Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6


Sofía acomodó su barbilla sobre el hombro del chico, tenía las comisuras de sus labios elevadas a su máximo explendor y le dolía la cabeza de tanto reír. De regreso a la habitación, ni siquiera podía caminar; cuando la adrenalina abandonó sus venas y su cuerpo se mostró cómo era, solo en ese instante ella fue capaz de entender lo cansada que estaba y lo mucho que le costaba mantenerse en pie, así que como el chico amable que era, Tanjiro la llevaba cargada en su espalda, aguantándola por sus muslos y rogándole que no se soltara mientras caminaba de regreso a su camarote con pasos lentos. La castaña se dio el lujo de escuchar la tranquila respiración de él y de disfrutar lo cálida que era su piel, lo agusto que se sentía allí. La luz de la luna se reflejaba en las aguas del océano que se podían divisar desde los pasillos, ella nunca había contemplado una noche tan hermosa, al parecer con aquel jóven, cada paisaje era único y cada momento era especial.

Cuando el silencio fue lo único que existió entre ellos, Sofía se acurrucó a la espalda de Tanjiro y arrugó los dedos de sus pies descalzos, estaba tan felíz, le encantaba aquello. Sentía una extraña satisfacción en su corazón que la hacía sonreír como tonta. Quería chillar como una niña pequeña, tal vez era culpa de esa cerveza.

Por su parte, Tanjiro disfrutó de igual modo aquella situación. Sentía el sube y baja del alterado pecho de Sofía y le encantaba porque el suyo estaba igual; las risitas bajas que a veces soltaba la muchacha eran como una preciosa melodía que lo abrumaba. Quería dibujar ese momento, porque era perfecto, lo único que podría arruinarlo era que el final del camino se acercaba y se vería en la necesidad de tener que despedirse, y no quería hacerlo.

—Yo... —comenzó la joven, soprendentemente sin tartamudear, agrietando aquel mutismo —realmente me divertí hoy, todo gracias a ti, Tanjiro.

—Yo no hice nada —replicó, riendo por lo bajo, sin detener su rumbo—. Tú llenaste el ambiente de alegría, fuiste tú quién comenzó a bailar, tú trataste a los de tercera clase como si no lo fueran, tú jugaste a los dardos y los pateaste a todos, solo tú y tu increíble poder de hacer el momento único.

—Ya, pero tú me extendiste tu mano —susurró, abrazándolo aún más fuerte. Sería el alcohol, pero sus ojos se cristalizaron y su garganta se cerró casi que por completo —, sin eso jamás hubiera tenido el valor de abandonar mi normalidad y hacer las cosas que realmente quiero. Tú me otorgaste la libertad que busqué durante tantos años y me llevaste a un mundo mejor que el que conozco.

—Te llevaría cuentas veces fueran necesarias —aseguró, sin tan siquiera pensar que estaba diciendo. Al percatarse de las palabras embarazosas que había pronunciado, su cara se sonrojó por completo y agradeció eternamente que Sofía estuviera en su espalda y no pudiera verlo.

—Gracias por todo —Ella estaba roja igual pero ni siquiera lo sabía—. Me alegra que me hayas hablado en la mañana.

—Es que parecías triste y no sabía que decir o hacer para mejorarlo —confesó, dando un pequeño brinco para acomodarla mejor, la muchacha se le estaba escurriendo de entre los brazos—. Así que pensé en decir eso, la verdad es que me lo inventé.

—¡Sabía que no había escuchado una historia como esa! —exclamó exaltada, alzando los brazos.

Aquello provocó que Tanjiro se balanceara. El de ojos borgoña soltó un quejido mientras se acomodaba, afortunadamente había logrado mantener el equilibrio.

—Perdón —pidió apenado, en voz baja.

—¿Por qué te disculpas? —inquirió curiosa—. Es lo más hermoso que me han contado en mi vida, me quedé enamorada de esa historia. ¿Te confieso algo?

Él asintió, esperando que prosiguiera.

—Desde pequeña siempre añoré un romance así. Llámame idiota, pero yo no quería un príncipe azul que me llevará a un castillo a vivir feliz por siempre, yo anhelaba un hombre justo y amable que tuviera para ofrecerme mil aventuras, y que aunque no tuviera nada que darme, me prometiera el cielo. No me gustaba la historia de Cenicienta, yo quería algo distinto, ir contra la corriente —relató, recordando como su pequeña "yo" correteaba por la casa diciéndole tales cosas a su madre, esta siempre se reía y le decía que cambiaría de opinión con el tiempo—. Era una ilusa niña que no sabía que el mundo tenía más de una cuadra de ancho. Por eso amé el relato del horizonte y el mar, porque supongo que eso de enfrentar al mundo para ser quien eres y estar con quién ames es algo que no puedo hacer.

—¿Por qué no? —cuestionó el varón, impresionándola—. En ti yace una fuerza misteriosa, eres la mujer más excepcional que he tenido el placer de conocer y eso que te conozco desde hace unas horas, te empeñas en menospreciarte y no sé si es por tu familia o por algo más, pero hay un fuego, un poderoso fuego que arde a tu alrededor y es inapagable, puedes hacer con él lo que quieras; tú decides si ignorarlo o hacer que arda todo con él. Yo lo ví esta noche, cuando retaste a más de un hombre, cuando bailaste sin saber que hacías, cuando le gritaste a Inousuke, cuando jugaste a los dardos y ganaste, lo ví en todo momento, y no entiendo cómo no lo ves tú si tienes espejos.

—¿Eso... —tragó en seco —¿Eso crees de mí?

—Eso sé de tí —corrigió, bajándola.

Entre charla y charla habían llegado al camarote de la muchacha. Sofía colocó sus pies desnudos en el piso y el frío la golpeó, quería regresar al cálido lugar de antes, ¿se sentiría así si lo abrazaba?

Tanjiro se giró para sonreírle, dispuesto a despedirse de ella. No esperó encontrarla con los ojos bañados en lágrimas, el rostro ligeramente rojo y sus orbes resplandecer con un fulgor único, como si fueran dos luceros. No sabía que hacer y ella tampoco hablaba. Estaba justo frente a su puerta, podía irse y dejarla, para que llorara en silencio, pero no quería. Extendió su mano hasta colocarla en una de sus mejillas y la obligó a alzar la vista, no entendía el por qué de su tristeza.

Sus miradas chocaron provocando la mayor corriente en sus estómagos. Inconscientemente, Tanjiro se fue agachando, sin perder de vista esos brillantes ojos que lo llamaban, Sofía se puso de puntillas y cerró sus ojos, esperando que él uniera sus bocas; y casi ocurre, puesto que estuvieron a tan solo un milímetro, mas una pizca de sentido común la atacó y la hizo ver a tiempo que aquello estaba mal.

Reuniendo toda la fuerza del mundo desvío sus labios a la mejilla del muchacho, y aunque lo dejó desconcertado, el de cabellos rojizos no dijo nada, porque esa gota de sentido común que había azotado a Sofía, también lo había hecho con él.

—Buenas noches, Sofía —dijo, apartándose.

—Buenas noches, Tanjiro —contestó abriendo la puerta de su camarote y adentrándose para cerrarla.

Estando ya dentro dejó caer el peso de su cuerpo contra la madera y poco a poco fue descendiendo hasta quedar sentada en el piso. Llevó ambas manos a su cabello y agachó su cabeza para farfullar mil maldiciones, de verdad quería darle ese beso.

.
.
.

Palabras del autor:

Acabo de verme la peli de Kimetsu de nuevo y me duelen los ojos de tanto llorar, creo que se me secaron las lágrimas ಥ_ಥ

Kyojuro merecía más tiempo, aunque si le daban más tiempo seguro me enamoraría más de él, y sería peor, pero- él merecía más.

Cinco de la mañana, de nuevo, porque yo no soy normal y creo que nunca lo seré.

Si te está gustando la historia vota y comenta para que llegue a más personas ~(˘▽˘~)(~˘▽˘)~
Lean comiendo palomitas ( ̄ω ̄)🍿

~Sora.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro