†➑†
•†•†•†•†•†•†•†•
૨εωα૨∂
•†•†•†•†•†•†•†•†•†•†•†•†•
-Jeon-lo llama YangMi, tocando a su puerta.
-Pasa-dice él del otro lado de la puerta.
-Recoge tus cosas. Mi madre te va a llevar a casa-más que una noticia, aquello fue una orden.
El chico, antes acostado boca abajo en su cama, se levantó sorprendido y YangMi le sonrió.
-Nuestra empatía nunca ha sido mucha, independientemente del deseo carnal-admitió en voz baja-. Pero nunca me ha gustado ver a alguien triste...-explicó-. Efectos de la crianza que me ha dado mi madre, supongo-se encoge de hombros.
-Yo también he sido criado de tal forma, y por eso no pasaré por alto el agradecerte todo lo que estás haciendo por mí...Porque estoy seguro de que mi salida antes de tiempo tiene mucho que ver contigo-entrecerró los ojos, intentando causarle gracia a la chica; cosa que funcionó.
Estaba triste, sí. Y por ello había dormido abrazado a YangMi toda la noche, separándose de ella para devolverse a su habitación no queriendo causar más molestias.
Pero en medio de su tristeza, estaba feliz por los esfuerzos que había hecho YangMi por él.
-No hay de qué, Jeon-sonrió ella, dándole una palmadita en el hombro-. Para eso soy tu líder, y tú mi mano derecha.
JungKook asintió, y, sin poder contenerse, abrazó a la chica.
La estrechaba tan fuerte entre sus brazos, que casi la asfixia.
Pero ella no se quejó, y en cambio, pasó su mano de arriba a abajo en la espalda ajena, queriendo dar consuelo.
-Anda, JungKook. Empaca todo para que te vayas cuanto antes-presionó ella y él la soltó, asintiendo-. Mira, que hasta te voy a ayudar.
JungKook sólo sonrió.
†♠†♠†♠†♠†♠†♠†♠
-¿¡Tres semanas!?-exclamó el muchacho.
SunMi y YangMi sonrieron y asintieron.
-Debes llevar el luto como se debe...y como no estábamos seguras de cuánto tiempo podría costarte el recuperarte, simplemente establecimos ese tiempo y ya-se encogió de hombros, SunMi.
JungKook estaba contento con eso.
-De verdad, muchas gracias por todo lo que están haciendo por mí-repitió el muchacho por centésima vez en el día.
-El Infierno es un lugar donde los sentimientos nobles no importan. Pero nosotros fuimos criados de otra manera. Y si se me ha dado la oportunidad de ayudarte, no la desaprovecharía. Y no me arrepiento de estarte ayudando...Lo haría mil veces más si fuera necesario-habló YangMi, posando sus manos sobre los hombros del chico, dándole apoyo-. Así que no des más las gracias.
-¡Esa es mi hija!-murmuró SunMi, dando palmaditas en la espalda de su primogénita-. Bueno, JungKook...-el nombrado alzó la cabeza y la miró-. Es hora de irnos.
-Pero...YangMi-se volteó a verla-...¿Y lo que habíamos planeado?-murmuró.
La chica sonrió.
-Ya me he encargado de eso, JungKook. Puedes irte tranquilo. Tenemos cita para dentro de cuatro semanas...Te da tiempo perfectamente.
†♠†♠†♠†♠†♠†♠†♠
JungKook llegaba a su casa junto a SunMi.
Habían tocado el timbre y EunJi recién les abría.
-¡Hijo!-sollozó, lanzándose a los brazos de JungKook.
SoYeon bajó rápidamente las escaleras, habiendo escuchado la exclamación de su madre, y se sumó al abrazo.
El trío lloraba sin consuelo, y no era para menos. El cuarto miembro de tan desdichada familia se había sacrificado por protegerlos.
SunMi se quedó viendo la escena, también destrozada.
Después de todo, TaeHyung había jugado un importante papel en su vida, sobre todo, durante su embarazo.
†♠†♠†♠†♠†♠†♠†♠
Los entrenamientos habían acabado, y YangMi apenas se había quitado la armadura cuando volvió a salir de su habitación, ésta vez, con rumbo a la de otra persona.
Ni siquiera tocó cuando llegó y entró.
JungKook volteó a verla sonriente y se lanzó a ella para abrazarla.
Estaban teniendo demasiado afecto el uno con el otro, pero era entendible. El sentimiento de gratitud que sentía JungKook hacia YangMi era muy grande, y ella no le negaría nunca un abrazo, porque sabía que él lo necesitaba.
Y para justificar todo este cariño que se habían tomado de la noche a la mañana, le echaban la carga a su crianza.
Aunque no estaban del todo equivocados.
-¿Cómo has estado?¿Te fue bien...entre lo que cabe?-preguntó, una vez ambos cuerpos se hubieron separado.
-Me siento mucho mejor-asintió-. SoYeon y mi madre también están muy agradecidas contigo y con tu madre...
-Olvídate de eso ahora-hizo un ademán, restándole importancia-. Dime que vuelves a ser el mejor luchador que se haya criado en este Infierno, después de mí, claro está-acalaró, haciendo reír al contrario.
-Estoy de vuelta...Y vine justo a tiempo para la próxima batalla.
YangMi aplaudió contenta y orgullosa.
Ella y sus tropas tenían pronosticada una batalla para dentro de un par de días, y estaba sumamente aliviada de que JungKook estuviera para apoyarla.
Debía confesar que se había adaptado demasiado bien a luchar junto a él, sería incómodo para ella ganar una batalla sin tener a su mano derecha a su lado.
-¿Sabes? Desde hace tiempo quería saber algo...-dijo él, y YangMi asiente con la cabeza, indicándole que continúe-¿Desde cuándo nos hemos vueltos tan cariñosos el uno con el otro?-preguntó risueño.
YangMi soltó una risita y se encogió de hombros, dirigiéndose de vuelta a la puerta.
-No sé-dice, a pesar de no ser necesario-. De todas formas, prepárate para destacar en esta batalla...Recuerda que tendrás una recompensa~-canturreó, guiñándole un ojo, cerrando la puerta tras de sí.
JungKook soltó una risa nerviosa.
¡Claro que iba a darlo todo en el campo de batalla!
†♠†♠†♠†♠†♠†♠†♠
-¡Bien hecho, chicos!-exclama YangMi, felicitando a sus soldados.
A veces se preguntaba por qué, habiendo chicas de sobra en el Ejército, en sus filas no había ninguna más que ella.
Pero igual se alegraba de sus tropas.
Eran unos idiotas todos, pero en el campo de batalla daban todo de sí, y eso era digno de admirar por ella.
-¡Al fin! Pensé que esos demonios nunca se acabarían-reclama uno.
-Lo importante es que regresaremos victoriosos al cuartel-habló JungKook-¿No es así, jefa?
YangMi asiente y con su espada señala la salida del lugar, indicando a sus tropas que avancen.
-Creo que deberías darte un buen baño antes de recibir tu recompensa, Jeon-murmuró a su oído y el chico se tensó, mas sonrió.
Estaba ansioso.
†♠†♠†♠†♠†♠†♠†♠
JungKook se deleitaba bajo la caliente lluvia artificial que salía de la ducha.
Era el Infierno. No te ibas a topar con agua fría nunca. Rara vez soplaba por allí una fría brisa que mantenía frescas las noche. Pero nada más.
El vapor que había en el baño, junto a las calientes gotas de agua que caían por su espalda, lo mantenían relajado.
Su brazo estaba apoyado en las lozas frente a él, y su cabeza sobre éste.
Sus ojos estaban cerrados, y el agua le caía a partir de la nuca, le recorría la espalda y su brazo libre, el cual estaba extendido en dirección al suelo.
-¿No te han dicho que te te ves jodidamente sexy cuando te bañas?
La voz de YangMi lo hizo abrir los ojos sorprendido.
La chica se encontraba a su costado, desnuda, apoyada en las lozas y mirándolo coqueta mientras se cruzaba de brazos.
-¿Cómo...?
-He venido a darte tu recompensa. Cumplo con mi palabra, Jeon-rió.
El chico tragó saliva duramente, tanto que ella lo notó.
Ambos estaban ansiosos, sus corazones latían fuertemente, pero ninguno se atrevió a moverse de su lugar.
Se miraban directamente a los ojos, mas no hablaban, ni sonreían.
YangMi estaba hechizada por los orbes de JungKook, y él por los de ella.
Pero un deseo fluyó, y no traería nada bueno.
-Promete que lo que voy a hacer se va a quedar entre nosotros-murmura él, acercando sus cuerpos, dejando su frente sobre la de ella.
-¿Tú...también lo sientes?-balbuceó, cerrando sus ojos.
-Hagamos de esto nuestro pequeño secreto-murmuró y la chica asintió.
Y sólo eso bastó para que se lanzaran a atacar los labios el uno del otro.
No tenían ni una mísera idea de dónde había salido tal necesidad de besarse, mucho menos con semejante hambre.
Devoraban sus labios con pasión, mientras recorrían con sus manos cada parte de sus pieles desnudas: sus brazos, sus espaldas, sus cuellos, sus mejillas...
Luego de varias mordidas y chupones, se detuvieron, agitados.
JungKook quedó con ambas manos sobre las mejillas de YangMi, y las manos de la susodicha quedaron sobre su pecho.
-Joder...-susurró JungKook cuando se hubieron separado ambas bocas debido a la carencia de oxígeno-. Lo único que quiero hacer ahora es comer tu boca a besos y follarte con todos los deseos que he estado guardando desde que te vi-dijo, mientras veía como uno de sus dedos era recibido en la boca de YangMi.
-Entonces ¿Qué esperas, Jeon?-le respondió ella con una coqueta sonrisa, apoyando ambas manos sobre los hombros contrarios.
-¡Maldición! Esta noche va a ser larga, y sin dudas, la mejor que tendremos en nuestras putas vidas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro