Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XII

Pasó dos días sintiéndose completamente nervioso.

Ross no se había comunicado con él en esos dos días, así que estaba casi seguro que no le conseguiría el permiso para modificar los Acuerdos.

Por suerte, al tercer día le habló y mencionó que todavía no era completamente seguro de que fueran a aceptar los nuevos acuerdos hasta ver que tanto los había modificado, pero eso era lo que menos le preocupaba.

—¿Estás ocupado?

Peter entreabrió la puerta sin pasar.

Su cabello estaba húmedo —señal inequívoca de que acababa de ducharse— y traía puesta una playera blanca, la cual resaltaba los músculos de sus brazos, y un pantalón de chándal.

—No completamente —respondió, volviendo su mirada a los hologramas antes de que no pudiera controlarse y lo observara de más—. ¿Deseas algo en específico?

Se podía decir que las cosas entre ellos se habían arreglado.

Peter no estaba feliz con la idea de que los fugitivos volvieran, eso lo decía su rostro cada vez que hablaban de ellos, pero no le había dicho nada más con respecto a ello. En esos tres días no había vuelto a ir a Queens. Eso lo tenía más relajado, a pesar de que no había tenido demasiado tiempo para pensar en ello.

—Solo quería ver si podía ayudar en algo —murmuró, Tony le hizo un gesto para que entrara completamente y Peter obedeció—. No tengo nada divertido que hacer en ese momento.

Ignoró el tono con el que dijo las últimas palabras y asintió.

—Estoy trabajando en los Acuerdos —informó—. Modificando algunas cláusulas.

Peter leyó la información en los hologramas. Notó que su expresión se volvía bastante furiosa luego de leer algunos párrafos.

—¿En serio estaban obligados a cumplir todo eso?

Asintió ante su pregunta. Era la primera vez que Peter veía los Acuerdos completos, él no había querido que los viera antes porque sabía que el corazón del chico era bastante sensible y habían algunas cosas que no le iban a gustar.

—Todo, sí.

—Supongo que no es cómodo para los que se registran que estén hurgando en su vida y que los cataloguen por nivel de amenaza —el rastro de enojo se acentuó en la voz del chico—. Déjame adivinar, con lo del nivel de amenaza también buscan las debilidades, ¿no es así?

Tony asintió. Todos los Vengadores activos —menos Peter, porque él no había permitido que lo fastidiaran tanto— se habían sometido a las pruebas de nivel de amenaza. Ese día podía contar como uno de los que jamás olvidaría. La sonrisa de Ross al final de las pruebas solo habían hecho que quisiera vomitar y al llegar al complejo finalmente lo había hecho.

—Ellos creen que no lo sabemos, pero luego de que nos hicieran las pruebas a nosotros hackee sus datos y lo supe. Miden cada parte de tu poder de manera analítica y luego asignan las... armas para poder detenerte en caso de que te reveles en algún momento.

Peter no respondió pero siguió leyendo. Hasta el momento, Tony no había modificado nada pero ya tenía en mente que era lo que quería fuera de los jodidos Acuerdos.

—Asumo que no podemos evitar que hagan los análisis, pero tal vez si podríamos modificar el hecho que se hagan solo en presencia de ellos. Alguno de nosotros debería de verificar todas las pruebas.

Ya que se suponía que los que no tenían poderes innatos no eran sometidos, cosa que era totalmente falsa, era una buena medida.

—Es una buena idea —se giró hacia el chico y le sonrió, este le devolvió la sonrisa—. Dentro de unos pocos minutos los modificaré, podrías quedarte y seguirme ayudando, a menos que tengas algo más que hacer.

Peter no respondió inmediatamente, él no quiso saber la expresión en su rostro. En el fondo, temía un poco por lo que fuera a responder.

—Me quedaré.

Sintió una especie de alivio en su pecho, pero no fue capaz de agregar nada más. Intentó concentrase en los Acuerdos, pero el silencio no lo dejaba hacerlo completamente.

—Tony...

Llevó de casi toda su fuerza de autocontrol no girarse hacia el chico.

—¿Hmm?

Peter suspiró.

—¿Tu insomnio ha seguido?

Esta vez no lo pudo evitar y lo miró, alzó una ceja interrogativo. No entendía a qué venía esa pregunta en ese momento.

—¿Por qué lo preguntas?

Las mejillas de Peter tomaron un tono rosado suave.

—Es curiosidad —dijo, Tony sabía que estaba mintiendo—. ¿Ha seguido?

Dejó un poco de silencio antes de dar su respuesta, le gustaba un poco el drama en momentos así.

—No —se sinceró, no habían seguido, las técnicas de T'Challa servían mucho—. He estado durmiendo bien en estos días.

No se perdió el deje de decepción que cubrió la expresión del chico durante unos breves segundos, pero lo ignoró.

—Me alegra que puedas descansar entonces.

Volvió a mirar a los hologramas, Tony hizo lo mismo y comenzó a modificar las primeras cláusulas durante algunos minutos, pero cuando sintió que la tensión entre ellos se hacía cada vez más notable suspiró y miró fijamente al chico.

Peter tardó unos segundos en mirarlo con curiosidad.

—¿Has tenido tú problemas con el insomnio?

El chico parpadeó.

Tony eliminó sus pensamientos de él comparando las pestañas de Peter con los aleteos de las mariposas.

—Yo... Un poco —aceptó—. Divago mucho en las noches, cuando me doy cuenta ya han pasado horas y no tengo sueño.

—¿Divagas sobre qué?

Peter lució incómodo ante su pregunta.

—Cosas —murmuró.

Tony alzó una ceja pero no insistió más. Sabía que cuando Peter estuviera listo para hablar él mismo tomaría la iniciativa.

—¿Alguna que sea profunda?

El chico asintió.

Entonces, estaba relacionado con sus sentimientos y con su manera de sentirse. Incluso estaba seguro de que era por el asunto de May y Happy saliendo, ellos enrollándose un poco, el hecho de que era —aparentemente— novio de Marina, ser un héroe y otro par de cosas más.

—No soy nadie para decirte que hacer —comenzó—, pero, si mi concejo vale, pienso que deberías desahogar todas tus emociones. Eso ayudara a que te sientas mejor, creeme que lo hará. Va a quitar un peso de tus hombros.

Peter apretó los labios luciendo un poco decepcionado, pero terminó asintiendo.

—Intentaré hacerlo.

Suspiró.

—Supongo que puedes buscarme si lo necesitas, cuando no puedas dormir.

Ninguno dijo nada, pero sabían que no era necesario. El hecho de que ambos se preocuparan por el otro y de que quisieran el bienestar del otro decía lo mucho que se apreciaban. No un aprecio cualquiera, naturalmente. Era un aprecio del que sentías a las personas más cercanas a ti. Aquel aprecio que a veces no te dejaba concentrarte o que te hacía perder la cabeza.

—... Gracias —dijo—, en serio, muchas gracias.

Tony no respondió nada más.

Ambos trabajaron en los Acuerdos durante un par de horas, hasta que decidieron subir a comer algo y a distraerse un poco más.

*

Tony recordaba lo mal que la había pasado los días que Peter no había dormido con él. Internamente, se preguntó a sí mismo si acaso Peter se había sentido igual o si simplemente no le había importado ni siquiera un poco.

Algo en su interior insistía en que Peter si se había sentido mal, al igual que él, y que había sufrido lo mismo, que realmente si lo quería y amaba tanto como él lo hacía, pero también tenía la sensación de que si fuera así, jamás lo habría cambiado por Mariela, ¿verdad?

—¿Estoy molestándote?

Parpadeó, saliendo de su trance.

Eran las cuatro de la madrugada, Peter llevaba alrededor de quince minutos acostado a la par de él porque el insomnio no lo había dejado dormir ni un solo minuto.

—¿Por qué lo preguntas?

Si era sincero consigo mismo, ese día él tampoco había descansado mucho, aún se encontraba nervioso por los Acuerdos y le había dado muchas vueltas a lo que pasaría los próximos días.

—Últimamente, no pareces feliz con mi presencia —susurró—, es como si... te hubiera dejado de importar.

Irónicamente, había sido Peter el primero en ignorarlo y hacer como si no le importara, pero no diría eso en voz alta. Sabía que algunos pensamientos era mejor guardarlos para sí mismo.

—Siempre me vas a importar —confesó—, quizás parezca que no me importas porque he estado muy pensativo con el asunto de los fugitivos.

Peter no lo demostró, pero sabía que se había sentido incómodo.

—Entiendo...

Un pensamiento invadió su mente, pero sonaba demasiado ridículo como para que fuera cierto.

—Entre nosotros, ¿crees que podemos ser sinceros por una vez en la vida?

Peter parpadeó, luego lo miró. El reflejo de la luz de la luna brillaba sobre las facciones de su rostro.

—¿Por qué lo preguntas?

Tony suspiró.

—Sé que a veces no lo hemos sido con el otro y hemos fingido que no nos damos cuenta. Quiero que eso acabe.

La respuesta del chico tardó unos segundos.

—Está bien, supongo que quiero lo mismo.

Tomó un poco de valor para hacer la pregunta que tenía en mente. Él era de los que solían quedarse estancados en el pasado en algunas ocasiones, pero en otras salía adelante y olvidaba lo que debía olvidar. Ahora, estaba a punto de pensar en algo que se había obligado a dejar atrás.

—Quiero saber la razón por la que no quieres que los fugitivos vuelvan —pidió—, la verdadera razón.

Tal como lo pensó, Peter tardó varios minutos en responder. Eso solo confirmaba un poco más sus suposiciones.

—Una vez —Peter comenzó—, te escuché murmurar algo en una pesadilla. Pensé que había sido solo eso, parte de una pesadilla, que no era real. Con los días, me di cuenta de que no era así. Había tenido algunas cosas enfrente de mi y no las había notado. Cuando por fin lo hice, me sentí... No sé, decepcionado y celoso.

—¿Qué dije esa vez?

Tenía una idea de que había sido lo que había dicho, aún entre sueños, pero necesitaba que Peter se lo confirmara.

—Que amabas a Rogers —dijo—. En el momento, no quise pensarlo. Luego recordé tu ruptura con Pepper y como ella te había dejado solo sin ningún motivo con peso suficiente para hacerlo, que yo conociera, y pensé que tal vez si lo había. En esos días comencé a salir un poco más con Michelle y yo... Me dejé llevar por la tristeza. Si amabas a Rogers, eso quería decir que no estabas interesado en nadie más. Eso me rompió de alguna manera.

—No amo a Rogers —aclaró—. Admito que tuve un enamoramiento de él en algún momento, pero todo se acabó cuando él decidió ponerse en mi contra en la Guerra Civil.

Peter asintió.

—Fue estúpido de mi parte ponerme así, lo sé, pero sentí que, de una manera u otra, jamás sería suficiente para llenar el vacío que él había dejado en ti. Una parte de mi creyó que cuando me ofreciste la oportunidad de la Universidad solo querías sacarme de tu vida y eso me volvió un poco loco. Pensé que relacionarme con alguien más me iba a distraer, pero no ayudó mucho el hecho de que Michelle sea parecida a ti.

—Dijiste que le aborrecía.

El chico le dio un asentimiento.

—Lo haces —admitió—, pero no porque lo que tú te imagines. Algunos ideales de ella son distintos a los tuyos y... A ella no le gusta mucho que sea tu pupilo. Creo que se siente un poco celosa de ello. No sé si porque ella quisiera estar en mi lugar o porque se siente celosa de ti.

Tony alzó las cejas.

Bueno, ciertamente, ella tenía razón si se sentía celosa de él, dado que él era increíble e insuperable. También porque tenía a Peter más que ella.

—¿Tú... la amas?

Contuvo el aliento durante algunos segundos, Peter tardó en responder y eso lo puso aún más ansioso de lo que le gustaría admitir. Por Dios, hasta parecía un adolescente.

A veces no entendía lo que el amor lograba hacer en una persona.

—No, no la amo —confesó—. En ningún momento la he amado y no creo llegar a amarla.

La respuesta lo tranquilizó.

—Pensé que lo hacías.

Peter no contestó, un aire de tristeza invadió su rostro, demasiado notable como para no darse cuenta de ello o simplemente ignorarlo.

—Abrázame —Peter pidió—, por favor hazlo.

Tony no dudó en hacerlo.

Era obvio que Peter había recordado o pensado algo que lo había hecho sentir mal y/o triste, sabía que lo necesitaba.

Sus manos se enredaron con lentitud en las caderas y la espalda del chico. Peter apoyó la mejilla sobre su pecho, justo donde su corazón latía, y suspiró con bastante resignación. Él subió una mano para acariciarle el cabello mientras el menor se apegaba aún más a su cuerpo.

La comodidad que sentía estando con Peter era tan grande que a veces lo dejaba sin palabras. No podía explicar, no con exactitud, lo que sentía cuando lo tenía cerca. El mundo alrededor simplemente desaparecía cuando estaban juntos, no le importaba lo cliché que eso sonara, era la pura verdad.

—Duerme —musitó con voz baja y suave—. Lo necesitas.

Peter se fue quedando dormido luego de unos minutos. Sus dedos siguieron acariciando el cabello del chico hasta que estuvo seguro de que este se había dormido.

Solo esperaba que Peter no volviera a desaparecer al día siguiente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro