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24

Evimeria. Zona Norte

-Jane...dejame entrar...-susurré,esperando que Jane me hiciese algo de caso.Lo hizo.La puerta se abrió lentamente,y no tardé mucho en entrar y poner de nuevo el pestillo.Jane estaba en las orillas de la cama,llorando de nuevo.-Jane...-murmuré.

-Os he hecho daño...-murmuró,con la voz rota y quebrada.Negué,yendo hacia ella.Retrocedió.-¡N-no me toques!...-dijo asustada.Tragué saliva.

-Jane,no ha pasado nada...-dije,mirándole.

-¡Estáis sangrando,Keith,tu el que más!-dijo la chica,mirándome.Tenia razón,estábamos sangrando,y yo bastante más.Era cierto que mi oído estaba tardando en recobrar la audición:un constante pitido vivía en mi oído.Notaba como estaba taponado por la sangre y demás componentes.  -No puedo seguir así Keith...¡no puedo!- me quedé pensativo. Ella había resultado herida,pero no recordaba ver a Ben y Lydia sangrando.Solo la causante y los entrometidos en la pelea habíamos resultado heridos.

-Jane...-le miré, sentándome yo en las orillas ahora.-Has conseguido algo de control.

-¿Control?¡¿Control?!-dijo mirándome,con sus ojos irritados y cristalizados.-¡Keith, podría haberos hecho perder el conocimiento!

-Jane.-puse mis manos en sus hombros, mirando sus ojos.- Ben y Lydia no están heridos.Estan bien.La presión solo fue hacia nosotros,no hacía todos.-ella miró un punto fijo,sorbiendo por la nariz.-Solo nos has herido a nosotros...y no pasa nada.Mira.-le mostré mi mano,la cual estaba hinchada y de un tono rojizo insano.Ella creó una mueca de desagrado.Yo tan sólo le sonreí,mirándole. -Está todo bien, Jane.Andrea ya está curado.Faltamos nosotros.-mire a la chica,y sin demasiada vergüenza,me quité la camiseta.Ella desvió la mirada. -Hey, sabes que no pasa nada.-dije sonriendo.

-Ya...ya...-murmuró,con un suave rubor chicle en sus mejillas.Una vez me quite la camiseta,le miré.

-Ladea la cabeza.-murmuré.La inclinó a un lado para después colocar mi camiseta en su oído.Vi como fruncia su ceño.-Tranquila...-murmuré.Clavo sus ojos en mi.

-Gracias por quedarte Keith...-murmuró. Negué sonriendo.

-No me agradezcas nada.

Vi como salía Keith de su habitación junto a Jane,quien iba tras él. Keith iba sin camiseta,y no evité quedarme mirando su zona alta.Tenía un buen cuerpo, eso estaba claro.Andrea me miró de reojo,curioso.

-¿Tenéis ahí las curas?...-el moreno nos miró extrañado. -¿Que ocurre?...

-A Benjamin se le caía la baba.-dijo soltando un suave suspiro.Negué.

-¡E-eso no es cierto!...-dije mirando a Keith.El tan sólo se echó a reír.

-Chicos,querría hablar de lo de antes.-dijo,mientras curaba a su amiga,quien se había sentado a su lado,con lo que parecía la camiseta del moreno en la mano.-Esta es Jane...ella ha hecho esto de los oídos.-me miró. -Ben,¿te duelen los oídos o te sangran?...-palpe mi oreja y acto seguido,negué.

-No...estoy bien.

-¿Andrea,te duele mucho?-el pelirrojo negó,alzando sus hombros.

-No es algo que no duela nada ,pero estoy estable.-murmuró.El moreno acabo con la chica,para destapar su oído que cubría con su mano.Solo había sangre y gotas transparentes.Creo que palidecí,porque me maree un poco al ver la sangre.

-No pasa nada,esto es curable.-el sonreía,su compañera no.Una mueca de dolor se pinto en su rostro.Su cara demostraba cansancio y dolor,se notaba que necesitaba descansar. -Mañana iremos a la zona más cercana a la norte.Tenemos que buscar formas de entrar a Evimeria.-dijo,cerrando sus ojos al ladear su cabeza.El choque suave de diversas gotas de sangre contra el suelo hizo que yo cerrase los ojos.Demasiada sangre.

-Hay que ir a un medico...Keith...-murmuré.

-No.-dijo algo más serio.

-¡Pero te estás desangrando!...-murmuré asustado.Negó repetidas veces.

-Estoy bien.Esto no es nada.-dijo,mirándome con uno de sus ojos.La chica terminó, apartándose.

-Estaré en tu cuarto... -Susurró la chica.Keith hizo el afán de decir algo pero pasó de ello. Una vez se fue suspiró.

-¿Por que ha hecho esto?-dijo Andrea,notablemente mareado.

-No lo ha hecho ella por que si.Ella no controla su defecto.-dijo Keith,taponando su oído.

-Pues que lo controle...-murmuró,removiendose.

-No es fácil,Andrea.Tu deberías saberlo.-dijo Keith.

-¿Lo ha intentado acaso?

-¿Crees que no?-Dijo Keith,algo a la defensiva.-Ella estaba asustada,¿nunca has estado asustado?-el moreno apartó su mirada del pelirrojo,quien cerró sus ojos.

-Antes he disparado a ese gilipollas con mi Scintilla. No le ha traspasado,ha sido un roce.Con eso ha bastado para que se fuese.Esa chispa ha sido cosa del control, Keith.

-Andrea,ella...-bufó y negó.Aquella conversación se tornaba repetitiva.-Sabes,no vamos a llegar a ningún lado así.-Dijo levantándose,algo mareado.-¿Sabéis donde esta Lydia?Esto sigue igual,o peor...si quiera la siento,la tengo dormida.-dijo mirando su mano.

-En nuestra habitación.-susurré,algo tímido.Keith asintió y miró a Andrea.

-Esto...se llama control.-dijo,mostrando su brazo.Estaba hinchado y de un tono rojizo nada saludable.Una vez entró,Andrea suspiro,ladeando su cabeza hacia mi.

-Parece un padre...-asentí suavemente, mirando el suelo,sonriendo con vergüenza.-¿Te sueles vestir siempre de chica?.-yo tan sólo mire el suelo,avergonzado.Rojo,no hice otra cosa que negar,frunciendo mi ceño.-Era una broma.-suspiró, mirando al techo de nuevo.-Esta mierda duele...-murmuró.

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Ya era de noche.Keith había sanado su brazo en la tarde gracias a Lydia.Lydia estaba en nuestro cuarto.

-Hoy ha sido todo desagradable...-dijo Lydia,mirándome.-Ayer estabas enfermo y hoy...todos estaban sangrando.-dijo mirando un punto fijo.

-No te preocupes...-dije metiéndome en la cama,sonriendo.Lydia era como la hermana que jamás había tenido,y eso me alegraba.Era como estar en familia.Mire la mesita,fijándome que no teníamos nuestros vasos de agua.-Espera aquí Lydia, ves durmiendo si quieres,voy a ir a por agua.-murmuré sonriendo.Al salir me di cuenta que la luz estaba encendida.En la mesa de la cocina estaba Andrea, apoyado en sus manos,y sus codos apoyados en la mesa.Alzo su mirada.Tenia mala cara.Su oído estaba destapado,y dejaba ver un reguero de sangre y otros líquidos que,de verdad,no quería conocer.

-Ah,eres tu...-murmuró.Volvió a mirar a la mesa.

-¿Que?...tu oído Andrea...-susurré asustado.

-No puedo arreglarlo...y lo he dejado así.

-¿¡Por qué no me has avisado?! -dije asustado y preocupado,yendo hacia él.

-Aww,¿querías que te llamase?...-dijo como realmente pudo,sonriendome de forma estúpida.¿Qué pasa con este tipo?Un día me odia,otro me sonríe.

-¡Andrea,esto es serio! - Fui al baño para coger la caja de las curas.Cogi una silla,y asustado y algo mareado debido la sangre,le limpie aquello.Me fije en su oreja.Llevaba varios pendientes, y eso realmente me gustó en él. Curé aquello con cuidado,mirándole.Una suave mueca de dolor de pintó en su cara.-Ya...queda poco...-susurré. Note que su oreja estaba demasiado caliente,y de forma lenta posé mi mano en su frente.El giró su rostro hacia mi con la misma lentitud.Alli estuvimos varios segundos,intercambiando miradas en el más puro y limpio silencio.Era ensordecedor, como si estuviéramos en el espacio. Vi como el pasaba su mano por mi mejilla,y tras yo tragar saliva y tratar de no ponerme nervioso,baje mi mano de su frente con lentitud.El tan sólo bajo sus ojos a mis labios.Mierda.Aprete mis manos en mis pantalones,notando aquel frío una vez más.Mierda mierda.Acortó la distancia,haciendo que oliese aquel aroma tan agradable y embelesante. Entreabrió sus labios,al igual que yo.Yo también quería aquello,y eso no me gustaba.

-¿Ben, y el agua?...-la voz de Lydia hizo que ambos espabilasemos.Sentí una chispa en mis labios,y si quiera toqué los labios del pelirrojo.Tapé mi boca,mientras,el pelirrojo me miraba,tragando saliva.Si,vi como su nuez subía y bajaba.

-¡V-voy!...-dije alzando suavemente la voz.Me levante,dejando a Andrea allí.Pero el no se dió por vencido.

-Benjamin...-susurró.Mierda,por que mi nombre sonaba mejor desde su boca y con su voz...

-¿Si?...-dije avergonzado,mirándole.

-¿Podrías volver?...-dijo,con el oído tapado.Al destaparlo vi otro hilo de sangre.Asenti,desviando la mirada,tanto por los nervios como por el repudio a la sangre.

-S-si...-cogí los vasos y fuí con Lydia.

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