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iv. Gobblewonker


Castores, solo eran lindos castores. Sonreí sin poder evitarlo.

Unos de ellos se abrazaron y el otro se cayó por la figura de madera que habían tallado. Soos se encargó de tomarle fotos.

—Pero, ¿qué era el ruido? Sonaba como un monstruo.–Se lamentó Dipper. Se volvió a escuchar el ruido y todos volteamos a ver, era un castor mordiendo una motosierra y activándola.

—Un castor, con una motosierra.–Soos le tomó otra foto.

—Tal vez el anciano si estaba delirando.

—Él usó la palabra escabullirse.–Recordó Mabel.

—Debo decir que esto fue sin duda decepcionante.–Admití. Dipper suspiró decepcionado. Lo mire y puse mi mano en su hombro para reconfortarlo. Él volteó a verme, pero después se alejó para irse a sentar sobre una roca en el lago.

Mabel y yo compartimos una mirada preocupada, pero no soltamos palabra.

Mientras todo eso pasaba, Soos encontró a un castor en uno de los troncos y empezó a hacerle una sesión de fotos.

—¿Qué le diremos al tío Stan? Lo abandonamos por nada.–Arrojo la roca que tenía en su mano lo más lejos que pudo con frustración. Algo lo sobresaltó.–¡Ey! Chicos, ¿vieron eso?–Cayó al lago y nosotros nos apresuramos en sacarlo de ahí.

Se vio como una aleta color verde mar se movía entre las aguas. Gritamos de la sorpresa y dimos todos un paso atrás.

La criatura empezó a merodear, dando una vuelta sobre su propio eje.

—¡Ahí está!–Dipper saco su cámara entusiasmado, yo me acerqué y también empecé a tomar fotos.

—¡Diablos! Estas fotos son geniales.–Celebré. Soos y Mabel empezaron a retroceder.–Vamos chicos, esta muy lejos, no nos hará nada.

—Amigos...–Empezó Soos.

—¡Dipper, Rory!–Mabel gritó.

—No es tan difícil, ¿de acuerdo? Solo tienen que apuntar, y disparar.–Explicó el gemelo. Volteamos ambos y vimos que la criatura ya había salido, enorme, frente a nosotros, ahí estaba el monstruo de lago viéndonos.

—No puede ser...–Murmuré. La bestia gruñó y nosotros empezamos a correr. Corríamos tan lejos como pudiéramos incluso, por las prisas, había dejado caer mi cámara, cosa que lamenté poco después.

El monstruo estaba cerca de nosotros, destruyendo todo a su paso sin importar que fuera, nosotros seríamos como un bocadillo a comparación.

Dipper nos empujó a mi y a Mabel para que no nos cayera un árbol encima y después seguimos corriendo. Llegamos hasta Soos después de evitar un montón de troncos caídos.

—Mejor volvamos al bote. Ahora.–Nos dijo, Mabel tuvo que subir a su espalda cuando el Gobblewonker intentó morderla. Soos me levantó a mi también con un brazo. Dipper intentó tomarle aún así una foto a la bestia, pero casi se resbaló, perdiendo la cámara, Soos lo cargó con su otro brazo como pudo.–Amigo, si te hace sentir mejor, tengo cientos de fotos de esos castores.

—¡¿Por qué me haría sentir mejor?!

Llegamos al bote y Soos logró encenderlo de nuevo a pesar de estar atorado en la arena.

—Salgamos de aquí chicos.–Empezó a llevar el bote de reversa en el lago, pero el Gobblewonker salió de la isla solo para seguirnos.–Toma el timón pequeña.–Me indicó Soos y lo hice, conduciéndonos lejos pero algo descuidadamente.

—¡Muy bien! Ahí está.–Dipper sacó su cámara y siguió tomando fotos.–¡Lente rota! ¡Soos, toma una foto!–Soos estaba ocupado lanzándole las cámaras.–¡Soos! ¡¿Qué estás haciendo?!

—Descuida, aún me queda una amigo.–Le lanzó la cámara a Dipper, y se estrelló contra la cabina en la que estaba.

—¡Soos! Pudiste haberme golpeado.

—Lo siento pequeña.–Me miró avergonzado. El Gobblewonker se acercó a punto de comernos y tuve que acelerar a la máxima potencia.

Pasamos cerca de donde estaba Stan peleándose con un par de niños y su abuelo, e hicimos una ola tan grande que los mojó a todos.

Le di la vuelta a la isla, pero parecía no cansarse, nosotros pronto nos quedaríamos sin gasolina.

—¡Rory! ¡Los castores!–Me gritó Dipper. Aunque trate de evitarlos, no pude evitar romper la figura en la que estaban y hacer que todos cayeran sobre nosotros. Uno cayó en la cara de Soos, otro en el brazo de Mabel, otro en el gorro de Dipper y uno sobre mi pierna.

Me sacudí lo más que pude y al final Dipper me quitó el castor de la pierna y lo lanzó al lago. El Gobblewonker nos atacó y tuvimos que bajarnos para que no nos llevara, pero destruyó casi todo el barco de Soos.

—Gracias Dipper.–Seguí mi camino entre un montón de botes y terminamos destruyéndolos. Después estaban un par de hombres pasando lo que parecía ser un vidrio en mitad del lago. Pasamos por él y los hombres nos reclamaron, yo les enseñe el dedo medio, me había encajado un pedazo de vidrio justo en la mejilla, así que lo quite con cuidado.–¿A dónde vamos?–Pregunté cuando nos encontramos frente a una cascada.

—¡Las cataratas! Tal vez hay una cueva detrás.–Me contó Dipper.

—¡¿Tal vez?!–Le grite, pero igualmente pase por la cascada. Todos soltamos un grito de terror, pero después caímos dentro de una cueva. Nos levantamos y nos limpiamos.

—Por Dios, estas herida.–Dipper se acercó a mi y limpio la poca sangre que se había acumulado.

—Estaré bien.–Sonreí levemente.–No me duele.

—¡Yo tengo lo que necesitas!–Mabel puso su mano dentro de su bolsillo y me puso una de sus benditas, tenia un diseño de pequeños moños que me encantó.

—Gracias amiga.–El Gobblewonker se apareció, nos abrazamos entre todos para evitar que nos atacara, o tal vez para no estar solos en los últimos momentos, pero no pasó nada.

—¡Se atoró!

—¡Si! Esperen, ¿Se atoró?–Dipper corrió hacia un lado para verlo de costado. Intentó sacar alguna cámara, pero no le quedaba ninguna, o eso creyó.

—Buscas... ¿algo?–Le quite su gorra y el rió alegremente. Comenzó a tomarle fotografías, incluso cuando la bestia intentó morderlo, ya que el cuello no le alcanzó.

—¿Alguna buena foto?

—¡Todas son buenas!–Me abrazó y me levantó del piso, reímos. Un pedazo de estalactita le cayó en la cabeza y por alguna razón salieron chispas de el monstruo.–¿Pero que?

Nos acercamos Dipper y yo e incluso nos subimos a al aleta para verla más de cerca, parecía... pintura. Toque el cuerpo y estaba frío, y no como cuando muere algo, sino como el metal.

—Dipper, esto es metal.–Reconocí.

—¿Qué pasó?–Nos preguntó Mabel. Dipper empezó a escalar el cuerpo.

—Cuidado amigo.–Le pidió Soos.

—Tranquilos–Fue tan lejos como para llegar al otro lado.–¡Ey chicos! Vengan a ver esto!–Nos pidió. Me tendió la mano y me ayudó a subir. Los demás nos siguieron y vimos una clase de compuerta que abrimos. Salió un montón de humo y después vimos un par de computadoras y al viejo del lago.

—Reparo estos circuitos y...–Nos notó.–¡Ay!

—¡¿Usted? ¿Usted hizo esto? Pero, ¿por qué?

—Pues, yo, yo... solo buscaba atención.–Reclamó.

—Aún no lo entiendo.

—Primero invente un generador biomecánica de ondas cerebrales. Y luego aprendí a jalar la palanca con la barba.–Nos mostró.

—Bueno, si, pero ¿por qué lo hizo?–Cuestiono Mabel.

—Pues, cuando llegas a anciano como yo, nadie te presta atención, ¿saben? Mi propio hijo no me visita desde hace meses. Así que pensé que llamaría su atención con un robot de quince toneladas.–Se rio.–Pensándolo bien parece una locura. Ustedes no saben lo lejos que podemos llegar los ancianos por un momento en familia.–Dipper, Mabel y yo sacamos nuestros gorros, viéndolo así...

Me sentía mal.

—Chicos, los verdaderos monstruos son ustedes.–Soos se rio de nosotros.–Lo siento, me hizo boom y salió de mi cabeza.

—¿Le dijo a su hijo cómo se sentía?–Pregunte.

—No señor, me puse a construir el robot de inmediato. Yo construí muchos robots en mi época.–Un proyector salió de la máquina y empezó a mostrar imágenes de sus máquinas.–Bien, bueno, debo trabajar en mi rayo mortal.–Bajó de nuevo a su escondite.–¿Alguno tiene un destornillador?–Preguntó desde abajo sacando su mano.

—Bien, me despido del concurso de fotos.–Se lamentó Dipper.

—Todavía nos queda un rollo más.–Le recordó su gemela.

—¿Qué quieres hacer con el.

[...]

Regresamos a donde estaba el tío Stan y Dipper le hizo señas para que parara. Dipper le tomó una foto.

—Ey, ¿que es esto? ¿Niños? Pensé que estaban jugando y divirtiéndose con Soos.

—Pues... tratamos todo el día de encontrar un dinosaurio legendario.–Dijo Dipper.

—Pero descubrimos que el único dinosaurio con el que queremos estar, esta justo aqui.–Añadió Mabel.

—Ahórrense su lastima. ¿Saben? Lo pase genial sin ustedes. Haciendo amigos, hablando con mi reflejo, hasta pelee con la policía.–Nos mostró su tobillo con el rastreador.–Tendré que usar esto un tiempo pero será divertido.

—¿Entonces no hay lugar en ese bote para cuatro más?–Me atreví a preguntar. Nos pusimos los gorros.

—¿Nunca me vieron poner el anzuelo con los ojos cerrados?

—Cinco billetes a que no puedes–Aposté.

—Aceptó.–Dipper y yo nos subimos a su bote.

—Cinco billetes más a que no puedes hacerlo con los ojos cerrados conmigo cantando a todo pulmón.

—Me gustan los desafíos.–Mabel se subió con nosotros. Después se subió Soos.–Uh, amigo, ¿y tú camisa?

—Fue una larga historia.

—Muy bien, prepárense todos. Digan pesca–Dipper nos tomó una foto. Reí y me acerqué para ver cómo habíamos salido, solo había salido la mitad de Soos y reí. Tomé la cámara.

—Sonríe Pines.–Le tomé una foto.

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶


Álbum de fotos de Mabel:

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