ㅤ
ㅤ
ㅤ
ㅤㅤㅤ────────
ㅤㅤㅤ் Narradora '
ㅤㅤㅤ︶︶︶︶︶︶
ㅤㅤㅤ┆      .     *          ┌
ㅤㅤㅤ┆           +     °      📜       
ㅤㅤㅤ┆          .   •              ┘
ㅤㅤㅤ┆                ⋅  
ㅤㅤㅤ✿ ೋ

Al caer la tarde, Yuuki llegó de nuevo a la residencia de la academia. Se dejó caer en un cómodo sillón situado en la sala de estar, donde se sentía a la vez fatigada y sumida en profundas reflexiones. Su mente, atormentada por recuerdos y dudas sobre su pasado, le causaba una sensación de peso emocional que le resultaba difícil de soportar. Después de un tiempo de indagar en esos pensamientos que la atormentaban, tomó la decisión de cerrar los ojos y descansar un poco. En cuestión de minutos, el cansancio acumulado la envolvió, y pronto se quedó dormida, buscando alivio en el refugio del sueño.

Comienzo de flashback. . .

Apenas cerró los ojos y se entregó al sueño, sintió que una voz interior comenzaba a resonar en su mente, como si alguien estuviera intentado comunicarse con ella desde lo más profundo de su ser. Esta voz, sutil pero clara, parecía fluir de su subconsciente, trayendo consigo un mensaje que la invitaba a prestar atención.

— ¿Vas a traicionarlo? ¿Cubrirás tus ojos con miedo? ¿Vas a esconderlo todo? -Preguntó la voz interna en su cabeza-

— Yo… Yo soy… -Trató de defenderse Yuuki, tocándose la cabeza-

— Miedo… -La voz infantil de Yuuki se escuchó- Los terribles vampiros van a comerme…

— Tu inocencia es una maldad para convertir tus ojos en la verdad. No hagas esa estupidez -Habló la voz-

— Miedo… Miedo… -Repitió la voz infantil-

De la nada, Yuuki viajó a sus recuerdos del pasado, donde comenzó su primer recuerdo en la residencia de Kaien Cross, quien fue su progenitor después de haber presenciado un ataque de un vampiro.

— Comprendo. -Suspiró Kaien- Aceptaré a esta niña. -Miró a Haruka- Me encargaré de cuidarla por el agradecimiento que le tengo a tu familia.

— Gracias por hacerme este favor, Kaien. -Suspiró Haruka-

La niña, con una expresión de desconcierto, movió el budín suavemente, como si intentara entender qué era lo que tenía ante sí. Luego, con un gesto tímido, se acercó y lo tocó con la punta de su dedo, como si estuviera explorando un nuevo objeto. Esta acción sorprendió a Kaien, quien observó la escena con atención y comenzó a darse cuenta de la confusión que la pequeña emanaba en ese momento.

— Parece no entender que el budín es algo que se come, ¿O sí?

— Sí, parece que todos sus recuerdos se han perdido. -Contestó Kaname, que estaba confundido, ya que sentía que le habían arrebatado algo preciado- Lo saboreas con una cuchara. -Sostuvo la cuchara y se la acercó a la boca a la menor.

— … -Lo observó en silencio, sorprendida al notar sus colmillos-

— La verdad no puede ser cambiada. -Dijo la voz interna-

— ¿Cuál es el problema? Abre tu boca. -Parecía confundido Kaname-

La joven se aproximó a Kaname con cautela y, sin pensarlo dos veces, extendió sus dedos para acariciar los colmillos del mayor. Sin embargo, en cuanto sus manos hicieron contacto con esos afilados dientes, una oleada de terror la invadió, recordándole de inmediato el escalofriante ataque del nivel E. Asustada, dejó caer el cuenco en el que sostenía el budín, que se derramó por el suelo, y dio un paso atrás con un visible temblor de miedo en su cuerpo.

— Kaname, será mejor que nos vayamos. -Habló con tristeza Haruka- No perturbemos más a esta niña.

— Sí, padre. -Sonrió apenado- Nos vemos.

— Cuídense, porque el consejo estará encima de ustedes para asegurarse del bienestar de tu último descendiente, Kaname. -Dijo con pena Kaien-

— Gracias por tu ayuda, Kaien. -Suspiró-

Kaname y Haruka se despidieron el uno del otro con una sonrisa. Luego, comenzaron a alejarse, cada uno tomando la misma dirección.

[Una semana más tarde. . .]

Yuuki estaba tratando de adaptarse a su nueva vida, pero le costaba demasiado. Seguía pensando en Kaname y Haruka, las primeras personas en preocuparse por ella y ponerla bajo el cuidado de una persona tan dulce como Kaien Cross.

— Esa persona me dijo esto: “Las mujeres son princesas por naturaleza” -Dijo Kaien- Es por eso que, de aquí en adelante, estaba pensando en llamarte “La bondadosa princesa Yuuki”. ¿Está bien, no? -La miró mientras trataba de mantener estable la fogata que había prendido y se quedó observándola- ¿Te interesa lo que hay afuera?

La pequeña solo permaneció en silencio, mirando hacia afuera.

— No hay problema, mientras estés aquí, no hay necesidad de estar asustada, ¿Sí? -Kaien sonrió con calidez, tratando de tranquilizarla-

Yuuki finalmente rompió el silencio, aunque su voz era apenas un susurro.

— ¿Por qué me llamas princesa?

Kaien se rió suavemente.

— Porque creo que eres especial, Yuuki. Eres fuerte y valiente, incluso si no lo sientes ahora. Y las princesas siempre encuentran su camino, no importa cuán oscuro sea el bosque.

Yuuki bajó la mirada, jugando nerviosamente con sus dedos.

— Pero… ¿Y si no puedo ser fuerte?

Kaien se acercó y le puso una mano en el hombro.

— No tienes que ser fuerte todo el tiempo. Está bien sentir miedo y tristeza. Lo importante es que no estás sola. Estoy aquí para ayudarte.

Yuuki levantó la vista, encontrando consuelo en los ojos amables de Kaien.

— Gracias, Kaien. Intentaré ser fuerte.

Kaien asintió, satisfecho.

— Eso es todo lo que puedo pedir. Ahora, ¿quieres ayudarme a mantener la fogata? Es una buena manera de mantenernos calientes y ocupados.

Yuuki asintió tímidamente y se acercó a la fogata, sintiendo por primera vez en mucho tiempo una chispa de esperanza.

[Unos días más tarde. . .]

Kaien decidió contactar con Haruka y Kaname para informarles sobre el estado de Yuuki, ya que la pequeña había permanecido en silencio desde su partida.

— He decidido venir con Kaname porque nos informaste que tuviste ese problema, ¿No? -Preguntó Haruka-

— Me preocupa que no se esté adaptando bien. -Dijo Kaname, visiblemente preocupado-

— Así es… -Respondió Kaien, asintiendo-

La pequeña Yuuki se asomó a la puerta, curiosa por la conversación, pero se estaba vistiendo y cerró la puerta rápidamente cuando Kaien insistió en que ambos la vieran. Al acercarse y abrir la puerta, se encontraron a Yuuki cubierta con ropa que trataba de ponerse por sí sola.

— Parece que está intentando vestirse sola. -Comentó Haruka, con una sonrisa tierna-

— Es adorable. -Añadió Kaname, riendo suavemente- Pero parece que necesita un poco de ayuda.

Yuuki, al ver las sonrisas de Haruka y Kaname, se sintió más segura. Decidió acercarse a ellos, sosteniendo la chaqueta de ambos y sonriéndoles alegremente.

— Haruka… Kaname… -Dijo Yuuki, con una voz tímida pero feliz-

Haruka se agachó para estar a su altura y le acarició suavemente la cabeza.

— Hola, Yuuki. ¿Cómo te sientes?

— Mejor… ahora que están aquí. -Respondió Yuuki, con una pequeña sonrisa-

Kaname se acercó y le ofreció su mano.

— Siempre estaremos aquí para ti, Yuuki. No estás sola.

Yuuki tomó la mano de Kaname y asintió, sintiendo una conexión especial con ambos.

— Gracias… por venir a verme.

Haruka y Kaname intercambiaron una mirada de complicidad y luego se dirigieron a Kaien.

— Nos aseguraremos de visitarla con frecuencia. -Dijo Haruka- Queremos que sepa que siempre puede contar con nosotros.

— Eso sería maravilloso. -Respondió Kaien, aliviado- Estoy seguro de que le hará mucho bien.

Desde entonces, Haruka y Kaname comenzaron a visitar a Yuuki de vez en cuando, fortaleciendo el lazo que habían comenzado a formar con ella.

[En el próximo invierno. . .]

Yuuki estaba esperando afuera la llegada de Kaname y Haruka, emocionada por su visita.

— Una época pacífica y armoniosa. -Habló la voz interna- Esa es la esperanza… y el pecado.

Cuando ambos aparecieron a la distancia, Yuuki corrió a abrazarlos y ellos correspondieron animados.

— ¡Bienvenidos, Haruka-sama y Kaname-sama! -Sonrió alegre Yuuki-

— Es bueno verte tan alegre. -Sonrió Haruka, acariciando su cabeza-

— ¿Kaname-sama? -Preguntó Kaname, confundido por el nombramiento-

— Hoy es el cumpleaños de Yuuki, el día en que Kaname-sama y Haruka-sama me salvaron hace un año. -Sonrió alegre- Así que, ¡Felicidades a los dos!

— Te equivocas, Yuuki. -Sonrió suavemente Kaname-

— ¡Es verdad! -Sonrió amablemente Haruka- Este es un día para celebrarte a ti.

Haruka y Kaname abrazaron a la pequeña, y luego se separaron para entrar y festejar su cumpleaños.

— Un corazón inundado… desbordando de felicidad. -La voz interna se escuchó de nuevo- Los pecados se amplían… pecados.

[. . .]

Yuuki había crecido notablemente y había comenzado la primaria. Un día, mientras tenía una pequeña conversación con su padre adoptivo sobre el secreto que debía guardar, se mostró preocupada.

— Kaname-sama y Haruka-sama son vampiros, ¿No? -Miró a Kaien con seriedad-

— Así es. -Respondió Kaien, terminando de preparar dos tazas de leche con chocolate- El gobierno no tiene una buena opinión sobre los vampiros, así que, Yuuki, debes guardarlo como un secreto, ¿sí?

— ¿Secreto? -Yuuki se notaba desanimada- Aunque sea un secreto, Kaname-sama… me dejó tocar sus colmillos de vampiro… Kaname-sama y Haruka-sama son completamente distintos a ese horroroso vampiro, ¿No? -Se mostró temerosa-

Kaien se acercó a ella y le entregó una taza de leche con chocolate.

— ¿Alguna vez te han hecho algo que te ofenda? -Preguntó Kaien, mirándola con ternura-

— No, no han hecho nada… -Respondió Yuuki, observándolo con ojos grandes y llenos de curiosidad-

— Hay vampiros con los que te puedes llevar bien. -Dijo Kaien, sonriendo- No todos son malos. Kaname y Haruka son buenos ejemplos de eso.

Yuuki tomó la taza y sonrió alegremente.

— ¡Sí! -Exclamó, sosteniendo la taza con ambas manos- Kaname-sama y Haruka-sama siempre han sido amables conmigo.

Kaien asintió, satisfecho con la respuesta de Yuuki.

— Exactamente. Así que no tienes que tener miedo. Solo recuerda mantener el secreto para protegerlos.

Yuuki asintió con determinación.

— Lo haré, Kaien. Prometo guardar el secreto.

Kaien le acarició la cabeza con cariño.

— Estoy orgulloso de ti, Yuuki. Ahora, disfruta tu leche con chocolate.

Yuuki sonrió y comenzó a beber su leche, sintiéndose más tranquila y segura.

[. . .]

La muchacha salió de su hogar y corrió directo a la estación, tomando el camino regular que Haruka y Kaname solían usar para visitarla.

— Un día especial en la estación. -Dijo la voz interna- Un hombre que ha sido perdonado con limitaciones. Un simple momento de felicidad. La verdad es pasajera.

— Si van a venir a mi casa, tienen que pasar por aquí. -Se mostró confusa al no verlos-

Yuuki buscó por la zona para ubicarlos, pero no los encontró. En su lugar, se cruzó con un vampiro noble que parecía tener intenciones de llevársela. Justo en ese preciso momento, aparecieron Haruka y Kaname. Sus ojos estaban rojos y el vampiro los observó hasta inclinarse con respeto antes de marcharse, dejando a Yuuki aliviada.

— Yuuki… -Saludó Haruka-

— ¡Haruka-sama y Kaname-sama! -Sonrió alegre y los abrazó-

— ¿No estabas caminando por aquí asustada? -Sonrió Kaname, acariciando su cabeza-

— Mientras Kaname y Haruka estén aquí, no hay nada de qué asustarme. -Haruka sonrió y le acarició la cabeza con ternura-

— Nos alegra que te sientas así, Yuuki. Siempre estaremos aquí para protegerte.

Yuuki asintió con entusiasmo.

— ¡Gracias! Estoy tan feliz de verlos.

Kaname miró a Yuuki con una sonrisa suave.

— Vamos a casa de Kaien. Seguro que está esperando por nosotros.

Después del abrazo, los tres se dirigieron a la casa de Kaien, disfrutando de la compañía mutua y la seguridad que sentían al estar juntos.

— Es un pecado porque te has detenido. -Hablaria la voz interna- la verdad no sé puede cambiar. El tiempo no te lo permitirá.

[Dos años más tardé. . .]

En la residencia de Kaien Cross, Yuuki se encontraba frente a la chimenea, tratando de mantener el fuego prendido. Las llamas danzaban suavemente, proyectando sombras cálidas en las paredes de la acogedora sala. Mientras ajustaba los troncos y avivaba las llamas, escuchó el sonido de la puerta abriéndose. Levantó la vista y vio a Kaien entrar, acompañado de tres personas desconocidas.

— Yuuki, quiero presentarte a unos nuevos amigos. -Anunció Kaien con una sonrisa amable- Ellos son Hanako y Katashi Kiryuu, sus hijos y su hija adoptiva, Chieko.

Yuuki dejó el atizador a un lado y se levantó, limpiándose las manos en su delantal. Su mirada curiosa se posó en los recién llegados.

— Hola, soy Yuuki. Es un placer conocerlos. -Dijo con una sonrisa tímida-

Hanako y Katashi le devolvieron la sonrisa con amabilidad, pero fue Chieko quien dio un paso adelante, irradiando una presencia tranquila y segura.

— Hola, Yuuki. Yo soy Chieko. Es un placer conocerte también. -Sonrio suavemente-

Yuuki sintió una conexión inmediata con Chieko, lo que la hizo sentirse más cómoda. Kaien continuó con las presentaciones, señalando a dos chicos que estaban un poco más atrás.

— Y estos son Zero e Ichuru, los hijos de Hanako y Katashi.

Zero y Ichuru se acercaron. Zero tenía una expresión seria y reservada, mientras que Ichiru parecía más relajado y amigable.

— Hola, Yuuki. -Dijo Ichuru con una sonrisa- Soy Ichiru, y él es mi hermano gemelo, Zero.

Zero asintió ligeramente, pero no dijo nada. Yuuki notó algo diferente en él, algo que no podía identificar de inmediato y sintió lo mismo nada más hablar con Chieko. Kaien, percibiendo la curiosidad en los ojos de Yuuki, decidió explicarle lo sucedido.

— Yuuki, hay algo que debes saber sobre Zero. -Dijo Kaien con suavidad- Hace un tiempo, la familia Kiryuu fue atacada por una vampiresa. Durante el ataque, Zero fue mordido y se convirtió en un vampiro.

Yuuki abrió los ojos con sorpresa y miró a Zero, quien evitó su mirada.

— Zero es ahora un vampiro, pero está luchando para adaptarse a su nueva vida. -Continuó Kaien- Afortunadamente, tiene a su hermano gemelo, Ichuru, y a Chieko para apoyarlo.

Chieko asintió y tomó la mano de Zero, dándole un apretón reconfortante.

— Estamos aquí para apoyarlo en todo lo que necesite. -Dijo Chieko con determinación-

Yuuki sonrió, sintiéndose aliviada de que Zero tuviera a su familia y amigos para ayudarlo.

— Estoy segura de que todo saldrá bien. -Dijo Yuuki con una sonrisa- Todos estamos aquí para apoyarnos mutuamente.

Zero mantuvo silencio y simplemente mantenía la mirada gacha.

[Un rato más tarde. . .]

Después de instalarse en la residencia de Kaien, Zero e Ichuru fueron ubicados en la misma habitación. La habitación era espaciosa, con dos camas individuales y una ventana que dejaba entrar la luz del sol. Chieko, debido a su condición de vampiresa de sangre pura, tuvo su propia habitación, decorada con tonos suaves y muebles elegantes que reflejaban su naturaleza noble.

Una tarde, Yuuki decidió ir a ver a Chieko. Caminó por el pasillo, disfrutando del silencio y la tranquilidad de la residencia. Al llegar a la puerta de la habitación de Chieko, escuchó un ruido extraño proveniente de la habitación de Zero e Ichuru. Preocupada, se acercó y abrió la puerta con cuidado.

Lo que vio la dejó sin aliento. Zero estaba sentado en el suelo, rasgándose el cuello desesperadamente en la zona donde había sido mordido por Shizuka Hiō. Su expresión era de dolor y angustia. Chieko estaba a su lado, tratando de detenerlo, sus manos firmes pero gentiles. Ichuru también estaba allí, sosteniendo a su hermano para evitar que se hiciera más daño.

— Zero, por favor, detente. -Dijo Chieko con voz suave pero firme- No te hagas más daño.

Zero apenas parecía escucharla, su respiración era agitada y sus ojos estaban llenos de desesperación.

— No puedo… no puedo soportarlo. -Murmuró Zero, su voz quebrada-

Yuuki, sintiendo la urgencia de la situación, se acercó rápidamente y se arrodilló junto a ellos.

— Zero, estamos aquí para ayudarte. -Dijo Yuuki, tomando una de sus manos- No estás solo.

Ichuru asintió, sosteniendo a su hermano con fuerza.

— Hermano, por favor, escucha a Chieko y Yuuki. Estamos aquí contigo. No tienes que pasar por esto solo.

Chieko mantuvo su mirada fija en Zero, sus ojos llenos de determinación.

— Zero, sé que es difícil, pero tienes que ser fuerte. No dejes que el dolor te consuma. Estamos aquí contigo.

Zero dejó de rascarse y miró a Chieko, Yuuki e Ichuru, sus ojos llenos de lágrimas.

— No sé si puedo hacerlo. -Dijo en voz baja-

Ichuru le dio un apretón en el hombro.

— Puedes hacerlo, Zero. Eres más fuerte de lo que crees. Y no tienes que hacerlo solo. Tienes a tu familia y amigos para apoyarte.

Yuuki asintió, apretando la mano de Zero con cariño.

— Siempre estaremos aquí para ti, Zero. No importa lo que pase.

Zero respiró hondo, tratando de calmarse. La presencia de Chieko, Yuuki e Ichuru le daba una sensación de consuelo y esperanza.

— Gracias… a todos. -Dijo finalmente, su voz más firme-

Chieko, Yuuki e Ichuru sonrieron, aliviados de ver que Zero comenzaba a calmarse. Juntos, se quedaron allí, ofreciendo su apoyo y consuelo, sabiendo que, aunque el camino sería difícil, no estarían solos.

[Un tiempo más tarde. . .]

En una de las visitas de Haruka y Kaname a la residencia de Kaien, en el comedor del salon, Yuuki estaba emocionada presentando a Haruka y Kaname a Zero e Ichuru.

— Haruka-sama, Kaname-sama, estos son Zero e Ichuru. -Dijo Yuuki con una sonrisa radiante-

Haruka y Kaname asintieron con cortesía, pero Zero, al darse cuenta de que Kaname era un vampiro, sintió una oleada de ira y desesperación. Sin previo aviso, agarró un cuchillo que llevaba consigo y se lanzó hacia Kaname.

— ¡Tú… eres un vampiro! -Gritó Zero, atacando con furia-

Kaname, con reflejos rápidos, esquivó el ataque y usó su brazo para proteger a Yuuki, quien intentó meterse en medio para detener a Zero.

— ¡Zero, detente! -Gritó Yuuki, su voz llena de preocupación-

Kaien también se movió rápidamente, tratando de intervenir.

— Zero, cálmate. Kaname no es tu enemigo. -Dijo Kaien con firmeza-

Haruka, viendo la situación, se acercó rápidamente y se colocó junto a Kaname.

— Zero, por favor, escucha a Kaien. No estamos aquí para hacerte daño. -Dijo Haruka con voz tranquila pero autoritaria-

Ichuru, viendo la desesperación de su hermano, se unió a los esfuerzos por detenerlo.

— Hermano, por favor, escucha a Kaien y Haruka. No es así como resolveremos esto. -Dijo Ichuru, sujetando a Zero por los hombros-

Zero, respirando con dificultad, finalmente se detuvo, sus ojos llenos de confusión y dolor. Kaname estaba molesto por la osadía de Zero y trato de mantener el control, mientras se sacaba el cuchillo el brazo y lo tiraba lejos.

— No tengo la intención de dejarme matar por ti. -Lo observó serio Kaname-

— El objetivo de tu venganza está mal, Kiryuu-kun. -Hablaria Kaien con severidad-

A partir de ese incidente en el comedor, Kaien decidió tomar medidas para evitar futuros conflictos y proteger a todos los involucrados. Se acordó que durante las visitas de Haruka y Kaname, Zero, Ichuru y Chieko permanecerían alejados por un par de horas.

Cada vez que Haruka y Kaname visitaban la residencia, Kaien se aseguraba de que los gemelos y Chieko estuvieran ocupados en otras actividades lejos del comedor. Zero e Ichiru pasaban tiempo en su habitación o en el jardín, mientras que Chieko solía quedarse en su habitación o en la biblioteca, disfrutando de la tranquilidad.

Kaien también habló con Yuuki para explicarle la situación y la importancia de mantener la paz.

— Yuuki, es crucial que evitemos cualquier confrontación entre Zero y Kaname. -dijo Kaien con seriedad- Por eso, durante las visitas, Zero, Ichuru y Chieko deben mantenerse alejados.

Yuuki asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

— Entiendo, Kaien. Haré todo lo posible para ayudar.

Durante las visitas, Yuuki se aseguraba de que Zero, Ichuru y Chieko estuvieran cómodos y entretenidos. A veces, les llevaba libros o juegos para mantenerlos ocupados. Aunque al principio fue difícil, con el tiempo, todos se adaptaron a la nueva rutina.

Zero, aunque aún luchaba con su nueva condición, comenzó a apreciar el esfuerzo de Kaien y Yuuki por mantener la paz. Ichuru y Chieko también entendieron la necesidad de estas medidas y apoyaron a Zero en su proceso de adaptación.

Así, las visitas de Haruka y Kaname transcurrían sin incidentes, y la residencia de Kaien se mantenía como un lugar seguro y armonioso para todos.

[Meses más tarde. . .]

Después de unos meses de convivencia en la residencia de Kaien, se implementó una nueva medida para fomentar la paz y la convivencia entre vampiros y humanos: la creación de la Clase Nocturna en la Academia Cross.

La Clase Nocturna fue establecida como un acuerdo de paz, permitiendo que vampiros y humanos coexistieran en un ambiente seguro y controlado. Los estudiantes vampiros asistirían a clases durante la noche, mientras que los estudiantes humanos lo harían durante el día. Sin embargo, los humanos no sabían que los estudiantes de la Clase Nocturna eran vampiros; para ellos, simplemente eran un grupo de estudiantes de élite que asistían a clases en horarios diferentes.

Kaien, como director de la academia, trabajó arduamente para asegurar que las reglas fueran claras y que todos los estudiantes las respetaran. La noticia de la Clase Nocturna fue recibida con entusiasmo y curiosidad por parte de los estudiantes humanos, mientras que los vampiros apreciaron la oportunidad de integrarse de manera pacífica.

Una noche, Zero, aún luchando con su nueva condición de vampiro, se enfrentó a Kaien en su despacho.

— ¿Cómo puedes permitir esto, Kaien? -Dijo Zero, su voz llena de frustración- ¿Cómo puedes dejar que esos monstruos se mezclen con los humanos sin que ellos lo sepan?

Kaien, manteniendo la calma, respondió con firmeza.

— Zero, este acuerdo es para mantener la paz. Los vampiros de la Clase Nocturna han aceptado no beber sangre humana y seguir nuestras reglas. Es una oportunidad para demostrar que la convivencia es posible.

Zero apretó los puños, su mirada llena de ira.

— ¿Y qué pasa cuando uno de ellos pierde el control? ¿Qué pasa cuando alguien resulta herido o peor?

Kaien suspiró, entendiendo la preocupación de Zero.

— Entiendo tus miedos, Zero. Pero debemos darles una oportunidad. No todos los vampiros son como Shizuka Hiō. Kaname y los demás están comprometidos con este acuerdo de paz.

En ese momento, Yuuki entró en el despacho, seguida de Ichuru y Chieko. Yuuki, siempre optimista, intentó calmar a Zero.

— Zero, sé que es difícil confiar, pero hemos visto que Kaname y los demás realmente quieren que esto funcione. No están aquí para hacer daño.

— Zero, yo también tengo mis dudas, pero debemos darle una oportunidad a este acuerdo. -Ichuru, observando la escena, añadió con un tono serio- No podemos vivir siempre con miedo y desconfianza.

— La paz es posible si todos ponemos de nuestra parte. -Chieko, con su habitual serenidad, asintió- Debemos trabajar juntos para que esto funcione.

— No confío en ellos, Kaien. Pero… haré lo que pueda para proteger a los estudiantes humanos. -Zero miró a Kaien, su expresión suavizándose ligeramente-

— Gracias, Zero. Tu vigilancia es importante. Juntos, podemos asegurar que este acuerdo funcione. -Kaien asintió, agradecido por la disposición de Zero a cooperar-

[. . .]

Una noche, Yuuki decidió visitar a Kaname en la residencia de la Clase Nocturna. Había pasado un día agotador y, al llegar, Kaname la recibió con su habitual gentileza. La invitó a descansar en uno de los sofás de la sala común mientras él terminaba algunos asuntos.

Yuuki, sintiéndose segura y cómoda en la presencia de Kaname, se quedó dormida. Las horas pasaron y la noche avanzó. Cuando Yuuki despertó, la sala estaba en penumbra y el silencio reinaba en la residencia. Se levantó lentamente, buscando a Kaname.

Al recorrer los pasillos, escuchó un murmullo proveniente de una de las habitaciones. Con el corazón latiendo rápidamente, se acercó y entreabrió la puerta. Lo que vio la dejó paralizada: Kaname estaba bebiendo la sangre de Ruka. La escena era íntima y perturbadora, y Yuuki sintió una mezcla de miedo y traición.

Sin pensarlo dos veces, Yuuki retrocedió y salió corriendo de la residencia. Su mente estaba llena de confusión y su corazón dolía. No podía creer lo que había visto. Aunque sabía que los vampiros necesitaban sangre, ver a Kaname en ese acto la había impactado profundamente.

Durante los días siguientes, Yuuki evitó a Kaname y a Haruka. La distancia entre ellos se hizo evidente, ya que se sentía insegura y temerosa, y aunque este último intentó acercarse a ella para explicarle, la castaña mantenía su distancia.

— Yuuki, sé que lo que viste te asustó, pero debes entender que es parte de nuestra naturaleza. -Haruka, al notar el cambio en Yuuki, intentó hablar con ella- Kaname no quería hacerte daño.

— Lo sé, Haruka-sama. Pero no puedo evitar sentir miedo. -Yuuki, con los ojos llenos de lágrimas, respondió- Necesito tiempo para procesarlo.

Kaname, respetando los sentimientos de Yuuki, decidió darle el espacio que necesitaba. Aunque le dolía la distancia entre ellos, entendía que forzar una reconciliación solo empeoraría las cosas.

Con el tiempo, Yuuki comenzó a aceptar la realidad de los vampiros y su necesidad de sangre. Aunque la relación con Kaname y Haruka no volvió a ser la misma, poco a poco, Yuuki encontró una manera de convivir con ellos, manteniendo una distancia prudente pero sin perder el respeto y el cariño que les tenía.

Fin de flashback. . .

Mientras Yuuki descansaba, Chieko sabía que está misma estaba soñando con sus recuerdos del pasado y preocupada acarició su cabeza, mientras la tapaba con una sábanas y notaba como la presencia de Zero se asercaba.

— Se ha vuelto a dormir... -Observó a la menor-

— Si... -Suspiro Chieko- Me preocupa... Siento que últimamente está perdida y eso me preocupa...

— Al igual que Ichuru, Yuuki es fuerte y estará mejor, no te preocupes. -Sonrio amable-

— Si lo sé... Solo me preocupa que su pasado olvidado la empiece a torturar mentalmente. -Pensó con preocupación Chieko-

— Cuidare de Ichuru en tu ausencia. -Sonrio suavemente y acaricio su cabeza- ve a clases o llegarás tarde.

— Lo haré Zero... -Sonrio dulcemente y lo abrazo-

Después de separarse, la joven se marchó corriendo y afuera de la residencia, se encontró con Kaname quien estaba buscándola, aunque metió de excusa haber llegado tarde y se dirigieron a clases juntos, hablando animadamente sobre su día.

┈̫̫━̫̫┈̫̫━̫̫┈̫̫━̫̫┈̫̫━̫̫┈̫̫━̫̫┈̫̫━̫̫┈̫̫━̫̫┈̫̫ ¡Cᴏɴᴛɪɴᴜᴀʀᴀ́! ⩶
︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶ ︶

— Buenas. . . 💐

Espero que les guste este capítulo, estaré atenta a sus comentarios y sus estrellitas, gracias 🫂.