Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6.- Un enemigo, una pista.

¡ Hola!

Estoy de vuelta por estos lares, a decir verdad fue una semana difícil, pero aquí estoy y agradezco a las personas que me dejaron sus palabras de confort en el aviso que puse en mi otro fic.

Capítulo 6 arriba n.n

                                                        o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o


Luego de leer cada palabra escrita, pues la maldición no sólo había sido hablada sino escrita, el papel se deshizo rápidamente entre sus dedos, Sisifo puso su mano capturando las partículas a las que recosntruyó en un abrir y cerrar de ojos. Dégel frunció el ceño al ver tal acción.

—puedes necesitar este trozo de papel—dijo poniéndolo sobre la mesa.

—¿ en qué puede ayudarme esto?

Sisifo no dijo nada, buscó con la mirada a su hijo mayor Aioros.

—¡ Aioros!

No hubo respuesta por lo que alzó más fuerte la voz.

—¡ Aioros!

—¡ estoy ocupado!—gritó.

—¿ qué te dije?

A los pocos segundos se presentó el chico cuyos ojos azules rivalizaban con unas tremendas ojeras debajos de sus ojos. El chico había estado traduciendo desde la noche anterior las hazañas de varios reyes y emperadores entre esos Darío I.

—lo siento...

—no quiero que te desveles, no quiero verte cansado y envejecido prematuramente—dijo con cariño paternal.

El mayor temor de un inmortal, aquel que tuviese hijos, era que estos murieran prematuramente y Sisifo era sensible mucho más que Dégel, pues comentaban que si perdía a uno de sus amados hijos, perdía una parte de su inmortalidad ya que era el más poderoso entre todos ellos. O tal vez moría.

Los hijos humanos de un inmortal nacidos de una mujer humana, eran susceptibles.

—si tienes razón—dijo restregándose los ojos—voy a dormir—¿ para qué me necesitabas?

  — para nada, ve a dormir— dijo guardando la hojita— es para otro día. 

Cuando Aioros se fue, todo quedó en la más absoluta quietud, ni siquiera Aioria se oía por ahí. El pequeño de siete años tenía tres gatos que había recogido a los que cuidaba y alimentaba, pasaba más tiempo con ellos que acompañando a Aioros en sus traducciones.

Pero la columna vertebral de Sisifo, era Aioros; así como lo fue Camus para Dégel.

—¿ Te presentarás cuando el bebé nazca?

—tú lo has dicho—dijo admirando un inmenso retrato de Aioros y Aioria pintado a mano—entonces mi maldición acabará apenas sienta su llanto.

—naturalmente.

                                                                                 ********************

Carrie la fue a ver pues no había dado señales de vida y eso era inusual en ella que acostumbraba a estar a las ocho de la mañana molestando. El guardián del edificio le comunicó que su amiga no había salido del edificio.

Grande fue su sorpresa al entrar al departamento y hallarla con varios trozos de papel pegados por doquier con frases o párrafos acerca de maldiciones a inmortales.

La pequeña Pinina permanecía a lado de su ama.

—Kardia... ¿ Qué es todo esto?

Al levantar la vista, sus ojos celestes parecían dementes, pero aquello desapareció cuando vió a Carrie que se acercó y la abrazó con cariño maternal.

—él estuvo aquí.

—¿ Quién? ¿ Por que escribiste todo esto?—señaló los papeles.

—quiere al bebé, ese inmortal lo llamó Camus...

Camus... Al oírlo, una inmensa alegría se apoderó del pequeño que como siempre se movió manifestando que estaba feliz ante ese nombre.

—espera-dijo Carrie alarmada—di ese nombre otra vez.

—Camus.

El movimiento fue más notorio tanto que el vientre de la mujer parecía gelatina.

Kardia más nerviosa se apartó de Carrie como si esta tuviera alguna enfermedad contagiosa con su mascota pisándole los talones, aún estaba fresco el encuentro con ese " ser", su siniestra belleza y el dolor y la tristeza en sus ojos violetas y ahora el bebé de Carrie era el reencarnación del hijo de ese inmortal quién no descansaría hasta tenerlo en sus brazos. Luego vendría por ella...

—jamás había sentido miedo—expresó acariciando a Pinina—pero él, hurgó en mi subconsciente y desveló mis recuerdos. Su tacto por poco hace que lo deseara....¿ Crees que en el fondo yo aún lo ame?

Carrie se acercó cautelosa, posó una mano sobre su hombro dándole confort, su amiga estaba perturbada, notaba duda, mezcla de amor y odio que podría explotar. Pero a decir verdad, Kardia no necesitaba un hombre que la protegiera, ella sabía como protegerse.

Había comprobado, pues su amiga daba unas certeras patadas que competían con las de un karateca.

—es absurdo que esos seres existan.

—no estoy loca-la miró ofendida—el bebé en un tiempo pasado fue su hijo, el cual reencarnó y ahora lo espera.

—¡ Es una locura!

—no, lo es...—se inclinó hacia Carrie mientras susurraba—yo soy quién maldijo a ese inmortal y yo sabía que su hijo era su punto débil...

Carrie abrió los ojos sorprendida.

—¿ Recuerdas tu anterior vida?

Kardia afirmó.

—ahora lo recuerdo casi todo hasta el momento de mi muerte en esa vida, son una vorágine de escenas en desorden. Bloquee su mente para que no me recordará, pero obvié que la atracción era inmune.

Eran tantas cosas que confundieron a Carrie, su amiga estaba padeciendo de estrés por lo que la acompañaría por varios días.

—no, te dejaré sola...

                                                                    ********************

Una mueca de fastidio se dibujó en su cara al oír los reportes de sus subordinados quienes vigilaban cada paso de Dégel.

Radamanthys así nomás, considerado uno de los inmortales fríos y casi sin sentimientos, se sentía amenazado luego de saber que el hijo de Dégel volvería a nacer.

—ese humano otra vez estorbando—dijo lanzando un vaso de whisky contra una pared.

—aún no nace señor, pero reacciona a la voz del señor Von Shielfs.

—es su hijo... O mejor dicho su maldita reencarnación—masculló agitando sus cabellos rubios.

—¿ Cual es su orden?

Caminó en círculos pensando una " solución", en el pasado había usado su poder para influenciar a humanos para que atacaran a hijos de inmortales a los que consideraba " bastardos".

—no debo permitir que nazca en la fecha prevista, si nace en ese día, su padre volverá a ser poderoso y la maldición se romperá—hizo una pausa para preguntar—¿ Cuanto tiempo falta para su nacimiento?

—casi dos meses.

En esos momentos regía sagitario, signo regente de Aioros y Sisifo este último gozaba de más influencia entre todos.

—hasta eso haré una visita sorpresa a mi querido Sisifo.

—¿ El bebé? ¿ Qué hacemos señor?

—nada por ahora, Dégel está vigilando a la mujer que lo tiene—tomó otro vaso y se sirvió más whisky-recuerden, 7 de febrero fecha límite...

Apurando el sorbo de licor, Radamanthys salió de su propiedad rumbo a la de Sisifo.

Llegó donde este, el castaño al verlo apartó velozmente a sus dos hijos pues tenía una intuición acerca de Radamanthys una intuición muy siniestra. Este sonrió fríamente.

" Temes por tus bastardos, me halaga que sientas temor por mi"

—¡ Llévate a Aioria! ¡ No salgas hasta que yo te avise!

—padre ¿ Qué pasa?

—sólo obedéceme...

El adolescente tomó a su hermano y miró receloso al rubio visitante que los miró con desprecio disimulado.

—odias a los humanos—dijo a modo de saludo.

—a tus hijitos no les pasará nada—posó su vista sobre el retrato—no me conviene matar al mayor, sino te mueres...

Sisifo apretó los dientes furioso, ese insolente como se atrevía amenazar a sus adorados hijos de esa forma, algo le decía que Radamanthys tuvo algo que ver con la muerte de Camus hacía tantos siglos. El rubio odiaba al género humano por eso jamás había amado ni tenido hijos.

—¿ qué pasa? ¿ estás molesto?

—¡ LARGATE!

—su intelecto te sirve ¿ verdad? es un prodigio, nadie niega que tu primogénito puede traducirte lenguas muertas—alzó un dedo mostrando un párrafo de las hazañas de Darío que Aioros traducía con ahínco—tal padre tal hijo.

—¡ vete!

—ash qué pesado—se sacudió un polvo imaginario—igual ya me iba me aburre tu estilo de vida ¡ adios!

Aioros sin esperar la orden salió con su hermano pisándole los talones, notó que su progenitor estaba encolerizado por lo que juzgó prudente esperar a que se calme su cólera.

—no pasará nada.....

—claro, pero indirectamente te amenazó.

—ya no estamos en la Inquisición—analizó el chico.

—ve a hacer tus cosas....

—si—dijo con su hermano colgado de su pierna.

Si sus sospechas eran ciertas, Dégel tenía que saber esto.... su hijo reencarnado corría peligro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro