ᴏᴛʀᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ᴅᴇ ᴄʜᴀʀʟᴀs
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Esa noche tenía la intención de cumplir con su triste rutina.

Llorar toda la noche.

Grande fue su sorpresa al ver a la hermosa chica de la anterior noche sentada en su lugar.

Lo primero que cruzó por su cabeza fue que lo estaba esperando a el.

No, eso no podía ser.

¿Quien haría eso por el?.

¿Quien esperaría por un dios que mata todo lo que ama?.

Para Apolo ahora mismo esa idea era de lo más descabellada.

-¿Va a seguir ahí inmóvil?.- Ella lo estaba mirando curiosa.

El no respondió, se encontraba perdido en sus pensamientos.

La joven rapidamente pensó que tal vez solo queria estar solo y ella se encontraba molestando...

- Me disculpo si lo incomode, Señor, No quería ser una molestia...-susurro muy apenada.

Pero el tampoco respondió a eso, ahora estaba ocupado mirandola, podia estar deprimido pero no era ciego.

La chica frente a el era muchisimo más bella que la mismisima Afrodita.

-Sabe, Lord de la tristeza.- ahora se encontraba divertida, Apolo se preguntó si era bipolar.- Quedarse parado mirando a alguien, sin decir una palabra, por mucho tiempo es raro y asusta mucho.

-Sabe, Señorita mil apodos.- comentó burlon.-¿Que hablar con gente desconocida esta mal?.

-Señor lloron, ¿como cree usted que se crean los amigos?.

Eso dio comienzo a una noche de charlas y apodos raros entre los dos.

Ninguno dijo quien era realmente.

Eso podía esperar.