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No tuve que dar muchas explicaciones.Lydia llego,mi madre le saludo,ella le devolvió el saludo y subimos a mi cuarto.Mi madre observó a mi nueva compañera sorprendida.Su cabello azulado y su fina figura no pasarían desapercibidas por los ojos de una mujer madura y evolucionada.
-¿Es tu novia,Ben?..-dijo mi madre bromista,acariciandome el cabello.Yo le dirigí una mirada algo asesina,pero en el fondo,avergonzada.
-¡M-mama!Ya hemos hablado sobre eso...-dije totalmente avergonzado.Mi madre,con aún la sonrisa en sus labios,asintió.
-Lo se cielo,y no pasa nada.Sabes de sobra que mamá entiende todo.
-Me tratas como un niño pequeño..-dije negando,yendo hacia las escaleras.-¡y eso no es bueno!..-dije ya desde la puerta de mi habitación.Tras negar y peinar parte de mi cabello,entré en mi habitación.La imagen que me esperaba era ya la gota que colmó el vaso. ζωή (Zoí) ,actualmente conocida como Lydia,estaba apoyada en el alféizar de mi ventana.En el alféizar,desde que era pequeño,tenía la costumbre de poner cualquier tipo de flor o planta.Alli estaba Lydia,haciendo volver lentamente a la vida una de mi plantitas mustias.Su dedo rozaba sus hojas,haciendo casi que por arte de magia,reviviera.Sus ojos entrecerrados brillaban más que de costumbre.Al sentir mi presencia,apartó su dedo,y con una sonrisa,me observó.
-¡Benjamin,he revivido una de tus plantas!-yo tan sólo cerré la puerta y entre lentamente.
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-Ly-lydia...¿que eres,exactamente?..-dije más relajado,sentado frente a ella.Alzó sus hombros,haciendo resbalar su cabello por estos.
-No estoy segura..-murmuró,mirando mi colchón.Alzo sus ojos,clavandolos en los míos.-Sangre.
-¿Que?-musite asustado.Comence a palpar mi cara.Ella negó.
-Tus ojos.Son color sangre.Son peculiares.
-No se si habrás visto los tuyos,pero son increíbles.-ladee mi rostro.-Parecen de cristal..-observé a Lydia recorrerme de arriba a abajo con su mirada.
-¿Por que es tu cabello tan blanco?..-murmuró,sin miedo.Trague en seco.Cogi mi mano,apretandola con suavidad.
-No..no estamos seguros..desde los 5 años he tenido el cabello así de blanco.-dije levantando mi mirada y mirándole a los ojos. Lydia me miraba algo curiosa.-Habrás visto que mi madre es morena.Mi padre no está presente pero..dicen que era moreno también.Soy..el bicho raro..-dije rascando mi nuca,avergonzandome."Bicho raro,bicho raro".Me lo habían repetido tantas veces que no sabía si quiere si me afectaba.
-Los bichos raros son los más atractivos al final.¿Por que si no son tan raros?Destacan después de todo.-murmuró,mirando de nuevo las plantas.Recordé aquello.
-Por cierto,eso que has hecho antes..¿que era eso?-la peliazul no me miraba,tan solo sonreía a las plantas.
-Supongo que será un defecto.
-¿De..fecto?Has revivido a mis plantas..
-Si,según como lo mires..es bueno o malo..-la chica relajo sus labios,para después bostezar.Me miro.-Realmente si te pareces a tu madre.Teneis la misma mirada.-aquel comentario me sorprendió.-¿Como tiene tu madre el pelo marrón?
-Creo que se pone tinte.Ella tiene el pelo más claro,y para oscurecerlo se echa tinte.-la chica esbozo una sonrisa enorme.
-¿Puedo?
-¿Quieres..el cabello marrón?..
-Si,por favor.Por favor.-repitió varias veces.
Jamás había pensado estudiar esteticien.Y jamás había pensado robarle a mi madre su tinte.En cuestión de minutos silenciosos,estaba yo tintandole el pelo a Lydia,de forma torpe.Pensandolo fríamente,era una buena idea.Si algún día salía a la calle con ella para devolverle a su hogar,pasaría más desapercibida.¿El resultado final?Una raíces grandes marrones y unas puntas azules,como si de una moderna se tratara. Su expresión al verse en el espejo era lo más dulce que una chica como ella podría haber hecho.
-¿No se irá?
-Aún no.No tiene porque..-murmure mirándola.-Dormiras en mi cama.Creo que es lo más justo.-Cuando la chica se acomodó en el lugar mencionado,suspiro.
-Esto es como el agua..-¿las camas se parecen al agua?¿En que tipo de aguas se ha sumergido ella ?Tal vez estaba creándome muchas paranoias,demasiadas.Sabia que Lydia no era del todo normal.-Muchas gracias por todo Benjamin.-salí de mis pensamientos y sonreí suavemente.
-No es nada.Descansa.
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-"¡Bienvenidos a ευημερία (Evimería),la ciudad donde es aceptado socialmente y económicamente toda persona,donde ser feliz es posible!"..-por primera vez en mucho tiempo,escuché el final del anuncio y no entero.Al sentir aquella voz femenina,me incorpore,rascando mos ojos.Observe mi cama desde el suelo,no había nadie.Asustado,me levanté bruscamente.Alli estaba Lydia,mirando las plantas de mi ventana.Solte un suspiro pesado.Observe mi "cama".Otra vez aquello.Otra vez aquella pesadilla y aquellos rastros de hielo.No entendía nada.Mis manos volvían a estar bastante frias,y por ello,algo más pálidas.
-Anoche estabas asustado.-murmuró Lydia,mirándome. Aquella chica era como si no durmiera.Estaba prácticamente igual.De no ser por su cabello despeinado..
-¿Como asustado?
-Temblabas,no se si era porque hacia bastante frío.
-Pero si yo cerré las ventanas..-murmure,mirando mis manos.
-Tal vez tengas un defecto.Como yo.-murmuró de forma suave,de una forma que jamás podría herirte,aún sabiendo que te decía.
-Lo dudo.Eso es imposible.. -Al oírme decir aquello,mire a la chica.No sabía si era tan imposible como pensaba,tenía delante mía alguien que revivia plantas.-..o no.No lo se..-me estaba agobiando.Todo aquello había nacido por mi manía de ir a aquel sitio tan apartado de la gente,tan solitario.No,ni en broma sería igual que ella.
-¡Chicos,a desayunar!
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Una vez más Evimería era la cabeza de las noticias.Lydia observaba aquello atenta,ladeando su rostro.De no se por su apariencia corporal,pasaría por una niña pequeña.Sus actos y sus dudas ante todo eran de lo más entrañables.Sus consejos aún sin conocerte te animaban aunque fuesen poco.
-"..se avecinan tormentas y lluvias frías para los dos siguientes días.Se avisará de alertas..."-Lydia.Que era exactamente Lydia.¿Porque le había encontrado yo?¿Porque olía tan fuerte aquella vez?¿Porque en aquella zona y no en otro lugar?¿Y si me acababa matando?Sin inmutarme,mi madre estaba intentando guardar uno de los vasos usados y lavados.Mala suerte,este se cayó.El sonido fue estrepitoso,sonido que me consiguió sacar una vez más de mis pensamientos.La imagen que vi era de lo menos agradable.El vaso había caído sobre la mano libre de mi madre.Esta comenzaba a tirar sangre.
-Ben cariño,traeme vendas.-dijo mientras cerraba sus ojos,intentando no ver la sangre.Mis ojos estaban puestos en aquel lugar.Negaba.
-M-mama,t-tu mano..-alce suavemente la mía.Notaba como el corazón comenzaba a botar en mi pecho,como mis manos y piernas me temblaban.Sentia aquel frío tan extraño.Lydia,al ver aquello,se levanto,acercándose a mi madre.Mi madre abrió un ojo,mirándole.
-Cielo no es necesario que..-sentía como sacaba aquellos cristales,haciendo que se mordiera la otra mano de dolor.
-¡L-Lydia para,le harás daño!..-mis ojos amenazaban con llorar y mis manos estaban más frías de lo normal.No paró.Cuando me di cuenta,Lydia había sacado los cristales de su mano.Ahora eran sus dedos los que cubrían su mano.Entrecerrando sus ojos,los cuales brillaban de forma suave,acarició la mano herida de mi madre.Como si de magia se tratará,apartó sus manos,descubriendo la mano limpia y sana de mi madre.Os imaginariais mi cara,pero no la de mi madre.Estaba mirándola,estupefacta.Miro a Lydia.
-Pero..como..-me miro a mi,y con una expresión asustadizo,señaló mis manos.-Ben..tus manos..-las mire.Era yo.Habia sido yo todo aquel tiempo.El frio,el hielo,los temblores.Mis manos comenzaban a desprender lentamente finas virutas de hielo.Negué repetidas veces,asustado.-N-no..n-no puedo ser..yo..- acabe corriendo hacia el baño.El miedo me pasó factura de la forma más desagradable posible.
Estaba lloviendo,el chico del tiempo tenía razón.Me llevó un rato asimilar aquello.Lydia no hacía más que acariciar mis manos,extrañada.
-No noto nada diferente.-murmuró.Sus ojos se clavaron en los míos.-Es un defecto,¿no crees?..-mi madre me miro a mi,frunciendo suavemente su ceño.Yo sonreí como me dejo el miedo.Despues de aquel susto,muy feliz no podía estar.
-No es ningún insulto mamá.Lydia y yo lo llamamos así.Un defecto.-mi madre negó,borrando aquella expresión y sonriendo suavemente.
-Ah,ya.No te preocupes.Esta todo bien.-suspiro con suavidad,con una pequeña mueca en la cara de tristeza.
-Mamá..¿pasa algo?..-mi madre negó,sonriendo de aquella forma que ella sonreía.
-No cielo.Esta bien todo.Os dejo a solas.No te preocupes por lo de las manos,se solucionará.Se que se solucionará..-murmuró,levantándose para ir a la cocina.Yo mire a Lydia,bajando después mi mirada.
-Parezco Elsa en Frozen..-murmure,poniendome unos guantes.Miré a mi amiga,la cual miraba mis manos.
-No te curé..-murmuró.Negue varias veces.
-¡No es tu culpa,Lydia!Tal vez no tenga cura.Es como si tu te rozas una mano.No podrá curarla de tu defecto,¿no es así?..-la chica me miro,para acto seguido intentar aquello.En efecto.Sus manos seguían curando y sanando.-¿Pero porque hielo y no tu mismo defecto?..-murmuré,asustadizo.Lydia me abrazó.Senti un peculiar calor.Era extraño.No lo había dicho antes,pero Lydia es más alta que yo.Si yo rozó el 1.65,ella roza el 1.70.La diferencia es notable.-Gracias..-murmuré.Oi unos toques a la puerta.Me negué a ir.Mi madre me sonrió y fue a abrir la puerta.
Sentí el portazo que pego mi madre tras unos segundos.Lydia y yo dirigimos allí la mirada.
-Ben.Tienes que irte,ahora.Te lo ruego.-la mueca de mi madre se tornó sería.Sus mejillas rosadas ya no existían en su rostro.En su rostro vivía en aquellos segundos el temor y el miedo.
-Mamá..¿que pasa?
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