"Sé que es fuerte pero no puedes ponerte así. Tienes hijos, Alex. No puedes dejarte guiar por el coraje." Le decía Luzu con suavidad mientras le miraba desde el otro lado de la mesa sentado.

"Lo sé." Suspiraba Alexis para negar y mirar el vaso en sus manos. Aunque fuera licor no le ahogaba las penas. "Es que...llevo toda una vida conociéndola y me..me siento tan perdido sin ella. Tampoco es como si ya no estuviera, pero no siento que esté allí. No siento que sea la misma mujer luego de lo sucedido." Le dijo.

Luzu suspiró y con su mano le frotó la espalda dándole ánimos. Sabía que era difícil pero tampoco tenía algo que decir. Terminando de tomar un trago de su licor Alexis recibió una llamada y al levantar el celular vió el nombre de Mirelle en este. Con un suspiro dejó el vaso para responder la llamada sin muchas ganas. El español a su lado pudo ver como sus ojos se abrieron enormemente luego de unos segundos de haber contestado la llamada. "¿Alex? ¿Está todo bien?"

El mencionado se levantó y tomó sus cosas luego de colgar la llamada. "Debo irme, Mary está en el hospital." Dijo rápidamente yendo a la puerta con rapidez. "Te hablo luego, gracias por todo." Dijo saliendo por la puerta.

El pelinegro fue corriendo a su auto y se subió para comenzar a conducir. Tenía los nervios de punta. ¿Porqué estaría su esposa en el hospital? Sentía como le sudaban las manos y como temblaba levemente. Estaba pálido de tan solo pensar que algo podría estar mal con la castaña y él no estuviera allí.

Tardó un poco en llegar por el tráfico pero al hacerlo no dudó en bajar corriendo. Entró por la sala de emergencias y preguntó por la chica, al recibir instrucciones fue casi corriendo en esa dirección.

"¡Alexis!" Mirelle se levantó de la silla donde estaba al verlo.

"¿Dónde está?" Preguntó nada más llegar a ella.

"Está— Ella— la están operando." Dijo entre tartamudeos. Ella también se veía mal.

"¡¿Qué?!"

"El doctor dijo que era de emergencia." Su voz temblaba y sus ojos estaban llorosos, se le notaba asustada y al borde del llanto.

El escuchar aquellas palabras pudo sentir que se mareaba. Todo parecía indicar que iba mal. Alexis se llevó las manos a la cabeza..¿Y si algo pasaba? ¿Y si la últimas palabras que le dijo a su mujer eran de pura discusión? No podría vivir con el cargo de conciencia. Se odiaría el resto de su vida si eso sucediera.

Fueron horas de esperar. Alexis había perdido la cuenta de todas las veces que se levantó a comprar café. Mirelle había dejado de llorar hace unas horas, le había dicho el como escuchó a su hermana llamarla cuando todo sucedió. Decía que se retorcía del dolor y que no podía ni caminar. Llamó a una ambulancia y se la llevaron, luego llamó a doña Eliza, la amable señora que cuidaba a los niños cuando nadie más podía cuidarlos. Les prometió a los niños que todo estaría bien y les dejó con el mandado a la señor Eliza que les comprara helado para que se calmaran. Mirelle lo contaba como la peor experiencia hasta ahora, tuvo que mantenerse firme para no asustar más a sus sobrinos.

Cuando vieron a un doctor acercarse se levantaron de golpe esperando las noticias.

"¿Familiares de Marilyn Maldonado?" Preguntó el señor.

"Sí." Dijo la mujer con rapidez. "Soy su hermana."

"¿Y usted? ¿Pareja?" Alexis se limitó a asentir.

"¿Cómo está ella?" Preguntaba Mirelle.

"Hubieron complicaciones, eh.." suspiró tensando a los dos. "Parece que el embarazo que tenía fue muy mal cuidado y complicó muchas cosas en su salud. Por su bienestar no recomiendo que vuelva a tener hijos." Dijo con seriedad. "Tuvimos que sacar al bebé por el bienestar de la madre y de este."

Los ojos de ambos de abrieron con sorpresa al escucharle.

"Apenas tiene seis meses, está muy débil y debe ser monitoreado por un tiempo." Explicó. "En cuanto a la mamá, también va a tener que quedarse un tiempo. Está débil pero estable."

[...]

Mirelle estaba viendo a su hermana mientras le decía de que todo estaría bien. Mientras ella estaba allí, Alexis fue llevado por las enfermaras a otra sala. El chico estuvo confundido pues solo le preguntaron si era la pareja de Mary, nada más. Al llegar a una sala y entrar pudo ver al instante que era donde tenían a los bebés en sus incubadoras.

"Por aquí." Le dijo la amable enfermera. Alexis se acercó a ella. "Es una niña." Le dijo con suavidad y una sonrisa.

El pelinegro se asomó un poco y la vió. Estaba con muchos cables y demás, se veía delicada, pequeña y débil. Daba lástima verla así.

"Puede meter la mano por aquí y tocarla con guantes." Le indicaba la mujer mostrándole los hoyos de al lado que era cubiertos. No era lo mismo que tocarla con la mano desnuda pero era algo. "¿Quiere tocarla?" Preguntó para mirarlo.

"Por favor.." murmuró Alex.

Con cuidado se le indicó como y con qué. Al tener todo como era metió la mano por donde era con cuidado luego de que le explicaran como. Alexis tomó la manita de la bebé y vió cómo está agarraba su dedo por reflejo, no se sentía para nada su agarre pero la veía. Su corazón se encogió en su pecho al ver esto y una sonrisa se mostró en su rostro. No sabía explicar la sensación, las emociones ni nada, pero era algo realmente fuerte.

"Felicidades, papá." Le dijo la enfermera con una sonrisa enternecida al ver el momento que estaba compartiendo con la bebé. Era realmente conmovedor a la vista.

Él la miró y realmente no le dió importancia. Volvió a mirar a la pequeña y acarició su manita con cuidado, temía herirla pero algo le decía que todo estaría bien.

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