|| Capítulo 16 ||
—Y de repente llegó de la nada, ¡Y SE LO COMIÓ! —Gritó Chica.
La joven Mai escuchaba con curiosidad.
—Uuuy, eso suena horrible... ¡Me encanta!
Lunes, 8:25am.
—Sin duda, te recomiendo ver esa película, pero tienes que tener en cuenta que sólo los más valientes se atreven.
—Oh sí, sí, es muy buena, lástima que te tuviste que ir porque te desmayaste.
¿Escuchan algo romperse?, quizás fue el orgullo de Chica.
—Ahg, ¿Por qué siempre apareces cuando nadie te llama?! ¡Cállate bocosas!
Mai sonríe.
—Uhh sí que es una película peculiar.
—Jeje sí. —Rió Freddy nervioso, mirando la escena.
«Yo aún le sigo buscando el terror a esa película, era solamente sangre y tripas volando por todos lados»
—Bueno linda, tu pedido ya está terminado. —Dijo Puppet llegando a la sala de costura con algo en sus manos.
Chica reacciona, soltando al pobre Bonnie en el proceso.
— ¿De verdad?, oh, en serio muchas gracias por la ayuda chicas, no hubiera terminado tan pronto de no ser por ustedes. —Agradece la joven con emoción, realmente fue tan rápido su cambio de personalidad que podría hacerle competencia a Freddy.
Puppet sonríe, mientras extiende la prenda a las manos de Chica.
—No fue nada, tu chico quedara complacido con el resultado.
— ¿M-mí chico?, no, no, él, bueno, ehh, jeje ¡Qué cosas estas diciendo!, ¡N-no sé de qué hablas!
—Ohh su rostro se está poniendo rojo, parece mágico. —Dice Mai tocando con un dedo la mejilla de Chica.
—Tal vez le está dando fiebre. —Agrega Bonnie.
Freddy decidió ayudar a su sonrojada amiga.
—Bueno, debemos irnos ya, Chica tiene un regalo que entregar y nosotros un desayuno que comer. —Menciona tomando los hombros de Chica, sonriendo tranquilamente.
—Salúdanos al resto de nuestra parte, díganles que nos dejen tener a Chica más seguido por aquí. —Pide Puppet cruzando los brazos.
—Jeje, sí lo haré.
Puppet vuelve a ver a Chica.
—Ya nos contaras todo lo que paso en el club de costura, eh. —Agrega con un guiño.
—Hehe, sí, otra vez, gracias chicas, las veo después.
- - - - ( ♪♫ •New Freddy• ♪♫ ) - - - -
El pequeño grupo de amigos se había despedido de las estrafalarias hermanas y con ello partían camino a la cafetería.
— ¿Crees que le gustará? —Suelta Chica de la nada, mirando el uniforme deportivo cuidadosamente doblado en sus manos.
Freddy la miró.
— ¿A Golden? —Sonríe— Por supuesto, le encantará.
— ¿Y si no utilice las medidas correctas?, por el apuro pudo haber pasado.
—Jamás te equivocas con las medidas Chica.
— ¿Y si no le gusta el color?
— ¿Dorado con negro?, no creo que sea un problema para Golden.
— ¿Y qué tal si...?
—Chica.
—Ok, ok, tienes razón, me estoy preocupando demasiado, no sé por qué estoy tan nerviosa.
Freddy la mira compresivo, no era la primera vez que a su amiga le daba esos ataques de nervios, era muy perfeccionista cuándo de diseñar ropa se trataba.
—Es que... —Comenzó ella— Él se está esforzando mucho, quiero que se sienta apoyado.
—Confía en mí, Golden se alegrará mucho.
—Siempre se alegra cuándo te ve. —Apoya Bonnie.
—B-bueno, sólo espero haber hecho un buen trabajo.
Llegaron a la cafetería.
—Pues vamos a buscarlo. —Anima Freddy.
- - - - ( ♪♫ •New Freddy• ♪♫ ) - - - -
—No ha dejado de murmurar cosas raras, ya parece un lunático. —Suspira Mangle en derrota.
— ¿Crees que estén bien? Desdé que salimos del cine se encuentran así. —Miró preocupada Joy a los dos chicos sentados delante de ella.
—Pues...
—Sangre, sangre por todos lados —Murmura Foxy paranoico sin haber tocado su comida en ningún momento.
Y no era el único, Golden estaba a su lado con las mismas expresiones.
—P-por todos lados —Con las pintas que tenían, ambos parecían dos locos sacados del mismo manicomio.
Era clara la respuesta.
—No, no están bien.
—Chicos, sólo fue una película, nada de eso pasó en realidad. —Llamó la joven, intentado nuevamente, en integrar a los chicos en una conversación.
Ambos suben la mirada, observando a Joy con unas notables ojeras, el trauma puro estaba escrito en sus rostros.
—Ehh —La pobre Joy no sabía que mencionarles ahora, la mirada de ambos la dejo sin comentarios, decidió callar y ponerse a terminar su propio desayuno.
—Ahí esta Toddy.
Joy casi se atraganta con su sándwich.
—Supongo que Bon no desayunara con nosotras hoy. —Siguió diciendo Mangle.
Joy levantó la vista, en efecto, ahí se encontraba Toddy caminando por la cafetería con Bon siguiéndole el paso con ambas bandejas, y jugando con su suerte de no caer al suelo con ellas.
Volvió a ver su desayuno, un rápido recuerdo la ataco en ese momento.
Era un viernes, después de salir sola de teatro.
...
— ¿Qué acaso eres lenta? Creo haberte dejado muy en claro que no me interesa hablar contigo, hazme un favor y...
—Lo siento.
Toddy calló, la miró desconcertada por un momento.
— ¿Qué?
—Solamente vine a disculparme, jamás he tenido la intensión de hacerte daño, y sé que con decirlo no será suficiente, pero estoy dispuesta a intentar hacer las paces contigo otra vez, sigues siendo mi amiga Toddy, te sigo considerando una amiga.
—Crees que yo voy...
—Tan sólo pido que lo pienses, tomate el tiempo que necesites, puedes buscarme, podemos hablar como antes, ¿lo recuerdas?
—...
—Era eso, no te molestare más, lo prometo.
...
Hasta el momento ella no se ha acercado a hablarle, pero Joy seguía manteniendo esperanzas, Toddy sólo necesitaba más tiempo.
—Ahg, no soporto más ver sus caras de paranoicos, iré por una soda. —Declara Mangle levantándose de su puesto— ¿Quieres algo?
Joy niega con un gesto.
—Bueno, ya vuelvo, te los encargo. —Dice señalando con la mirada al par de chicos.
—De acuerdo.
Su amiga se pierde entre los estudiantes, ella nuevamente vuelve a ver a la mesa donde se encontraban Toddy y Bon, sonrió un momento, agradecía que aún tuviera a Bon a su lado y que éste jamás la deja de lado por muy diva que Toddy fuera.
Terminó su desayuno.
Cuándo estaba a punto de tomar de su jugo, vio a un escurridizo chico llegar detrás del par, sonrió al ver de quien se trataba.
Contó mentalmente.
1...
2...
3.
— ¡Hola chicos!
— ¡AHH! —Se sobresaltan Foxy y Golden a la vez, mientras dejan ir un gran grito un tanto afeminado, miraron a Bonnie con los ojos abiertos del miedo y respirando agitados, cómo siempre, aquel chico tan raro podía ser la causa del mayor susto de tu vida— ¡BONNIE!
— ¿Acaso siguen asustado por la película? —Les comenta con curiosidad.
— ¿What? C-claro que no, pff que tontería.
—Sí, ¿quién se asustaría con eso?
—Al parecer ustedes.
— ¡No es cierto! —Grita el par.
— ¿Cómo estás Bonnie? —Saludó Joy.
—Oh, hola Joy, Freddy te estaba buscando.
Eso le dio un revoloteo en el pecho, ¿alegría?, ¿curiosidad?, quizás era todo junto al mismo tiempo.
— ¡HOLO! —Saltó Chica con su mejor humor.
Por supuesto, no recibió el mismo entusiasmo, al menos no del traumatizado par.
— ¿Y estos dos que les pico ahora?
—Sólo están algo pensativos por la película. —Explica Joy desde su puesto.
—Vamos chicos, ni dio tanto miedo. —Reclama Chica.
Golden y Foxy se miran un momento, era claro esos dos no aceptarían que estaban realmente traumatizados por la película.
—Bueno, dejando eso de lado, ¿puedo hablar contigo Golden?
El nombrado la mira de inmediato.
—U-uh, sí, sí, dime.
Chica escondía algo detrás de ella, desvió la vista de Golden para continuar.
—Veras, logré, pues, ya sabes, yo... ahg, espero que te guste. —Extiende lo escondido en su espalda.
Golden observó con sorpresa la prenda, se levantó de su asiento para poder apreciarla mejor, notaba la mirada de Chica enfocada en cada una de sus acciones.
Toma la camisa con cuidado, como si tuviera miedo de arrugarla con su tacto, la prenda tenía su nombre, un gran 10 grabado en la parte de atrás en un bordado de color dorado, mientras el resto de la camisa era negra, sencilla pero perfecta.
Sonrió.
—Chica...
—Bueno, no sabía que colores hubieras preferido, así que, adivine un poco y, digo, pues... —Sus palabras tropezaban una con otras, Golden no la dejó terminar, la abrazo sin pensar.
— ¡Es perfecto! ¡Muchas gracias!
— ¿E-en serio te gusta? —Dice desconcertada entre sus brazos.
Él la toma de hombros, la sonrisa que brillaba en su rostro era única.
—Me encanta, me impresiona lo rápido que lograste terminarlo.
—Tuve un poco de ayuda. —Confiesa sonriendo— Me alegra que te gustara.
Foxy miraba la cálida escena en silencio, desvió la mirada, no tenía por qué observarlos, no era su problema después de todo ¿no?
— ¡Foxy!
Ella se sentó a su lado.
—No me he olvidado de ti.
La miró un momento sin entender.
Notó como ella comienza a buscar algo en su mochila, sacando una prenda de color rojo.
—Lo termine ayer, es un delantal, los hice para nosotros en el club de cocina. —Sonríe.
Foxy enfoca su vista en el delantal, luego en las manos de ella, alguno de sus dedos estaban vendados.
—Pero, ¿Qué te ha pasado en las manos? —Su voz sonó más preocupada de lo que quería desmostar en realidad.
—Ah, eso... —Intenta esconder sus manos en la prenda, nadie había notado ese daño en sus manos en todo el día, no sabía que Foxy podía ser más observador— Bueno, digamos que con las prisas me pinche unas cuantas veces los dedos sin querer, jeje, que torpe, ¿no?
—Todo, ¿sólo para poder terminar las prendas a tiempo?
—Pues se trataba de algo para ti, y lo aceptaras, ¡no estoy dispuesta a recibir un no como respuesta! —Reclamó, mientras extiende más el delantal.
Algo en Foxy se revuelve, tomaría el delantal como ella quería, pero, sin que él pudiera detenerse, terminó tomando con cuidado una de las heridas manos de Chica.
Verlas en tal estado lo enojaba, pero no podía enfadarse con ella, lo cual le hace sentirse frustrado, y para colmo conmovido por el detalle, claro, sin aceptarlo en voz alta, ese remolino de emociones lo confundía.
¿Cómo ella consigue causarle tantas reacciones a la vez?
— ¿Fox? —Llamó la joven confundida, al notar que Foxy no dejaba de sostener su mano, ni apartar la vista de esta.
Él reacciona, la suelta de inmediato y volvió a incorporarse a su puesto, guardando el delantal en su mochila sin siquiera darle una mirada.
—Gracias. —Fue todo lo que dijo, no quería arriesgarse a desmostar algo más.
«Esto ya me parece aburrido, ¡Cambio!»
Un Freddy no muy lejos de la escena, cerró los ojos con fuerza.
— ¿De quién es esa bandeja? —Pregunta Bonnie tomando asiento.
—Es de Mangle, estaba desayunando con nosotros pero fue por una soda. —Responde Joy tranquilamente.
En eso sintió a alguien detrás de ella, le toman de sus hombros y la joven por reflejo mira las manos subiendo su mirada hasta el dueño de ellas, encontrándose con Freddy. O mejor dicho en ese momento, Fred.
Esa expresión picara la conoce con claridad.
—Buenos días, tonto. —Saludó ella.
—Buenos días, tonta. —Contesta mientras baja hasta quedar a la altura del hombro de Joy, con sus manos ahora sobre la mesa a cada lado de la joven —Estoy aquí por qué usted prometió ayudarme con los apuntes en la biblioteca.
Ella ya sabía que él estaba mintiendo, tan sólo buscaba una excusa para sacarla de la cafetería, sin embargo, aceptó seguirle el juego.
—De acuerdo, vamos a la biblioteca, nos vemos después chicos. —Se despide tomando su mochila y la bandeja con resto del desayuno.
Chica y Bonnie son los únicos en responder a la despedida, Golden seguía admirando el gran trabajo de Chica con una sonrisa, y Foxy no dejaba de ver su comida con unas mejillas rojizas.
Fred tomó la bandeja de la joven y comenzaron a caminar.
— ¿Esto debería contar como uno más de tus famosos secuestros? —Preguntó ella a los minutos, colocándose la mochila.
El ríe.
—No cuenta como secuestro si aceptaste venir al seguirme la corriente.
Fred retira los restos de comida en el bote de basura, dejando la bandeja sobre este. Con sus manos ahora libres, lleva un brazo al cuello de la joven, acercándola a su lado.
—Me pregunto por qué últimamente te encuentro tan helada. —Menciona en voz baja al sentir nuevamente la piel fría y suave de la joven, y con disimulo oler su cabello, adoraba su dulce aroma.
Ella se acerca más, casi acurrucándose a su lado.
—Yo soy la que se pregunta cómo haces para mantenerte siempre tan cálido.
—A veces ni yo entiendo cómo funciona este cuerpo. —Y lo decía en serio, al menos la situación le favorecía al notar que ella apreciaba el cálido calor que le brindaba estar a su lado.
—Je bueno, ¿a dónde me llevaras hoy? —Pregunta al momento en que dejan la cafetería atrás y caminaban por el pasillo, conociendo a Fred, está segura que no será realmente la biblioteca.
—Hoy será una sorpresa.
— ¿Sorpresa?
Él la deja libre de su agarre y se coloca detrás de ella, sacando una venda de su bolsillo.
—Sorpresa. —Confirmó.
Ella se cruza de brazos, ya le comenzó a hacer falta el calor que le brindaba el castaño.
— ¿La venda es necesario?
—Quizás lo sea. —Ríe divertido, colocando la venda en el proceso.
— ¿Saldremos del colegio?
—Hoy estás haciendo muchas preguntas linda. —Susurra detrás de ella, tomando sus hombros para animarla a caminar— Confía en mí.
Los susurros del castaño chocaban en su cuello, le causaba un cosquilleo que le eriza la piel. Se rindió y comienza a caminar, dudaba un poco a cada paso, realmente no veía nada.
—Al menos dame pistas. —Dice entre sus pasos.
—Es aquí en el colegio.
—De acuerdo, ¿hemos estado ahí antes?
Por alguna razón la pregunta le dió algo de risa a Fred.
—Pues, técnicamente, conmigo no.
— ¡Dame otra pista!
—Gira a la izquierda. —Dice ignorando su pedido, mientras la gira hacia la dirección indicada, pero ella aún insistiría.
—Vamos Freddy~ otra pista.
El chico parpadea un momento, ¿dónde había escuchado eso antes?, oh cierto, él siempre lo dice.
—Ya tonta, gira a la derecha.
Ella se deja guiar, caminado con más seguridad, sabía que el castaño no dejaría que le ocurriera algo.
—En éste momento puedes llamarme Fred. —Le recuerda, ya no le importaba esconder algo.
—Corrijo entonces, vamos Fred~ dame otra pista.
Eso lo hace reír, le era nuevo escuchar aquella frase tan icónica en él desde esa perspectiva.
—Jeje detente aquí.
Ella detiene el paso.
Escucho el chirrido de una puerta abrirse, estaba segura que no era una puerta de madera, sintió como él toma su mano, tan cálida como el resto de su cuerpo, ella la estrecha con firmeza.
—Sígueme.
—Recuerda que no puedo ver nada, tonto.
—Que desconfianza, sigue mi voz.
Se dejó guiar por el agarre de sus manos, escucho la puerta cerrar detrás de ella, todo el ruido de la escuela parecía haber desaparecido y el aire se sentía más fresco.
Él suelta su mano.
—Fred.
—Vas bien, sigue adelante.
Ella extiende ambas manos al aire, en un intento de poder tocar al chico de alguna manera, pero no estaba a su alcance.
— ¿Dónde estás?
—No tienes idea de lo graciosa que te vez ahora. —Menciona divertido.
—Me quitare la venda. —Le apuntó, sin saber realmente si le estaba apuntando.
—Eh, eh, nada de hacer trampa, ya estas cerca.
Ella accedió a unos pasos más, tocando el pecho del castaño.
—Aquí hay unos escalones. —Le dice tomando sus brazos para ayudarla—Cuatro exactamente.
—De acuerdo.
Bajo un escalón, dudando, luego otro con sumo cuidado, el tercero fue con más confianza, paso el último como si pudiera observarlo.
—Muy bien. —Felicitó él en un murmuro.
—Je esto ya me parece divertido.
Sintió que él toma sus dos manos.
—Te falta poco.
Se dejó guiar, mientras intentaba adivinar dónde se encontraba, el suelo era suave, no hacia ruido de ningún paso que daba, en cambio sus voces parecían hacer un pequeño eco, sin duda debe ser un lugar muy amplio, por el hecho de caminar sin tener que esquivar nada.
—Has llegado.
Ella sonríe.
—De acuerdo, ¿y cuál es mi recompensa?
— ¿Esperabas una recompensa?
Él se escuchaba tan cerca.
—Pues teniendo en cuenta que fui yo la que se arriesgó por andar caminando por los pasillos con los ojos vendados, creo que sí.
—Que dramática, no iba a pasarte nada, estabas conmigo.
—Bueno, supongo que ya puedo quitarme esto. —Dice subiendo sus manos, dispuesta a quitar la venda, sin embargo, es detenida por el chico.
—Espera. —Susurró.
Dejó que él alejara sus manos de la venda, sin entender que ocurría, siente caricias en una de sus mejillas.
— ¿Aún no te he dicho lo hermosa que te ves hoy?
Ella niega lentamente.
— ¿No? Que gran descuido de mi parte.
Lo sentía más cerca.
—Fred.
Ya él tenía claro que amaba escuchar cuando ella menciona su nombre, sonríe, juntando sus frentes como ya parecían tener costumbre, tomando ligeramente el mentón de la chica con uno de sus dedos, observándola con atención, sus mejillas rojizas, la venda en sus ojos, mechones de su cabello en su rostro, sonriente y tierna.
La joven sube las manos hasta el pecho del chico, no contaba con la suerte de poder ver aquella sonrisa descarada, ni aquellos ojos ansiosos, incluso el pequeño rojizo en el rostro del castaño.
Eso le hubiera confirmado aún más, que una parte de Freddy estaba mucho mejor que la última vez, que Fred ahora estaba actuando como el Fred que ella conocía.
Siempre se las arreglaba para salirse con la suya para tenerla en situaciones tan vulnerables.
—Sabes... me alegra escucharte mucho mejor. —Confiesa con un tono tranquilo.
—Cuándo tienes tarea hasta morir, es fácil distraerse de los problemas.
Al menos, eso fue lo que aprendió al ver a Freddy tan ocupado copiando y estudiando el resto del fin de semana.
Ella se acercó unos insignificantes pasos más y lo abrazó, no lo había hecho en toda la mañana, y no iba a ser esta la primera en donde no lo haría, el ríe ligeramente, correspondiendo instantáneamente, justo como ella le había enseñado. Ya era capaz decir que aprendió a dar y recibir abrazos, pero por alguna razón, ella es la única a quien se los daba y de quien recibía.
Pero eso no le molestaba, con eso era feliz.
— ¿Ya puedo quitarme la venda? —Murmuró ella a los minutos, sin soltarlo.
—Demonios, me distraes tan fácil. —Se queja en voz baja— Aún no puedes, espera aquí —Besó su frente, hasta él admitía que había sido un gesto demasiado tierno viniendo de su parte, pero por alguna razón quiso hacerlo.
Él la suelta y se comienza a alejar, ella ya extrañaba su cercanía.
Se quedó quieta esperando.
—Vale, ya puedes.
Lo escuchaba un poco más lejos, subió sus manos, desamarrando el pequeño nudo, por fin sus ojos tienen acceso a observar el lugar, se sintió un poco tonta al no haberse dado cuenta antes en donde estaban.
— ¿El auditorio?, ¿en serio?
Lo miró, él estaba sobre el escenario, sonriendo.
—Sin preguntas, usted sólo tome asiento.
Ella obedece, sentándose en primera fila dejando su mochila a un lado.
—Bien, señorita y señor mochila...
Ella ríe.
—Bienvenidos al primer show improvisado de la mañana, con ustedes la mejor voz de la colegio y posiblemente del mundo, Fred Fazbear.
Joy da pequeños aplausos.
—Gracias, gracias, ni yo lo hubiera dicho mejor, bueno, en realidad sí lo hice.
—Jeje, algo me dice que sólo quieres tener una excusa para cantar. —Sonríe alzando una ceja.
—En realidad, sólo quería tener una excusa para cantarte algo.
De acuerdo, ese comentario le llegó de sorpresa, pero, le gusto.
— ¿Que deseas escuchar? —Preguntó ansioso— Puedo con lo que sea. —Se señala cerrando los ojos en tono confiando.
Ella medito un momento la pregunta, la mañana nublada de hoy hace que una canción le venga a la mente, en lo personal una de sus favoritas hasta el momento, y sabía que él la conocía.
Me pregunto cómo la cantara él.
—Luz celestial.
Fred abre unos de sus ojos.
—Interesante elección. —Sonríe— Pues esa será.
Ella juntó sus manos ansiosa por escuchar, el joven camina un poco y dejó su canto salir.
♪♫ Mirando desde aquí, cuantas parejas vi, enamorados, pasear ♪♫
♪♫ Y había un halo entorno a ellos, era una luz tan celestial~ ♪♫
Joy sonríe complacida, se estaba volviendo un poco adicta a su canto, puede calmarte cuándo se propone a hacerlo, eso le gustaba.
♪♫ Sabía bien que no, no sentiría yo, no es para mí, no debo amar ♪♫
♪♫ En esta cara no puede haber, ni un poco de luz celestial♪♫
Fred se queda viéndola, parecía que la canción estaba tomando un aire más personal, como si quisiera usarla para dejarle un pequeño mensaje.
♪♫ Y de repente un ángel me sonrío, sin miedo en la mejilla me besó ♪♫
♪♫ Y sueño que quizás, le importo un poco más, cantan mis campanas hoy, brillantes de luz celestial ♪♫
Apaga su voz en tono suave, observando atentamente a su única audiencia.
—Guao.
Esa expresión en ella, sube aún más el ego en Fred. Quien sonríe satisfecho haciendo una pequeña reverencia.
¡RIIING!
El timbre resuena por todo lo alto, deben volver a clase.
—Parece que tu show improvisado debe terminar.
Fred baja de un salto como si nada, caminando hacia su única admiradora.
—Es una pena, porque te guarde la mejor canción para el final. —Dice tomando sus manos jalándola hacía él.
Ella choca en su pecho, mirándolo con sorpresa.
— ¿Cual canción?
Fred ríe y la hace girar.
—Oh, quiero decirte al oído, tantas cosas preciosas, que estoy sintiendo por ti~ ♪♫
—No puede ser... ¿esa?, ¡Fred!
No la escucha, toma una de sus manos, y con la otra su cintura, con la clara intención de hacerla bailar
—♪♫ Que te quiero, que te adoro, eres la mujer que he soñado, que me haces muy feliz~ ♪♫
Ella ríe.
—♪♫Eres la razón, de mi existir♪♫
La hace girar otra vez.
—♪♫Amor por favor, nunca me faltes, que tú eres todo para mi~ ♪♫
Un paso delante, un paso atrás, Joy reía escondida un poco en el cuello del castaño.
—Por favor Fred, basta jaja.
Él la abraza con pertenencia, riendo con ella.
—No te hagas la difícil, bien sabes que te ha gustado.
—Una de tus mejores interpretaciones, sin duda. —Lo mira.
Algo en él se sentía tan bien, complacido de hacerla reír, de verla, de tenerla en sus brazos.
—Gracias por la sorpresa.
—Ahora vez porque debes dejarme secuestrarte más seguido. —Sonríe complacido.
—Pensé que esta vez no contaba como secuestro.
—Me gusta pensar que te secuestro, sólo para mí. —Se acerca.
—Debemos irnos a clases Fred. —Murmura al ver sus intenciones.
—Al menos podría... —Parecía decirlo casi como una súplica, pero dispuesto a acercarse más a su objetivo.
Ella toma sus mejillas, deteniendo sus acciones, que tortura poder permitirle estar tan cerca, pero no dejarlo pasar del límite.
En ella se pinta una sonrisa, parecía observarlo con tanta atención.
Le gustaba lo que veía, tener sus mejillas rojizas en sus manos, ver su cabello castaño algo despeinado rozando en la punta de sus dedos, por muy coqueto que Fred actuara, no podía quitar jamás aquella apariencia tan amigable.
—Te ves muy tierno sonrojado.
El comentario le tomó desprevenido, parpadeando un poco, con el sonrojo aumentado en su cara, ella ladea la cabeza mirando con curiosidad, sonriendo, parece gustarle cómo reacciono ante sus palabras, acarició su mejilla, un pulgar se queda rozando un poco los labios del chico.
Él parecía temblar en sus manos.
Lo terminó por acerca a sus labios. Él abre más sus ojos de la sorpresa, más aún al sentirla tener la iniciativa, no se parecía en nada a la última vez, esta vez había un poco más de confianza, sus labios rozando los de él de una manera lenta y a la vez firme, pero no por ello dejaba de sentirse tan nuevo y curioso, le agradaba, tan sólo le hubiera gustado que fuera más largo, ella se había alejado tan pronto como se acercó.
—Debo irme. —Murmura, sin soltar sus mejillas— Al menos tu maestra de matemáticas no le importará que le llegues unos minutos tarde siendo su alumno favorito.
—Eres cruel.
Ella ríe a lo bajo.
—Te veo en teatro.
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Ξ❰ NewFreddy ❱Ξ
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