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La luna menguante se alzaba por la ventana iluminando levemente la habitación 701, en la cual yacía sentado en su cama el joven labrador, que correspondía al nombre de Jack. No era nada normal ver a este a este tan tarde en la noche, siempre dormía temprano para estar lo mas pasible atento a sus clases. 

El pequeño reloj de la mesa de noche marcaba las 1:47 a. m. Demasiado tarde.

En afán de conciliar sueño, Jack bajó del camarote y se dirigió al lavabo de la habitación para beber agua de tubo, sabía lo mala que era, pero a lo mejor bebiendo un poco le entre sueño.

...

Nada. Seguía en las mismas. Estresado se jaló de las orejas y plantó su cabeza a la almohada. — Escarabajín... — Murmuró el nombre de la mascota del lobo gris. Bajó con cuidado, no quería despertar a ninguno de sus compañeros de habitación con el ruido de los escalones de la vieja escalera.

Lo único que se oía era el rose de sus calcetines contra el suelo de la habitación. Abrió la pequeña caja de plástico del insecto y comentó a tomarlo entre sus manos, haciendo que este trepara sobre él. 

〖...☀️〗

— Jack... ¡Jack! — Amaneció, no sabía como ni que hizo pero finalmente quedó dormido. — ¿tuviste el sueño pesado, eh? — Con los ojos adormilados abrió la cortina encontrándose con Durhan, su compañero de cuarto llamándolo con los brazos cruzados. — Bueno, algo por el estilo. —  Respondió rascándose la nuca. — Je... Apresúrate, ya todos están listos, excepto tu. —  Dicho esto, este se fue.

Comenzó tender su cama, sacudir las cobijas y la almohada. Finalmente bajó y rápidamente mojó  su cara intentando quitarse el sueño que aún traía.  Solo le faltaba ducharse solo.

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⌦💌 𝒟𝑒𝓈𝓅𝓊é𝓈 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝒹𝓊𝒸𝒽𝒶.

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Apenado y con la toalla cubriéndole hasta el pecho, ingresó a su recamara, tan pronto como entró sintió el cambio de temperatura, ya no estaba haciendo tanto frío como afuera, pues el dormitorio era un lugar cerrado por lo que era un tanto cálido. Se puso sus interiores por debajo de la toalla, normal en él, pero raro en los otros chicos, pues estos se visten mientras hablan entre ellos, él procura buscar un poco mas de privacidad. 

Buscaba su uniforme para plancharlo, tenía el tiempo medido y no quería llegar tarde, pero aún así no lo encontraba. — Toma. — Legoshi le tocó el hombro para que este se volteara. traía en sus manos el uniforme del menor ya planchado. — ¡Oh! eh... Gracias, me has ahorrado mucho tiempo. — Le agradeció sonriente mientras tomaba la prenda de vestir. — Si, el jueves me ayudaste a estudiar para el examen de el viernes pasado, y te recuerdo que duramos en la cafetería hasta tarde, gracias a ti no me fue tan mal, muchas gracias Jack. — Legoshi le devolvió el favor, el es un lobo muy amable.

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— Veamos, veamos... No está nada mal el menú, pastel de verduras y para acompañar bolitas de papas. — Dijo Voss, pues al ser pequeño pudo leer lo alto que estaba el menú. Ya todos reunidos comenzamos a comer y a escuchar a los demás hablar sobre diversos temas. 

—¿Ya oyeron el rumor?— Peguntó Collot. — Síii, quién iba a imaginar que aquel leopardo del grupo de fútbol tuviera un mercado de drogas a las afueras de la ciudad.— Respondió con tono burlón Miguno, soltando la típica risa de las hienas. Tanto Legoshi como los otros chicos quedaron impresionados sobre la noticia, lo normal era escuchar que algún que otro carnívoro vendiera pequeñas cantidades de sangre de varios herbívoros, o que se descubriera que alguna pareja tuvieron relaciones en las regaderas.

— Eso es nuevo, que bueno que ninguno de nosotros hacemos eso, ni siquiera mataríamos una hormiga. — Jack hizo un pequeño comentario. — Ahora nos toca a Collot y a mí la clase de deportes, la odiooo. — Exclamó algo molesto Voss. 

— ¿Y eso? ¿no te gusta estar con los roedores...? Oh, ya entendí. — Terminando la frase Legoshi utilizó un tono burlón. — Si... Por un lado les molesta que sea un depredador, por otro, me estoy haciendo amigo de una suricata, no me siento tan solo gracias a ella. — 

— Recuerda que nos dividen por orden de estatura para evitar algún que otro problema, es bueno que no nos pongan por nuestros grupos, pues ya todos somos iguales, sin importar si somos depredadores o presas. — En eso sonó la campana, cada uno salió acompañado de otro, Miguno con Durhan, Voss con Collot y como es costumbre, Legoshi y Jack.

Lo más normal es que durante el trayecto sea el labrador el que más habla, pues Legoshi es algo tímido o de pocas palabras. — Ahora que tenemos química... Apostemos a que mañana habrá examen. — Comentó Legoshi con cierta malicia, a lo que Jack aceptó sin rodeos. — Bien, si mañana no hay, me debes embetunar los zapatos hasta el próximo lunes. — Imitó el gesto del mayor. — No me gusta, pero, ya no hay marcha atrás, si mañana hay, me debes... que tal si me compras algún dulce, sabes que por mi altura y... especie, pongo incómodo a los chicos de especies pequeñas, por lo  que casi no como ¿trato hecho? — Me ofreció su mano, a lo que él aceptó. dándose un apretón. — Trato hecho. —

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La campana ya había sonado y la maestra seguía hablando. — Antes de irme, les recomiendo ir a la biblioteca y buscar algún que otro libro que hable sobre la cinética química, trata sobre las reacciones químicas exotérmicas y endotérmicas, su velocidad, su tipo, su dirección y los factores que las afectan, pues es el tema de la próxima clase. — El menor sonreía victorioso, ya se estaba yendo y no mencionó nada sobre un examen; de repente cuando ya todos se habían levantado del asiento para salir, la maestra se asoma por la puerta. — Casi se me olvidaba, mañana hay examen de combustión, oxidación y energía. — Dijo fuertemente para que todos la oyeran. — Hey. — Legoshi saludó a Jack sonriendo victorioso, pues sabía que a partir de mañana comería algún dulce diario.

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