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|| Capítulo 17 ||

— ¡OH AMOR! ¿POR QUÉ?! ¿POR QUÉ LO HAS HECHO?!

2:15pm.

Comenzaba la hora de ir a los clubes, el famoso auditorio después de mucho tiempo inactivo, al fin estaba en funcionamiento, los reflectores encendidos, las personas moviéndose de un lado a otro, estudiantes usando algún vestuario, risas, gente leyendo guiones, otros con instrumentos murmurando cosas, sin duda todos estaban mucho más activos a diferencia del primer día.

Como había mencionado el maestro Nick, dividieron las responsabilidades del auditorio en diferentes grupos para mayor productividad y apoyo. Por supuesto, Freddy escogió un grupo que no lo acercara más de lo necesario a un escenario, y ese puesto era ayudar detrás del telón con cargar equipo o ayudar a trasportar material para las escenas de actuación.

Por el momento se sentía más seguro y cómodo de esa manera.

Su compañera Joy no se quedó atrás, se unió con él a dicho grupo dispuesta a hacerle compañía, no le interesaba por el momento la idea de actuar sobre el escenario, y estar con Freddy le era mucho mejor.

Y se lo estaba disfrutando muy bien, no pensaba que hacer algo tan simple como llevar equipo o sostener el telón con Freddy fueran tareas en donde se la pasaría tan bien, el castaño conseguía hacerla reír con cada oportunidad que tuviera. Se atrevería a decir que ellos hacían un buen equipo.

Por otro lado, una de las ventajas que tenían al estar detrás del telón, es la oportunidad de poder ver desde otro ángulo todas las actuaciones, incluso, aún más cerca de lo que puede llegar a ver el resto del público.

Justo lo que ocurría en aquel momento.

—NO ME DEJES RICARDO, ¡POR FAVOR!, SIN TI MORIRÉ, ¡MORIRÉ AMOR MIO!

Freddy sonríe observando la escena, casi parecía caer una pequeña gota en su cabeza al puro estilo anime.

—Guao, ella, ella si sabe cómo volverlo todo muy dramático eh, jeje. —Comenta llevando una mano a su nuca.

Joy imita su sonrisa.

—Sí, quizás, demasiado.

— ¡RICARDO NO!

«¿Acaso están matando a esa chica?» —Suelta un Fred irritado.

—C-chicos, ¿pueden ayudarme con estas cajas? son parte de las vestimentas.

El par volteo ante el llamado de ayuda, era la pobre Lina que estaba con unas cajas, apenas si podía con una.

Freddy no espero en ir a ayudarla.

—Claro, ¿a dónde las dejamos? —Pregunta, tomando la caja de la joven en el proceso.

—Al camerino 3.

—De acuerdo. —Contesta, lanzándole una mirada cómplice a Joy, quien en respuesta toma una caja lista para partir.

—Déjanos las cajas a nosotros Lina, puedes tomarte un descanso y ver la presentación, la escena está en su mejor momento. —Le sonrío Joy.

— ¡RICARDO!

«Por favor, ¿Alguien podría bajarla del escenario?»

Lina devuelve la sonrisa.

—Gracias chicos.

El par le asiente ante el pequeño agradecimiento y salen a su destino. El área de camerinos eran los más transitados en los eventos oficiales, pero en aquella tarde todo se trataba de prácticas, por lo que no era una sorpresa encontrarlos tan poco habitados.

Se detienen al frente de una puerta, Freddy se las arregla para sostener la caja con una de las manos para tener la otra libre y abrir el camerino indicado.

Pequeño y sencillo, le agradaba.

Dejó la caja en un rincón y Joy imitó su gesto.

—Hace mucho que no entraba a un camerino. —Comenta ella mirando el espejo, aprovechando la ocasión para observarse.

Freddy la mira con tranquilidad.

—En el evento nos daban salas más grandes.

—Sí, pero debías compartirlas con tu banda. —Lo mira.

—Así es más divertido.

Ella sonríe.

—Je, tienes razón.

—Recuerdo que una vez los chicos incluso comenzaron a tirarse agua con las pequeñas botellas que dejan en las mesas. —Le cuenta Freddy mientras salen a buscar el resto de las cajas.

—Jaja, yo recuerdo que en el festival Mangle y Toddy comenzaron a tirarse esas botellas con todo y agua, Bon y yo estábamos bajo la mesa observando todo, ahora que lo pienso eso parecía zona de guerra.

Toman más cajas.

—Que locura.

«Locura fue cuando las fans de risitos querían tumbarnos la puerta del camerino»

«Y luego Foxy comenzó a gritar, "¡Chicos me están tomando a mí, ayuda!"»

Ambos comienzan a reír mentalmente, bueno Freddy intentaba contener la risa en voz alta, detalle que Joy notó con apenas una mirada.

—Estoy segura que estas riendo por algo más. —Menciona tranquilamente, dejando la caja junto a las demás.

Freddy reacciona.

—Perdona, recordaba algo, ¿Estas son las ultimas?

—Sí —Dice limpiando sus manos con unos choques entre ellas.

— ¡RICARDO! ¡AMOR!

«Joder tío, incluso desde aquí llegan sus gritos»

—Debemos admitir que Jess tiene una voz muy fuerte. —Opina Joy abriendo una de las caja, le pico un poco la curiosidad ver su contenido.

Freddy por su parte tomo asiento en una de las cajas más grandes, observando a la joven, husmeando un poco entre la caja.

—Se escucha muy claro desde aquí, ¿qué obra están haciendo?

»¿Buscando a Ricardo?, la secuela de Nemo, sólo que más aburrida y dramática«

—Mmm, creo que la obra se llamaba "Amor sin fronteras" —Contestó Joy.

«Suena a telenovela mexicana»

Ahí estaba el Fred que conocía, siempre con algo que decir ante todo, estar consciente de la mejoría en el estado de animo de su alter ego, lo hace sentir una tranquilidad que no pensaba que fuera posible, pero sí, al estar ambas partes en un equilibro emocional más estable, lo hacía sentirse más normal y controlado.

— ¿Tú no piensas participar en una obra? —Soltó ella después de un silencio.

Él la mira.

— ¿Participar en una obra?

—Yo creo que sería muy divertido. —Sonríe, aun husmeando en la caja.

— ¿Me quieres ver gritando "Ricardo" cada dos minutos?

—Jaja, no, no, pero sería divertido verte con alguno de estos trajes. —Sacó un elegante sombrero de color negro— Se parece al que tenía tu traje en el evento de primavera, le hace falta las orejas de oso.

Ella se acerca un poco y le coloca el sombrero, parecía muy bien conservado.

Freddy sonríe.

—No te queda mal. —Alaga Joy acariciando los cabellos castaños con suavidad.

Él no responde, la manera en como ella pasaba un poco su mano por su cabello viéndolo con el curioso accesorio en su cabeza, lo hace perder el sentido.

—RICARDO, ¡POR FAVOR!

Ambos se sobresaltan de la sorpresa, menudo grito, con facilidad los hizo pisar la tierra otra vez.

—No me veras en una obra eso es seguro. —Rió Freddy quitándose el sombrero.

—No pierdes nada con intentarlo. —Anima mientras toma asiento en una caja— Hasta yo me atrevería, solo imagínate que llegue de la nada y diga; ¡Oh Romeo! ¿Dónde estás que no te veo? —Termina llevando una mano a su frente en forma dramática.

Freddy ríe, dos podían jugar ese juego.

¡Oh aquí estoy mi amada Julieta! —Se pone de pie— Te llevare en mi fiel corcel para cabalgar hasta el mañana y vivir felices para siempre. —Extiende su mano.

Joy aguantaba la risa, mientras toma su mano.

Oh mi amado Romeo, ¿A dónde iremos? ¿Qué será de nosotros?

Viviremos con el poder del amor. —La acerca a él.

No, no será posible, mi familia no nos permitirá estar juntos Romeo, no podemos estar juntos. —Se aleja fingiendo dolor, tocando su pecho.

Nuestro amor no seguirá las reglas.

Te mataran Romeo.

No mí Julieta, sabes que yo lucharía hasta el fin sólo por ti.

Ella lo miró, él le sonríe.

Te quiero Julieta.

Joy dejó de hacer su pose dramática y parpadeo un momento desconcertada, aquellas palabras le chocaron con fuerza, la mano en su pecho se vuelve un puño.

¿Qué acaba de escuchar?

Sus latidos se aceleraron, ¿cómo lo sabía?, podía sentirlos golpeando rápidamente en su pecho haciendo contacto directo con su mano.

Sus ojos azules ahora parecían mirar con una ilusión llena de tanta inocencia, era como si aquellas palabras fueran algún tipo de adrenalina que intoxicó todo su ser, que bien se sentía escuchar eso, de hecho, no pensó que se sintiera tan bien escuchar a un Freddy decirle "te quiero", por muy amable y simpático que fuera, no era el tipo de persona que expresa abiertamente que siente, él se guardaba muchas cosas sólo para él.

"Te quiero..."

¡Te quiero!

Su mirada se volvió suplicante.

Como le gustaría escuchar eso otra vez, aunque sea una vez más, solo una más, no importa si era en forma de broma.

Porque él lo dijo en broma, ¿verdad?

¿Cómo podía engañarse así misma con eso?, ¡si la estaba mirando con aquella sonrisa tan simpática!, ¡sus ojos con ese brillo tan amable!

Freddy, eres tan cruel.

Bajó un poco la mirada, era demasiado.

Ella ríe un poco para calmarse, no pensó volverse de la nada un manojo de nervios con unas palabras, pero no se quedaría atrás.

—Yo... yo también te quiero Romeo.

Te quiero Freddy.

Escuchó que él suelta una risa, ella se sonroja, su risa tan alegre, ¿cómo hace para reír sin que sonara a una burla hacia ella?, ¿él notará lo tonta y pequeña que se siente en ese momento?

Freddy toma su mano.

No podía verlo, aún no se atrevía.

—Supongo que esta es la parte en donde el público nos aplaude, ¿verdad? —Él sigue bromeando, quizás para ayudarla a subir la mirada, no tenía por qué sentir vergüenza de sus mejillas rojizas, si se ve tan hermosa.

Ella toma su mano con firmeza.

—Y luego cierran el telón. —Susurro tímida.

No puede verlo.

— ¿Joy?

Él no tenía aquella costumbre, pero aun así, acerco su mano y tocó la mejilla de la joven ligeramente con sus dedos, como si ella fuera algo frágil y valioso, la joven se siente más pequeña a su tacto, la dejo tan vulnerable con las anteriores palabras, que seguían haciendo eco en sus pensamientos, y ahora la llamaba de esa manera tan dulce.

Ya eso era el colmo.

Por primera vez sentía que tendrá un verdadero ataque de nervios.

— ¿S-si? —Apenas llegó a pronunciar.

Aquella mano en su cara se mueve por un lado de su rostro en forma de caricia, llevando su cabello rubio detrás de su oreja en el proceso.

— ¿Ocurre algo?

¿Ocurrir algo?! Por supuesto que no, solamente que sintió como conmovieron su corazón sin saber realmente si las palabras que la cautivaron eran dichas con sinceridad.

Negó rápidamente en silencio.

Freddy no era tonto, claro que notaba que ese gesto no era sincero, la hizo subir la mirada a sus ojos, era la primera vez que notaba con más detalles una Joy tan diferente, una Joy nerviosa, una Joy tímida.

Eso le preocupó

— ¿He dicho algo que no debía?

Te quiero.

Aquello la hizo temblar, no sabía que decir, pero no dejaba de verlo, notaba como su expresión paso a una más atenta y preocupada, le recordaba mucho al Freddy que la animó en la cafetería, tan fiel y amable.

Recordar eso la consuela, Freddy no se burlara de sus mejillas sonrojadas, no la juzgara por sentirse nerviosa, mucho menos se reirá de ella si se atreviera a preguntarle sobre su pequeña espina de duda.

Se armó del valor que le quedaba para responder.

—No has dicho nada malo, tú, quiero decir... aquello que dijiste de... de Julieta, era, era en broma, ¿verdad?

No dejó de verlo en ningún momento, esperando lo peor, siempre esperamos lo peor en esos momentos, ¿por qué? Ni ella lo sabe, pero, sólo tenía claro que Freddy se lo tomara de una manera tranquila, en su mirada notaba cómo meditaba la pregunta, ni una risa, ni un gesto de desaprobación a su pregunta, quizás un poco de sorpresa.

Fuera de todo eso, él se acercó un poco más.

—Bueno, ¿Lo de Romeo lo has dicho en broma?

Amable, se escuchaba tan amable, ¡Freddy basta!

Podía ser sincera, es Freddy, es aquel chico comprensible y tranquilo que conocía desde hace un año, agradecía que aún lo fuera en esos momentos en donde ni ella entendía por qué se sentía tan tonta.

No confiaba en poder responder sin sonar más tímida de lo que ya parecía, negó lentamente, con la esperanza de que él lograra entender que...

"Yo no lo había dicho en broma Freddy"

Cerró los ojos, aún sintiendo la mano del joven en su mejilla.

Siente que toman una de sus manos y la guían hacia un lugar, siente unos latidos, acelerados, fuertes, abre sus ojos, eran los latidos del corazón de Freddy.

—Je, entonces ya conoces mi respuesta. —Le respondió.

Feliz.

Conmovida.

Se siente tan especial ahora.

Toc. Toc.

Con un pequeño sobresalto, ambos voltean.

—Ustedes deberían estar en el auditorio. —Acusa una señora mayor apuntándolos con un lápiz y carpeta en mano, la señora Rosa, una de las encargadas del equipo técnico.

—Nosotros vinimos a dejar algunas cajas. —Explicó Freddy, mientras Joy se aleja unos pasos, para quitar un poco de su cercanía, solamente para evitar problemas.

—Oh, ¿los vestuarios?, de acuerdo. —Tachó algo en la carpeta, quitándole importancia a la escena que acababa de interrumpir— Una cosa jóvenes, se les está avisando a los miembros del club que nos hace falta con carácter de urgencia unas cuerdas o sogas para atar los telones detrás del escenario, ¿Alguno de ustedes tiene en su casa?

—Tengo un rollo. —Menciona nuevamente Freddy— ¿Les sirve?

—Necesitaría verlo.

—Vivo a unos minutos de aquí, puedo ir a buscarlo.

La mayor dudo un momento.

— ¿Ya terminaste tu parte?

—Sí.

—De acuerdo, le avisaré al maestro Nick. —Accede sin darle muchas vueltas al asunto, tenía otras cosas que hacer— Rápido eh. —Declara al final mientras se retira, dejando al par nuevamente solo.

Una Joy más tranquila pero feliz lo mira.

— ¿Crees que le molestará si te acompaño sin su permiso?

La idea hace reír a Freddy.

—Mejor escapar antes de que lo note, y averiguarlo después, ¿verdad?

Ni él sabía cuándo comenzó a ser menos preocupado por las consecuencias a pequeños actos de "rebeldía", sólo tenía claro que se le hacen más divertidos cuando ellos dos eran quienes están involucrados.

Ella sonríe.

—Pues ¿que esperamos?

- - - - ( ♪♫ •New Freddy• ♪♫ ) - - - -

«Te quiero Julieta, ¿tanto te costaba decir su nombre?»

»Ahg, sólo cállate«

Que frío era el aire aquella tarde, tan nublada y apagada, sin duda el pronóstico del tiempo había acertado, la temporada de lluvia estaba por iniciar, el cielo gris amenazaba en cualquier momento liberar una tormenta bestial, pero los dos jóvenes caminaban por las calles ignorando esos hechos, protegidos por sus propios abrigos del aire helado que les movía el cabello en formas irregulares.

—Que día tan apagado. —Suelta Freddy entre pasos.

Su compañera sólo cerró los ojos disfrutando de la frescura del aire pasar por su rostro.

—A mí me agrada.

— ¿En serio?

—Cada día tiene su encanto, no importa el clima. —Explica, abriendo sus ojos, apreciando las grandes nubes que ya habían tomado todo el cielo, con aquel gris apagado que parecía succionar la alegría del mundo y solamente dejar frió y una apagada oscuridad— Bueno, al menos así lo veo yo.

Logré encontrar ese encanto. —Dice una voz más coqueta a su lado.

Ella lo mira. Sólo conoce a una persona capaz de mirarla con un aire tan fanfarrón y le provocara ese extraño revoloteo de felicidad.

—No seas... jeje, ¡tonto! —Le da un codazo.

Tenía que decirlo, lo siento. —Se escusa riendo, con gesto de falsa inocencia.

Joy se cruza de brazos, mientras continua riendo.

—Siempre soltando todo lo que piensas Fred.

Una mala costumbre que yo tengo, supongo. —Se sube de hombros.

Cruzaron la primera cuadra, casi no pasaban autos, comenzaron a caer pequeñas gotas de agua, tan pequeñas y delgadas que casi no mojaban con gravedad, el silencio entre ellos no era incomodo sino seguro y tranquilo, había paz y sólo se sentía aún mejor con aquella compañía en especial, el sonido de sus pasos despreocupados de la lluvia eran todo lo que necesitaban escuchar.

Pero eso también pone a Joy a pensar tanto. Aún estaba algo preocupada por lo que sea que Freddy hubiera pasado para mostrarse tan angustiado en el parque aquella vez, ¿el fin de semana había sido suficiente tiempo para que él estuviera mejor?

Fred esta mejor, se ve mejor. —Pensó un momento.

¿Debía confiar en las apariencias?

Freddy, Freddy me sonrió tantas veces en teatro.

¿Debería intentar ver más allá de lo que demostraba?

Quizás...

¿Pasa algo?

Ella reacciona, se dejó llevar por sus dudas, que casi olvidaba que tenía al causante de todo a su lado, lo observó, él no dejaba de ver el camino, con un aire despreocupado, tan característico en Fred, al menos, al Fred animado y coqueto que ella conocía.

Se armó de valor, sus intenciones eran buenas, él debería saberlo, bueno, eso quiere pensar.

—Necesito a Freddy. —Murmura.

Él la miró.

—Sólo quiero preguntarle algo, ¿puedo tenerlo un momento otra vez? —Pidió, no sabía si tenía sentido lo que estaba pidiendo, además de no tener muy claro como expresarlo sin que sonara tan extraño.

Pero, por supuesto él sí que entendía.

Le asiente en silencio, sin mostrarse sorprendido, o molesto, siguió conservando su aire sereno, cerrando sus ojos unos segundos.

Suelta un suspiro lentamente, lo que sea que pase, sabía que era algo que sólo Freddy es capaz de entender.

Él abre los ojos, enfocando su mirada en sus pasos lentos.

— ¿Freddy?

— ¿Sí? —Murmura una voz diferente.

Sí, ese es Freddy.

—Quiero que seas sincero, ¿de acuerdo?

Él asiente.

— ¿Te has sentido mejor?

Silencio.

La miro.

—No tienes por qué preocuparte.

—Por favor. —Insiste sin subir el tono, de hecho parecía apagarse, no quería ser entrometida, tan sólo quería saber que él está mejor. —Hoy, hoy te veo mejor, a él, a ti, pero, estaré mucho más segura si tú mismo me lo dices. —Intentó explicar.

Fred no le había mentido, cuándo tenías muchas tareas en el colegio te mantenían la mente ocupada de los problemas, era la excusa perfecta para encerrarse en su cuarto sin médicos, sin su madre, sin nada.

Volver a la escuela, con sus amigos, con su rutina, le estaba ayudando mucho, todo lo ocurrido fue un mal rato que podrá superar, por eso le sonrió, con toda su sinceridad.

—Sí, estoy mejor.

Había alivio en sus ojos azules, y aquella sonrisa bastó para calmar tantas preocupaciones innecesarias, creadas por las dudas y nervios.

—Mejor será moverse, está lloviendo más fuerte.

Él comentario del chico acertaba, las pequeñas gotas crecían, la fuerza con las que caían también, los dos jóvenes usaban sus mochilas en un intento de protegerse de la lluvia, apresurando sus pasos, suena un trueno, se escucha la lluvia caer en el pavimento con más gotas que antes. Que olor tan curioso tenían las calles al estar mojadas.

Ambos paran bajo la parada de bus, la lluvia había tomado fuerza.

—Y nosotros sin ningún paraguas. —Ríe Freddy mirando la escena.

—Supongo que la suerte no está de nuestro lado.

Freddy la miró, la lluvia ya había hecho de la suyas, ambos ya estaban algo mojados, al menos por sus hombros y parte del cabello, pero nada que unos cuantos minutos sin lluvia no sequen.

—Mi casa ya está cerca, pero podemos esperar que se calme un poco la lluvia.

Ella sonrió desafiante.

— ¿Te da miedo mojarte?

—Yo lo decía por ti, no querrás arruinarte el peinado, ¿verdad señorita? —Le regresa la sonrisa.

—La señorita será el último en llegar a la puerta de tu casa.

—Espera... ¿Qué?

Joy comenzó a correr.

— ¡Tramposa! —Grita corriendo detrás de ella.

Los pequeños charcos mojaban sus zapatos, y sus pisadas salpicaban agua alrededor, ella ríe, ignorando el frió, la humedad en sus pies y brazos, hasta las gotas chocando en su rostro, se sentía como una niña pequeña otra vez.

Divisó la casa del chico, acelerando su paso, escuchaba las pisadas de Freddy muy cerca, cruzó la calle sin problemas, mirando a los lados un momento, al estar dispuesta a llegar a la entrada baja la velocidad, apenas coloca un pie en el escalón de esta, se resbala por la humedad.

Ni siquiera tuvo tiempo de soltar algún gritico de la sorpresa, unos brazos la rodean por detrás antes de cualquier caía, dejándola ilesa.

—Eso estuvo cerca, eso te manda por andar de carrera.

Ella sube la mirada por encima de su hombro para observar a su joven salvador.

—De todas maneras he ganado yo. —Acusó ella con una sonrisa, a la vez que jadeaba por la carrera.

Él devuelve la sonrisa. Ambos parecían olvidar que se seguían mojando.

El chico la incorpora, y suben con más cautela los escalones de la entrada, por fin, llegando a su destino.

La entrada estaba techada, por lo que Freddy pudo tomarse su tiempo en sacar las llaves de la mochila, mientras recuperaban el aliento.

—Hace tanto que no corría de la lluvia. —Ríe ella entre jadeos.

—Igual nos mojamos.

Se miraron, en efecto, los cabellos de Freddy estaban mojados y se pegaban a su frente y cuello con extrañas formas, su mochila empapada, sus tenis eran un desastre al igual que su chaqueta, que no pudo proteger a su camisa blanca de ser mojada por las frías gotas de lluvia, sin embargo, no sentía frió, más bien calor por el esfuerzo físico. Aun así el gélido aire no tardaría en cambiar eso.

El cabello esponjoso de Joy había perdido su forma, tenía mechones mojados, y otras partes que la lluvia no alcanzaron a mojar del todo estaban secas, su pelo era un divertido caos, que para muchas chicas seria excusa para formar un drama innecesario.

Pero por alguna razón verse entre ellos de esa manera, se les hacía divertido.

Freddy abre la puerta, dejando que Joy pasara primero, el castaño apenas entrar se quitó sus zapatos para evitar lo mejor posible un desastre y problemas con su madre, cerró la puerta y tiró su mochila al suelo.

—Iré por unas toallas. —Le menciona mientras se quita su chaqueta húmeda y se pierde en una habitación.

Joy se quedó observando el hogar, tan sencillo y ordenado, no era su primera visita, pero le gustaba admirar un momento lo acogedor que se sentía la casa de Freddy.

Dejó su mochila al lado, quitándose aquella chaqueta de negro que el castaño le había obsequiado la semana anterior, ahora era su favorita, es una lástima que en ese momento estuviera empapada.

La colgó en el perchero de madera, y se quitó los zapatos, de igual manera quería evitar hacer un desastre con sus zapatos mojados por el resto de la casa, dejándolos junto a los tenis mojados de Freddy.

Escuchó al chico volver, con una toalla en mano y otra colgando en su hombro.

—Gracias. —Menciona ella tomando la toalla— ¿Y tu madre?

—Sigue en el trabajo. —Responde mientras comienza a secar su cuello— Debe llegar más tarde.

—Espero que no se moleste por mojarle la entrada.

—Je, ya me encargare de eso.

Ambos terminan de secar lo que podían, el resto era ropa mojada y no había mucho que se pudiera hacer para solucionar eso.

Freddy pasaba la toalla por sus brazos, se detiene un momento al notar que ella no dejaba de observarlo.

— ¿Pasa algo?

Qué curioso, era la primera vez que ella se detenía a notar lo bien que se veía Freddy con el cabello mojado.

Ella niega lentamente, sonriendo como una tonta.

—No es nada, ¡ven aquí!

Coloca su toalla en la cabeza de Freddy, y jaló para acercarlo más, él dió unos pasos a ella y se detiene observando, Joy comienza a mover la toalla con la intención de ayudarlo a secar su cabello.

Él sonríe ante los suaves pero firmes movimientos sobre su cabello, imitando la acción de la joven, colando la toalla en el alborotado cabello rubio de Joy, ella cierra los ojos en el proceso, riendo como una niña.

Ambos continúan un momento, solamente acompañados del sonido de la lluvia caer y los truenos retumbando por cada minuto de silencio entre ellos.

Los cabellos de la joven, ahora estaban más despeinados, tal imagen en ella era nueva, y le agrada, ella estaban tan concentrada en secar sus cabellos que no notaba como el chico la evaluaba con detalle, sus mejillas, sus ojos, esa pequeña sonrisa infantil en su cara.

No era el único observando.

«Hermosa, eh»

«¿U-uh?»

—Listo. —Joy lo libera de su toalla admirando el resultado.

Un Freddy despeinado.

Él tocó su pelo ligeramente húmedo, sonriendo satisfecho.

—Nada mal. —Felicitó.

—No fue nada.

Joy entrega la toalla, Freddy con un gesto la invita a pasar a la sala, donde ella toma asiento en el suave sofá, era como sentarse en una esponjosa nube de algodón, amaba ese sofá.

—Bueno... —Comenzó Freddy— Buscaré el rollo de cuerda, supongo que nos tocara esperar hasta que se calme la lluvia —Enciende la T.v— ¿Quieres algo?

—Pues, ya que lo mencionas, se me antoja una gran taza de chocolate caliente. —Confiesa mientras ríe nerviosa, en serio quería una.

Freddy le extiende el control remoto.

—A la orden. —Accedió— Espérame aquí.

Ella sonríe tomando el control.

—Aquí te espero.

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Ξ❰ NewFreddy ❱Ξ

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