
𝟐𝟖| 𝐓𝐡𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐫𝐨𝐧𝐭𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐚
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ㅤㅤㅤ் Narra Zero '
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Me encontraba en mi habitación, arreglandome y preparado mi arma para hacer mi rondín, pero nada más salir de la habitación y dirigirme a la salida, me percató que Ichuru y Yuuki estudiando para los exámenes finales, también estaba ayudándolos Kaien, quien nada más verme me saludo animado y sabía que me entregaría la responsabilidad de ayudarlos a estudiar.
— Oh, Kiryuu-kun, llegaste a tiempo. -Lo observó-
— ... -Me aserco a ellos y noto las miradas de Ichuru y Yuuki sobre mi-
— Por favor, ayuda a Yuuki e Ichuru a estudiar. -Se sintió apenado- el examen es mañana, pero ellos aún no consiguen entender el tema.
Yuuki e Ichuru se sentían avergonzados y solo mantuvieron su mirada atenta en Zero con suplica para que el mayor pudiera enseñarles y no los dejará de lado.
— Seguro. -Responde y suspira al ver la cara de cachorro de ambos-
— Entonces te lo dejaré a ti. Me voy de patrullaje nocturno en lugar de ustedes. -Sonrio y se estaba por marchar cuando se detuvo y lo observó- Hey... Kiryuu-kun, ¿Viniste por qué tienes algún asunto conmigo?
— No, no realmente. -Dice tranquilamente Zero-
— Ya veo. -Sonrio y se marchó-
— Gracias por ayudarnos Zero nii-sama. -Sonrio alegre Ichuru-
— Es verdad, gracias. -Sonrio alegremente-
Sonrió un poco y me siento, comenzando con las lecciones y resolviendo sus dudas, notando su entusiasmo por aprender, algo muy extrañó viniendo de Yuuki que parecía esmerada.
Después de impartir un par de lecciones y consultar sus dudas, se marcharon a dormir porque mañana debían madrugar para asistir al exámen y decidí aprovechar mi tiempo libre en marcharme para buscar a Maria, ya que sabía que se trata de esa mujer y podía sentirlo muy dentro mío.
Salgo de la residencia y voy a paso rapido hacia donde podía percibir a Maria, sabía que estaba esperándome y solo era cuestión de tiempo para encontrarla y acabar con su vida.
[En otro lado. . .]
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ㅤㅤㅤ் Narra Kaname '
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Desde el primer día, sospeché que Maria no era quien parecía ser. Mis instintos no me habían fallado, y sus acciones finalmente la delataron. Sabía que Hiō Shizuka estaba detrás de esto, manipulando el cuerpo de Maria.
Le mandé a llamar a mi oficina, y ella apareció escoltada por su sirviente guardaespaldas. Sus movimientos, su actitud, todo en ella gritaba desafío. La tensión en la habitación era palpable, cada segundo cargado con una anticipación sombría.
— Hiō Shizuka. -Pronuncié su nombre con un tono glacial, dejando claro que no había espacio para juegos- Sabía que vendrías.
Ella mantuvo una actitud tranquila, pero sus ojos brillaban con un desdén peligroso.
— Kaname Kuran. -Respondió, su voz cargada de veneno- Siempre tan predecible.
— ¿Qué es lo que realmente buscas aquí? -Mi pregunta fue directa, mi mirada perforante-
Ella sonrió con una mueca que apenas disimulaba su burla.
— Mis intenciones no son de tu incumbencia. -Dijo con una voz suave pero cargada de una amenaza implícita-
Mis puños se apretaron bajo la mesa, manteniendo la calma a duras penas.
— No voy a permitir que tus planes pongan en peligro a los que amo. -Mi tono era una mezcla de advertencia y desafío-
— ¿Tu amada Chieko? -Su tono era provocativo, buscando desestabilizarme-
— No mencionarás su nombre con esa boca. -Gruñí, cada palabra era un filo cortante- Ya has causado suficiente daño.
Ella simplemente se encogió de hombros, su desdén evidente en cada movimiento.
— Tal vez deberías preocuparte menos por mí y más por lo que no sabes. -Con esas palabras, se dio la vuelta para marcharse, pero no sin antes mirarme de reojo, su sonrisa burlona aún en sus labios-
Cada paso que daba resonaba en mi mente como un recordatorio de la amenaza que representaba.
— ¿Por qué, Chieko? -Pensé con frustración- ¿Por qué salvarías a una mujer como Hiō Shizuka?
Kaname se quedó solo en su oficina, su mente era un torbellino de pensamientos y emociones. Aunque su rostro no lo mostraba, la sonrisa de Hiō Shizuka lo había molestado más de lo que quería admitir.
[En otro lado. . .]
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ㅤㅤㅤ் Narradora '
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Nada más salir de la oficina de Kaname, Chieko se detuvo por un momento en el pasillo, tratando de calmar sus pensamientos. Sentía una extraña inquietud en el aire, algo que no podía ignorar. Recordó lo que había leído en el manga: esa noche se llevaría a cabo el enfrentamiento entre Zero y Maria. Sus planes dependían de su intervención en esa pelea, de lo contrario, todo se vendría abajo. Con el corazón latiendo con fuerza, Chieko decidió seguir a María y a su sirviente, manteniéndose a una distancia prudente.
Deslizándose entre las sombras y evitando miradas curiosas, Chieko avanzó por los oscuros pasillos del edificio antiguo. Aquel lugar, que una vez había sido el hogar de la clase nocturna, estaba lleno de recuerdos y silencios cargados de historias. Las viejas paredes parecían susurrar secretos olvidados mientras ella avanzaba con cautela.
Cuando llegó al salón principal, Chieko evaluó rápidamente la situación. Desde su escondite detrás de una puerta entreabierta, podía ver a Maria avanzar con elegancia hacia el centro del salón, su figura destacando en la penumbra. Decidió permanecer oculta, observando sin ser vista.
El sirviente de Maria se ocultaba en las sombras, sus ojos brillando con una intensidad inquietante mientras vigilaba cada movimiento. Chieko intentaba mantener la calma, su respiración era entrecortada. Sabía que Zero se acercaba, su presencia inminente aumentando la tensión en el aire.
Desde su posición, Chieko observaba la serenidad calculada de Maria, una calma que contrastaba con su propia agitación. Con cada segundo que pasaba, la atmósfera se llenaba de una expectativa electrizante. Chieko, preparada para intervenir en cualquier momento, mantenía la mirada fija en la escena, lista para actuar.
El aire en el antiguo edificio estaba impregnado de una tensión palpable mientras Chieko permanecía oculta detrás de la puerta. De repente, el sonido de pasos resonó en el pasillo, cada vez más cerca y más definidos. Era Zero.
Zero avanzaba con determinación, su figura se recortaba contra la penumbra del pasillo. Su mirada helada y penetrante estaba fija en el objetivo: María. Al llegar al umbral de la puerta del salón, se detuvo por un instante, observando la escena frente a él. María, en el centro del salón, mantenía una postura tranquila y desafiante.
Sin apartar la mirada de ella, Zero entró al salón con paso lento pero firme. Cada uno de sus movimientos estaba cargado de una decisión inquebrantable. Sus ojos, fríos como el hielo, no mostraban ninguna emoción mientras se acercaba a María. Podía sentir la presencia del sirviente de María en las sombras, pero su atención estaba completamente concentrada en la mujer ante él.
El silencio en el salón era abrumador, solo interrumpido por el eco de los pasos de Zero. Chieko observaba desde su escondite, consciente de la intensidad del momento.
— Es cierto, puedes sentirme. -Dijo Maria con seriedad- Porque compartimos un vínculo de sangre. Eso llena el vacío en tu mente ahora...
Zero se acercó a María, sujetando su cabeza. Sacó su arma y la apuntó directamente al corazón, lo que provocó una sonrisa en Shizuka.
— Finalmente... has venido a matarme -Dijo María suavemente- Castígame por mis pecados... Zero, si puedes, aprieta el gatillo.
Zero intentó disparar, pero su cuerpo, paralizado y tembloroso, se lo impidió. Sorprendido por no poder realizar una acción tan sencilla, Chieko, desde su escondite, sabía que esto sucedería por ser el sirviente de Shizuka.
— ¿Por qué estás tan sorprendido? ¿Es porque no puedes disparar? -Se burló Maria-
Ella se acercó al rostro de Zero, y él, irritado por su proximidad, se alejó con disgusto, mirándola con odio.
— ¡No me toques! -Escupió furioso Zero-
— Pobre niño, te diré la verdad... No puedes matarme -Dijo María con seriedad, acariciando su mejilla- No puedes matar a tu amo, quien te dio la vida como vampiro... Has caído tan bajo que ahora eres un sirviente.
Zero la empujó con fuerza y, manteniendo cierta distancia, volvió a apuntarle con su arma. Chieko, desde su escondite, observaba atentamente y decidió invocar las cadenas por si debía detener la pelea inminente.
— Eres el primer niño que no se rindió... Buen niño, estoy contenta de haberte elegido. -Sonrió María con diversión- No importa cómo luzca, aún puedes reconocerme. Eres bueno, Zero. Te quité tu vida como humano, pero aún...
— Es cierto, nunca lo olvidaré... Hiō Shizuka -Dijo Zero fríamente, mirando a María con seriedad- Ese día, tu rostro estaba bañado en sangre...
— Este cuerpo no es mío, así que no quiero que te pongas demasiado violento.
Justo en ese momento, el sirviente enmascarado de Shizuka apareció y estaba a punto de lanzar una espada. Unas cadenas detuvieron tanto a Maria como al sirviente, evitando que algo peligroso ocurriera. Las cadenas apretaron con fuerza, haciendo que el enmascarado soltara el arma y se quejara de dolor.
— Creo que ha sido suficiente. -Dijo Chieko, mirando fríamente a Maria-
— ¿Eh? -Se quejó Maria por la presión de las cadenas- ¿Cómo es posible que seas tan fuerte cuando puedo percibir que eres débil? -Continuó quejándose-
— Tks... -Chieko sintió un dolor de cabeza y las cadenas comenzaron a aflojarse- Como prefecta, mi deber es detener los conflictos en la Academia. -Dijo seriamente, observando a Maria-
— ¿Acaso no escuchaste todo? -Maria notó la debilidad de Chieko y sonrió burlonamente-
— No sé a lo que te refieres, Maria-san. -Suspiró Chieko- Pero no deberías andar causando problemas cuando te estás integrando recientemente.
Chieko aflojó las cadenas y las apartó del sirviente de Maria junto a ella, dejandolos librados, mientras la castaña recogía la katana para confiscarla.
— Confiscare esto por si acaso. -Explique con tranquilidad- No importa que su sirviente sea su guardaespaldas, están en una academia y no puede andar con una katana de aquí para alla.
Después de que Chieko retiró las cadenas y confiscó la katana, Maria adoptó una expresión de inocencia, como si no comprendiera el alboroto que había causado. Con una voz suave y aparentando remordimiento, se disculpó:
— Lamento mucho haber causado problemas. No era mi intención.
Sus palabras sonaban sinceras, aunque Chieko podía percibir el tono sutil de burla en su voz. Maria se inclinó ligeramente en señal de respeto, antes de girarse con elegancia y comenzar a caminar hacia la salida. Su sirviente la siguió de cerca, sus ojos aún brillando con una intensidad inquietante.
El sonido de sus pasos resonaba en el antiguo edificio mientras se alejaban, dejando a Chieko con la sensación de que este enfrentamiento era solo el preludio de algo mucho más grande.
Chieko giró su atención hacia Zero, quien aún estaba tenso tras el enfrentamiento. Con preocupación y suavidad en su voz, Chieko lo tomó del brazo.
— Zero, ¿Estás bien? -Le preguntó con genuina preocupación- No puedes seguir poniéndote en peligro de esta manera.
Zero miró a Chieko, sus ojos suavizándose al ver la preocupación en su rostro.
— Chieko... -Murmuró, bajando la mirada- Lo siento, no quería preocuparte.
Chieko lo sostuvo con más firmeza, pero su tono seguía siendo preocupado.
— No se trata solo de mí, Zero. Todos nos preocupamos por ti. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras te arriesgas de esta forma. Ahora vamos, te llevaré de vuelta a la residencia de Kaien.
Zero asintió ligeramente, permitiendo que Chieko lo guiara fuera del edificio. Mientras caminaban por el oscuro camino, la castaña comenzó a hablarle sobre sus planes.
— Hay algo que necesito contarte sobre la conversación que tuve con Kaname. -Dijo Chieko, mirándolo de reojo para asegurarse de que la escuchaba- Estuvimos hablando de la nueva ingresante, Maria... o debería decir, Shizuka Hiō.
Zero frunció el ceño, prestando más atención.
— Tememos que Shizuka esté tramando algo. He elaborado un plan para detenerla sin necesidad de matarla. -Continuó Chieko.
— ¿Un plan? -Preguntó Zero, algo intrigado.
— Sí, Hanako y Katashi me entregaron un libro antigüo de conjuros en la biblioteca de los Kiryuu, es herencia familiar y me fue confiada a mi para protegerla. Dentro contiene hechizos poderosos que pueden someter a un vampiro de sangre pura y revertirlo a un estado infantil, borrando todos sus recuerdos. -Explicó Chieko-
Zero parecía sorprendido por esta información, pero no interrumpió.
— No quiero verme obligada a usarlo, pero si Shizuka representa una amenaza real para ti, Yuuki o cualquier otro, no tendré otra opción. -Dijo Chieko con seriedad—. Kaname no está del todo de acuerdo con este plan, pero está dispuesto a ayudarme.
Finalmente, llegaron a la residencia de Kaien. Chieko se detuvo y soltó un suspiro antes de girarse hacia Zero.
— Por favor, Zero, no vuelvas a actuar tan impulsivamente. -Le pidió- Todos estamos en esto juntos y no quiero perder a nadie más.
Zero miró a Chieko, sus ojos reflejando una mezcla de emociones.
— Lo siento, Chieko. No quería que te preocuparas. -Murmuró, su tono más suave- Haré lo que pueda para ser más cuidadoso.
Chieko le dedicó una sonrisa y lo abrazó, sintiendo cómo Zero correspondía al gesto, aunque fuera por un breve momento.
— Cuídate, Zero. -Le susurró al oído antes de separarse- Nos vemos mañana.
Después de despedirse de Zero, Chieko se dirigió a las habitaciones Luna. Al entrar, encontró a Kaname esperando por ella, su rostro reflejaba una preocupación palpable. Sin dudarlo, él la abrazó con fuerza, transmitiéndole un poco de su calma.
— Estaba preocupado por ti, Chieko. -Dijo Kaname, soltándola suavemente pero manteniéndose cerca- ¿Estás bien?
Chieko asintió, agradeciendo el gesto de su medio hermano.
— Estoy bien, Kaname. Solo que las cosas se están complicando más de lo que esperaba.
Kaname suspiró, su expresión seria.
— Lo sé. Todo esto con Shizuka y Maria... No me gusta la dirección en la que van las cosas. ¿Cómo estuvo la situación con Zero?
— Fue tensa, como esperaba. Zero está decidido a enfrentarse a María, pero logré convencerlo de que no actúe impulsivamente. Le expliqué nuestro plan. -Respondió Chieko, mirándolo a los ojos-
Kaname frunció el ceño levemente.
— Chieko, sabes que no estoy del todo de acuerdo con ese plan. Convertir a Shizuka en un bebé y borrar sus recuerdos... Es extremo.
— Lo sé, Kaname. Pero no veo otra opción si queremos evitar más derramamiento de sangre. No quiero matarla, y esto podría darle una segunda oportunidad de vivir una vida diferente. -Explicó Chieko con determinación-
Kaname la miró con una mezcla de admiración y preocupación.
— Entiendo tu punto, y aunque no me guste, te apoyaré en esto. No quiero que te pongas en peligro, y si este es el camino que has elegido, estaré contigo.
Chieko sonrió suavemente, sintiendo el respaldo de su hermano.
— Gracias, Kaname. Sé que no es fácil para ti, y te agradezco que estés a mi lado.
— Siempre estaré a tu lado, Chieko. No importa lo que pase. -Respondió Kaname, acariciando su cabello- Ahora, descansa un poco. Mañana será un día largo y necesitamos estar preparados.
Chieko asintió, sintiendo una mezcla de alivio y responsabilidad. Se despidió de Kaname con un abrazo y se dirigió a su habitación que ya se había terminado de preparar, consciente de que los próximos días serían decisivos para todos.
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