Dipper me leía el diario mientras yo me ponía a dibujar lo que el decía. Vimos a Mabel entrar a la cabaña después de su no cita-cita.

—Ey. ¿Cómo te fue?

—No lo sé Dip. Tengo una langosta ahora.–Se lamentó y soltó la langosta en la pecera que teníamos en la sala.

—Bueno, pero todo acabo y ya no tendrás que salir con el.–Noté la mirada de la gemela. El cómo se quedaba mirando fijamente a la langosta, quien le devolvía la mirada.

—¿Mabel? ¿Qué pasó cariño?

—¡Me pidió otra cita y no sabía cómo decir que no!–Dijo en pánico.

—Pues así "No".–El chico señaló sus labios, le di un golpe en el brazo, obviamente no entendía.

—¡No es tan fácil Dipper! Y me gusta Gideon, como un amigo o un hermano, no quiero herir sus sentimientos, solo tengo que hacer que las cosas sean como antes. Ser amigos.–Se sentó en la silla frente a nosotros. Mire a Dipper y el a mi.

—Bueno, si lo haces, debe de ser rápido Mabel.–Aseguré.

[...]

Escuché a Mabel correr y gritar y sabía que algo habían hecho los hombres Pines. Salí de la cocina, los vi a ambos en la sala con una mirada asesina y fui escaleras arriba para hablar con mi mejor amiga.

La vi en el piso, estaba sentada en el piso, escondiendo su cuerpo dentro de su suéter.

—¿Mabel?

—Mabel no está aquí, está en sueterlandia.

—Y dime, ¿no saldrás de sueterlandia?–Negó con la cabeza, me acerqué a ella y me senté a su lado, Dipper llegó después y camino hacia nosotras. Al ver el estado de su gemela se inclinó en el piso.

—De acuerdo, ya fue suficiente, sino puedes romper con Gideon, yo voy a hacerlo por ti.–Eso la hizo salir de su mundo.

—¿Lo harías?–El asintió.

—¡Ay! Gracias, gracias, gracias, gracias.–Se acercó y empezó a darle golpecitos antes de abrazarlo, sin recibir el abrazo de vuelta. Sonreí al ver el aprecio que se tenían ambos. Eran los únicos momentos donde les tenía celos y deseaba tener un hermano.

[...]

Acompañamos a Dipper al club/restaurante donde estaba Gideon. Ella estaba muy nerviosa, por lo que me estaba haciendo trenzas en el pelo.

Dipper salió pocos minutos después de que entró.

—¿Cómo lo tomó? ¿Se enfadó? Trato de leerte la mente con sus poderes psíquicos?–Cuestiono la gemela apenas escuchó sus pasos.

—Descuida Mabel, es solo un chico, no tiene poderes.

[...]

Soos se puso una almohada debajo de su camiseta.

—¡Golpenme!–Corrimos a toda velocidad hacia el y rebotamos, cayendo al piso y riendo.–Me gustó.

—Que bueno que todo volvió a la normalidad.–Aseguró Mabel. El teléfono sonó, los tres miramos en su dirección y después entre nosotros.–Tú turno.–Dijimos Mabel y yo al mismo tiempo, por lo que le tocó ir a Dipper.

—¡Ay, vaya!–Se levantó del piso y atendió el teléfono de la cabaña.

—¿Quieren volver a intentarlo?–Preguntó Soos. Nos miramos y reímos antes de levantarnos para volverlo a intentar.

[...]

Mabel y yo estábamos sentadas en el cobertizo. Mi cabeza estaba en su regazo mientras ella comía de su propio cabello, yo aventaba piedras hacia un letrero que tenía en frente.

La puerta de la tienda de la cabaña se abrió y Wendy salió para sentarse con nosotras.

—¿Está rico ese cabello?–Le cuestiono a Mabel.

—Wendy necesito un consejo. Tú rompiste con chicos, ¿cierto?

—Oh si, Ross Tuckham, Paul Haul, Sonny Davidson.

—No se que me pasa. Pensé que todo volvería a la normalidad, pero aún estoy molesta.–Me levanté de su regazo para poder abrazarla de lado. Wendy seguía ocupada pensando en sus exes.

—Mike Warly, Nate Hauls, o el chico de los tatuajes.

—Tal vez dejar que Dipper lo haga por mi está mal. Gideon merece una ruptura honesta.

—Danny Phelpman, Mark Eipsten, oh vaya, no estoy segura de si rompí con el... entiendo porque sigue llamándome.

—Voy a hacer lo correcto. Gracias por hablar conmigo Wendy. Vamos Rory.–Me hizo levantarme y nos fuimos en nuestras bicicletas.

—¿A donde vamos?

—La familia de Gideon tiene una fábrica, me confesó que a veces iba ahí cuando tenía que pensar.

Llegamos poco después por la rapidez a la que ella iba, yo solo le seguía el paso. Dejamos las bicis en el camino y se asomó por la ventana.

Ella me hizo señas de miedo y me acerqué también. Dipper, Mason estaba levitando, unas tijeras gigantes iban hacia el, listas para cortarlo.

No lo pensé y corrí, tuve que jalar la puerta pero logré abrir, Mabel tuvo que detenerme para no causar un alboroto.

—Gideon, tenemos que hablar.

—Mabel, mi bombón.–Las tijeras cayeron al piso, solté un suspiro de alivio. Noté como el sostenía su dije con todas sus fuerzas, de el irradiaba luz verde, igual que la que sostenía a Dipper en el aire, de ahí debía venir su fuerza.–¿Que estás haciendo aquí?

—Lo siento Gideon, pero no puedo ser tu bombón. Tenía que ser honesta y decírtelo yo misma.

—Yo... no lo entiendo.–Apretó su dije y Dipper empezó a ahogarse.

—¡Mabel, tal vez no sea el mejor momento para ser brutalmente honesta!–Gritó casi sin aire.

—Ey, pero podemos ser amigos maquilladores, ¿cierto?–Se acercó y tomó sus manos. Yo la mire extrañada, pero me acerqué a Dipper, no había problema, Gideon ni siquiera me había notado.

—¿En serio?

—¡No! No es enserio.–Le arranco el dije y Dipper cayó al suelo. Corrí a socorrerlo.

—¿Mace? ¿Estás bien?–Me arrodillé junto a él y el enrojeció. Sonreí y lo ayude a levantarse.

—¡Estabas atacando a mi hermano! ¿Qué rayos?

—¡Mi dije! Devuélvemelo!–Mabel me lo lanzo.

—¡No eres tan poderoso sin esto, no es así!–El se abalanzó sobre mi y deje caer el dije. Ambos rompimos la ventana y empezamos a caer por el acantilado. El intentó golpearme, pero lo tomé por la cabellera blanca y lo jalé, si caería, al menos tenía algo sobre lo que hacerlo.

Una fuerza nos detuvo a pocos metros de topar con el suelo. Me levantó y a Gideon lo dejó volteado.

Mabel estaba ahí levitando junto a Dipper, la luna en el cielo los hacía ver cómo un par de superhéroes.

Bajaron hacia nosotros. Mabel se acercó a Gideon y Mason a mi. Me abrazo incluso con la fuerza haciéndome levitar, logro romperla y abrazarme entre sus brazos.

—Me asustaste como nunca, Gómez.–Ella rio al escuchar su apellido y acaricio el pelo del chico.

—Quisiera decirte que no volverá a pasar, pero sería una mentira.

—Esa es mi chica.

—Escucha Gideon, yo nunca, jamás saldré contigo.–Le aseguro Mabel a la cara. Hizo bajar al chico y después golpeó el amuleto contra una piedra. Un poder extraño salió de él.

—¡Mis poderes!–Se levantó y nos apunto.–Oh esto no acaba, pronto volverán a saber del pequeño Gideon, si.

Nos miramos Dipper Mabel y yo.

[...]

Regresamos a la cabaña y nos recostamos en el piso. Después llegó Stan, se quitó el traje y puso una pintura de payaso en la sala.

—Pude tenerlo todo...–Nos miró.–¿Qué rayos les pasó a ustedes?

—Gideon.–Respondió Mabel.

—Gideon.–Seguí.

—Gideon.–Repitió Dipper.

—Gideon.–Contestó también Stan y se sentó en la cabeza de dinosaurio que tenía en la sala.–Ese pequeño mutante prometió burlarse de toda la familia.–Rio.–Creo que tratará de morderme los tobillos o algo así.

—¡Oh si! ¡Si! ¿Cómo podrá destruirnos ahora, eh? ¿Adivinando en qué número estoy pensando?–Se burló Dipper.

—Jamás adivinara el número en el que estoy pensando, ¡es el menos ocho! ¡Nadie adivinaría un número negativo!–Siguio Mabel.

—¡Uh cuidado! ¡Apuesto a que está planeando nuestra destrucción!–Advirtió Stan con sarcasmo y después se tiró sobre nosotros. No pudimos evitar reír.

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

Álbum de fotos de Mabel: