127| Oh-oh
"Advertido estás." Le decía Mary a su esposo desde el sofá. Sentada frente a ella en el suelo estaba Amely con su cabello suelto y sus ojos en el televisor.
Luego de la fiesta de Oli hubo un pequeño problema de liendres, para evitar que se esparciera la castaña se sentó a usar aquel cepillo especial para estas situaciones. Mary usaba su cabello atado bajo un bonnet mientras que Alexis usaba su gorro con todo su cabello abajo de este, las pequeñas usaban sus gorritos de bebé y Thiago... Bueno, el estaba bien, no salió de su habitación en ningún momento.
"Mary, un niño como ese no puede ser criado a tu forma." Insistía Alexis. "Thiago está fuera de control y no hacer nada al respecto sólo hará que se vuelva aún más malcriado."
"Sólo quiere tu atención, Alex." Soltó ella sin dejar de cepillar el cabello de su niña. "Pasas todo el tiempo pendiente a tu trabajo que cuando no lo haces solo piensas en jugar con tus hijas, tanto que olvidas que también tienes un hijo con el que jugar." Comentó mirando a su esposo momentáneamente.
"¡Claro que juego con él!"
"Claro que no, lo regañas por todo y todo el tiempo, incluso si hace trampa, eso no es jugar." Le miró. "Si querías ser sargento te hubieras enlistado a la milicia. Antoine no es un militar, mucho menos un adulto, es solo un niño que quiere ser apreciado por su papá." Le hablaba con suavidad mirando el cabello de su hija.
"Él es el único que se porta mal desde siempre. Si Amely hubiera tenido esos mismos comportamientos la hubiera tratado de esa forma." se defendía mirándola con el ceño ligeramente fruncido. "No puedes pasarle la mano a una persona que no lo merece."
Mary soltó un pesado suspiro dejando lo que hacía para mirar al pelinegro. "Sólo... Por favor, no olvides que es un niño. Juega con él y no olvides que también es tu hijo." Pidió. "Es un buen niño, lo sabes."
Alexis soltó un suspiro relajando los músculos de su cara. Tenía algo de razón, no todo podía girar entorno a la conducta. Thiago era un niño lleno de energía y aunque fuera agotador debía permitírselo aveces.
"En lo que estoy aquí podrías subir y pasar un rato con él." Aconsejó la mujer con una sonrisa.
"Claro." Él no tenía quejas, no tenía problemas con eso.
Ni corto, ni perezoso, se levantó desde donde estaba para subir a la habitación de su hijo. No esperaba que al abrir la puerta de esta no encontrara a su hijo por ningún lado, incluso la ventana estaba abierta dejando en claro lo que sucedía.
Alexis se puso rojo de el coraje.
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Si hay faltas de ortografía o un error, por favor déjenme saber.
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