XXII
Tony se despertó solo en la cama la siguiente mañana. Peter ya se había ido para cumplir sus responsabilidades de ese día, pero le había dejado una nota en la mesita de noche, donde le decía que lo amaba y que lo vería más tarde ese día.
Sonrió para sí mismo cuando terminó de leer la nota y se puso de pie, dispuesto a prepararse para todas las actividades que estaban pactadas para ese día, pero antes, tenían que desayunar y regresar a la Sede para poder hacerlo, así que se metió a la ducha para un buen baño, mientras le ordenaba a F.R.I.D.A.Y. que ordenara comida para el desayuno.
*
Cerca del mediodía, ya había terminado todos sus pendientes para ese día, con excepción de los de la empresa, pero de esos se encargaba Aaron mayormente. Así que bajó a su taller, dispuesto a terminar el proyecto en el que había estado trabajando por varios días.
—Nena —habló, sabiendo que su IA sabría que le hablaba a ella—, ¿puedes extender unos hologramas para trabajar en mi última Inteligencia Artificial?
F.R.I.D.A.Y. no le contestó, pero cuatro hologramas se extendieron frente a él, mostrándole todos los espacios de información que había y todos aquellos que aún estaba vacíos.
Su idea para esa IA era que manejara la seguridad de la Sede y todos los lugares en los que los Vengadores y él fueran a trabajar.
Sabía que era peligroso dejar todo a cargo de una sola IA, sí, pero él era lo suficientemente inteligente como para agregar funciones para que ella le obedeciera solamente a él y a alguien más, por si a él le pasaba algo.
Tony sabía que no sería eterno en la vida, por más que le gustaría —a veces, solo a veces— serlo. Él iba a morir algún día, y antes de que ese día llegara, tenía que prepararse y dejar todo su legado bien fijado y asegurado. Algún día, alguien más tendría que hacerse cargo del proyecto que su padre y otras personas idearon, pero mientras tanto, él se encargaría de todo hasta donde pudiera, después de todo, tenía cuarenta y ocho años, lo más que —el creía— iba a seguir trabajando eran unos ocho años más, si no es que menos.
Así que se centró en terminar su nueva Inteligencia Artificial. A pesar de que no lo habían hablado, estaba implícito para todos los Vengadores que pronto tendrían que darle a conocer al mundo que estaban juntos de nuevo, después de todo, ningún secreto era eterno y él sabía —por Peter— que habían personas y periódicos que rumoreaban sobre una reagrupación de los Vengadores. Cuando se lo dieran a conocer al mundo, necesitaba estar preparado con toda la seguridad que fuera posible, porque sabía que muchos villanos de iban a abalanzar contra ellos para buscar venganza.
Y él no iba a permitir que eso pasara, no sin tener la mejor seguridad y defensa a su mano.
*
—¿Es todo?
Buscó la confirmación de F.R.I.D.A.Y., como siempre lo hacía para estar seguro de que todo estaba en un estado perfecto.
—Sí.
—Actívala, nena —pidió, poniéndose de pie para estirar sus músculos. Había estado demasiado tiempo en la misma posición.
—Enseguida, señor.
Algunas luces parpadearon, haciendo que Tony rodara los ojos. Por supuesto, su nueva IA tenía una capacidad demasiado intensa, Tony no dudaba que sería capaz de botar varios sistemas con bastante facilidad.
Por ello mismo, pronto pondría en movilidad su idea de crear unas gafas que fuera específicamente para usarla a ella y a F.R.I.D.A.Y. al mismo tiempo. Eso le daría bastante ventaja en cualquier tipo de lucha.
—Reconocimiento finalizado —la voz robótica de su IA interrumpió sus pensamientos—. Buenas tardes, Señor Stark.
Alzó una ceja, analizando su formalismo. JARVIS había sido casi igual al principio, pero después se había vuelto tan irrespetuoso como F.R.I., no dudaba en que con el paso de los meses esta IA sería lo mismo.
—Buenas tardes, linda —saludó—. ¿Sabes cuál es tu nombre y por qué motivos fuiste creada?
—Mi nombre es EDITH, señor —Tony sonrió para sí mismo, había elegido ese nombre desde el principio, como algo que sería un legado incluso después de que él muriera—. Mi propósito principal es tener a su disposición toda la seguridad que está a su poder, Señor. ¿Es correcto?
—Es correcto, linda —confirmó—. Tus funciones se irán modificando con el paso de los días, pero eso no es importante ahora, ¿ya saludaste a nuestra querida F.R.I.D.A.Y.? Es mi Inteligencia Artificial principal, es ella quien soluciona la mayoría de mis problemas actualmente.
—Hay información sobre ella en mi sistema, Señor —EDITH contestó, pero todos modo dijo—: Buenas tardes, F.R.I.D.A.Y., es un gusto para mí hablarte.
—Igualmente.
Tony casi rodó los ojos ante el tono cortante. No debería de sorprenderlo. Había bromeado sobre que EDITH sería un reemplazo para ella, así que tal vez se lo había tomado más en serio de lo que había pensado.
—Señor —EDITH habló de nuevo—, estaba preguntando quién será el encargado de recibirme en caso de que te pase algo. Hay un protocolo sobre ello que debe ser cumplido inmediatamente.
Por supuesto, lo había olvidado durante algunos minutos.
—Reconoce los datos de Peter Parker: simetría del rostro, el tono de voz, ADN's y demás. Él será quién te reciba si me pasa algo.
EDITH contestó inmediatamente.
—Enseguida, señor.
*
Cuando salió de su taller, eran pasadas las siete de la tarde, por lo que, sabía con certeza, se había perdido el entrenamiento. A pesar de que no se arrepentía de ello, porque ahora ya tenía las gafas con las que usaría a sus preciadas IA's.
De todos modos, detuvo el elevador en el piso de entrenamiento.
No se sintió tan sorprendido cuando encontró a Rogers y a Peter hablando. Ambos parecían estar demasiado serios y aún no habían notado su presencia, Tony supuso, por la tensión en los hombros de ambos, que seguramente estaban hablando de él o de la Guerra Civil. Por eso mismo, decidió dejarlos solos. Tenían cosas que conversar, supuso, y no quería entrometerse en ello.
En cambio, hizo una estación en la cocina, donde encontró a Strange, Bruce, Everett, Loki y Thor.
—Tony —Bruce llamó—. Te perdiste el entrenamiento, pero no quisimos molestar porque pensamos que estabas trabajando en algo importante.
Le sonrió a su querido compañero y amigo científico.
—Trabajaba en algo importante, sí, pero no hubiera sido una molestia que alguien me buscara —respondió, sacando una botella de agua del refrigerador—. ¿Cómo estuvo en entrenamiento?
El semblante de Thor se volvió feliz, parecía haber superado su tristeza por haber perdido la noche anterior contra Rogers en su competencia.
—Maravilloso —respondió el rubio—. Debo admitirlo, el niño araña y el cap juntos son excelentes oponentes para mí.
Le prestó especial atención al rubio. Thor nunca solía admitir que alguien era oponente para él, y que lo estuviera haciendo le sorprendió de cierta manera.
—¿Lo son?
Thor asintió emocionado, mientras Loki rodaba los ojos.
—Tony —Everett dijo—, se hicieron algunos acuerdo ahora en el entrenamiento, esperamos que esto no te moleste, Peter dijo que podríamos hablar contigo después de terminar de entrenar.
Miró con curiosidad al ex agente de la CIA.
—¿Sobre qué?
—El entrenamiento que había sido pactado antes del regreso de Thor —Everett informó—, se habló sobre ello ahora, y se propusieron algunas posibles fechas para llevarlo a cabo.
—Háblame más sobre ello —pidió. Era consciente de que en algún momento ese entrenamiento tendría que llevarse a cabo.
Así que se dedicó a escuchar a Ross atentamente, mientras en su mente se formaban una serie de ideas.
*
Cuando Peter apareció en su habitación, llevaba el cabello húmedo y la playera blanca que se había puesto se pegaba a su piel, mientas que los pantalones de chándal se abrazaban a su cintura perfectamente.
—Lamento no haber venido antes —se disculpó el chico inmediatamente, mientras cerraba la puerta. Tony reprimió el impulso de rodar los ojos—. Me entretuve hablando con Rogers.
Asintió, mientras dejaba su portátil en la mesita de noche. Había estado navegando por los archivos de SHIELD, buscando información sobre la ubicación de Fury, pero parecía haber desaparecido, literalmente, de la Tierra.
—Está bien —respondió, Peter de arrastró por toda la cama hasta llegar a su lado, donde inmediatamente se recostó en su pecho. Se miraba bastante agotado y estresado—. ¿Cómo estuvo tu día?
Los ojos del chico se cerraron, mientas respiraba con suavidad.
—Cansado —murmuró—. Terminé mi examen y después tuve que entrar a otro, porque el maestro no va a asistir mañana, que era para mañana. Además, después de eso hice otro de los que eran para hoy, así que tuvimos que hacer tres exámenes ahora.
Acarició el cabello húmedo del chico, amando y disfrutando lo suave que era.
—¿Quieres descansar?
Peter abrió los ojos y lo miró, sus ojos brillaban con el amor más puro que Tony no había visto en muchos años. Probablemente, no desde que había tenido su primera novia en la adolescencia.
—No —susurró, con la voz ronca—. No quiero dormir en este momento, quiero que me beses, mucho, por favor.
Tony no podía negarse cuando el chico le hablaba con la voz cargada de cariño y de deseo, las dos cosas al mismo tiempo, así que se inclinó hacia adelante y permitió que sus labios se presionara juntos, en un beso suave y dulce que derritió todo su ser y que lo hizo querer más de lo mismo.
Peter se separó brevemente de él, solo para acomodarse mejor en su regazo y volver a inclinarse adelante para besarlo.
Sus labios se volvieron a presionar juntos de nuevo, pero esta vez se besaron con más intensidad. Peter dejó que sus lenguas se tocaran y jugaran juntas, mientras las manos de ambos recorrían el cuerpo del otro. Tony posó sus manos sobre las caderas del chico, presionándolo contra su erección que comenzaba a crecer en su pijama.
Los labios de Peter se separaron de los suyos y comenzaron a recorrer su mejilla, con besos húmedos y suaves, hasta terminar en su cuello, donde hicieron una marca de amor que, probablemente, iba a durar un par de días.
Posó sus manos en el cabello de Peter y lo atrajo hacia sus labios de nuevo, podía sentir la erección del chico presionandose contra su abdomen también. Sintió que un escalofrío recorrió su cuerpo completo. Se estremeció por completo cuando Peter comenzó a rozarse contra él.
Ni siquiera necesitaron tocarse debajo de la ropa, porque los roces fueron suficientes para hacerlos llegar a los dos. Tony disfrutó inmensamente de los gemidos y jadeos de Peter, y lo besó cuando se derrumbó encima de él más agotado que antes.
—Te amo.
Dejó un beso sobre el cabello del chico, que estaba bastante somnoliento.
—También te amo.
Apenas alcanzaron a limpiarse antes de que ambos cayeran rendidos por el cansancio.
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