Mary tenía una edad ya, sus hijos ya estaban grandes aunque aún cuidaba en su propia casa a tres de ellos, el punto es que ya no vivía como una mujer de veinte años, se comportaba y vestía como lo era su edad actual, pero hubo un problema... Por situaciones de salud el doctor le dijo que debía tomar anticonceptivos para ayudarla, no pensaron en que tendría efectos secundarios tan notorios. Era sábado, se suponía que iba a cenar con su esposo, había preparado su outfit y todo con emoción, podría tener cualquier edad posible pero ella seguía enamorada de él como una adolescente y siempre se vería perfecta para él. Al ponerse su vestido se dió cuenta de algo curioso y molesto: su busto estaba más grande de lo normal y se notaba con el vestido.

"¿Soy yo o el vestido se encogió?" Preguntó Mary mirándose en el espejo. "Tal vez fue la lavadora."

"En ese caso, hay que poner a lavar toda tu ropa para que se vea igual a esa." Le dijo de regreso su esposo sentado en la cama tras ella mirándola, su mirada y sonrisa picara lo decía todo.

"Ay, Alexis." Se quejó ella tapando su busto con el ceño fruncido.

"No, pero, neta." Alex se levantó para acercársele sin perder tiempo. "Creo que son los anticonceptivos que te has estado tomando."

"Creo que tienes razón." Murmuró Mary mirándose al espejo. "Llamaré a preguntar si hay otro medicamento que pueda usar. A este paso no podré ponerme nada." Suspiró viendo como el pequeño botoncito del escote estaba descosido por la presión ejercida.

"Oye, oye, primero preséntamelas y luego preguntas." Dijo el pelinegro tomándola de la cintura con aires divertidos. "Estás tomando anticonceptivos y yo estoy operando, probemos cuantas veces seguidas aguantamos sin que te embaraces." Soltó en broma paseando sus manos por el cuerpo de su esposa.

"¡Alex!" La francesa rápidamente se soltó para darle un suave golpe en el hombro, no quería lidiar con eso ahora mismo.

"Bien te gusta que te hable así, mmm." Una vez más, se abrazó a ella. "Guapa." Dijo dándole un beso en el cuello.

"Alexis, vamos a llegar tarde." Insistió suspirando.

"¿Y?" Sonrió.

"Tengo hambre y ya me arreglé completamente para la salida." Con un rápido movimiento Mary se logró soltar de él para caminar a su armario a paso firme, hace mucho no salía y menos con su esposo, quería pasar un rato con él en una cita como en los viejos tiempos, pero él se quedó con el pendiente...

[...]

Era domingo y el día estaba cálido, en todo el sentido de la palabra.

Los chillidos, gemidos y suplicas de Mary se escuchaban por todo el pasillo de la casa, lo mismo con el ruido frecuente de los choques de piel a piel. Tenían la casa sola y Alexis pensó que era una gran oportunidad para terminar todo el trabajo que había dejado acumulado y Mary quiso relajarse un poco viendo le tele. La mujer fue a su habitación y se dió una ducha larga con agua caliente, luego salió para buscar algo de ropa cómoda, todo muy normal, pero la francesa cometió un error: había salido del baño en toalla olvidando que la puerta de la habitación estaba abierta. Justo en ese momento pasó un Alexis privado del sexo por mucho tiempo y la vió, no dudó dos segundos antes de mandarlo todo al carajo.

Ahora la francesa estaba contra su cama, su cabello sobre su rostro y su posibilidad de moverse, Alexis la agarraba desde atrás embistiéndola con todas sus fuerzas y ganas acumuladas. Mary no conocía a este hombre, nunca había sido así de intenso con ella en todos los años que llevaban juntos y eso la estaba volviendo loca, aún más cuando llevaban mucho tiempo sin tener relaciones.

Esto les trajo consecuencias más adelante...

[...]

"¿¡Estás qué!?" Chillaron los cuatro en conjunto con la misma expresión.

¿Quien diría que esos anticonceptivos hicieron que la francesa fuera la más fértil del mundo? Bueno, también se le añadía que el pelinegro no se resistió ni un segundo, cada que tenía la oportunidad se le abalanzaba a su mujer y eso les atrajo a la situación actual.

"Eh, van a tener un hermanito." Repitió Mary algo insegura por las reacciones. "O una hermanita."

"Pero... ¿cómo?" Preguntó Alexa confusa.

"Culpa a tu papá." Soltó Mary señalando a su esposo.

"¡Papá!" Le gritó Thiago.

"Gallina vieja hace buen caldo." Fue la defensa de Alexis, mismo que estaba muy contento y se le notaba, ante esto la cara de asco que pusieron sus hijos fue impresionante.

"Mamá, tú no estás apta para tener un bebé, menos ahora con tu edad." Dijo Amely con preocupación.

"Lo sé, pero..." La castaña colocó sus manos en su panza. "No hay nada que pueda hacer al respecto, lo hecho hecho está." Dijo con una pequeña sonrisa. Su hija no añadió nada más, no podía discutirle a su mamá.

"¿Y bien?" Sonrió Alexis. "¿Qué piensan al respecto?"

"Yo pienso que deberías pedir un reembolso al doctor que te operó. No sirvió de nada y sigues multiplicándote a lo pendejo, no queremos ni necesitamos más de tus genes." Respondió Toño con una mueca de burla.

"Chingas a tu madre, pinche chamaco pendejo, ojalá te hubiéramos abortado." Se quejó Alex demostrándole el dedo de en medio.

Mientras los dos discutían y se daban golpes jugando de mano, la menor de todos se acercó a la francesa. "¿Eso significa que ya no seré tu bebé?" Tiana hizo puchero y ojitos a su madre ante la noticia.

"Ay, muñeca." Mary fue débil, rápidamente la abrazó contra su pecho. "Eres y serás mi bebita por siempre." Esto desencadenó una cadena de preguntas y abrazos que hicieron que la mujer carcajeara.

"¿Y yo?"

"¿Y yo?"

"¿Y yo?"

Preguntaron los chicos como si fueran niños pequeños, esto enternecía a Mary.

"¿Y yo?"

"¡Tú no, papá!"

Terminaron todos los patitos abrazando a Marilyn mientras ella reía por lo tontos que podían llegar a ser. Amaba a su ya no tan pequeña familia.

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