Luego de aquella fatídica batalla entre su persona y la luna superior número 3 de Kibutsuji Muzan, él a duras penas logró sobrevivir, pues el sol ya estaba saliendo y esto distrajo a ese demonio de su ataque más peligroso, haciendo que solo llegará a rasgar superficialmente su abdomen, pero fuera de eso, él estaba relativamente bien; pese a que perdió un ojo y que su cuerpo difícilmente podrá recuperarse, y que una vez recuperado deberá entrenar desde un inicio cual novato para regresar a su puesto como pilar, el estar vivo ya es algo por lo cual alegrarse. Al estar en la finca mariposa, una semana antes de volver a su hogar, se encontró con una de las niñas pequeñas que la pilar del insecto cuida, las cuales, traía un ramo de flores, blancas y azules

— Rengoku-sama, esto es para usted

Dijo dulcemente la niña mientras le entregaba aquel ramo al todavía pilar de las llamas, quien se vio confundido por tal regalo

— Muchas gracias, pero ¿De parte de quien son?

— No lo sabemos, estaban en la entrada de la finca esta mañana

— Si, y solo traía una nota con su nombre en las flores, pero no sabemos quien las envió o trajo

Mencionaron las niñas confundidas, pero sinceras, algo que también confundió al de cabellos rubios, ya que, si bien podría decirse a sí mismo que son parte de Tanjiro Kamado o del chico rubio, o el chico jabalí, esto sería extraño, pues ellos le visitan y traen detalles así cada mediodía, y no de una forma tan misteriosa como esta

Creyó que esas extrañas flores solo serían una sola ocasión, gran equivocación pues se siguió repitiendo una vez a la semana, el día variaba, pero aún así su hermano menor siempre se encontraba un ramo en las puertas de su hogar cada vez que sale a barrer la entraba, justo como hoy

— Hermano, te llegó... otro ramo

— Gracias, Senjuro

Con una sonrisa acepto de nueva cuenta esas flores, solo mirando que siempre llegan con un trozo de hilo atadas, aunque de alguna manera no pierden su forma siendo un ramo que está muy improvisado

— Senjuro

— Dime, hermano

— De casualidad... ¿No viste a la persona que las dejó afuera?

— No, no la ví... hummm... creo que las deja por la noche y por eso no le llegamos a ver, aunque no tiene sentido ya que los vecinos tampoco me han dicho de eso, no se sabe quien las deja

— Ya veo, es una pena, me gustaría darle las gracias por las flores

— Yo más bien creo que... esa persona está pidiendo tu perdón

Ante el inocente, pero algo intencionado comentario de su hermano menor, le volteó a ver

— ¿Qué te hace pensar eso?

— P-Pues verás, desde que te enviaron las me puse a investigar más sobre ellas y, con ayuda de Shinobu-sama y un libro que perteneció a la ex Pilar de las Flores... descubrimos que tipo de flores te han estando enviando, y lo que significan en “El idioma de las flores”

Ante eso, su sorpresa fue un poco más notoria en su rostro y por inercia miró tales flores antes de volver a hablar

— Y... ¿Qué tipo de flores son? ¿Y qué significan?

— Bueno... las flores blancas se llaman Gerberas, y las azules son Lirios, y... ambas significan exactamente lo mismo; Lo siento mucho...
Es decir... cuando se dan estas flores es para disculparse con la persona a las que se le envían o entregan

Una vez acabada la explicación de su hermano, otra vez volteó a ver el ramo de flores, no pensó que en algún punto alguien... le viniese a pedir perdón ya que debido a su actitud enérgica, gentil y positiva, casi nunca se enoja por nada, por lo que una disculpa de tal simbolismo no tendría sentido realmente

Esa noche, Kyojuro no podía dormir, habían muchas personas y antiguas "discusiones" pasando por su cabeza en ese momento que no le dejaban conciliar el sueño, probablemente esté pensando demás en algo que muy posiblemente ni valor tiene, pero... la curiosidad puede más que la razón

Se sentó sobre su futón y, su vista se dirigió hacia su jardín, en donde se podía ver luz, hoy la luna estaba llena, así que el caminar poco quizás lo relaje

Al caminar por su jardín trasero, mirando la inmensa luna llena enzima suyo, sintió la presencia de alguien... había alguien en la entrada de su hogar, de ser posible iría a toda prisa, pero solo puede correr como la gente "común" de momento, Kocho se esforzó en curar sus cosquillas y órganos lastimados, no puede darse el lujo de lastimarse lo que recién empieza a encajar nuevamente en su lugar. Con cada paso apresurado que daba la presencia se volvía más fuerte, sin embargo, cuál llegó a abrir el portón principal... ya no había nadie afuera, solo ese ramo flores a sus pies, es la primera vez que él es quien lo recoge, y también la primera vez que uno de esos ramos trae una rosa roja en el medio

Miraba el ramo ahora en sus manos, nuevamente siendo rústico y algo sin cuidado en su elaboración, miró hacia el cielo nocturno, con una leve sonrisa comprensiva

— Te perdono

Dijo, sintiéndose que eran palabras que solo la luna fue capaz de oír esa noche