𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 12 - Enigma
"Ugh..."
Twilight gruñó, con la frente apoyada en la mesa. No había señales de motivación, ni deseo de hacer nada más.
¿Realmente era solo una coincidencia? Sí, definitivamente. Finalmente había escuchado esa voz, esa voz. Debería sentirse feliz; después de una semana y media de investigación, estaba empezando a ver resultados. Pero...
—Esa voz...
¿La había escuchado mal? Bueno, estaba delirante en ese momento. Quizás había confundido los tonos de sus voces. No quería admitirlo, pero la voz de la criatura era la misma que la del unicornio oscuro que temía recordar, con su sonrisa maligna y su mirada insana.
—No... definitivamente no... —continuó quejándose, con la cara enterrada en la fría madera de la mesa.
—Esto, definitivamente... ¡no puede ser! —exclamó, con la voz llena de desesperación.
—Quizás, quizás, todavía estaba aturdida del sueño, y, y, y... —murmuraba para sí misma, su mente comenzando a desmoronarse bajo la presión.
—Necesito ayuda.
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Twilight se dirigió al palacio con una mezcla de esperanza y ansiedad. Tras semanas de sueños inquietantes y creciente frustración, decidió buscar la ayuda de la Princesa Celestia. La entidad en sus sueños se volvía cada vez más perturbadora, y solo la princesa podría ofrecer las respuestas que necesitaba.
Al llegar al palacio, fue recibida por Celestia, quien la condujo a una sala privada para su conversación.
—Princesa Celestia, gracias por recibirme tan de prisa —dijo Twilight, esforzándose por mantener la calma a pesar de su agitación—. Tengo una preocupación muy seria que necesito discutir contigo.
Celestia le ofreció una cálida sonrisa, llena de comprensión, y la invitó a tomar asiento.
—Por favor, siéntate, Twilight. He estado esperando tu visita.
Twilight respiró hondo antes de hablar.
—He estado investigando una entidad que aparece en mis sueños. La situación ha sido... inquietante. Ayer, escuché una voz que me recordó mucho a la del Rey Sombra.
El ceño de Celestia se frunció, mostrando su preocupación.
—El Rey Sombra fue derrotado y destruido con el Corazón de Cristal. La magia del Corazón debería haber asegurado que no pudiera sobrevivir. ¿Estás segura de que era su voz? Tal vez es solo el estrés.
Twilight asintió con seriedad.
La preocupación de Celestia creció mientras escuchaba a Twilight. Su mente se agitaba, considerando las implicaciones de lo que le decía.
—Si realmente era la voz del Rey Sombra, eso es muy inquietante. Pero, desde el punto de vista lógico, no hay forma en que pudiera haber sobrevivido. El Corazón de Cristal lo borró por completo, sin dejar rastro de su existencia.
Celestia hizo una pausa, pensando profundamente antes de continuar.
—¿Estás segura de que escuchaste la voz del Rey Sombra? Podría ser que el estrés te esté jugando una mala pasada.
Twilight encontró difícil explicarse, especialmente cuando ni siquiera podía convencerse a sí misma. Suspiró con resignación.
—Sí, princesa... tal vez solo necesite descansar —dijo, antes de prepararse para irse.
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Twilight se dirigió hacia la cabaña de Zecora, con la mente aún perturbada por su conversación con la Princesa Celestia. Necesitaba ver a Zecora para explorar conocimientos que pudieran ayudar con la misteriosa entidad en sus sueños.
Al acercarse a la cabaña, fue recibida por los aromas familiares de hierbas y pociones. Zecora salió de dentro, con una mezcla de cálida bienvenida y curiosidad en su expresión.
—Saludos, Twilight Sparkle, ¿qué te trae aquí, sin un título ni un estandarte? —preguntó Zecora, con su voz calmada y reconfortante.
—¿Es posible que alguien esté tratando de comunicarse a través de mis sueños? —preguntó Twilight, con un ligero temblor en su voz.
Zecora frunció el ceño, sus ojos se oscurecieron un poco mientras meditaba en la pregunta.
—Hilos del destino, a veces se entretejen en un tejido oscuro de maldad. ¿Pero de qué podrían tratar estos sueños que no te dejan en paz?
Zecora hizo un gesto para que Twilight entrara en la cabaña. Una vez dentro, la invitó a sentarse en un cojín cerca de la mesa.
—Relájate, deja que la paz te envuelva —dijo Zecora, mientras servía un poco de té humeante en dos tazones y colocaba uno cerca de Twilight—. Bebe, quizás encuentres calma en el sabor.
Twilight tomó una respiración profunda antes de empezar a explicar lo que había sucedido durante la semana. Relató las pesadillas perturbadoras, la inquietante entidad en sus sueños, y cómo la voz de la criatura parecía la del Rey Sombra, a pesar de que Celestia le aseguró que debía estar destruido. Omitió detalles íntimos y expresó su preocupación sobre la realidad de sus visiones y la posibilidad de que algo importante estuviera ocurriendo.
Zecora acarició su barbilla con un gesto pensativo antes de responder:
—La sombra del Rey aún persiste y no se deja ir, su oscuridad no parece huir. Percibo tu angustia, pero su presencia podría ser una ilusión, no siempre es clara la verdad en esta ocasión —dijo Zecora, acomodándose al lado de la unicornio con una expresión reflexiva—. La magia de los sueños es un misterio profundo, a veces un mensaje se desliza en lo oscuro. Pero lo que describes, con sombras y temor, parece más un tormento que un mensaje de valor.
Twilight asintió, su ansiedad palpable.
—La Princesa Celestia me aseguró que el Rey Sombra debió ser destruido por la magia del Corazón de Cristal —dijo Twilight con calma, antes de añadir—, pero la voz y la sensación que estoy experimentando parecen demasiado reales para ignorarlas. Necesito saber si hay algo que podría estar pasando por alto.
Zecora permaneció en silencio por un momento, reflexionando profundamente. Finalmente, se volvió hacia Twilight con una mirada seria y tranquilizadora.
—A veces los sueños no son lo que parecen, y nuestra mente puede engañarnos en un instante. Pero tu preocupación y tu angustia son reales, de eso está claro. Quizás hay algo que escapa a tu comprensión, algo que no has contemplado aún.
Zecora meditó por un momento más antes de comenzar a reunir varias hierbas e ingredientes de sus estantes.
—Es prudente buscar la verdad en sueños y en la noche sin luz. Prepararé un elixir especial que revelará el misterio oculto y te ayudará a enfrentar el desafío con astucia y sin rival —dijo Zecora mientras, con agilidad y destreza, empezaba a preparar el elixir.
Twilight observó con interés mientras Zecora trabajaba, su concentración inquebrantable. Después de preparar la poción, Zecora se la entregó a Twilight.
—Bebe esto antes de dormir, y claridad en tus sueños podrás encontrar. Esta poción te protegerá del mal y te dará luz para enfrentar el enigma celestial. Pero cuidado, pues no toda visión será grata; lo oculto puede ser también una amenaza ingrata.
Twilight aceptó la poción con gratitud.
—Gracias, Zecora. La usaré esta noche y veré qué puedo descubrir.
Zecora asintió, con una expresión seria en sus ojos.
—Ten cuidado, Twilight Sparkle, en el reino de los sueños hay engaños sin fin. Confía en tu ser y mantente alerta, pues la verdad a veces es un juego sutil.
Twilight agradeció a Zecora una vez más antes de dirigirse hacia la puerta, lista para regresar a su hogar. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de cruzar el umbral, Zecora la detuvo con una suave llamada desde la puerta.
—Twilight, espera un momento —dijo Zecora, su tono amable pero firme.
Twilight se volteó, sorprendida.
—Siento que hay más en tu relato, algo que has preferido no revelar. Recuerda que hasta el detalle más pequeño puede definir lo que buscas desentrañar —dijo Zecora, mirándola con sabiduría en los ojos—. No subestimes el poder de lo que has omitido, podría ser la clave que tanto has perseguido.
Twilight se quedó inmóvil por un instante, dejando que las palabras de Zecora resonaran en su mente. Sabía exactamente a qué se refería la zebra: esos momentos de cercanía con la criatura en sus sueños que había decidido omitir.
Un leve sonrojo coloreó sus mejillas al considerar la posibilidad. Si lo que sospechaba era cierto, ¿qué haría entonces? ¿Cómo reaccionaría ante la verdad que temía enfrentar?
Finalmente, asintió en silencio, agradeciendo la perspicacia de Zecora antes de marcharse con una nueva perspectiva en mente.
Después de que Twilight se marchara, Zecora observó la puerta cerrarse lentamente tras ella. Con una expresión pensativa, murmuró para sí misma:
—¿Debería haberle dicho que la comunicación en los sueños, donde incluso el tacto se siente real, suele despertar emociones intensas en ambos lados? —Zecora hizo una pausa, luego sacudió la cabeza con una sonrisa tranquila—. Mmm, no... estará bien.
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