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↷ 𝒰𝓃 𝓅𝒶𝓈𝒶𝒹𝑜 𝑜𝓈𝒸𝓊𝓇𝑜 𝓎 𝓃𝑜𝓈𝓉á𝓁𝑔𝒾𝒸𝑜.

Se encontraba en su séptimo sueño, plácidamente dormido sin ninguna incomodidad, tenía que recuperar fuerzas para presentar las funciones de la semana. Hasta el momento estuvo calmado, si no porque en instantes sintió una picazón en su nariz; produciendo que estornude bajito.

Decidió abrir los ojos lentamente al sentir un peso ligero en sus piernas. Eso es sumamente extraño, ¿habrá entrado algún animal en la habitación? Tiene en cuenta que cerro las ventanas a fin de que ningún animal intruso entre.

─ ¡Holaaaaa! ─una voz melodiosamente cantarina captó sus oídos.

Taehyung se sentó rápido en su cama, estupefacto de la sorpresa al toparse con esta mujer desconocida en su cuarto. Dicha misteriosa dama poseía el cabello largo, ondulado y azabache semejante a la misma noche, su piel es pálida y el único color que destacaba era sus mofletes carmesíes decorando esa zona. Parece haber salido en un cuento de hadas, por ende, su belleza es irrealista, todo a su alrededor del cuerpo iluminaba como un astro.

─ ¿Quién eres?

─ ¿Quién soy yo? ─puso una mano en su pecho, expresando ingenuidad.

─Debo de estar soñando ─fue lo primero que pensó y soltó en voz alta.

Se escuchó una estruendosa risa escandalosa en la habitación.

─Shh, cállate, te van a escuchar ─siseo y regaño.

─Tontín, nadie me va a escuchar ─gesticulo su mano restándole importancia─, es imposible que puedan oír a alguien como yo.

─ ¿Alguien como tú?

Cayó en cuenta lo que dio entender a qué se refería. Ella no es una simple humana común y corriente, es alguien fuera de este mundo o, mejor dicho, es un producto de su sueño tonto probablemente. Prosiguió en seguirle el juego.

─Soy un espíritu, en realidad yo soy un parca ─acaricio su mentón, pensativa─. He venido aquí como representante.

─ ¿Representar qué? ─le miro tal cual un bicho raro.

─Representar a mis compañeros. Yo estoy aquí con el objetivo de cambiar tu destino, la decisión está en tus manos.

─No necesito que me cambien el destino, yo me siento bien así.

Terco e imponente como siempre, eso nadie le quitaba.

─No lo estás.

─ ¿Tú qué sabes? ¿Me conoces? ─se burló, levantando una ceja.

─No te conozco y tú tampoco a mí, pero sé más de tu vida que de cualquiera. Es un don que se me otorgó, no lo puedo evitarlo.

El hombre se levantó de la cama para poder canalizar sus emociones, quería calmar los nervios. Era algo nuevo, tenía miedo y curiosidad encarnado en su piel.

─ ¿Cómo te llamas? ─sintió intriga.

─Yo soy Jieun.

Cuanto más caminaba, alrededor suyo esparcía pequeñas estrellas cayendo al suelo.

─Yo soy...

─Kim Taehyung ─no dejo terminar─, el gran cantante de música clásica, querido por todos. Muy pocos llegan al estatus y cima donde te encuentras, eso es admirable.

─Producto de mi sacrificio y esfuerzo a base de sudor, lágrimas y sangre ─recalco, enfatizando cada palabra─. Mi camino no ha sido tan fácil como lo piensan los demás, ¿Solo por tener una apariencia agraciada me ha abierto las puertas? ¡No, definitivamente no! ─vocifero fuerte contra atacando─ yo tuve que escalar desde abajo para lograr lo que tengo ahora. Pese a que me digan que soy cruel y despiadado eso no quita mi éxito eterno. Al final, le doy gracias a mi madre, aunque esa señora ha sido tan egoísta y atroz, manteniéndome alejado de todos lo hizo por mi bien, claramente, las heridas perforadas nunca se sanan por completo; gran parte de mi personalidad es de ella.

Las palabras retumbaron en su pecho, empatizando el estado emocional quebrada de Taehyung. Hay resentimiento evidente en su confesión. 

─La vida no ha sido generosa contigo, ¿no? Hay tanto dolor y sufrimiento en tus palabras. Me lo relatas reprochándome como si fuera la causante y culpable de tu aflicción. Tú sabes bien que no soy ella, Taehyung. Es una pena que no la tuvieras al frente y decirle lo que sientes el daño que impacto en ti. Te quitaría un gran peso encima.

Taehyung parpadeó los ojos una y otra vez al darse cuenta de lo que hablo, quedo mudo de la vergüenza.

─Yo, lo siento...

─No te disculpes, no me sentí ofendida.

─Me dejé llevar por mis impulsos, no me pude controlar y dije cosas de más...

─Es bueno desahogarse, has acumulado y guardado tanto por dentro.

─Mi madre fue quien me moldeo a su manera, fue quien se encargó de mi educación y crianza. Mi padre fue quien vio mi potencial como cantante. Desearía volver a esa temporada desde un inicio. 

Retroceder el tiempo se ahorraría de muchos problemas y evitar algunos acontecimientos para jamás ser revelados, en fracción de segundos observo a Jieun escuchándole compadecida. Elimino aquella tristeza y le respondió.

─No sé porque viniste aquí. Si quieres hacer algún cambio conmigo es demasiado tarde. Me gusta la vida que llevo y así la tendré, ya logré todos mis objetivos y sueños. No hay nada más que pedir así que si me disculpas vete por dónde has venido. 

─ ¿Por qué eres tan grosero? No vas a mostrar amabilidad a tu invitado

─Tú te auto invitaste sola.

Por ese lado le daba razón.

─Te había dicho que me objetivo era cambiar tu vida.

─ ¿Creo que no se te quedó bien en claro, no? Al parecer no sabes escuchar ni mucho prestar atención a lo que se te dice ─le saco de sus casillas, poniéndose histérico─ ¿Quién te crees para tener el derecho de hacerme cambiar de opinión? ¿Acaso existes? ¿O es que mis asistentes te contrataron para hacerme una broma? ─miro a todos lados, se desplazó hacia la ventana a lado del perchero.

Jieun cada vez estaba más confundida. Al final de cuentas se había resignado a qué absolutamente nadie le creyera que era un parca.

─Yo soy el Parca, idiota. ¿Por qué me hablas con ese tono de voz? ─ubico ambas manos a su cintura, ofendida.

─ ¿La parca viniendo en plena vísperas de Navidad? Jajaja ─se mofo en frente de ella─ debe ser una buenísima broma. ¿No que la parca posee un rostro de calavera, está cubierto de un manto negro y a lado tiene un hacha grande? Incluso inspira miedo y terror, en cambio tú ─barrio con su mirada de arriba y abajo, juzgando─ no posees nada de esos características, más bien te ves como esas niñitas riquillas y consentidas.

─Jajaja, es como decir que el diablo es un hombrecito de rojo teniendo cuernos y cola ─se rio escandalosamente por segunda vez, no pudo aguantar la risa, tanto así que sus manos se situaron en su estómago─. Eres increíble, Taehyung, no puedo creer que seas tan ignorante.

─También es increíble que seas una falsa y pésima actriz que te contrataron para hacerme la vida imposible ─refunfuño.

Sin pensarlo dos veces, debido a su impulso y enojo evidente agarro el manto morado del perchero, su intención era atraparla y cubrirla en su totalidad, se abalanzó dónde ella a lo que había planeado, sin embargo, lo que sintió fue aire; a raíz de esto cayó al suelo.

─ ¡Demonios! ─grito frustrado. Quito el manto─ ¡¿Qué?! ─estuvo estupefacto─ entonces...

Fue ridículo, estuvo soñando despierto. Debe ser eso.

Es mucho por hoy, decidió dormir. Cuando se echó a la cama pudo conciliar el sueño, sin que nadie le molestará. Claro, eso es imposible, a los pocos segundos se pudo percatar de que el frío aumento de una manera exagerada, por intuición pensó que había dejado la ventana abierta, abrió sus ojos nuevamente.

Y lo primero que vio fue una cara muy cerca de él.

─ ¡Bu! ─el sonido fue similar a uno más grave que la de un fantasma.

Brinco en su propia cama, automáticamente sus piernas se movieron para levantarse.

─ ¡¿Por qué estás en mi habitación?! ─vocifero exaltado─ ¿Tú también fuiste contratada?

La mujer de negro no dijo nada al respecto, se mantuvo quieta en su lugar inicial, ella si tenía el verdadero aspecto de un muerto en vida, la expresión casi glacial. Ella es exageradamente blanca, una piel enfermiza, portaba una vestimenta negra y su cabello era la misma galaxia. Si no fuera por su belleza fría, si entraría en un estado de pánico debido a su apariencia.

─Dios, eres tan aterradora que la anterior ─ella si producía un miedo terrible.

─Supongo que te señalo cuál es nuestra misión de hoy en día.

─ ¿Con que ustedes se empeñan en eso, verdad? ¿Tú y cuántos más, eh?

─Somos tres.

─Tres desquiciadas.

─No creo que Jieun le guste que te expreses así de su persona. Si tú piensas que yo soy aterradora por mi apariencia, la parca lo es aún más, polvoriza tus huesos para que no renazcas.

La chiflada le pico algo y lo afirma. No se lo tomaba en serio.

─ ¿Y qué? ¿Me darán el buen susto de mi vida o vendrán por mi porque llego mi hora de morir?

─No. Mi trabajo es llegar a la reflexión, así de sencillo.

─Eres tan arrogante.

─No, definitivamente no.

Le causaba gracia como respondía tan monótono y sin vacilaciones.

─Esto debe ser otra pesadilla ridícula.

─No lo es. Voy a llevarte conmigo ─emprendió camino lentamente con esa expresión gélida, sin ningún ápice de emoción─, acataras todo lo que yo diga y tú tendrás que escucharme.

─Estas abusando tu autoridad. Aparte, nunca me dijiste como te llamabas.

─Irene ─sonó tácito─. Viajaremos a las anteriores navidades del pasado de tu vida.

─ ¡¿Qué?! ─se consternó─ ¿Por qué iríamos ahí?

─Porque sí ─sujeto su mano fuertemente─, ven.

La mujer poseía una fuerza descomunal, pudo arrastrarle sin dificultad durante el camino. En un santiamén, ella lanzó un polvo blanco el cual pudo darle forma a un espiral grande lleno de luz, casi cegando la vista, era un portal más de allá del plano astral.

─Agárrate fuerte. No me haré responsable de los futuros daños físicos.

Taehyung no dijo nada más, siguió sus indicaciones y lo llevo a ese grande destello de luz.

─Oye, oye, es muy pronto para... ─se calló la boca cuando empezó sumergirse adentro.

Cerro los ojos atemorizado.

─ Abre tus ojos, estamos seguros aquí.

Despego el uno por uno, analizando el área.

─ ¿De verdad no estoy muerto?

─Yo no soy la persona indicada para llevarte el día de tu muerte.

Contemplo lo que hay en el interior de la espiral, es increíble que flotarán en el aire, aunque por supuesto Taehyung no tenía un buen equilibrio.

─ ¿Quién eres?

Irene le miro de reojo y dijo lo siguiente: ─Soy quien crees que sea yo ─pauso un momento y volvió hablar─. Procura en aterrizar bien cuando estemos en el piso.

─ ¿El qué?

Miro al frente suyo y observo como el espiral se abría pasando a otro plano, a simple vista ese lugar se le hacía reconocido y familiar. En un abrir y cerrar de ojos sintió que su cuerpo descendió brusco hacia abajo.

Estrelló contra el piso, cayendo de rodillas.

─Aguanta un momento ─dijo Irene extrañada.

─Diablos, ¿Por qué no me dijiste que había una bajada?

─Tu... ¿Reconoces este lugar? ¿En dónde estamos?

─ ¿Dónde estamos? ─pregunto confundido─ pues... ─su campo de visión le mostró lo que alguna vez odio y detesto con toda su alma ese lugar.

Pudo desbloquear un recuerdo amargo el cual no quería revivirlo.

─ ¿No se supone que tendrías que estar en tu casa? ¿Por qué estar en un teatro cuando estamos a pocas horas de nochebuena?

─Yo... ─camino reconociendo cada cosa a su paso─ no lo sé, siempre me pregunte lo mismo.

Miraron al frente cuando las luces del escenario aparecieron.

─Y el ganador definitivo es Kim Seokjin.

No tardaron en escuchar los sonidos de asombro en la sala los presentes, era un hecho sorpresivo el resultado final.

Ahí veíamos a un Taehyung de quince años parado al centro con la sonrisa intacta, tan intacta que gradualmente iba desapareciendo al presenciar con sus propios ojos el fracaso. Estaban en un concurso de piano y canto, él lamentablemente no gano está vez, se pudo haber confiado, realmente juraba que iba ser victorioso. Al no ganar el concurso esto implica las consecuencias trágicas.

Los familiares de Seokjin se apresuraron en ir hacia él y abrazarlo.

─Es imposible, señores jurados ─una mujer de cabello castaño sujetado se situó a lado de Taehyung─ mi hijo realizó una impecable presentación el día de hoy. En cambio, el otro participante no hizo nada más que fallar las partituras, no siguió al pie de la letra lo que se le indicaba.

Tenía el descaro en desenmascarar.

─Por favor, señora Kim. Los jurados han tenido sus motivos el cual se evalúo de esa forma ─explico el presentador de ceremonias.

─Pero no se me hace imparcial, mi hijo es un prodigio, estuvimos ensayando sin descanso para que pueda estar a un nivel superior. Él merecía ganar, él debe ser la súper estrella en música clásica, ¿Por qué no lo quieren aceptar? ─empezó a alterarse, sujeto y jaloneo el antebrazo de su hijo.

─Mamá... ─sonó a un hilo de voz, miro con cierta nostalgia a su madre, no quería meterse otra vez en problemas, ya era suficiente.

La tremenda humillación al público es desalentadora.

─ ¡Mi hijo es mejor que todos! ¡Se van a arrepentir de lo que hicieron, bastardos! ¿Por qué no quieren que gane? ¿Es porque proviene de una familia de clase media con una madre viuda, eso es lo que piensan? ─apunto con su dedo a los jurados─ en cambio está familia tiene un alto estatus ─acuso─ ¿A ellos si le aceptaron por qué llamaría más la atención? ¡Míseros corruptos!

─ ¡Retiren a esta Señora de aquí! ─ordeno uno de los jurados.

Dos hombres altos se dirigieron a ella para sacarla del lugar.

─ ¡Ni se atrevan a tocarme o los denunciare! ─no dejaba de gritar y moverse─ ¡Les dije que me suelten!

Cuando pudieron agarrarla se la llevaron enseguida, aunque era meramente difícil porque ponía resistencia. Taehyung obviamente tenía que estar al lado de su madre, si eso se tratase de manera incondicional. Al llegar donde se ubicaban los jurados, Taehyung no tuvo más que remedio que hacer una reverencia para disculparse y despedirse.

Esta acostumbrado a este tipo de escándalos por parte de su madre, no hay un día normal y tranquilo.

Al abrir la puerta grande de la salida, salió afuera dudoso, echo un vistazo si se hallaba su madre.

─ ¡Los odio, odio a todos ustedes! ¡Ojalá se pudran, corruptos! ¡Mi hijo será la próxima estrella del país y ustedes se van a arrepentir! ¡Ese premio tenía que ser mío, ese dinero es mío, yo lo merezco!

Y siguió discutiendo, hablando en el aire. Ella se veía lamentable.

─ ¡Mierda! ─tiro su bufanda de cólera─ ¿Y tú qué me miras? ─grito enojada.

El pequeño Taehyung caminaba pasito a pasito, tímido. En realidad, miedoso en convertirse en la victima de su madre.

─Mamá, detente por favor ─hablo bajito.

Las manos le temblaban levemente, observando como tercer espectador detrás de ello, pudo notar ciertos aspectos que no fueron vistos en ese preciso tiempo.

─Taehyung, estás aquí ─paso su mano a su hombro, calmándole─. No temas.

─Es un recuerdo doloroso ─su voz se volvió plañidera─ ¿Sabes? La mayor parte del tiempo mi mamá se desquitaba conmigo porque no cumplía con sus expectativas ni mucho menos si estaba tan lejos el sueño de mi papá. Ella y yo nos desvelabamos a largas horas de la noche para ensayar, aun así, no bastaba, no importa cuantos concursos asistía nunca ganaba, siempre quedaba segundo o tercer puesto y mi mamá no le gustaba eso. Aparte de que no teníamos suficiente dinero desde que mi padre falleció el salario de mi madre como enfermera no solventaba los gastos para dos personas. Sí o sí necesitaba ganar en los concursos para tener que alimentarnos.

Nunca es suficiente.

─ ¿Qué me detenga que, niño? ─le reto─ ¿Te diste cuenta del tremendo robo que nos hicieron? Por cuarta vez no conseguimos el primer puesto, ¿Y todo por qué? Porque no somos dignos, a salvó de que... ─cruzo de brazos, esa característica mirada fulminante podía devorar su corazón─ no ensayaste lo debido y estuviste haciendo otras cosas, si ellos no te aceptaron es porque hubo errores que yo no pude notar y ellos sí. Dime, Taehyung, ¿Todavía sigues viendo a la familia Jung?

─ ¡No, mamá! ─de justifico, defendiéndose ─ hace semanas que no frecuento con ellos, hice lo que tú me dijiste ─salía su voz trémula a la luz, a punto de romper en llanto─, yo no hice nada que yo desobedezca.

─Odio que me mientan, lo aborrezco ─se exasperaba demasiado, perdiendo su cordura─. Ahora mismo, ni bien lleguemos a casa estarás frente al piano ─sujeto su antebrazo─, permanecerás horas cantando en la sala de ensayo.

─Pero, mamá, en pocas horas será Navidad y tú me prometiste que...

─ ¡Yo no te prometí nada! ─no era cierto, si le prometió─ Si ganarás ese concurso te dejaría libre, más no íbamos a celebrar. Ahora déjate de quejarte y nos vamos.

La señora Kim era estricta, ruin e insensible. Nadie podía hacerle cambiar de opinión si se proponía. A regañadientes se lo llevó a Taehyung durante el transcurso del camino, a este punto no le interesaba lo que sentía su hijo.

Estando en casa después de pasar el mal rato, Taehyung seguía practicando como lo ordenaron, hasta que dejó de tocar. Decidió levantarse y en puntillas se dirigió a la puerta para verificar algo, se fue al cuarto de su madre y en efecto, ella estaba dormida. Entonces entendió que era una buena idea para ir a la casa de la familia Jung, pasaría la navidad con ellos.

A pasos sigilosos avanzo hacia a la puerta de su casa, abrió y cerró con cuidado sin hacer ningún tipo de ruido.

Contemplo el lugar, la nieve en su calle caía suavemente por su cuerpo, los postes de luz estaban decorados y las casas destacando con esos colores prominentes a verde y rojos, incluso había esas lámparas colgados, menos el suyo, su casa se veía aburrida y gris.

No deseo ponerse triste, debía de apresurarse en ir a la casa de los Jung y visitar a Hoseok, estar con su presencia al menos podía aliviar y olvidarse de sus preocupaciones y males.

Corrió a través de la nieve, su casa estaba cerca; era voltear a la otra cuadra. Duro por lo menos tres minutos, tocó el timbre del hogar y rápidamente le abrieron.

─Viniste ─una voz delicada se presentó─. Felices vísperas de Navidad, Taehyung, por favor, pasa ─invito cordialmente─. Hoseok te está esperando, si gustas...

─ ¡Taehyung, felices vísperas de Navidad! ─grito eufórico y emocionado, su rostro se ilumino de alegría.

Corto la distancia entre ambos, sujeto su mano llevándolo.

─Ven, ven con nosotros. Llegaste justo a tiempo, mis tíos te quieren conocer, les hable mucho de ti.

─ ¿Tu hablaste de mí? ─pregunto con ingenuidad─ no tengo nada de interesante.

─Pues para mí si lo eres ─contesto con una sonrisa mientras caminaban.

Desde el otro lado, Taehyung veía cada escena, conmovido por los recuerdos del pasado. Atesoraba cada recuerdo con Hoseok y su familia, ellos si supieron acogerlo en su hogar.

─ ¿Qué es para ti Hoseok? Ambos son muy unidos, ¿No? ─sintió curiosidad Irene.

─ ¿Qué es para mí él? ─se mantuvo pensativo─ quizás ha sido ese alguien que he necesitado y estuvo para mí de forma incondicional.

La mujer no pudo contestar nada. Continuaron observando.

La familia Jung eran muy numerosos, conversaban y charlaban a más no poder; eran dinámicos y amigables, Taehyung pudo acoplarse y conversar con ellos, también deleitándose de los bocadillos que le ofrecían, era estar en la misma gloria.

─ ¿Y qué tal te pareció los bocadillos Taehyung? ─la voz cariñosa de la señora Jung le impresiono.

─Estuvo deliciosa, me gustaron mucho.

─Los preparó Dawon ─dijo el Señor Jung─. Ella se empeñó en prepararse.

Ella no hablo nada, era de hablar poco y tímida, solamente se limitó en asentir.

─Taehyung, ven conmigo. Quisiera darte algo ─susurro cerca de su oído.

Alimento su curiosidad al comentarle sobre ello, quería saber que era. Ambos se escabulleron saliendo de la sala, se ubicaron al otro lado de la habitación donde estaba el arbolito de navidad y los regalos.

─Pensaba que sería conveniente regalártelo ─entrego en sus manos una caja roja con un listón verde─, ábrelo.

─ ¿Abrirlo? ─quedo enternecido.

─Él realmente te aprecia mucho ─comento Irene─. ¿Por qué nunca te diste cuenta que a Hoseok le gustabas?

─Yo no sabía, no tenía idea. Simplemente lo veía como un amigo, alguien a quien podía confiar en todo.

─Que tonto.

Taehyung hizo un sonidito de ofendido. No pudo decir nada, miro a otro lado.

─ ¡Una bola de cristal! ─lo sostuvo en sus manos, maravillado─ nunca tuve una, siempre quise de éstas, se me hace sentir tan familiar a las anteriores navidades que estuve con mi papá.

─Discúlpame por no asistir a tu presentación. En verdad, quise, pero llegué tarde, me comentaron que tú...

─Olvídalo, era lo mejor ─lo resto importancia─ mi mamá hizo todo un espectáculo frente a todos, le pareció injusto que no haya ganado, además, al no ganar no pude cumplir lo que ella quería.

─Pero quedaste en segundo lugar.

─Lo sé, siento que eso es más que suficiente, sin embargo, mi madre no piensa lo mismo. ¿Sabes Hoseok? En realidad, quisiera tener una familia como la tuya, ellos son alegres, unidos y se apoyan el uno al otro, aquí la tristeza ni se asoma por ésta casa. Deseo quedarme para siempre, ser feliz y algún día...

Es una lástima que no pudo completar la oración, desde el otro lado del cuarto se escuchó un estruendoso ruido, alguien estaba tocando la puerta con rabia. Todos se preguntaban quién era.

Hasta que decidieron abrir y se percataron de quien se trataba.

─ ¡Irene, hay que irnos de acá, te lo suplico! ¡Ya no quiero ver más! ─agarro su brazo.

─ ¿Pero por qué?

Demasiado tarde.

─ ¡¿En dónde se encuentra mi hijo?! ¿Por qué le tienen aquí con ustedes? ─esa voz, esa voz le inspiraba escalofríos a tal grado de calar sus huesos.

Era su madre quien fue a buscarlo.

─Señora, por favor tranquilizase. No estamos haciendo nada malo, su hijo está aquí con nosotros, vino de visita unos cuantos minutos y...

─Ustedes quieren envenenar a mi hijo, no quieren que triunfe ─busco por todos los lugares hasta que llego a la sala, impregno sus ojos en él─ ¡Kim Taehyung!

Esa expresión de horror decía más que mil palabras, su piel estaba blanco como una hoja, es su fin. Jamás lo había visto tan furiosa. Apresuro sus manos dirigiéndose a Taehyung, sin dudar lo abofeteo cruelmente frente a todos los presentes.

Supo comprender la situación, Irene lanzó el polvo mágico y abandonaron ese lugar onírico, volvieron a la habitación de antes.

En un abrir y cerrar de ojos se hallaban a salvos.

─Admito mi error ─hablo de manera cautelosa─. La familia Jung estaban felices cantando villancicos, nunca imaginé que tu madre llegara a la casa de ellos.

Se sentó en la orilla de la cama Taehyung, su aura emanaba cierta nostalgia.

─Jamás pude llevar esa bola de cristal que me obsequio Hoseok esa navidad, tampoco despedirme de la familia Jung a pesar de haber sido tan generosos y amables conmigo, fueron los únicos en tratarme parte de su familia. Mi madre destruyó toda esa felicidad, hizo pasar un mal disgusto a todos, nunca tuvo el control de sus emociones, ella se dedicó a gritarlos e insultarlos y una de esas, dijo que no merecía esto al no haber ganado el concurso. Fue un trauma para mí, grito a Hoseok, a sus padres, tíos...a partir de entonces, nos mudamos a otra casa lejos de ellos. Dure dos años sin ver a Hoseok.

─Es una lástima que tu madre actúe con tanta imprudencia.

─Y si lo es, sufrí años de abuso debido a sus arrebatos de ira.

─Lamento que hayas pasado por tanto. La familia es para sentirse querido y protegido, sentir ese calor de hogar, sin embargo, si no hay nada de eso ¿No sería mejor cortar lazos quienes te hacen daño?

─Ni me recuerdo cuando murió, si actualmente continuará viva hay una probabilidad que siga pensando de esa forma. Jamás cambiaría.

─A pesar de estos hechos malos, podrías aprender de ellos de una manera positiva, por ejemplo, impedir que alguien pase lo mismo que tú. Incluso podrías recobrar esa alegría en disfrutar nuevamente la Navidad junto con la familia Jung, a lado de Hoseok. Recuperar la felicidad de antes, Taehyung.

Paso su mano frente a su espalda, no obstante, Taehyung retiro su mano.

─Lo pasado es pasado, ¿Para qué revivir viejos recuerdos que deben ser sepultados de por vida? No tendría sentido, además, después de dos años gane el concurso nacional y debute a los diecisiete años, todo gracias a mi difunta madre sin ella no pude haber lograrlo.

Entonces cayó en cuenta al percatarse de su explicación.

Contempló el rostro triste de Irene. ¿Por qué le miraba así?

─No necesito de tu compasión, Irene. Te puedes largarte, ¿esa era tu misión, no? ¿Mostrarme el pasado? Ya cumpliste lo que debiste, ahora adiós. Necesito tener energías para dar una buena función esta tarde.

Se acomodó en sus sábanas, echándose a su cama dándole la espalda. Esta vez hizo oídos sordos, ignorándola.

No tuvo otra opción, tenía que retirarse del lugar, ha sido suficiente. Ella no logro su cometido.

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