La luz blanca se filtraba por sus párpados, era demasiado brillante, tanto que no se sentía capaz de abrir los ojos. Un dolor punzante le recorría la cabeza, desde su frente hasta la nuca, intenso como si muchas agujas pequeñas le perforaran el cerebro. Con esfuerzo y obligandose a sí mismo, abrió los ojos solo para cerrarlos de nuevo porque esos pocos segundos bastaron para que su vista se nublara y la habitación girara.

Y después lo escuchó, amortiguado como si estuviera bajo el agua. Un murmullo que parecía tan lejano.

Una voz familiar.

Conocía esa voz desesperada.

— ¡Hoseok! ¡Hobi! ¿Estas despierto? ¿Estas realmente despierto?

Su hermana.

La voz de su hermana.

Jiwoo.

La voz comenzó a ser más y más clara, el gritó pidiendo por una enfermera y después por un doctor fue más claro, resonaba contra sus oídos en una mezcla de desesperación y alegría que le hizo sentir confusión.

¿Por qué su hermana estaba feliz de que despertara?

Volvió  a abrir los ojos.

Su vista aún fue borrosa, pero podía distinguir un entorno blanco. Paredes blancas, suelo blanco y una sabana sobe su cuerpo blanca también.

¿Un hospital? ¿Por qué estaba en un hospital?

— Noona…

Su voz fue un ronco y escalofriante gemido para sus oídos, sentía como si sus cuerdas bucales hubieran estado en desuso por demasiado tiempo. Incluso crear saliva suficiente para tratar fue un trabajo difícil.

— ¿Quieres agua, Hobi?

Asintió a la voz de su hermana, con su mirada aún borrosa. Pero simplemente dejó que Jiwoo guiara la pajilla hasta sus labios.

Bebió calmados sorbos que su garganta adolorida agradeció.

Cuando se sintió más capaz de hablar, volvió a intentarlo.

— ¿Por qué… estoy… aquí? — murmuró con voz apenas audible y aun muy ronca.

Su hermana arrastro una silla más cerca, ahora podía ver las lágrimas en sus mejillas y una sonrisa feliz a pesar de su llanto.

— Hobi, has estado en coma después de tu accidente… por un año.

Un año.

Las palabras resonaron en su mente. Un eco abrumador en su cabeza.

Un año.

¿Cómo era posible?

Forzó a su mente a recordar, pero su memoria era un vacío oscuro.

Pero…

Lo recordaba.

Su rayo de luz. Ese que se asomaba en la oscuridad: una voz suave y un poco ronca que le murmuraba y lo llevaba de paz.

¿Quién era ese hombre…? ¿Dónde estaba ahora?

— Noona, ¿dónde esta… — ¿Quién era? Forzó más a su mente, hasta que esas palabras volvieron a él. “Te esperaré, amor mío, amado mío.” — ¿Dónde está mi novio, noona?

Su hermana se quedó en silencio, su rostro lleno de una expresión que él no pudo descifrar.

¿Por qué la mirada d esa hermana estaba llena de confusión y sorpresa?

¿Qué le había pasado a su novio? ¿Por qué no estaba allí con él?

Otro dolor punzante atravesó su cabeza. Cerró los ojos, la confusión y el dolor se apoderaron de él. Necesitaba respuestas, necesitaba saber qué había pasado. Necesitaba saber dónde estaba su novio, el ser que era la luz en su oscuridad.

Espero que esta historia les guste ♡