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Ya era demasiado tarde, eran casi 11 de la noche. Legosi estaba en camino hacia el dormitorio, sus ojos estaban cansados y le dolían un poco. En todo ese tiempo habían elegido y transcrito la próxima obra que actuarían los miembros de el club, por si fuera poco tuvieron que ensayar varias veces, todos querían que esta actuación fuera incluso mejor que la anterior. 

Por supuesto que el lobo gris no quiso participar en la obra. De igual manera, los personajes eran limitados, los que quedaron fuera de esta debían de ayudar con la decoración, otros solo con el vestuario. Legosi seguía con el trabajo técnico, encargándose de manejar algo simple, como lo son las luces. Según él, pusieron unas nuevas su brillo era mayor, pero sentía como a diferencia de las otras, estas se calentaban un poco más.

Afortunadamente para su especie, no les es complicado ver en la oscuridad, podría ver con poca dificultad cuando hubiera un apagón o algo por el estilo. Normalmente no es de dormirse tarde, pero después de unirse al club, lo hacía con más normalidad. A lo mejor esa era la razón por la que se dormía durante las primeras clases de el día.

Cuando este llegó, giró lentamente la manija de la puerta, trató de no hacer mucho ruido al cerrarla, pues sus compañeros y él, tienen un excelente oído, por lo que un ruido "normal" para ellos sería un poco más fuerte y notorio. Abrió las cortinas de su cama para sentarse al borde de esta, sacó de su cama la pequeña casa de su escarabajo, sacó del bolsillo de su pantalón unas pocas hojas para cambiar la vieja, hizo lo mismo con el agua. 

—descansa amiguito...— Fue la ultima palabra que salió de su boca esa noche. Lo volvió a meter a su caja, después de ello, se quedó acostado en su cama, fría, pero cómoda.

 〖...〗

Podía escuchar voces, eran las de sus compañeros, ¿Qué horas eran? Abrió los ojos notando la claridad de su cortinas, frotó sus ojos y salió de su cama. —¡Oh! Legosi, ya despertaste.— Dijo alegre Voss sobre Collot. —¿A qué hora llegaste, Legosi? Te noto muy cansado.—El tono de su compañero blanco era algo serio. —Hmm... faltaba poco para las 11 de la noche.— Respondió el lobo algo dudoso. —Algo tarde... Debes de tener cuidado, he oído cosas qué... No lo sé, son difíciles de creer en este tiempo.— Cuando estaba terminando la oración, la voz de el ovejero pasó de ser sería, a la típica bromista que usa. Legosi por su parte se encontraba confundido, no entendía a que se refería.  —Está... ¿bien?— Algo extrañando y con dudas respondió el lobo.

—Buenos días chicos.— El pequeño labrador ya se había despertado, de buena manera y sonriente, saludó a los demás mientras se frotaba los ojos. —Toma Legosi, la lavé y la planché como pediste.— Extendió sus manos ofreciéndole su camisa planchada. Desde donde estaba, podía sentir su olor, incluso se tomó la molestia de perfumarla. Este la tomó, regalándole una sincera sonrisa al menor. —Muchas gracias Jack.— Su mano se acercó y acarició la cabeza del contrario, sabía cuanto disfrutaba Jack cuando él hacía eso. —Los otros chicos no tardarán en despertar, ¿quién irá por el desayuno? Yo no lo haré.— Exclamó con malicia, pues por su baja estatura, el no podía hacer ese tipo de favores. —Iré yo.— Se ofreció Legosi.

 〖...🌹〗

—Oye Legosi, despierta, se te nota desde lejos lo cansado que estás.— Dijo en forma burlona el de pelaje dorado, pero con la obvia intención de despertar a su compañero. —Ugh... Lo lamento... Ayer regresé algo tarde y... No dormí muy bien, me desperté en ocasiones y con dificultad podía dormir de nuevo.— Su mirada se dirigía a cualquier lado excepto a los ojos de su amigo y al tablero. Desde lejos, cualquiera se atrevería a decir que estaba cansado,  mirada perdida, su cabeza se balanceaba y sus parpados se cerraban pesadamente, trataba de hacer su mayor esfuerzo, pero el aire acondicionado de el aula no le ayudaba para nada. 

—Ya veo... Bueno, supuse que estarías así, por eso te traje esto. Toma, para ti Legosi.— Jack Sacó de su bolso una barrita energética, este ya suponía que su compañero estaría así en la clase, por lo que en su deseo de hacer que este aprenda, le decidió comprar dicho aperitivo. —Vale... Gracias Jack.— Este procedió a abrirla con unas tijeras, pues si lo hacia con sus dedos, esta haría demasiado ruido, hecho esto, comenzó a comer, tratando de hacer el esfuerzo por no quedarse dormido.

〖...☁️ 〗

—Quédate aquí un momento, regresaré pronto.— Fue lo ultimo que dijo Legosi antes irse, Jack solo se limitó a asentir y esperar a que su compañero regresara, este quedó en medio de el enorme árbol de la cafetería, estaba bastante llena, por todos lados se oían murmullos por parte de todos lo alumnos, al igual que algún que otro insulto hacia algún carnívoro. Se comenzaba a aburrir, entendía que Legosi se tardase, pero ya pasaron bastantes minutos, ya quería llegar a su dormitorio y jugar un rato con sus compañeros de habitación.

—No es mentira lo que dicen, ustedes los perros son muy obedientes ante una orden de alguien importante.— Aquella voz gruesa era la que en ese momento quería oír el labrador. —Tonto... Si que te tardaste... Y recuerda que no me gusta que digas cosas referentes a mi genética... ¡N-no me gusta!— La pequeña burla hecha por el lobo lo molestó un poco, pero aunque le costara admitirlo, era verdad. Desde pequeño Jack siempre vio a Legosi como alguien "superior" pues su raza es el resultado de la cría selectiva con ADN de lobo, con el fin de crear una nueva raza de carnívoros con gran inteligencia y menos fuerza.

—No comamos acá, vayamos a un lugar más privado.— Dijo el mayor tratando de seguirle el paso a su compañero. —¿Está bien?— Respondió cuestionando la orden de el lobo. 

Legosi conocía uno que por excelencia nadie mas conocía, era en en una de las esquinas de la academia, estaba cercado pero podía ver un poco el océano y la ciudad. —ven siéntate.— Este ya había hecho esa acción, dio  unas palmaditas en el suelo a su izquierda. Jack se sentó y recibió el ramen que le compró Legosi. —Tu... ¿No vas a comer?—  Volteó su mirada a su compañero, notando claramente que seguía cansado, a lo mejor estaba tan cansado que no quería ni comer. 

—Hmm... Si estás cansado, puedes dormir en mis piernas si gustas, cuando suene la campana te lavas el rostro y listo, ¡cómo nuevo!— Estiró sus pierna con tal de indicarle a Legosi que ya podía hacerlo, este sin decir nada, cae en el regazo de Jack, tratando de conciliar el sueño. —Menos mal que hoy no tendrás que ir al club, descansa un rato amigo.— Dicho esto, acarició por un momento la parte trasera de la cabeza de el lobo, su pelaje era suave, a pesar de que casi nunca lo viera cepillándolo, él casi nunca se veía en la molestia de hacerlo, pues su pelaje era más corto, por lo que casi nunca se le enredaba.

Él no era un tonto, Jack sabía que Legosi tenía hambre, pero con tal de no preocuparle, fingía no tenerla. El ramen que le compró en la cafetería sabía que lo hizo en forma de agradecerle por el favor que le hizo la noche pasada y en la mañana. 

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