano. El lugar necesitaba una reparación urgente. No es como que lo fueran a hacer pero era notoria la falta de higiene de los "pasillos de la mansión".

Se adentraron al cuarto congelado y Namjoon tomó la maleta con la mercancía ya preparada, la colocó dentro de una bolsa negra de goma resistente y salieron en busca de la puerta de salida.

—¿Ya están localizadas las armas?— preguntó el pelinegro cuando estaban por llegar a su primer destino.

—Están en un agujero en el suelo cubierto por ramas y hojas verdes— pensó un momento— Yoongi me dijo que se localizan a cien metros del lago que está en el exterior. Él las colocó allí por órdenes mías hace un mes con el objetivo de estar preparados para eventos como este.

—Está bien.

La vieja puerta de hierro que conectaba con el exterior estaba muy deteriorada. El estar cerca del ácido por mucho tiempo la había corroído y oxidado hasta el tuétano.

—Es mejor que salgas tú primero y me esperes afuera, yo iré detrás con el pedido— sugirió Jungkook mientras colocaba en su posición las gafas que anteriormente había llevado sobre su cabeza.

—Si es lo mejor— se acercó al pelinegro con una cuerda— la ataré a la bolsa y así te será más fácil guiarte hacia la salida.

—¿Cuántos minutos tenemos?.

—Quedan aproximadamente unos veinticinco minutos, creo que es suficiente para entregar a tiempo la mercancía, pero tenemos que tener mucho cuidado.

—Está bien.

—Voy a entrar— miró hacia el agua— recuerda que no puedes tardar mucho. Yo estaré tirando desde afuera y guiaré tu camino.

El pelinegro asintió rápidamente y Namjoon se adentró con mucho cuidado en el agua.

El corazón de Jungkook estaba en su garganta y no le permitía respirar, estaba muy nervioso y algo en su interior le decía que aquello no iba a salir nada bien. Respiró profundo y comenzó a introducir su cuerpo en el líquido. No sentía nada, todo parecía normal a excepción de la turbiedad que le imposibilitaba la visión. Movía sus pies para impulsarse y lograr avanzar pero no notaba ningún cambio, no sabía hacia dónde tenía que ir. Comenzó a desesperarse, tenía que salir de allí cuanto antes, la demora supondría una muerte fatal.

¿En dónde diablos se había metido Namjoon? No habían señales de él por los escasos alrededores que su turbio campo visual le permitía ver.

No podía llamarlo, nada, no podía hacer nada, solo nadar y nadar.

Su mente comenzó a reproducir todos los posibles problemas en los que podría estar metido su hermano: Puede que todavía estuviera nadando en busca de una salida o los enemigos lo capturaron en cuanto asomó su cabeza fuera del agua o los francotiradores le tiraron y lo mataron...aunque esa última hipótesis no tenía mucho sentido ya que no divisaba nada de color rojo que se asemejara a la sangre.

El tiempo seguía pasando y la idea de salir de allí se esfumaba cada vez más.

Había dejado de nadar y casi en la inconsistencia escuchó una voz dulce que le hablaba. Esa melodía que tanto amaba sonaba solo para él:

"No te rindas...sigue luchando...aún nos queda mucho camino por recorrer juntos...no me abandones"

La palabra abandono no le gustaba escucharla, él nunca se alejaría de alguien que necesitara de su ayuda. Y mucho menos de su Jimin. Trataría de permanecer junto a él hasta que su corazón dejara de latir.

Una fuerza, al parecer, proveniente del exterior tiró de él hacia arriba. Sintió un alivio inmediato, después de todo, no iba a morir allí, o al menos no en aquella laguna contaminada.

Cuando salió al exterior se despojó de todo lo que cubría su cabeza y sonrió aliviado al ver a Namjoon frente a él.

—Pensé que te había ocurrido algo— a pesar de haber llevado oxígeno la respiración le faltaba un poco. Su pecho se inflaba tratando de recuperarse.

—Nunca había entrado ahí y no podía ver por dónde iba por eso tardé más de lo previsto— desató la maleta— lo siento, ¿estás bien?.

—Si, no te preocupes, llegaste a tiempo— se levantó y comenzaron a caminar— ¿hacia dónde están las armas?

—Analizando las coordenadas que me dio Yoongi es por el este— señaló la dirección con una mano.

Continuaron su recorrido, con mucha cautela, por un sendero estrecho que cruzaba por el bosque.

—Hay algo de esto que no me da buena espina— profirió Jungkook tratando de calmarse. Todos sus presentimientos podían ser falsos aunque no podía borrar lo que sentía.

—¿A qué te refieres?— preguntó Namjoon frunciendo el seño.

—No lo se, siento que nos están observando— giró su cabeza por los alrededores pero lo único que veía eran árboles y más árboles, solo eso.

—¿Crees que si nos hubieran visto estuviéramos aún con vida?

—Tal vez tengas razón, pero, ¿y si no nos quieren muertos y lo que buscan es otra cosa?.

Esa podría ser otra de las causas que no descartaban, misma que aún no podían aceptar su veracidad porque no conocían quiénes estaban detrás de aquello.

—No estoy seguro. Se que tenemos muchos enemigos pero ellos no se atreverían a meterse en nuestros negocios, por ese motivo escogí este lugar, por lo apartado que está de cualquier otra organización.

Continuaron su camino en silencio. Jungkook observaba el suelo mientras contaba los pasos que iba dando, 1.. 2.. 3.. 4.. 5.. 6.. 7.. 8.. 9..

No pudo llegar hasta el 10, todo pasó muy rápido. Lo único que vio fue a Namjoon caer al suelo y rodar por entre los árboles.

Su instinto pudo más que él. Corrió cerca de su hermano y se escondió detrás de un árbol.

—¿Qué diablos pasó?— gritó en un susurro.

—Me dispararon— el moreno mostró la pierna derecha. Justo debajo de la rodilla salía un poco de sangre.

—¿Cómo demonios? Ni siquiera lo percibí, ¡maldición!— expresó frustrado mientras desenredaba su cabello azabache con los dedos.

—Tranquilo, tenemos que pensar en cómo salir de aquí.

—¿Salir? No ves que ya saben que estamos aquí. No podemos hacer nada, estamos perdidos.

—Tiene que haber...

—Namjoon, se que tienes buenas intenciones y que quieres que salgamos con vida de esta, por ese motivo eres el líder del grupo, por la capacidad que tienes para buscar soluciones pero en este momento no podemos hacer nada más que salir con las manos en alto y preguntarles que quieren.

—Definitivamente te volviste loco. Con eso lo único que vamos a conseguir es la muerte más rápido.

—Claro que no, seguramente quieren...

La parte trasera de una pistola golpeó fuertemente en la cabeza de Jungkook dejándolo completamente inconsciente.

Los ojos de Namjoon se abrieron a más no poder. No creía lo que estaba viendo frente a sus ojos. Ahora comprendía la verdadera magnitud del problema en el que sin deberla ni temerla se habían metido.

Ahora sabía que estaban perdidos, y que él no estaría para advertirles...

—Me alegra volver a verte, amigo mío. En este momento tú y yo vamos a pasar una larga temporada juntos— sonrió cínico mientras sacaba una jeringuilla del bolsillo interno de su chaqueta de cuero negro.

El tiempo no perdona ni a la madre que lo hizo, por eso se dice que todo en esta vida llega, tarde o temprano, para bien o para mal. Por supuesto que eso depende de si obras bien o siembras mal, siempre se cosecha lo que se siembra. En este caso, el pasado de Namjoon les afecta y les afectará a todo el que decidió formar parte de su familia, y eso incluye a los cinco chicos que en esos momentos los carcomia la preocupación y al que yacía tirado en el suelo.

La única vida que Dios te da hay que aprovecharla en buenas acciones, de lo contrario, cuando esta dependa de un latido de corazón, arrebatarlo será el mayor precio a pagar.

Litigio: Enfrentamiento o disputa entre dos personas o partes en un juicio.

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